Capítulo 8 – Una inesperada confesión
El sol comenzaba a ocultarse mostrando así el ocaso de ese bello día. Habían pasado ya varias horas en aquella enorme feria que se encontraba fuera del Enma. Para Hisoka era algo nuevo pues nunca había tenido esa oportunidad de conocer ese tipo de lugares y convivir en sí con más gente pues su pasado fue realmente duro y difícil. Se alegraba mucho de haber conocido a su actual compañero, era alguien que después de mucho tiempo podía hacerlo sonreír y sentirse tranquilo, seguro.
Permanecían ambos shinigamis sentados en una de las mesas dentro de la zona de comida. Era lógico que el mayor de ellos no se resistiría a la deliciosa variedad que se mostraba en el lugar por lo que ya tenía varios tazones vacíos a su lado mientras comía otro y el menor se dedicaba a mirarlo con algo de enfado hasta que decidió romper el silencio.
- Eres un glotón… -suspiró para acomodar su barbilla en la palma de su mano sostenida en la mesa – si Tatsumi nos llama la atención por los gastos será tu culpa.
El de ojos amatistas sonrió dejando su último plato vacío frente a él.
- Tranquilo, no creo que suceda ya que esta vez pago yo.
Hisoka permaneció en silencio mientras le miraba con sorpresa. Usualmente Tsuzuki no tenía tanto dinero disponible.
- ¿Pero, cómo…?
- Tenía planeado invitarte a salir desde hace tiempo… íbamos a necesitar efectivo y veo muy difícil que Tatsumi se apiade de mí para salir de paseo contigo – dijo en forma divertida mientras mantenía su sonrisa pues había disfrutado de la cena con gusto.
Hisoka se limitó a girar su rostro en otra dirección para que el mayor no notara ese vivaz color en sus mejillas pero sus intentos fueron en vano ya que sin dudarlo ni un momento Tsuzuki colocó la palma de su mano sobre la frente de Hisoka.
- ¿Te siente mal, Hisoka?...
Hisoka permaneció en la misma postura para retirar su extremidad sobre él.
- … Estoy bien…
Tsuzuki sonrió le parecía lindo ver esa expresión tan encantadora y adorable de su compañero. Era una de las pocas veces que convivían de esa forma y le fascinaba. No estaba del todo seguro del porqué pero sabía que el tiempo que pasaba con el rubio era de los momentos más felices que había tenido. No sólo eso sentía de debía decírselo, que debía…
- Hisoka… - susurró son ternura mientras le domaba de nuevo por la mejilla, acariciándola suavemente provocando que el nombrado devolviera su mirada tanto sorprendido como avergonzado por esa extraña acción de parte de Tsuzuki.
Antes de que alguno pudiera articular alguna otra palabra escucharon una voz familiar cerca de ahí.
- ¿Tsuzuki?... – preguntó el chico que tanto parecido tenía con el menor.
Ambos voltearon rápidamente para toparse con el chico violinista quien sonreía de la sorpresa al ver aquellos shinigamis que habían salvado su vida tiempo atrás.
- ¡¡Hijiri!! – exclamó alegremente el mayor poniéndose de pie al instante para abrazar al chico que bien le respondió el gesto, dejando a un Hisoka perplejo y sorprendido causando una expresión seria en su rostro al ver aquella escena - ¡cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo has estado? – dijo separándose lentamente sin dejar de mirarlo.
- Lo sé, ya había paso bastante tiempo desde la última vez… ¡Todo bien! – exclamó tan felizmente como le fue posible causando en Hisoka una gran repulsión de su parte- ¿Qué hay de ustedes? - Habían pasado ya varios años desde su primer encuentro por lo que el chico era ya un adolecente, no había mucha diferencia aún pero se notaba su crecimiento.
Ambos “amigos” comenzaron a platicar mientras Hisoka permanecía callado, mirándolos mientras pensaba en lo tonto que le parecía aquel muchacho frente a sus ojos. Sí, sabía que se trataban de celos pero jamás lo aceptaría y prefería quitarse de en medio si era necesario, después de todo no sabía cuales eran los sentimientos de Tsuzuki. Siempre había tenido gran cantidad de prospectos pero algo le decía que Hijiri era uno de los más importantes desde ese día en que había confesado sus sentimientos a su compañero logrando que éste se salvara de un destino doloroso y terrible.
¿Porqué no había hecho algo parecido y lo había salvado el mismo? Se sentía pequeño ante sus actitudes pues nunca era sincero con sus sentimientos en especial si se trataba del mayor.
Se levantó de su sitio para llevar sus manos a los bolsillos y provocando que ambos se giraran en esa dirección.
- Iré a caminar… - dijo sin mirarles, alejándose así del lugar.
- Hisoka… - Tsuzuki le preocupó un tanto esa mirada de soledad que antes había notado ya muchas veces y que su compañero se negaba a dejar entrar en su mundo. Pensó en ir detrás de él pero la mano de Hijiri se adhirió a la manga en la ropa del shinigami haciendo que se detuviera.
- Tal vez quiera estar solo, ¿No crees Tsuzuki? – éste se dirigió a Hijiri para luego mirar en la dirección donde había estado Hisoka hace unos momentos y que hora no se divisaba por la multitud en el lugar.
- … Puede ser… - agregó inseguro pues no le gustaba dejarlo a un lado – ¿te parece si damos un paseo? – preguntó a su acompañante pues tal vez así se encontrarían con el menor.
- ¡Me parece bien! – respondió con una gran sonrisa.
A pesar de esa amable sonrisa, Tsuzuki estaba preocupado por Hisoka ya que hacía tiempo no veía esa reacción en él y mucho menos en ese día, era tan perfecto…
Llevaba caminando por los pasillos del enorme lugar junto a Hijiri ya varios minutos y no había rastro alguno de Hisoka. Sus pensamientos estaban puestos en ese rubio de ojos esmeralda que olvidaba prestar atención a Hijiri.
- … ¿No lo crees, Tsuzuki?... ¿Tsuzuki?... – volvió a nombrarlo esta vez confundido el muchacho mirando la expresión en el rostro del mayor.
- ...Ah, lo siento, Hijiri… ¿que decías? – sonreía alegremente ocultando aquella preocupación en lo profundo de su corazón. El nombrado suspiró.
- Tsuzuki… sabes, he estado pensando… - dijo un tanto apenado deteniendo su paso.
- ¿Pensando? ¿En qué? – se detiene al ver que su acompañante lo hace.
- En la vez que nos conocimos. En el momento en que dije que me gustabas…
Tsuzuki se sorprendió al escuchar aquellas palabras que salían de los labios de Hijiri con dificultad. Ese recuerdo le llegó rápidamente a su cabeza. Gracias a ello pudo darse cuenta de que era querido y quizás amado por otras personas y que ya no estaba solo.
Antes de que pudiera responder a aquella afirmación, el chico que tenía enfrente se acercó unos pasos a él para tomar el rostro de Tsuzuki con las manos mientras le miraba con ternura.
- No estaba mintiendo, Tsuzuki… aún te quiero… - confesó dejando al mayor anonado.
Tsuzuki permaneció en silencio durante un momento al igual que Hijiri. Sinceramente no esperaba algo como eso y menos si se encontraba hace casi una hora a solas con su compañero al que quería en verdad… Un momento…
Su corazón latió con fuerza al tener ese pensamiento en mente pero al sentir la aproximación de los labios de Hijiri hacia los suyos decidió salir de sus pensamientos para tomarlo de los hombros y alejarse poco antes de que ocurriera algún malentendido.
- En verdad te lo agradezco, Hijiri… yo también te quiero pero no de esa manera – agregó un tanto serio. Sabía que iba a lastimarlo pero sería lo mejor pues lo lastimaría aún más si aceptaba su propuesta. El menor se separó un poco de él mientras se cruzaba de brazos.
- Me lo imaginaba… supongo que está bien – exclamó disimulando su dolor.
- ¿Te lo imaginabas? – preguntó sin comprender a qué se refería.
- Desde que te vi lo supe… tienes otra persona importante para ti ¿no es así?
- importante… - seguía sin comprender lo que le quería dar a entender por lo que Hijiri sonrió levemente al fin para reír y abrazarle suavemente.
- Está bien, Tsuzuki, ya lo sabrás cuando sea el momento indicado… aún así gracias por todo…
El castaño estaba realmente confundido pero las palabras sinceras del ojiverdes le eran valiosas por lo que sonrió y le devolvió el abrazo sin más.
- No tienes porqué agradecer, soy yo el que debería hacerlo…
Hisoka llevaba tiempo caminando por las calles mirando el pavimento y mostrando un ceño fruncido ante las personas que pasaban por su lado. No le gustaba mostrarse de esa manera frente a Tsuzuki y menos si tenía que explicarle el porqué. Nunca aceptaría algo así y menos el ponerse celoso por Hijiri, ese niño violinista era tan… irritante…
Además de ira, le causaban temores, preocupaciones e inseguridad. Sabía lo que el chico sentía por su compañero y aún peor, Tsuzuki también lo sabía y estaba seguro de que no lo había olvidado. Era muy probable que sus sentimientos pudieran ser correspondidos pues el aprecio que le expresaba a Hijiri era muy notorio y algo seguro.
Se preguntaba si tenía oportunidad de poder ser alguien más cercano a Tsuzuki, alguien más que sólo su compañero, alguien con quien pudiera compartir su vida si así podría decirse.
Era necesario saberlo, Hisoka nunca andaba con rodeos y tampoco quería tenerlos ahora, debía decírselo lo antes posible y decidirse a dejar de pensar en esas tonterías para una gran desilusión o… dar un nuevo paso en su relación.
Comenzó a correr por las calles decidido a encontrar a esa persona tan importante para él y a la que estaba dispuesto a perder para no causarle problemas.
Pasó por diferentes lugares buscando con sus esmeraldas aquellos ojos amatistas que tanto apreciaba… pero no esperaba que su sorpresa fuera tal. Se detuvo sin dudar mirando con desilusión y desesperanza la escena frente a su persona.
Sintió cómo su corazón se desplomaba en su interior y cómo en sus ojos iban apareciendo varias gotas saladas que pronto comenzaron a recorrer sus mejillas.
Tenía razón, había sido un tonto al haber pensado que podía ser parte del camino que recorrería Tsuzuki por la eternidad.
Dio unos cuantos pasos hacia atrás para darse vuelta y chocar con un hombre que llevaba varias bolsas con latas dentro las cuales cayeron al piso haciendo un fuerte ruido en el lugar provocando que la gente mirase lo que había sucedido inclusive el shinigami y el violinista. Los cuales al ver a Hisoka se separaron.
El rubio escondió su mirada húmeda en el fleco mientras se echaba a correr fuera de ahí, no quería saber ya nada… no quería estorbar en la vida de su compañero.
Tsuzuki sintió un gran temor en su interior y sin pensarlo dos veces salió corriendo detrás de éste lo más rápido que pudo mientras le llamaba:
- ¡¡Hisoka!! ¡¡Hisoka!! … - decía detrás de él sin lograr ningún resultado.
Poco después de una ardua persecución Hisoka se adelantó y Tsuzuki lo perdió de vista quedando solo a la mitad del pasillo entre las atracciones mientras su mirada se movía en todas direcciones esperando encontrar de esa manera a su querido compañero.
FIN CAPÍTULO 8