Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Maho Neko: Especial De Parejas por Neko_Yami

[Reviews - 52]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola lectores y lectoras ^^

Bueno,primero ke nada,me disculpo por tardar tanto en actualizar.Se supone ke el capi ya iba a estar listo el domingo,pero por desgracia me dio conjuntivitis y tuve ke descansar la vista x unos dias x ke eso arde como la fregada ¬¬

Ahora,una pequeña advertencia antes de que comiencen a leer el capi.Este capítulo esta un poco violento,si los comparamos con todos los que he escrito hasta ahora.No es gran cosa,pero considere necesario advertirles.Una vez dicho esto,aquí esta el penultimo especial de parejas *o*

§ Capítulo 4 §

♥ Yami x Karasi ♥

Puedo contar con los dedos de mis manos las veces que he sonreído en mi vida, y en todas esas veces, Karasi ha estado a mi lado. Las palabras no bastan para expresar la tranquilidad y paz que siento cuando estoy con él, ni la luz que ha traído en mi vida, dispersando poco a poco la oscuridad en ella. Todo eso empezó cuando lo vi por primera vez, cuando apenas éramos unos chiquillos de escasos 6 años de edad.

 

***

Yami de Balrog, ese es mi nombre completo, lo que significa, que pertenezco al clan del poderoso demonio Balrog, “el clan maldito”, como muchos halfs suelen llamarlo, y tienen toda la razón en darle ese nombre ¿Cómo mas puedes decirle a un clan que sacrifican su propia sangre y vida para hacer feliz a su dios? Somos de los pocos clanes, que aún practican el sacrificio humano, los halfs que son sacrificados en nuestro clan son escogidos cuidadosamente, incluso hay familias del clan que nacieron sólo para eso, conocidos como “las presas”. Desde muy pequeño, he sido testigo de la sangre y muerte de los miembros de mi propio clan. Tal vez sea cierto cuando dicen que somos de los clanes mas poderosos que controlan la oscuridad, mientras la sangre sea derramada a los pies de Balrog, podemos estar seguros que él nos protegerá, y el poder siempre nos será brindado.  

“La vida sólo dura un instante, nosotros te la dimos, por lo tanto tenemos derecho a quitártela”, es una de las filosofías que tenemos en el clan, del cual, mi padre, es fiel seguidor. Sería un error si no fuera así, ya que mi padre es el líder del clan. En mi interior, siempre he pensado que hay otras maneras de hacer feliz a nuestro dios, sin necesidad de sacrificar nuestras propias vidas, pero, siempre que trato de plantearle esta idea a mi frío padre, el la rechaza, ni siquiera me da oportunidad de explicarme ni de tratar de convencerlo.

Ashori de Balrog, es el último líder del clan, y mi padre. El hombre frío con alma de hierro, sin escrúpulos, sin sensibilidad, valiente, calculador y astuto. Uno de los mejores líderes que ha tenido el clan, según dicen muchos. El hombre que sólo tuvo descendencia para que siguieran con el mando del clan, no por que él deseara tener hijos. El hombre severo y recto que cree que los golpes y regaños es la manera correcta de criar a su único hijo.

Cada vez que papá me regañaba o golpeaba, y yo iba a mi cuarto a encerrarme, no podía evitar mirar por la ventana por largo rato, sin despegar mi vista de los límites del clan de Balrog, justo al lado de nuestros territorios, se encontraba otro clan, el clan Cayce, un clan donde vivían halfs con sorprendentes habilidades y poderes psíquicos, el clan donde vivía Karasi.

 

***

Un día, afortunadamente, logre una de mis acostumbradas escapadas de casa. Sin pensarlo, me dirigí a los límites del clan, mientras me sobaba mi adolorida mejilla, tratando de que eso aliviara el dolor del golpe que mi padre acababa de darme. Siempre me daba mucha curiosidad saber como vivía ese otro clan, con el cual teníamos un tratado de paz, pues los del clan de Balrog sabemos respetar a los otros clanes con grandes poderes. Cuando llegué a la colina que separaba los 2 clanes, fue cuando vi a Karasi por primera vez.

Este estaba sentado en el verde pasto de la colina, llorando desconsoladamente. Al principio, no pude evitar sentirme molesto por que ese chico llorón había usurpado el lugar donde yo siempre iba a relajarme y a escapar de mi padre. Sin preocuparme en el estado en el que estaba, me senté al lado de él, lo tome del hombro y lo empuje. Karasi cayó de espaldas al pasto, y levantando el rostro me miro con confusión, mientras las lágrimas seguían rodando por sus pálidas mejillas. Viéndolo con frialdad, y hablando en tono hosco y malhumorado, le dije:

-Quítate de aquí, esta es mi colina, tú no puedes estar aquí, vete a llorar a otro lado.

A pesar de mi pésima actitud, Karasi no se enojo ni me contesto nada, como si fuera posible soltó unos quejumbrosos gemidos de llanto más altos y desconsolados que los de antes, mientras más lágrimas salían de sus ojos. Esto me hizo sentir mal, bajé las orejas mirándolo en silencio, tratando de que su llanto fuera menos sonoro para mi. Finalmente, y tratando de parecer indiferente, volví a hablarle:

-Está bien, puedes seguir llorando, te prestaré mi colina sólo por esta ocasión.

Así continuaron las cosas, el llanto de Karasi duró aproximadamente 10 minutos más, cuando menos me di cuenta, ya había anochecido. Silencio… De repente, ningún sonido salía de Karasi, voltee a verlo de reojo, este sólo tenía la vista fija en el cielo, y sus ojos estaban enrojecidos e hinchados después de tanto llorar. Cuando Karasi se percató de que lo estaba observando, finalmente pude escuchar su melodiosa y dulce voz por primera vez:

-Me llamo Karasi… ¿Cuál es tu nombre?

-… Yami…

-¿Eres del clan de Balrog, verdad?

Por un momento, temí contestar, pues era común que algunos halfs les temieran a los del clan de Balrog, si le decía a Karasi, lo mas probable es que se asustara y saliera corriendo. Sin nada que perder, afirmé su pregunta. Karasi sólo guardo silencio por unos segundos, para después, mostrarme una enorme y dulce sonrisa.

-Ya veo… Yami-kun, muchas gracias por dejarme estar aquí. Cuando alguien llora, por extraño que parezca, el dolor y la tristeza que te aquejan, desaparecen más rápido cuando estas acompañado. Tu estuviste en silencio todo este rato, pero no te alejaste de mi lado, muchas gracias.

Karasi tenía razón ¿Por qué no me había ido? No era mi problema que hubiera estado llorando, ni mucho menos me interesaba conocer el motivo de su llanto. Sin embargo, me había quedado junto a él, algo no me había permitido irme, por que por primera vez, sentí paz y tranquilidad al estar al lado de alguien. 

-No tiene caso que me agradezcas,-interrumpí con voz severa-te dije que esta es mi colina, por eso me quede aquí.

-Ah… ya veo… Aún así te agradezco Yami-kun.

Era la primera vez que conocía a alguien así, que se seguía mostrando dulce y amable, aunque los demás lo trataran mal o lo insultaran. Karasi y yo nos observamos en silencio por unos segundos, cuando de repente, se acerco a mí, abrió mucho los ojos, y con preocupación preguntó:

-¿Qué le pasó a tu mejilla? ¿Estás bien? Esta inflamada…

-Ah… si, no te preocupes.

-¡Espera un segundo, por favor!

Karasi tomo una mochila que estaba al lado de él, y comenzó a esculcarla. De ella, saco un pequeño recipiente de plástico, con una sustancia viscosa de color azul. Una vez la abrió, se untó un poco en los dedos, se acercó a mi, y antes de que pudiera hacer cualquier cosa, la esparció por toda mi inflada mejilla.

-¿¡Que rayos haces!?

Exclamé sorprendido, tomando su mano y alejándola de mí.

-Ah… perdón por no explicarte.-Respondió con una pequeña sonrisa-. Este es un ungüento muy bueno contra los golpes, raspones y heridas. Siempre cargo con ella, nunca se sabe cuando se presente una emergencia.

-¿Por qué haces esto?

-¿Por qué?

-Si… ¿por que me ayudas, si apenas nos conocemos?

-¿Y por que no ayudarte?

No fui capaz de responder nada ante la conclusión acertada a la que llego Karasi. Simplemente me sorprendió, ya que era la primera vez que alguien me trataba así.

-Bien, con esto será más que suficiente-. Soltó de repente Karasi cuando terminó de aplicarme el ungüento.-Ahora debo irme ya… De nuevo, gracias por dejarme usar tu colina Yami-kun.

Antes de darse la media vuelta, Karasi me sonrió una vez más, y se dispuso a marcharse, pero lo detuve.

-Espera…

-¿Eh? ¿Qué pasa?

-Um… Esta colina… cuando gustes, puedes usarla para venir a llorar cuantas veces sea necesario.

Cuando escuchó mi comentario, Karasi se tapo la boca, y río en voz baja. Al responderme, como si fuera posible, su sonrisa se vio más radiante y dulce que nunca:

-Gracias, pero… ¿te parece bien si no sólo uso la colina para llorar? Eres divertido Yami-kun, no sería mala idea verte de nuevo.

-… Como tu quieras, a mi me da igual.

Voltee el rostro, sintiendo un agradable y cálido sentimiento envolviendo mi corazón, al mismo tiempo que escuchaba los pasos de Karasi alejándose cada vez más de mí. Aun en el presente, cuando escucho a esos pasos alejarse de mi, hacen que sienta una enorme y dolorosa tristeza dentro de mi.

 

***

Así fue como empezó mi amistad con Karasi. Cada vez que podíamos, nos veíamos en nuestra colina, hablábamos, jugábamos, nos contábamos nuestras penas, nos íbamos haciendo más cercanos, hasta que poco a poco, me convertí en su mejor amigo. Aunque yo se perfectamente, que Karasi es más que un amigo para mi, es mi luz, mi alegría, mi tranquilidad, mi sueño hecho realidad, la persona que ocupa por completo mi corazón y mis pensamientos. Estoy consciente que Karasi no siente lo mismo por mi, y aún cuando no lo sepa, y sea su amigo para siempre, estar con él  será suficiente para mi.

Karasi siempre curaba las heridas que me hacía mi padre, yo escuchaba los problemas familiares que tenía Karasi, por los cuales lloraba cuando nos conocimos. Una vez nos conocimos mejor, fue cuando Karasi me contó que tenía una hermana 2 años menor, de nombre Nabumi, la cual era ciega. Con los años, Nabumi había quedado ciega, y para los padres de Karasi había resultado muy difícil tener que lidiar con eso. Estar con ella siempre, buscando tratamientos médicos, los cuales, todos los que habían intentado, ninguno había funcionado. La presión y tristeza de la familia, esto hacía que de vez en cuando hubieran peleas y malentendidos, y a pesar de eso, todos ellos trataban de vivir unidos y con armonía.

Karasi y Nabumi, las 2 personas a las cuales yo más quiero y aprecio en mi vida. Cierta ocasión que nos vimos en la colina, Karasi trajo a su hermana menor, y quede fascinado con ella. Al igual que Karasi, es una chica muy dulce y amable, a pesar de su ceguera, ella es muy fuerte, y no se muestra débil por eso, se comporta como cualquier persona. Usa una venda en los ojos, pues no desea que nadie mire sus ojos transparentes y azules a causa de su ceguera. Gracias a las habilidades psíquicas que posee, sus otros 4 sentidos se han vuelto más agudos, y con la presencia de los objetos y las personas es capaz de moverse y pelear con facilidad, además que posee la habilidad de telepatía, lo cual llega a ser un poco incomodo a veces, a nadie nos gusta que nos lean la mente.

A causa de Nabumi, fue que Karasi y yo decidimos entrar en Maho, si nos volvemos más fuertes, y logramos controlar nuestros poderes, es probable que encontremos alguna cura para los ojos de Nabumi.

 

***

El viento helado soplaba fuertemente, haciendo que mi largo cabello ondeara a su antojo. Estaba sentado en la colina, mientras me abrochaba mi chamarra para que el clima del invierno no me afectara. Escuche unos pasos acercándose, y de inmediato voltee, esperando ver a Karasi, pero no era él, se trataba de Nabumi.

-Nabumi, no sabía que vendrías tú también el día de hoy.

Rápidamente me levante, y sostuve la mano de Nabumi para ayudarla a sentarse, esta me reprocho el acto con su voz dulce y melodiosa idéntica a la de Karasi.

-Siempre eres tan cuidadoso conmigo Yami onii-chan, sabes bien que puedo hacer estas cosas yo sola, no me gusta causarle tantas molestias a la gente.

-Es una costumbre…

Ambos nos sentamos, y permanecimos en silencio, hasta que fue Nabumi la que volvió a hablar.

-¿Por qué no me lo preguntas?

-¿Eh? ¿Qué cosa?

-Quieres saber por que no ha llegado Karasi ¿verdad?

-Ah… Si…

Respondí con un poco de timidez, sintiéndome incomodo que Nabumi no pudiera controlar bien sus poderes telepáticos.

-Karasi está ayudándole a mamá con los preparativos de la cena de Navidad, es por eso que está un poco retrasado. Vine a avisarte para que no te impacientaras.

-Ya veo… ¿Karasi te lo pidió?

-No… yo quise hacerlo.

No contesté nada, simplemente agarre la mando de Nabumi con cariño como siempre lo hacía, Nabumi era como la hermanita que siempre había deseado, por eso, esta de cariño me decía “onii-chan”. Ellos 2, eran los únicos que me hacían sentir paz, los únicos que eran merecedores de mi amor y cariño. Karasi finalmente apareció, caminando con prisa, en cuanto nos vio, nos mostró una gran y cariñosa sonrisa, disculpándose por su retraso.

-Bueno, me voy ya. Salí sin permiso, no quiero preocupar a mamá ni a papá.

-¿¡Saliste sin permiso Nabumi!?-La reprendió Karasi-. Eso no está bien.

-Sólo quería avisarle a onii-chan, no te exaltes tanto, nos vemos.

Nabumi se despidió con una sonrisa, y desapareció de nuestra vista, bajando con cuidado de la colina. Karasi no le ofreció su ayuda, pues sabía que a Nabumi le gustaba ser independiente y no molestar a los demás.

-¿Qué piensas hacer respecto a la emigración?

-¿Emigración? Ah… Te refieres al colibrí arco iris ¿verdad?

-Si.-Uno de los pasatiempos que tenía Karasi, era la observación de aves, amaba observarlas detenidamente, hasta que se les perdieran de vista a causa de su vuelo. Karasi tenía muchas fotos tomadas por él mismo de varias aves. Hace unos pocos días, leímos en un libro que en Diciembre una especie de colibrí muy especial, el “colibrí arco iris” tomaba como ruta de emigración la provincia de Pyarem, que es justo donde nosotros habitamos. Guardando silencio por unos segundos, y con voz suave, continué-: Según el libro, justo en el 24 de Diciembre es cuando andarán por los alrededores… ¿Quieres que te ayude y nos veamos aquí?

-Sobre eso…-Respondió Karasi con tristeza-. No podré verlos…

-¿Qué? ¿Por qué?

-Mañana papá y mamá saldrán a otra provincia a un hospital, por unas cosas que Nabumi necesita, tengo que quedarme con ella, de ninguna manera puede quedarse sola…

-Karasi…

-¡No hay ningún problema! Los veré el próximo año, no te preocupes por eso Yami.

Karasi sonrió, pero lo conocía a la perfección para adivinar que su sonrisa era fingida, y en realidad se sentía muy decepcionado por no poder ver la emigración del colibrí arco iris. Viendo eso, tomé una decisión, vería la forma de salir de casa, y tomar muchas fotos de la emigración para dárselas a Karasi como regalo de Navidad.

 

***

Se me hizo tarde, por lo que después de despedirme de Karasi, regresé corriendo a mi casa, y trate de entrar a escondidas para que nadie me viera, pero de entre todas las personas que podían verme, lo hizo quien yo menos quería, mi padre.

-Yami…

Escuche su profunda y fría voz justo en mis espaldas.

-Oto-sama…

Rápidamente me voltee para darle la cara, o si no las cosas estarían peor.

-¿Dónde estabas?

-Salí a dar un paseo, como si le importara tanto…

Ante mi respuesta, mi padre apretó la mandíbula y entrecerró los ojos, me daba igual ser frío o que me fuera a golpear de nuevo, ya estaba acostumbrado, no me importaba complacerlo, lo odiaba y no tenía que hacer nada por él.

-¿A dar un paseo?... ¿¡Acaso crees que soy un estúpido!? ¿Estabas de nuevo con ese chico idiota del clan Cayce verdad?

-¡Él no es un idiota!-Alcé la voz furioso, apretando los puños fuertemente-. ¡Se llama Karasi, así que si va a hablar de él, hágalo por su nombre, y no lo llame idiota!

Con esto, vino el primer golpe, un golpe directo al estómago, el cual me sacó el aire, y me hizo caer de rodillas al suelo a causa del dolor.

-Ignoraste las necesidades del clan por irte con “tu amiguito”.-Habló mi padre con tono lúgubre e incrédulo, mostrando una perversa sonrisa-. Sabías perfectamente que hoy era la oración para Balrog, pero faltaste para estar con ese mal nacido… ¿¡Te importa mas él que tu propio clan y sangre, Yami!?

-Ah… Ah… Por supuesto que si… -Respondí con voz débil pero segura, levantando el rostro, sonriendo con frialdad-. Cualquier cosa es más importante para mi antes que usted, oto-sama.

La sonrisa en el rostro de mi padre desapareció, su cara no mostraba expresión alguna, estaba carente de emoción, cosa que me asustaba aún más que estuviera furioso o ver sus sádicas sonrisas. Tranquilamente, me dio la espalda, y habló con decepción:

-Oh sagrado Balrog, perdona a este desobediente hijo tuyo, no se en que he fallado con él, ni tampoco sé por que es tan difícil de educar… Tu rebeldía e irresponsabilidad con el clan, cada día están peor Yami, pero como el sucesor del clan, debes reaccionar pronto, debes entenderlo de una buena vez. Esta vez te mereces un mayor castigo, te quedarás encerrado en tu cuarto por una semana, colocaré un guardia para que no hagas ninguna tontería.

-¿Una semana?-Pensé de inmediato, sintiendo como perdía el aliento de nuevo-. Pero mañana es la emigración… ¡Que imbécil fui! ¡No debí provocarlo! Oto-sama… yo…-Susurre con voz áspera, incapaz de hablar. Debía tragarme mi orgullo y mi odio sólo por esa ocasión, tal vez, aún había una pequeña esperanza de que se olvidara del castigo. Con voz más segura, me incliné totalmente ante él.-. Por favor, discúlpeme… Actué mal, ahora mismo, iré a rezar y le pediré perdón a Balrog por mis actos, le ofreceré como sacrificio parte de mi sangre si es necesario. Por favor, tenga misericordia de mí, y otórgueme su perdón oto-sama.

-Nada te cuesta compórtate así más seguido Yami, pero,-me interrumpió, volteándome a ver con crueldad- ya es muy tarde, el daño ya está hecho y debes pagar por tus actos, sólo así, te convertirás en un excelente líder.

Mi padre se dio la media vuelta, y cuando menos cuenta me di, 2 guardias ya me estaban escoltando rumbo a mi habitación para encerrarme como mandato de mi padre. Una pequeña parte de mi, aún deseaba creer en mi padre, pero que parte más inútil y odiada de mi es esa.

 

***

De ninguna manera iba a desistir en mi propósito de tomar fotos de la emigración para Karasi. Tenía que escapar de mi habitación, por supuesto que no era tan idiota como para intentarlo con el guardia afuera de mi cuarto, por lo que comencé a idear un plan, al tiempo que podía ver mi sonrisa fría a través del espejo frente a mi. Mi plan se llevaría acabo en la noche, en la bendita oscuridad.

Era la 1 de la mañana, cuando el guardia encargado de custodiarme me trajo mi cena, ya que yo se lo había solicitado así. Tras tocar varias veces, al ver que no le daba permiso de entrar, el guardia decidió entrar por su cuenta.

-¿Yami bocchan?-Entró con inseguridad el guardia, mirando con atención todo el cuarto, buscándome-. ¿Dónde esta? ¡No me diga que no está aquí, o si no su padre me matara! ¿Por qué esta todo tan oscuro?

-Tormento oscuro…

Susurré mi hechizo oculto en la oscuridad. En cuanto lo pronuncié y concentré en mis manos, surtió efecto, introduciéndose en el cuerpo del indefenso hombre, colándose a su sangre, y a sus nervios, contaminando todo su cuerpo con mi esencia maligna, un ardor doloroso e indescriptible. Incapaz de seguir soportando el dolor, el hombre se tiró al suelo, y se sujetó el pecho con fuerza. Tranquilamente me acerque a él al tiempo que me agaché, y mirándolo con frialdad le susurré:

-Eres un pésimo guardia… No necesito ningún testigo que vaya a chismearle a mi padre, así que adiós.

Sin nada más que decir, saqué una daga de mi bolsillo, y sin titubear, le di un certero corte al hombre en la yugular, lo que lo mató al instante, mientras el líquido carmesí salía a borbotones de su cuello, y resbalaba despreocupadamente por mi mano. Una pequeña risa sádica salió del interior de mi garganta, mientras sentía como si mi boca moviéndose por si misma, se iba ensanchando hasta formar una fría y cínica sonrisa. Desde pequeño, siempre tuve estos impulsos salvajes en mi interior, disfruto del dolor, tanto de infringirlo, como de sentirlo, siendo sincero, si no fuera por Karasi, en estos momentos yo ya estaría completamente loco.

Rápidamente limpié la sangre y mis manos, después me coloque en el hombro la mochila que había preparado segundos antes. Una vez ya estaba listo para irme, metí al cadáver en una enorme bolsa plástica, y lo hice levitar con la oscuridad que estaba a mí alrededor. Salí rápidamente de mi habitación, controlando al cadáver flotante con mi magia, y me dirigí lo más calladamente posible rumbo al altar principal de Balrog. Cuando llegué, deposité el cadáver frente a la estatua de mi dios (donde estaba encerrada su alma) y le recé para que aceptara el sacrificio que le estaba ofreciendo.

Al terminar de rezar, me dispuse a dejar el templo, simplemente ocurriría lo mismo que las otras veces, Balrog aceptaría mi sacrificio, devorando el cuerpo sin vida frente a él, de esa manera, darían al hombre por desaparecido. No tenía por que preocuparme, no era la primera vez que mataba a alguien para ir con Karasi, o para hacerlo feliz, y estaba seguro que tampoco sería la última.

 

***

El 25 de Diciembre, por la mañana, llegué a casa de Karasi tras avisarle por medio de un mensaje a su video móvil que iría a verlo.

El cálido y cariñoso abrazo que me dio al recibirme, hizo que olvidara todas mis preocupaciones por un momento, ya que no podía sacar de mi cabeza el regaño ejemplar que me esperaba al llegar a casa, el día anterior estuve fuera todo el día ocupándome del asunto de las fotografías, sin olvidar que había huido de mi castigo.

Al abrir mi regalo, los ojos de Karasi se iluminaron con alegría, una inmensa y sincera alegría.

-Yami… todas estas fotos… el colibrí arco iris… ¿todas estas maravillosas fotos las tomaste tú?

-Si.

-Yami… No puedo creer que hayas hecho esto… Ahora me siento avergonzado del regalo que te di-. Las mejillas de Karasi se tiñeron levemente de rojo, al tiempo que su mirada se dirigía a mi regalo, el cual reposaba en mis piernas. Un precioso y suave suéter de color rojo con blanco-. Me hubiera esforzado por conseguirte algo mejor.

-¿De que hablas?-Lo interrumpí con severidad-. Este suéter me lo hiciste a mano, te tomaste tu tiempo para hacer algo para mi, no hay mejor regalo que este.

-Muchas gracias Yami…

Karasi me mostró su bondadosa y dulce sonrisa, y me atrapó de nuevo entre sus brazos, abrazándome, y apoyando su cabeza en mi hombro. Un cálido ronroneo salía del interior de su pecho, y su colita café se movía lentamente de un lado hacia otro. Fue cuando me di cuenta, que algún día tenía que confesarle mis sentimientos a Karasi, si había aunque fuera una remota oportunidad de que él correspondiera mis sentimientos, tenía que aprovecharla como fuera.

25 de Diciembre, a las 11: 15 a.m. fue cuando sonreí por décima vez, y de nuevo, había sido gracias a Karasi.

 

+ Fin +

 

Notas finales:

Yeah *3* Pues no se ustedes,pero me enamore de Yami en este especial,siempre me han gustado los personajes lokitos como el.Ya entendieron la diferencia entre Yue y Yami? Yue es sadico x ke hay un demonio en su interior,pero Yami lo es x ke asi lo kiere,jejeje n.nU

Espero hallan disfrutado este especial tanto como yo al escribirlo.El siguiente es el ultimo especial,el de los protagonistas que ya los tenia muy abandonados xDDD Tratare de no tardar mucho en actualizar.

Nos vemos,gracias por seguir leyendo y comentando =D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).