§ Capítulo 3 §
♥ Ryu x Mizu ♥
Tenía tan sólo 10 años de edad, cuando me rompieron el corazón por primera vez. Recuerdo que ese día, llegue corriendo a casa, y permanecí llorando por largo rato en las piernas de mi padre. Nunca me ha avergonzado admitir que soy un chico muy sensible y enamoradizo… ¿De cuantas personas me he enamorado hasta ahora, con mis 16 años de edad? No sabría contestar esa pregunta, pues han sido tantas, que ya perdí la cuenta.
Los objetivos siempre son los mismos, mi corazón sólo se fija en chicos y chicas lindos, los cuales sean dulces, amables, y cariñosos. Mi primer amor, por desgracia, no me correspondió, tras decirme que estaba enamorado de otra persona, la cual no era yo, sentí como si mi corazón se hubiera partido en dos. Por eso es que huí a casa, a refugiarme para poder llorar.
Aún recuerdo muy bien la conversación con mi padre en aquella ocasión:
-Ryu, llora todo lo que tengas que llorar, no dejes ni una sola lágrima en tus ojos, ya que las lágrimas son los hilos que remiendan las heridas de un corazón roto.
-¡Es que no entiendo oto-san!-Grité con desesperación, incapaz de controlar mi llanto-. ¿¡Por que tiene que doler tanto!? ¿Por qué la persona que queremos, a pesar de lo importante que sea para nosotros, nos ignora, o se decide por alguien más?
-Esas son preguntas que no tienen respuesta,-me consoló mi padre con voz suave y reconfortante-y si la tienen, las descubrimos nosotros mismos con el pasar del tiempo.
-¡Pues no me gusta! ¡El amor apesta! Jamás volveré a enamorarme otra vez…
-Ryu, no te des por vencido, tendrás que conocer a muchas personas hasta que encuentres a la indicada para ti. El amor es uno de los regalos mas preciados que nos da la vida, debes saber valorarlo y apreciarlo. Ya veras que esa persona, esta ahí afuera, esperándote, sólo es cuestión de que los 2 se encuentren.
-Y… ¿y en serio eso va a ocurrir algún día?
Pregunté con un poco de incredulidad, al tiempo que me limpiaba las pocas lágrimas que quedaban en mis ojos. Papá mostró una enorme sonrisa, y me contesto:
-Si yo pude encontrar a la mía, estoy seguro que tú lograrás encontrar a la tuya.
En ese momento, mi otro padre entro en la habitación, con ese semblante tranquilo y feliz que siempre mostraba. Vi a mis 2 padres mirarse con un infinito cariño, y fue cuando me decidí. No me daría por vencido, a pesar de lo mucho que sufriera o de lo mucho que tardara, yo encontraría a la persona indicada para mí, y nos veríamos de la misma manera que mis padres lo hacían.
***
Desde el momento en que vi a Mizu por primera vez, me enamoré de él, podría decirse que fue amor a primera vista. Sus profundos ojos carmesí me hechizaron, y su hermosa sonrisa era como la de un ángel. Por desgracia, hasta ahora, mis intentos por conquistarlo no han dado fruto, Mizu parece ajeno a cualquier piropo o intento de acercarme a él, como si siempre anduviera en su mundo, distante, sólo ocupándose de sus asuntos. Tampoco es como si las cosas fueran fáciles para mí, pues estamos en salones diferentes, y siempre que estamos juntos, todos nuestros amigos están también, nunca fui capaz de quedarme a solas con él, por eso es que esta oportunidad que se me ha presentado en el concierto de Hathor no puedo dejarla pasar por nada del mundo.
***
Habían pasado 10 minutos desde que Kagami y Hikari entraron en el backstage para encontrarse con los integrantes de Hathor. Me daba un poco de envidia que ellos tuvieran la oportunidad de conocer a la banda completa, pero gracias a eso, me había quedado a solas con Mizu, y eso era mucho mejor que cualquier otra cosa.
Voltee a verlo con timidez, Mizu sólo me mostró una amistosa y silenciosa sonrisa.
-Oye, no tenemos por que esperarlos aquí parados ¿verdad? Vamos a sentarnos.
-¿Eh? ¿Pero donde?-Mizu volteo con atención a los alrededores, hasta encontrar unos asientos vacíos cerca de la entrada del domo.- ¿Estará bien ahí?
-¡Si, claro! Si así tú lo deseas Mizu-kun, además estaremos cerca de la puerta para cuando vuelvan.
-Bien.
Una vez nos sentamos, para que el tiempo pasara más rápido, Mizu y yo comenzamos a charlar, me sentía muy bien hablando con él, independientemente de lo que sintiera por él, me era muy fácil hablar con Mizu, con cada minuto que pasaba, íbamos conociéndonos mejor, hablando de lo primero que se nos venía a la cabeza o nos interesaba saber.
-¡Vaya, eso no lo sabía Ryu-kun!-Exclamó emocionado Mizu-.No sabía que tu también eras hijo de “etres”.
-Si, tengo 2 padres,-respondí, perdiéndome en los hermosos ojos de Mizu-tampoco esperaba eso de ti Mizu-kun, mejor dicho, no tenía idea.
-¡Ahora lo entiendo!
-¿Qué cosa?
-Ya entiendo por que a Kagami-chan le gusta tanto el yaoi.
-¿Eh? ¡Ja, ja, ja! Así es, que perceptivo eres, a Kagami le fascina el yaoi pues adora a nuestros padres, ellos son su mayor inspiración. Hasta la fecha, Kagami cree que no ha visto un matrimonio más enamorado que el de nuestros padres, y creo que tiene razón. Auuu, mi pequeña Kagami,-dije en un tono dramático de burla-pensar que hace sólo unos años aún creía que había monstruos en el closet, y ahora ya tiene novio… ¡Incluso resultó ser una estrella de rock! No puedo evitar sentirme un poco preocupado por eso.
-Je, je, je… Tranquilo Ryu-kun, no creo que Senryo sea una mala persona, tampoco es como si Kagami fuera una chica ingenua que se mete con el primero que encuentra, si esta con Senryo, es por que en verdad lo quiere. La última vez que hablé con ella por video móvil, eso fue lo que me pareció.
Mizu trato de tranquilizarme sonriendo, cosa que logró de inmediato. Tenía que hacerlo, intentar conquistarlo, llamar su atención, averiguar sobre sus gustos ¡cualquier cosa sería buena! Pero por desgracia, no tenía idea de cómo hacerlo, Mizu era un chico muy peculiar, que creaba una especie de escudo invisible que te impedía saber todo sobre él, cosa que me intrigaba mas, y hacía que mi interés por él aumentara. No era un escudo de frialdad, ni de ocultar sus emociones, era más bien un escudo de indeferencia e ingenuidad muy bien planeado y oculto. Seguía tratando de idear un plan, cuando Mizu volvió a hablar, fijando la vista hacia el backstage.
-Me pregunto como le estará yendo a Hikari con Kyousuke…-Indago con preocupación en su voz-. Ojala Hikari dejara de ser tan testarudo, y abriera sus sentimientos hacia Kyousuke.
-Tienes razón,-conteste, mirando en la misma dirección que Mizu-Kyousuke parece querer mucho a tu hermano… ¿Por qué no querrá corresponderle? Se lo que siente por Aki, pero él mismo ya debió darse cuenta de que este no le corresponde ¿oh no?
-Si, pero como dije, Hikari es un testarudo, que es demasiado duro consigo mismo. Siempre ha sido así. Él mismo parece huir de su propia felicidad, desde pequeño siempre ha sido así, por eso es que siempre tengo que estar al pendiente de él.
Guardé silencio, observando la cálida mirada de Mizu, aun fija en las puertas del backstage, quería saber más sobre él, por lo que decidí continuar investigando, rezando por que Kagami y Hikari se demoraran más:
-Me gusta mucho la relación que tienes con tu hermano, los 2 son muy unidos, parecen quererse mucho.
-Si, así es,-respondió volviendo a verme, mostrando una cálida sonrisa-pasamos por cosas difíciles cuando éramos más pequeños, por eso, siempre trato de estar al pendiente de él.
-¿Esta bien si me cuentas eso?-La sonrisa en el rostro de Mizu desapareció, y abrió mucho sus ojos en señal de sorpresa, al parecer había cometido un error-. Ah, discúlpame, si no quieres decirme sobre eso está bien, yo no te obligaré.
Bajé la mirada apenado, y me sentí algo triste al darme cuenta que aún no había total confianza entre los 2, pero Mizu me contesto en tono dulce y tranquilo:
-Esta bien, no hay problema por eso, te contaré Ryu-kun.
Volví mi vista hacia Mizu, sintiéndome en el paraíso al ver la hermosa sonrisa que me estaba dedicando. Escuché toda la sorprendente historia de Mizu en silencio y con incredulidad, ni siquiera hubiera pasado por mi cabeza que él y Hikari no se conocían desde pequeños, y que las cosas hubieran sido tan difíciles para él.
-Ustedes si que son unos luchadores.-Dije con emoción, una vez Mizu termino de relatar su historia-. Muchas gracias por compartir esto conmigo Mizu-kun.
Mizu me sonrió de nuevo, y en un acto que me sorprendió, e hizo que mi corazón se agitara en mi pecho, apoyo sus manos en mi brazo, acercándose, mientras me decía con emoción:
-Bueno, yo ya te conteste algo, ahora me toca a mi preguntar… ¿Tu tienes algo de tu pasado que no te guste, Ryu-kun?
-¿Yo? Ah… bueno, si… Pero es algo vergonzoso ¿sabes?
-Vamos, cuéntame por favor… Yo te conté algo muy íntimo, lo justo es que tú me cuentes algo también…
Mizu me insistió con una enorme y sincera sonrisa, mirándome tiernamente a los ojos… ¿Lo hacía a propósito, o en verdad era ternura ingenua? No importaba, me sentía en el cielo cuando me miraba de esa manera, por lo que me rendí de inmediato.
-De acuerdo, te diré, pero sólo por que tu me lo estas pidiendo. Verás, la verdad es que yo… Soy un chico extremadamente enamoradizo, ya ni siquiera se de cuantas personas me he enamorado, lo peor de todo, es que también tengo una pésima suerte en cuanto al amor se refiere. Muchas veces mi amor no fue correspondido, mis relaciones terminaron por problemas y tonterías, o en el peor de los casos, hasta me llegaron a ser infiel… Aún así, continúo creyendo en el amor, y que esa persona especial para mí, la indicada, esta en algún lado esperándome… Creo que es algo tonto de mi parte creer en esto… ¿verdad?
-No, por supuesto que no…-Respondió Mizu con tono sincero, y suave-. Pienso que eres muy valiente al seguir creyendo Ryu-kun, supongo que sin importar lo mucho que alguien nos pueda llegar a lastimar, en el fondo, seguimos deseando poder encontrar a esa persona ideal para nosotros, te entiendo perfectamente.
Mizu me dedico una pequeña sonrisa, que al mismo tiempo me pareció algo triste. Mirándola, fue cuando comprendí que cada minuto que pasaba, me enamoraba más de Mizu, y la distancia que había entre los 2, parecía acortarse. Decidí seguir nuestro juego de preguntas y respuestas, hablando con tono juguetón:
-Bueno, ahora me toca a mi preguntar, y te haré la misma pregunta que me hiciste a mi… ¿Tienes algo de tu pasado que te desagrade? ¿Algún miedo, o algo así?
-Ah bueno…-Mizu medito la respuesta por unos segundos, mientras su semblante se mostraba mas serio y triste-. Si, hay algo malo que me pasó cuando era mas chico, y que actualmente aun me aterra… Cuando era mas pequeño, antes de que Tanaka oto-san muriera, en una de las visitas que nos hacía a Shui oto-san y a mi, me llevaron a pasear a un parque de diversiones. Estar con ellos 2 siempre me hacía muy feliz, y yo me sentía maravillado mientras Tanaka oto-san me mostraba las últimas fotos que le había tomado a Hikari, y me hablaba de él, al tiempo que también me prometía que algún día conocería a Hikari, y ellos 2 vendrían a vivir con nosotros. Pasé pensando eso toda la noche, hasta que al bajarnos de uno de los juegos, miré algo que me llamó la atención, y me alejé de mis padres. A causa de eso, me perdí en el parque de diversiones alrededor de media hora, las mas angustiantes de mi vida. Yo gritaba y los buscaba con desesperación por todos lados, llorando, las personas sólo pasaban alrededor, sin siquiera detenerse a ayudarme. Sentía que estaría solo, y perdido para siempre en ese lugar, hasta que afortunadamente ellos lograron encontrarme… Hasta la fecha, hoy en día, no he logrado olvidar esos angustiosos momentos, y no resisto estar solo en un lugar donde halla mucha gente, pues siento como si fuera a perderme de nuevo, y desaparecer entre tantas personas… Je, creo que es algo tonto ¿verdad?-Preguntó Mizu con timidez, y un poco de vergüenza.- Seguir teniendo ese miedo a causa de algo que me paso en la infancia…
-¡Por supuesto que no!-Exclamé con seguridad, para tratar de consolar a Mizu, y que no se sintiera avergonzado-. Eso no tiene nada de tonto, pasaste por algo que te angustió cuando eras pequeño, no es tonto que aún temas a eso, todos le tememos a algo Mizu-kun, que en ningún momento te avergüence o te haga sentir mal ¿de acuerdo?
Mizu me miro con sorpresa, algo azorado ante mi entusiasmo, pero después, me mostró esa sonrisa angelical que tanto lo caracterizaba, y que lo hacía tan lindo.
-Muchas gracias por tratar de animarme, y por ser tan sincero conmigo Ryu-kun, en verdad te lo agradezco… ¿Te confieso algo? Me siento feliz de que hayamos tenido este tiempo a solas, nunca creí que los 2 nos entenderíamos también, ya que por desgracia, en la escuela no tuvimos mucha oportunidad de hablar. Es agradable hablar contigo, parece que los 2 nos entendemos a la perfección.
No podía creer lo que Mizu acababa de decirme, incluso hasta pensaba que estaba soñando. Quería saltar de alegría ahí mismo, correr y bailar, pero si lo hacía, lo más probable es que Mizu pensara que estaba demente, por lo que lo único que hice fue sonreír de oreja a oreja, sintiendo a mis mejillas sonrojarse.
Antes de que alguien mas dijera algo, miré como Mizu observó el reloj de su video móvil y después dirigió la vista hacia el backstage de nuevo.
-Um… Hikari ya se tardó mas de lo que esperaba… ¿Me pregunto si todo estará bien?
-¿Quieres que nos acerquemos al backstage para ver si no esta por ahí?
-Si, creo que es lo mejor.
Así lo hicimos, dejamos nuestros asientos, y nos dirigimos a la puerta del backstage de nuevo. Casi llegábamos, cuando algo pasó de repente. Muchos de los fanáticos de Hathor volvieron a entrar al domo, juntándose con los otros fans que aun estaban adentro, comenzando a hacer destrozos por todas partes. Todo esto lo hacían para tratar de ver a los miembros de la banda, colándose al backstage. Las cosas empeoraron, cuando a causa de toda esa multitud de fanáticos enloquecidos, Mizu y yo nos separamos pues se empujaban unos contra otros.
Recordé de repente lo que Mizu me había contado, el miedo que le daba quedarse solo cuando había mucha gente reunida, justo como lo que estaba pasando en ese momento. No perdí tiempo, y comencé a buscar a Mizu con desesperación, de ninguna manera podía permitir que Mizu continuará solo entre esa multitud salvaje.
Sin embargo, por mas que lo buscaba y llamaba, no lograba encontrarlo por ningún lado, deseaba como nunca poder electrocutar con mis poderes a todos esos roqueros buenos para nada para que se tranquilizaran de una vez, pero desistí, pues si lo hacía, lo mas seguro es que todos se fueran contra mi.
Llevaba alrededor de 15 minutos buscándolo, y con cada minuto que pasaba, mi desesperación aumentaba pues no lograba encontrarlo por ningún lado. El pecho me dolía al pensar lo asustado que debía estar Mizu, tampoco era seguro llamarlo al video móvil para preguntarle donde estaba, pues lo mas seguro es que no lograríamos escucharnos bien a causa de tanto alboroto. Veía ya todo perdido, cuando mi mirada vio algo de repente, las puertas de los baños del domo… ¿Y si Mizu había entrado en los baños para resguardarse de los fanáticos locos? Era posible, ya que Mizu era un chico muy astuto. Sin mas tiempo que perder, me abrí paso entre la multitud rápidamente, y entré al baño.
Al entrar, sentí un enorme alivio al ver a Mizu sentado en el piso del baño. Sin embargo, este no se veía muy bien, tenía sus piernas dobladas y apoyadas en su frente, al tiempo que sus brazos estaban alrededor de sus piernas. Me arrodillé ante él y le pregunté muy alarmado:
-Mizu-kun ¿estas bien?
Al voltear a verme, sentí perder el aliento, al ver las lágrimas que resbalaban sin cesar de los ojos de Mizu, su piel estaba muy pálida también, y su respiración se escuchaba agitada.
-Ryu-kun, yo… yo… ¡¡tenía mucho miedo!!
Exclamó con la voz llena de temor, y se lanzó a abrazarme, mientras continuaba llorando en mi regazo.
-Tranquilo, tranquilo Mizu-kun, ya paso, todo esta bien, por favor, ya no sigas llorando.-Le susurré con voz dulce, acariciándole la cabeza para tratar de tranquilizarlo-. Ya no tienes nada que temer, ya estoy contigo, y de ninguna manera pienso dejarte solo… Nunca te dejaré solo, siempre estaré a tu lado, protegiéndote cuando me necesites.
-¿Lo dices en serio?-Habló Mizu con voz más calmada, fijando su mirada en la mía, unas cuantas lágrimas aún escapan de sus ojos-. A pesar de la locura de allá afuera viniste a buscarme, y lo mas sorprendente, es que supiste donde estaba… ¿En verdad nunca me dejaras solo?
-No… Algo en mi interior me dijo que estarías aquí, y ya te lo dije, mientras me necesites, estaré a tu lado, de ninguna manera pienso dejarte solo… Mizu-kun.
-No lo hagas, no me dejes solo, por favor, Ryu-kun.
Mizu me abrazo con fuerza, aferrándose a mi, yo no pude mas que devolverle el abrazo, tratando de tranquilizarlo, y de alejar el miedo de él. En ese preciso momento, fue cuando me di cuenta, me di cuenta que Mizu era la persona indicada para mi, por la enorme conexión que había entre nosotros, la manera tan perfecta en que los 2 parecíamos entendernos. Lo que pasaba no podía ser un error, ni una ilusión, nuestros corazones latiendo con fuerza en perfecta sincronía esa noche mientras nos abrazamos, me indicaba que Mizu era la persona a la que había estado buscando durante tanto tiempo.
+ Fin +