<b>¿Cómo podría definirle?... Siempre me ha parecido difícil dar una definición de las personas, supongo que hacerlo de manera objetiva es la más viable...
Cho Kyuhyun: 22años; Un chico alto, delgado, generalmente de pelo negro y corto... Poseedor de la voz más rica y expresiva del mundo, que es capaz de hacerme entrar al nirvana como también abandonarme en el rincón más recóndito del submundo.
Kyuhyun ah; Uno de los 3 vocalistas principales de Super Junior, el maknae de Super Junior. Mí maknae... El hombre que me tiene al borde del colapso nervioso.
Ok, eso no fue muy objetivo</b>
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Yesung no puede evitar soltar una sonrisa al hacer esta pequeñísima definición del menor. Sentado en el escritorio de su cuarto con un lápiz en la mano y un papel sobre la mesa, con una tenue luz que no alumbra más que la pequeña pieza de papel
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Son ya las 3.40 de la madrugada. Mañana tenemos un fan meeting a las 10 y sinceramente no puedo ni quiero dormir; Kyuhyun me dijo que vendría a verme hoy, dijo claramente que terminaba de grabar un tema para no sé quién y al llegar vendría a mi cuarto... aun le espero</b>
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Suspiró y releyó lo que tenía escrito para luego dar vuelta hacia la ventana, mirando la luna menguante que estaba particularmente grande y brillante, dándole a todo un pequeño resplandor blanquecino. Se levantó y abrió la ya dicha ventana, apoyándose en el marco, sintiendo como el frío viento nocturno mecía sus cabellos, helándole las manos y en general el cuerpo... tan frío como el corazón del menor, pensó de repente regalándole una triste sonrisa al horizonte.
Estuvo ahí un tiempo ¿5 minutos, 10? Quizás hasta media hora. En la noche el tiempo perdía su curso y además Yesung había aprendido a no hacerle caso a este; a esperar indefinidamente, a perder horas enteras por su maknae, a pasar noches en vela y días angustiantes debido a su causa
- Game Kyu... – susurró luego de suspirar. Él más que nadie sabía que ese apodo estaba hecho a la medida para el menor: nadie es capaz de jugar con los sentimientos de una persona como lo hacía Kyuhyun, se sentía incluso capaz de apostarlo
Volteó violentamente hacia su velador, siempre tenía en ella una cajetilla de cigarros, la cual había permanecido completa por más de un año y que en este mismo instante le daban ganas de estrenar, bufó, molesto consigo mismo cerrando la ventana y sentándose nuevamente en su escritorio, con los ojos cerrados hacia el techo
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<b>¿Te das cuenta de lo que me haces Kyu? ¿Te das cuenta que estoy más ojeroso que de costumbre? ¿Notas acaso que ya no puedo mirarte a los ojos por más de 5 segundos? A lo menos has notado que ya no soy el mismo Yesung ¿verdad?... Sinceramente lo dudo, jamás te has puesto a pensar en mí, lo único que te interesa acerca de mí es que muero por ti y, bueno, supongo debería verle el lado positivo y conformarme con que eso te alegra ¿no? Porque sé que disfrutas como nadie el hecho de hacerme creer que me correspondes, de abrazarme así como lo haces, de estar apunto de besarme para sólo decir que te gusta mi perfume... Bueno perdón entonces, porque no puedo sentirme bien con eso
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Como todas las veces que se ponía a reflexionar acerca de Kyuhyun sentía su pecho apretado y unas irremediables ganas de llorar. Le llegaba a parecer gracioso: como nadie sabía lo que le sucedía y como tampoco estaba dispuesto a confesárselo siquiera a RyeoWook, su única forma de desahogarse era escribiendo lo que pensaba, escribir hasta que su mano se entumiera, sus ojos se secaran y su corazón doliera tanto que le dañara, para luego arrugar los papeles y quemarlos, esperando que así también sus sentimientos se hicieran cenizas
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<b>A veces me siento patético y eso es muy extraño porque sé que soy especial, que soy un poco idiota a veces y que tengo pensamientos un tanto diferentes, sin embargo jamás me había sentido así.
En fin, el punto es que no sabes lo vergonzoso que es para mí estar como estoy. Tengo 26 años, en un par de meses cumplo 27 y tú recién acabas de cumplir 23. Soy tu hyung por varios años, eres el maknae. EL MAKNAE, habemos 12 personas mayores que tú en la banda, e incluso, si te consideramos como Suju M, somos 13 los mayores que tú y sin embargo me tienes así, de desolado, de perdido, de disminuido. Si hasta llego a parecer una escolar que endiosa a su "idol-oppa" y eso, créeme, me hace odiarme</b>
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Se levantó nuevamente, desperezándose para luego salir de la habitación con cuidado. El pasillo estaba completamente oscuro y si no conociera el lugar, lo más seguro que hubiese chocado más de alguna vez.
Emprendió a paso silencioso el camino hasta la cocina, pasando por varias de las puertas de sus compañeros, notando de pronto los ardientes sonidos que se colaban de la habitación de EunHyuk y suspiró triste, sintiendo la envidia que le producía saber que él y DongHae podían amarse y ser felices juntos mientras él sufría porque aquel al que amaba no tenía ninguna intención de corresponder sus sentimientos
Se sirvió un vaso de agua que dejó sobre la mesa del comedor para volver a paso rápido a su cuarto y traer la dichosa caja de cigarrillos, tomando el vaso y saliendo al balcón, sabiendo que se congelaría al estar vestido con ese delgado pantalón de pijama con aquella polera manga corta, que, cabe mencionar, le había obsequiado el menor para su cumpleaños
Tomó un sorbo del agua y se enfrascó en la minuciosa abertura de la cajetilla. Le producía cierto sentimiento de culpa fumar, pues sabía cuanto se dañaba con cada pequeño cigarro, sin embargo a veces el dolor era tanto, que la única forma de apaciguarlo era esa. En sus eternas esperas había llegado por concluir que era una forma de reemplazar el dolor que sentía al sentirse despechado por el dolor que le producía decepcionarse a si mismo
Abrió la pequeña caja de cartón extrayendo de ella uno de los cigarros, dejando caer la cajetilla y llevándose el cilindro a los labios encendiéndolo sin ningún apuro
Botó la primera calada para apoyar sus brazos en la baranda, observando como iluminaban la noche los pocos autos que aun se hacían presentes en las calles, volvió a inhalar el tóxico humo, reteniéndolo en su interior incontables minutos, cerrando los ojos para luego expulsarlo mientras sus ojos se permitían por fin liberar esas lagrimas que estaban presas en su interior por casi un mes
Se maldecía por querer a Kyuhyun, por estar así, por ser tan masoquista como para seguir esperándole por más de dos años, por no ser capaz de mirar a nadie más que no fuera su maknae Game Kyu
Sentía que su profesionalismo se estaba yendo por cada día que amaba al menor, pues ya no le daban ganas de superarse, de aprenderse partes nuevas, de ensayar, de esforzarse. Ni que decir el cantar con Suju K.R.Y, ese era y sería siempre su peor martirio, pues sentía la necesidad de mostrarse bien, excelente, de sobrepasar a sus otros dos compañeros y que solo su voz quedara en los oídos de los fans cuando él mismo dejaba de escucharse cuando Kyuhyun comenzaba a cantar y era conciente que su capacidad de concentración disminuía en directa relación a como crecía sus sentimientos por el otro chico que a su vez era proporcional a las veces que lo oía cantar
Dejaba que las lágrimas salieran de forma libre, en un silencioso llanto, mientras seguía fumando paulatinamente. Estaba tan abstraído del mundo que siquiera sintió como la puerta de entrada se abría, dejando entrar al mismísimo Cho Kyuhyun, que tampoco reparó en la presencia del mayor en el balcón, pues entró a paso firme y directo al lugar donde supuestamente este debería estar a las 4.50 de la madrugada
- ¿Yesung hyung? – susurró abriendo un poco la puerta de la alcoba. Al no recibir respuesta abrió un poco más viendo la luz del escritorio y animándose a entrar. Se sorprendió al no verlo dentro de la pieza, ver la cama completamente armada, el cajón del velador abierto y esa luz que indicaba el mayor había estado escribiendo. Cerró la puerta tras de sí y avanzó a la mesa, tomando los papeles que Yesung había rayado horas antes
Se sentó sobre la cama a leerlos al notar que aparecía mencionado en ellos, angustiándose por cada una de las líneas que completaba. Yesung no podía tener una imagen más errada de su persona, quizás sí tenía razón al decir que no había notado los cambios, pues estaba terriblemente sorprendido y dolido al saber lo que pensaba su hyung de él. Se levantó abruptamente dejando las hojas donde las había encontrado para salir de la habitación sin importarle ahora romper la paz nocturna.
Abrió su propio cuarto y el baño sin encontrarle encaminándose después hacia la cocina, donde se paró en la puerta de esta para ver una empequeñecida silueta abandonada en el balcón y sintiendo como el nerviosismo lo invadía por cada paso que daba para acercársele
Llegó el momento en que solo una pieza de vidrio separaba a ambos chicos. Kyuhyun se quedó ahí con la mano apoyada en aquel ventanal, sintiendo el miedo de enfrentarse a Yesung y a su vez la pena por saber que el mayor sufría de esa manera, mientras, este no se daba cuenta aun de la presencia de su maknae, aun seguía absorto en sus pensamientos, ya sin lagrimas ni cigarrillo, simplemente él solo en la oscura noche, Kyuhyun tomó algo de valor y despacio deslizó la puerta, recibiendo el golpe frío en la cara, haciendo que Yesung se exaltara y volteara violentamente, paralizándose al ver a su Kyu acercársele y abrazarlo con tanta calidez que incluso sintió como se olvidaba de lo helado del ambiente
- Perdóname – dijo simplemente Kyuhyun, tratando de mostrarle al mayor lo mucho que le importaba, lo quería y lo necesitaba vía ese protector abrazo, que poco o nada era correspondido
- K-Kyu-hyun ah – trató de sonar indiferente aunque el dolor afloraba en cada una de las letras que salían de su boca – ya no juegues más, por favor
- No estoy jugando – dijo el menor cortante, para luego relajar su tono – nunca quise jugar contigo Yesung, jamás quise hacerte daño... créeme que hubiese preferido morirme antes que herirte – agregó con un deje de dolor, a lo que su hyung simplemente guardó silencio – Yesung tenemos que conversar – le dijo alejándolo un poco para mirarle
- Ya no Kyu – sostuvo esa mirada que le estremecía por poco más de un par de segundos antes de que sus piernas comenzaran a flaquear
- Tengo muchas cosas que decirte, que explicarte todo, Yesung todo ha sido un malentendido – Sonaba tan convincente y él mismo se sentía tan desvalido que ese ápice de esperanza que le estaba brindando era algo a lo que su corazón se quería aferrar con su vida, aunque su mente reticente le obligara a negarse a ella
- Tienes 15 minutos – le dijo soltándose de él para volver a la antigua posición sobre la baranda
- Es más que suficiente – dijo el menor con una sonrisa. Se quitó la chaqueta que aun no había abandonado su cuerpo desde su llegada, colocándola sobre los hombros del mayor, aclarando su garganta y comenzando a cantar sin ningún tipo de acompañamiento:
<i>
I'm not a perfect person
There's many things I wish I didn't do
But I continue learning
I never meant to do those things to you
And so I have to say before I go
That I just want you to know
I've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
And the reason is you…</i>
El corazón de Yesung comenzó a latir con una velocidad inusitada, sintiendo ahora de verdad que sus piernas no serían capaces de sostenerle en pie
<i>I'm sorry that I hurt you
It's something I must live with every day
And all the pain I put you through
I wish that I could take it all away
And be the one who catches all your tears
That's why I need you to hear
I've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
And the reason is you…</i>
Las lágrimas volvieron a nublar sus ojos y a recorrer sus mejillas, sin siquiera intentar ser reprimidas, permitiéndose incluso suspirar de vez en cuando, fue entonces que Kyuhyun pasó sus brazos por los hombros del mayor volviendo a aprisionarlo hacia sí, besándole el cabello
<i>I'm not a perfect person
I never meant to do those things to you
And so I have to say before I go
That I just want you to know...</i>
Yesung dejó que el pequeño le cantara esta estrofa casi al oído, disfrutándola con los ojos cerrados para luego unirse al canto y terminar la canción en aquella armonía perfecta que solo ellos dos sabían conseguir. Kyuhyun hizo voltear al mayor para unir sus labios en un suave y profundo beso, el cual prometía ser el primero de una larga historia
- Perdóname por todo Yesung – dejo la cabeza de su hyung descansar en su pecho - jamás quise dañarte así, y no sabía que lo hacía la verdad – suspiro para luego tragar saliva y hablar – Jamás quise jugar contigo… lo que sucedió es que yo, no estaba seguro de lo que sentía por ti, no se si no quería darme cuenta o simplemente tenía miedo, pero muchas veces estuve apunto de besarte y me detenía, porque eso me confundía y me hacía mal… pensé que al no besarte ni tocarte estarías más a salvo de mi inseguridad y te heriría menos, pero supongo me equivoqué – habló en un apesumbrado tono que hacía notar lo doloroso que era para él la situación
-…- Yesung aun sentía temor y si bien quería gritar al mundo que estaba enamorado de Kyuhyun no podía hacerlo – K-kyu – le llamó, a lo que el aludido le miró, encontrándose sus ojos por casi un minuto en completo silencio - ¿me quieres? – preguntó dubitativo y sonrojado de sonar como una verdadera quinceañera, el menor sonrió enternecido para volver a probar los labios de su hyung
- más de lo que crees – dijo acariciándole el cabello – y me da rabia haberlo notado tan tarde, pues podría haber pasado muchísimo más tiempo contigo, que perdí solo por dudas – el mayor solo sonrió volviendo a apoyar su cabeza en el pecho del maknae embriagándose con su olor
- Vamos a dormir Yesung, estas congelándote aquí afuera y mañana tenemos trabajo temprano – dijo con ternura, asumiendo el complejo de hyung que siempre había tenido el mayor asintió y se dejó arrastrar de la mano por el otro chico hasta su cuarto en donde ni bien llegó se comenzó a acostar, siendo acompañado por Kyuhyun que lo abrazó protectoramente – hasta mañana Yesung hyung – dijo cerrando los ojos
- hasta mañana… - cerró los ojos un momento para luego abrirlos de golpe y voltear a mirar al menor – Kyuhyun ah – dijo serio mirándole, a lo que el otro chico abrió los ojos curioso – prométeme que no estoy soñando – dijo infantilmente. El menor soltó una risita que hizo sonrojar al mayor para luego volver a abrazarle
- Lo prometo Yesung, nunca más será un sueño…