Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Kannazuki No Miko ACORRALADAS por smith88

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Acorraladas

 

Primero

 

Miró de reojo a la angelical rubia, esta se encontraba sentada a su lado con lágrimas amenazando con salir de sus hermosos ojos amatistas, podía sentir como respiraba nerviosa, esperando escuchar las palabras que las llevaría al total infierno. Se sentía tan miserable, tan poca cosa por arrastra al amor de su vida a una vida que no merecía, pero peor era la impotencia de no poder acercarse a ella, abrazarla y consolarla como en tiempos anteriores lo había hecho.

El silencio en el recinto era abrumador, las personas presentes esperaban expectantes por un castigo o reivindicación. Uno de los jurados salió de la sala de deliberación y de inmediato se acercó al juez para entregarle una carta, el hombre con el seño fruncido le dio rápidamente un vistazo al veredicto, apresurándose a darle fin a aquel denigrante circo.

-Según las pruebas presentadas y los testimonios de algunos presentes, el jurado encuentra a la señorita Himemiya Chikane y Kurusugawa Himeko culpables del asesinato del joven Oogamy Souma.

Se sintió sin fuerzas, relajó su cuerpo resignada, ¿que mas podía hacer si en menos de un minuto se destruyo todo un futuro lleno de felicidad, admiración, y lo más importante amor? La calma desapareció, no sintiendo el dolor propio sino el de Himeko, quien no soportó mas y dejo caer el llanto acumulado de las dos horas que estuvieron allí sentadas.

-La condenada para cada una será de 15 años en la cárcel de máxima seguridad de Abashiri- continuó el hombre doblando la hoja previamente entregada –policías pueden proceder a trasladar a las jóvenes.

Temblaba... su cuerpo temblada sin control; de entre todas las posibilidades de tener una asquerosa vida nunca se imagino el ser acusada y encerrada en una de las cárceles más peligrosas de la ciudad de Tokio, ¿qué le deparaba el futuro si solo era una rubia asustadiza de poca personalidad y en exceso dependiente?. Sintió la mirada de Chikane sobre ella pero no quiso voltear, no quería sentirse peor cargando también con el dolor que denotaban esos ojos azules.

Los policías se acercaron pero dieron un momento a las chicas para poder asimilar la catastrófica noticia.

-Te sacaré de aquí Chikane, no importa lo que tenga que hacer- decía una joven afligida quien cumplió el trabajo de abogada defensora –solo dame algo de tiempo y estarás libre.

-Primero encárgate de sacar a Himeko, ella no merece esto, ahora discúlpame mi nuevo hogar me espera– se incorporó facilitándole el trabajo a los policías. La rubia ya se había puesto de pie y era encaminada a la salida, donde un camión las esperaba para llevarlas a un nuevo destino.

La joven de cabello azulado antes de cruzar las puertas desvió su rostro buscando entre los espectadores la mirada de su padre, la encontró, nunca había visto tanta decepción y dolor en su progenitor, quiso gritarle rogándole por el perdón, pero el simplemente le dio la espalda, no quería presenciar el momento en el cual su única hija le era arrebatada de su lado.

Al salir de la sala sintió como los flashes de las cámaras la segaron momentáneamente, se escuchaban gritos, insultos, palabras de apoyo, silbidos, murmullos, la gente se mataba por tener la mejor foto, los periodistas atosigaban con miles de preguntas que jamás tuvieron respuestas, era la noticia bomba del año y la expresión “pasar desapercibida” no era existente para los paparazis y faranduleros. Los hombres armados luchaban contra la multitud buscando crear un sendero para movilizar a las condenadas velando por su seguridad.

Caminaron por unos pasillos hasta llegar al medio de transporte, subieron por la parte de atrás acompañadas por dos policías totalmente armados, tomaron asiento una frente a la otra, logrando que el amatista y azul intenso se conectaran por primera vez en el día.

-Te protegeré Himeko como siempre lo he hecho- afirmó en un susurro buscando inútilmente que lo dos hombres que las escoltaban no escucharan.

La rubia no dijo nada, solo se acomodó esperando encontrar algo de paz en medio del oscuro panorama que se le presentaba en frente.

El camión emprendió su camino. Durante el recorrido ambas jóvenes mantenían los ojos cerrados, ya no lloraban, solo recapacitaban, soñaban y deseaban devolver el tiempo, como si con ello pudieran enmendar los errores cometidos.

Chikane en medio de su meditación sintió el cuerpo de alguien tomando lugar a su lado, abrió los ojos expectante al sentir el calor de Himeko en su hombro, busco afianzar el contacto sin importarle la falta de privacidad.

-Si Chikane-chan está conmigo, hasta el mismísimo infierno será un paraíso.

-Nunca me separe de ti y te prometo que esto será solo una piedra en el camino las dos saldremos en unos cuantos días, debemos tener paciencia.

-Te amo- la rubia ladeo la cabeza y le dio un beso en la mejilla- no importa cómo, cuando, ni donde, solo sé que te amo.

Después de casi 90 minutos de recorrido por fin llegaron a su destino, bajaron del camión y pudieron presenciar la fachada de lo que sería su hogar de paso. Escoltadas por los policías se adentraron a la zona, fueron llevadas a un cuarto en el cual a cada una les asignaron las debidas vestimentas y objetos de aseo personal, no sin antes, someterlas a una exhaustiva revisión de cada parte del cuerpo para cerciorarse que no tuvieran objetos extraños. Al salir de aquella habitación pasaron por los pasillos principales, eran cerca de las 6:00 pm y todas las presas se encontraban en sus respectivas celdas. Se alertaron al ver la presencia de carne fresca como solían llamar a las novatas. Gritos obscenos era lo que escuchaban al atravesar la estancia, gritos que angustiaban aun más el herido corazón de la rubia que de por si mas lastimado e indefenso no podía estar.

-Suerte que les tocó la misma celda- comentó una de las guardias que las guiaba.

-Traten de no meterse con nadie y mantenerse al margen de las cosas- agregó la otra uniformada que iba detrás de ellas –y por favor señorita Himemiya no demuestre quién es usted, aquí las niñas ricas no son bienvenidas, y no queremos tener que ser sus guardaespaldas, bastante problemas tenemos cada vez que ingresa una nueva e imagínese la magnitud si se enteran de su situación.

Las jóvenes se mantenían en silencio escuchando a las guardias de turno, entre otras cosas, a Chikane le hervía la sangre escuchando como las criminales lanzaban comentarios inapropiados para Himeko. Tomó la mano de la rubia en un intento por demostrar que le pertenecía, siempre fue celosa y posesiva, siendo el imponente porte de la gran y poderosa Himemiya su carta bajo la manga, nunca le gusto armarse de su condición social para alejar a los indeseados, pero a veces se veía en la obligación de hacerlo. Comprendió que en este lugar no podía jactarse de su poderío, convirtiéndola en un peón más de un juego de ajedrez.

Por fin llegaron. Himeko asustadiza entro apresurada buscando la aparente seguridad de esas cuatro paredes, Chikane de inmediato la siguió y juntas se sentaron en la primer cama del camarote.

-No pueden estar encerradas aquí siempre – afirmó la guardiana, asegurando la reja –aquí hay reglas que cumplir y el encuentro con las otras presas es inminente- terminó y salió con su otra compañera.

-Yo dormiré abajo- aseguró la ojiazul restándole importancia a los comentarios.

-Y yo lo haré contigo.

-Por mi no hay problema me encanta sentir tu calor.

Se prepararon para el descanso, tomaron lugar en la estrecha cama nada comparable al lecho al cual estaban acostumbradas, Chikane por poseer los lujos propios de un Himemiya e Himeko por ser su pareja.

Lejos de preocuparse por banalidades la joven de mirada azulada sentía miedo, no quería que llegara el nuevo día que revelaría el oscuro mundo de una cárcel, sabía que era una presa fácil y por primera vez en su vida temió no poder proteger a Himeko.

-Tengo miedo- se escuchó el susurro rompiendo el silencio.

-Chikane-chan no me digas eso- se abrazó mas a ella –si tu temes, entonces imagina como me estoy sintiendo yo.

-Esto no hace las cosas diferentes, te protegeré con mi propia vida si es necesario.

-Pues espero que no lo sea.

Su corazón dio un vuelco, ¿donde había quedado la seguridad infundada a través de los años por su padre?, intentó respirar de manera normal tratando de relajarse, eso provocó que el nudo en su garganta  acrecentara,  ahogándola, quemándola, cegándola, dejándola expuesta y dolorosamente indefensa, “cálmate, no hagas esto delante de Himeko” pensaba, pero su cuerpo no obedecía el mandato de su mente, la respiración se hizo más rápida, no quería mostrarse débil, las palabras anteriormente expresadas habían calado hondo en su pareja creándole aun más incertidumbre. Cerró los ojos, aguantó la respiración, apretó sus puños con fuerza desmedida, y espero... espero el alivio, un alivio que jamás llegó, un alivio que se burló de ella y la traicionó, abandonándola, dejando que el torrente de sentimientos saliera sin control alguno.   

Los sollozos no se hicieron esperar, la rubia al percatarse de esto soltó un poco el agarre para fijar su vista en algo que nunca antes había presenciado, su Chikane-chan llorando desconsoladamente.

Himeko intentó liberar aquella angustia con un abrazo protector, su garganta se cerró también y pequeñas lágrimas emergieron por su ojos violetas, dolía, dolía bastante verla tan herida, tan frágil e indefensa entre sus brazos. Un agudo dolor recorrió su pecho lentamente asegurándose de dejar marca a su paso.

Que infame y egoísta se sintió en aquel momento, ella huía y se resguardaba de sus temores dejando a Chikane sola y a la deriva, siempre esperando ser protegida, sin pensar en la humanidad de su compañera. Con una nueva inhalación de aire después de controlar sus silenciosas lágrimas se calmó, tomó una radical decisión, de ahora en adelante dejaría de ser una carga para Chikane, ya no sería su sombra sino su compañera de batalla.

-Estoy contigo, y saldremos juntas adelante, cubriremos mutuamente nuestras espaldas.

-Himeko yo...

-Sshhh...- la calló con un dulce beso –ahora duerme yo velaré tus sueños esta noche mi princesa.

  CONTINUARA...

Espero que esta historia sea de su agrado, este capítulo es algo corto pero los próximos prometo sean más extensos, a lo largo del contenido veremos mucho cariño por parte de las protagonistas, pero también mucha crueldad, la convivencia en una cárcel no va a ser nada fácil.   

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).