Su cabello rubio dorado caía elegantemente por su frente cubriendo parte de su azulina mirada, estaba sudando y agitado,
sus mejillas sonrojadas y su boca entreabierta, ahí recostado en el gran sofá mullido de color beige
–pero que calor-
susurro limpiándose el sudor que enmarcaba sus delicadas facciones, era verano y el clima en Akatsuki no era de los mas favorecedores, su arcilla estaba montada sobre la mesa,
estaba solo con Hidan, Kakuzu y Tobi, los dos primeros encerrados en su habitación desde que habían llegado la semana pasada, no entendía como era que no morían asfixiados por tanto calor,
se había despojado de su capa y poco faltaba para que solo se quedara en ropa interior
(Alice: Kami por favor concédemelo ¬//¬)
pero el chico piruleta lo observaba pintando un pergamino con sus plumines de colores, era la primera vez que se estaba quieto y callado,
se levanto como si nada del sofá rumbo a la cocina mientras Tobi tarareaba una canción
–necesito refrescarme-
busco en el refrigerador algo que había comprado con gula solo para él solo, había puesto un letrero muy claro
“quien se tome esto volara en pedazos hasta la estratosfera um”
pero había alguien que no había leído esa advertencia, tal vez por juguetón, tal vez por tonto
-¡¡¿Quién tuvo los cojones para robarme mi Frutsi de uva?!!-
salió echando llamas por la boca, con los ojos desorbitados por la furia mesclada con el devastador calor que lo tenían más malhumorado que de costumbre,
Tobi tembló en su asiento mientras encaraba a su sempai
-eto…Deidara-sempai ¡no me mate!…-
el chico no espero hasta que este reaccionara, se apresuro a cruzar la puerta como rayo mientras agitaba las mangas de su capa con desesperación esperando que alguien lo ayudara
–¡Kakuzu- sempai, Hidan-sama por favor ayúdenme que me mata!-
pataleo mientras golpeteaba su puerta, estos no respondieron
-¡ven acá maldito filulais de mierda! ¡Te are arte cuando te encuentre!-
Tobi golpeo con más fuerza y casi le pega a Kakuzu cuando este abrió la puerta
-¿pero qué…?-
el chico como perrito regañado se escabullo por las piernas de Kakuzu metiéndose bajo la cama de estos, Deidara se detuvo en seco frente a ellos
-¿pero…? O_O-
Deidara miro a Kakuzu y a Hidan, ambos desnudos y bastante sudados, el albino apenas cubierto por las sabanas…
-¡tapate maldito!-
grito Deidara volviendo la cara mientras el mencionado miraba su esbelto cuerpo desnudo
-¿Qué? ¿Por qué? A mí me gusta estar así-
Kakuzu suspiro cansado mientras levantaba las sabanas de la cama para poder ver mejor al chico perro que asustado temblaba haciendo también temblar la cama junto con Hidan
-¿y bien Tobi?-
el chico solo miro a Deidara maniaco y se metió aun mas debajo de esta
–Deidara-sempai me va a matar por tomarme su Frutsi pero Tobi no sabía, Tobi es niño bueno…eto Kakuzu-sama ¿Por qué tiene tantos globitos bajo la cama? Están mojados…-
el mencionado se rasco la nuca un tanto apenado al igual que el albino
–bien, lárguense y arreglen sus asuntos-
con un movimiento de su mano los hilos que lo cubrían se adhirieron al chico de la máscara inmovilizándolo por completo mientras lo sacaba de debajo de la cama hacia la salida
–bien, tú sabrás que hacer con el…ahora déjenme terminar-
y sin más que agregar saco a Deidara con su mascota…ejem…compañero del a habitación,
Deidara miro al chico que no dejaba de retorcerse a pesar de que sabía que no había nada más fuerte que los hilos de Kakuzu,
era necesario para acallarse al gritón de Hidan y pegarle todo lo que se le fuera cayendo por el camino;
Deidara jalo a su compañero hasta su habitación tirándolo sobre la alfombra color beige con dibujos en un tono un poco más fuerte de rojo
-¿Qué castigo te pondré umm?-
se pregunto mientras pasaba su mano por la máscara del chico, este tembló al contacto
–por favor Deidara-sempai no me haga nada malo…Tobi es niño bueno…y haría lo que sea…-
su voz suplicante excito al rubio, no era que no hubiese pensado en su compañero como algo más que eso,
era que el chico era demasiado molesto como para tomar algo de provecho de él, pero ahora que lo tenía aquí, atado de pies y manos contra la alfombra, con la cama a sus cabezas ¿Por qué no aprovecharse?
–hoy usare un nuevo tipo de castigo Tobi…ya no te are explotar pero…-
subió su mano por la entrepierna del moreno mientras en su cara se formaba una sonrisa maliciosa, el pequeño solo alcanzo a reprimir un gemido
–te castigare como nunca antes…-
poso las manos del chico detrás de su cabeza atándolas a los pies de la cama mientras miraba con lujuria y triunfo el cuerpo esbelto debajo de el
–Deidara-sempai…yo no quiero…eto…-
ignorando las peticiones del menor empezó a desvestirlo y recorrer ese hermoso cuerpo moreno que solo alcanzaba a temblar por el deseo de estar con su tan admirado Sempai,
Deidara descendió por fin hacia su pantalón y jugueteando con esa sonrisa que solo el poseía empezó a bajarlo con lentitud, demasiada lentitud para el pequeño Tobi que ya estaba algo “duro”
–Sempai…déjeme…-
el chico se sentó tratando de llamar a Dei que se encontraba muy entretenido lamiendo su miembro
-¿Qué quieres Tobi?-
se detuvo mirándolo por el único orificio de esa mascara, eso le molesto
–estúpida cosa um será mejor…-
y sin más empezó a retirarla esperando con ansias lo que había detrás
–umm- murmuro complacido, era el rostro moreno y excitado de un jovencito, más chico que el de unas hermosas orbes negras azabache, sus labios entre abiertos suplicaban por algo mientras su rostro se sonrojaba mas y mas
–mételo…a mi boca Dei-sempai-
el rubio obediente bajo sus pantalones hasta dejar su miembro excitado frente al chico moreno quien como si fuera una rica paletita comenzó a saborearlo,
al principio con lentitud y después más rápido, mientras Deidara se sostenía de la cama a sus espaldas, el chico siguió con el juego de mete-saca con la boca del pequeño, desenfrenado… pero de repente se detuvo
-¿Qué… pasa?-
su voz ronca aun por el placer mientras observaba al chico sonrojado debajo de él
–tiene que voltearme Dei-sempai…-
el rubio beso esos tersos labios mientras desataba al chico y le ayudaba a colocarse de espaldas, sosteniéndose de la cama mientras se posicionaba para ser penetrado
–listo…sempai…-
agitado se volvió a la cama para recibir al rubio pero este lo acaricio de la espalda para abajo mientras lo recostaba en la alfombra
–me gustas Tobi…pero el Tobi que eres ahora no el idiota con el que cargo siempre…-
siguió besando y acariciando ese suave cuello y esas carnosas piernas
–usted también me gusta Dei-sempai…pero…mm…no sabía cómo decirle…ahh…-
ambos siguieron con esas dulces caricias, mostrándose más de lo que es un simple cariño de compañeros,
ambos se mostraban lo que tanto tiempo habían callado, lo que nunca se atrevieron a decir, la razón por la que Dei hacia explotar al chico no era por odiarlo
–me frustraba que no lo notaras…que no te dieras cuenta, de cuanto me importabas-
sus cuerpos se unieron siendo uno solo, su cuerpo y su alma respirando al unisonó,
un cuerpo para dos en un mundo que no los comprendía, que no podía notar lo mucho que se amaban, aunque tuvieran diferentes modos de demostrarlo….
–por cierto Deidara-sempai…fue Itachi-san quien se bebió su Frutsi- ^-^
-¿¡que!?- O_O
¿Fin?