Desde pequeño siempre acato cuatro reglas
· No tener remordimientos
· Matar sin vacilar
· Nunca mostrar tus sentimientos
· Nunca enamorarse
Esta ultima siendo la más importante la mayoría la rompían
‘’en el momento que te enamores, morirás’’
Eso decía el jefe de nuestra familia. La familia Miller. Espías y asesinos con alguno que otro trabajito de guardaespaldas
Ellos como asesinos debían ser fríos, despiadados, sin corazón. Pero a la vez elegantes y maestros del disfraz, más de una vez alguno había caído muerto o herido en un trabajo. Siempre eran consientes del peligro de su trabajo, tanto los que lo decidieron como los que no. Como en el caso de él, Matt Miller
Matt
Se escuchan pisadas, alguien se acerca, despierta. Dormir es morir… por favor despierta.
-MATT!!!
Esa voz...la reconozco, ¿está diciendo mi nombre?, pero…no quiero despertar...ella está aquí, estoy a salvo…se está muy bien aquí, no hay dolor, muerte o tristeza… ¿estaré muerto?
-¡Matt! ¡Despierta!
Ni modo, tendré que despertar aunque no quiera
-¡niño, despierta de una vez!!
Abro lentamente los ojos…la luz me molesta, los vuelvo a cerrar...Me pregunto, ¿Cuánto tiempo he dormido?... ¿horas quizá?
-¡matt, ya sé que estas despierto, si no abres los ojos llamare a Ian!!
Demonios, sabe cómo convencerme, bien, intentare abrir de nuevo los ojos…
-¿matt?
Veo su cara, tiene los ojos rojos… ¿ha llorado?
-¡Por dios matt, me diste un gran susto!
Me abraza, se siente reconfortante y… ¿cálido?
-¿Qué me paso?-pregunto
Mi voz esta rasposa, como si no hubiera hablado en días...
-¿no lo recuerdas?
Me ve preocupada…mi última misión…la miro fijamente
-¿falle?-pregunto
-no fallaste, cariño, le disparaste en el último momento, pero… también te dispararon a ti-me responde seria-un disparo en la pierna derecha, otro en el pecho en tu costado izquierdo, también tenias un raspón en la mejilla…al parecer alguien quiso darte un tiro en la cabeza
-cuatro... ¿cuatro disparos?-susurro
-tienes suerte que la bala del pecho no te haya dañado algún órgano interno
-Melanie… ¿como está Sam?-pregunto preocupado
No podría soportar que algo le hubiera pasado a mi mejor amigo por mi culpa, pero La sonrisa que ella me da parece acarrear buenas noticias
-el está bien, cariño-dice ella
Suspiro aliviado-gracias… ¿Cuánto tiempo…?
-tres días-responde a mi pregunta inconclusa-fue un poco difícil parar la hemorragia de tu pierna, Ian tardo una hora en pararla, aparte estabas débil así que lo mejor era que durmieras…
-¿mi padre…?-pregunte
Su mirada se ensombreció
-te dio una semana, después tendrás otro trabajo
-ya veo…
Que iluso fui…pensar que se preocuparía por mí, no soy su hijo biológico, después de todo soy su hijo solo gracias a un maldito papel.
-vamos no te aflijas-mel trata de animarme-el…bueno, eres uno de los mejores y ya sabes...El quiere que te recuperes rápido
Una sonrisa forzada, a ella tampoco le gusta mi situación
-¿puedo preguntarte algo?
-claro-responde sonriente
-… ¿de qué trata mi próxima misión?
Suspira-protección-responde-tienes que proteger a un chico hijo de un jefe de la mafia
-¿Cómo se llama?
-Alexander Johnson
-¿una nenita de papa no?
-puede ser-me dijo–no lo conozco en persona así que no sabría decirte
Genial, protección, tendría que proteger a un nenito de papi…vaya fiasco.
-¿y cuántos años tiene?-pregunto
-quince
-¿dos años menor que yo?-pregunto-eso será un problema, no podre entrar en su mismo curso
-en algo pensaras-me sonríe
Suspiro-¿tienes alguna foto?-pregunto
-si-responde mientras me pasa una hoja con la foto supongo.
El chico es lindo, cabello negro y grandes ojos grises, al parecer era bajito y de cuerpo delgado… muy diferente a mí, pelirrojo, ojos verdes, alto y de músculos mas o menos definidos
-¿es lindo no?-dice mel
-supongo…
-bueno, te dejo descansar-dice mientras se dirige a la puerta
-¿mel?
-¿sí?- pregunta deteniéndose
-¿Dónde está Sam?-pregunto
-está durmiendo en el cuarto de al lado-me responde
Suspiro-gracias-le agradezco
Me sonríe y sale de la habitación...Al parecer todo estará ‘’bien’’.