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Mil grullas de papel por takeru_256

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Notas del fanfic:

Holaaaaaa xD pues aqui yo otra vez, owo esta es una idea que se me ocurrio mientras veia Kobato, un fanfic que en mi opinion quedo bastante bonito owo


Originalmente era un one-shot, pero me salio un poquito mas largo de lo que esperaba y lo publicare en dos caps jeje y es todo...

Espero les guste owo

Notas del capitulo:

Holaaaaaa xD pues aqui yo otra vez!!, owo esta es una idea que se me ocurrio mientras veia Kobato, un fanfic que en mi opinion quedo bastante bonito owo


Originalmente era un one-shot, pero me salio un poquito mas largo de lo que esperaba y lo publicare en dos caps jeje y es todo...

Espero les guste owo

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Tras las vidriosas puertas se podía observar la figura de dos personas entrar, eran dos adultos de expresiones algo angustiadas como la mayoría de las personas que entraban por aquellas puertas, ellos eran un hombre y una mujer, el hombre llevaba en sus brazos a un chico de castaño cabello, la blanca piel de aquel joven lucia tan pálida como el papel, sus ojos se mantenían cerrados y su cuerpo tan flojo como una hebra de hilo.

 

-¡Necesitamos un doctor!- Grito el hombre angustiado a la mujer tras el mostrador que se encontraba frente a el

 

-¿Cuales son los síntomas del paciente?- Pregunto ella, con voz algo tranquila

 

-Se a desmayado derepente, esta pálido y su temperatura es alta-

 

-Pase a la cuarta puerta a la derecha, siguiendo por el pasillo tras esta puerta - Le indica ella señalando una ancha puerta color blanco con las letras “Emergencia” encendidas encima de la misma

 

El hombre, aun con prisa camino con rapidez hacia la puerta y al este abrirla se pudo ver un largo pasillo y a lo largo de ambas paredes del mismo, muchas puertas con carteles con nombres de doctores escritos y sus ocupaciones, también se podía olfatear aquel olor que solo aquellos lugares poseían, aquel que muchos llaman “Olor a enfermo” u “Olor a hospital”.

 

Rápidamente, el hombre inspecciono cada puerta a lo largo del pasillo, hasta llegar su vista a la cuarta puerta a la derecha “Rubén Torres – Medico General” decía el cartel sobre la misma, rápidamente, se aproximo a ella y entro aun con el muchacho en sus brazos.

 

Luego de eso, pasó un rato y el muchacho descansaba sobre una camilla ya terminada su revisión, mientras el señor y su esposa escuchaban lo que el hombre de negro cabello y bata médica les decía

 

-Se ah desmayado por fatiga, también por falta de sueño-

 

-Estuvo estudiando mucho para su examen de esta mañana, y se descuido un poco- excuso el hombre a su hijo

 

-De cualquier modo, esa no es excusa, sus defensas están bastante bajas, casi puedo asegurar que siquiera estaba comiendo como debía-

 

-Es que…- Trato de excusar nuevamente el padre, pero fue interrumpido por el hombre de la bata

 

-De cualquier modo, lo mejor es que se quede aquí unos días, al menos mientras se recupera de esta decaída-

 

-¿Cuánto tiempo será eso? Doctor-

 

-Como una semana, dudo que sea mas- Dice el hombre tomando un papel de uno de los gabinetes del escritorio donde se encontraba sentado y escribiendo un par de cosas en el

-Tendrá que tomar estos medicamentos mientras este aquí y debe asegurarse de alimentarse bien-

 

-Esta bien, muchas gracias doctor-

 

-Bueno, ya pueden despertarle y pasen a la recepción para que la encargada haga los trámites para la habitación del joven-

 

-Si…- El hombre se levanta y se dirige hacia el muchacho –Shiro…- Le llama mientras le mueve ligeramente.

 

El joven comienza a abrir sus ojos, se incorpora lentamente y mira a su alrededor, para luego mirar algo confuso a su padre

 

-¿Dónde estoy?- Pregunto al sentirse nuevamente con habla

 

-En una clínica, te hemos traído después de que te desmayaste-

 

-¿Me desmaye?- Pregunta algo confuso al no recordar bien lo que antes le había pasado

 

-Así es…-

 

-Ya veo… Pero ya me siento mejor- Dijo aunque su voz aun se escuchaba algo débil -¿Nos vamos ya?-

 

-No, hijo, el doctor cree que lo mejor para ti es quedarte aquí mientras te recuperas-

 

-Pero papa… Tan solo fue un desmayo- Dice tratando con dificultad de ponerse de pie, sin embargo su cuerpo no respondía como a el le hubiese gustado

 

-Shiro, lo que el dice es lo mejor para ti ahora- Habla la mujer tras el padre del muchacho –Tranquilo, me quedare contigo si eso es lo que quieres-

 

-Mama… Fue un desmayo, solo me siento un poco débil, no es necesario que pases no se cuantas noches en una clínica, cuidando de alguien que de seguro ya mañana se sentirá perfectamente-

 

-Pero hijo…-

 

-Me vendrás a visitar o me llamaras- Dice sonriendo –Prometo portarme bien y tomar lo que me digan sin importar lo feo que sea-

 

-Bueno… Pero te estaré llamando ¿eh?, y si algo ocurre estaré aquí y no aceptare protestas-

 

-Esta bien, esta bien-

 

-Bien, vamos a recepción, levante, te ayudare a llegar hasta allá, Shiro-

 

-Papa que no es…-

-Hijo, si te vieras en un espejo, te confundirías con un fantasma, es mas, creo que hasta que te puedas poner de pie solo ya es mucho pedir-

 

-N-ni pienses que dejare que me lleves allá cargado- Dice algo apenado

 

-Lo se, pero si no me dejas ayudarte a caminar, tendré que cargarte, escoge-

 

-Esta bien…- Apoyándose de la camilla se pone en pie y luego ayudado de su padre, comienza a caminar hacia afuera

 

-Muchas gracias, doctor- Dice el hombre antes de salir de la habitación

 

Una vez en recepción, el hombre realiza los trámites con la recepcionista, mientras el joven y su madre, esperaban sentados en uno de los asientos cercanos

 

-Vamos- Dice el dirigiéndose al ascensor y haciéndoles señas para que le sigan

 

-Hijo, escucha, estarás aquí por una semana, la habitación incluye la comida de todos los días, de todos modos te dejare algo de dinero por si algo mas se te antoja, tendremos nuestros teléfonos encendidos incluso en la noche, así que no importa la hora, solo llama y de inmediato estaremos aquí-

 

-Ya, ya papa… Que no me estoy muriendo-

 

El ascensor se abre frente a ellos, y ellos entran para subir al tercer piso, una vez suben, entran en una de las puertas frente a ellos “3 – 15” decía el pequeño cartel puesto en ella.

 

Una vez entran, recorren el lugar con la vista, era un cuarto algo pequeño, con una cama en medio y un sofá a los pies de la misma, en la pared frente a la cama tenia una televisión y a un lado tenia una puerta que daba al baño

 

-¿En serio es necesario esto?- Se quejaba el muchacho mientras era prácticamente arrastrado a su cama

 

-Si, ya veras que una semana pasa como nada…-

 

-Si tu lo dices…- Suspira el con pesadez

 

-Aquí dejare algo de dinero- Dice la mujer poniendo algunos billetes en la mesa junto a la cama –No te lo comas en un solo día-

 

-Si, mama-

 

-Bien, entonces nosotros iremos a terminar de arreglar todo con la recepcionista, ¿Seguro que estarás bien solo?-

 

-Que no me estoy muriendo…-

 

-Jaja, solo verificaba, cuídate ¿eh? De todos modos, mañana pasare a dejarte ropa y algo para que te distraigas-

 

-Esta bien papa-

 

-Adiós hijo… estaré al pendiente, te quiero, y mas te vale tomar tus medicinas-

 

-Esta bien mama, también te quiero, nos vemos-

 

La mujer se acerca a el, le besa la mejilla y luego sale con su esposo quien aun se despedía con la mano

 

-Ah…- Suspira al escuchar el sonido de la puerta cerrarse –Será una aburrida semana- dice tomando el control del televisor que estaba en una mesa junto a su cama, y encenderlo.

 

Sin embargo, por la debilidad que aun sentía, rápidamente se quedo dormido.

 

Algunas horas después despertó, televisor aun despedía luces que mantenían alumbrada la habitación, con algo de pesadez, aunque ya menos dificultad, se sentó en la cama y miro hacia la puerta –Aun es de noche- Murmuro para si mismo –Tengo hambre…- Se dijo después, y tomando un poco del dinero que su madre le había dejado, salio de la habitación.

 

Camino un poco por los pasillos iluminados por blancas luces, hasta que llego a una especie de terraza, junto a la cual se encontraba una pequeña tienda

 

-Buenas noches- Le saludo el encargado al verle entrar

 

-Buenas noches- Respondió de igual manera el joven mientras veía las vitrinas frente a el

 

-¿Qué desea?-

 

-mmm Un Sándwich de queso por favor-

 

-¿Algo de tomar?-

 

-Si, nestea-

 

 

-En un momento- Dice el tendero mientras colocaba en pan en un plato y  luego comenzaba a servir la bebida de una de las maquinas tras el

 

-Son 5 Dólares- dice el entregándole la orden

 

-Tenga…- El joven toma su comida, entrega el dinero, y sale a sentarse en una de las mesas que había en el balcón –Que fresco esta…- Dice al sentir la brisa acariciar suavemente su piel mientras comienza a comer

 

-¿Comiendo un bocadillo de medianoche?- Se escucha una voz tras el, lo cual le hace voltear -¿Puedo sentarme?- Pregunta el joven que estaba frente a el, era un joven de piel morena y obscuro cabello

 

-Claro…-

 

El joven toma una de las sillas libres y se sienta –¿Por qué merodeas por hay tan tarde?-

 

-La verdad, me desperté de repente, sin mucho sueño y con hambre así que vine a ver si había algo de comer por aquí-

 

-Mmm entiendo…-

 

-¿Y tu?-

 

-Pues nada, me gusta salir en la noche-

 

-Ya veo…-

 

-¿Me dices tu nombre?-

 

-Claro, soy Akima Shiro, ¿Tu como te llamas?-

 

-Mi nombre es Matsuo Ikuto, es un gusto- Dice sonriente

 

-Igualmente-

 

-Y… ¿Por qué estas aquí?-

 

-Porque tenia hambre, ya te dije-

 

-No, tonto, que ¿Por qué estas en esta clínica?-

 

-¡Ah! Jeje lo siento- Sonríe torpemente –Pues, estoy aquí por un desmayo que exageraron hasta convertir en una enfermedad por la que moriría mañana si no me cuidaba- Medio ríe al decir lo ultimo –¿Tu?-

 

-Yo…- El joven desvía un poco la mirada y se queda en silencio

 

-¿Pasa algo?-

 

-N-no- Niega volviendo a su estado anterior –Lo que pasa es que me enferme de gripe y se puso algo feo y por eso termine aquí jejejeje- Ríe nervioso

 

-Valla, entonces no debe faltar mucho para que salgas de aquí, ya ni parece que tuvieras gripe-

 

-Si, jeje tienes razón….-

 

-Y… ¿Qué edad tienes?-

-17 ¿Tu cuantos?-

 

-16-

 

-Valla., pero si pareces de menos jajaja- se burlo el

 

-¡Oye!- Se quejo el mas pequeño haciendo un puchero

 

-Anda… No has comido nada desde que hablas conmigo, no quiero ser el causante de que te de otro desmayo-

 

-Oh… es cierto- Shiro empieza a comer nuevamente, y luego de un rato mas de platica ambos se fueron a dormir a sus habitaciones, acordando encontrarse allí de nuevo la noche siguiente, ya que durante el día, Shiro sabia que sus padres no lo dejarían en paz, con aquella excusa de la ropa

 

-Entonces… ¿Ya  tan rápido hiciste amigos?- Preguntaba su madre mientras doblaba algunas camisas y pantalones sobre el sofá

 

-Si, conocí a alguien anoche, me pareció divertido-

 

-Mmmm me parece bien, así se te pasara esta semana más rápido-

 

-Si…-

 

-Aquí dejare tus medicinas, en la etiqueta de cada una esta el horario en el que debes tomártelas-

 

-Ok-

 

-Bien, ya es todo, come bien y te repito, toma tus medicinas-

 

-Si, si mama, te escuche las primeras 30 veces-

 

-Solo me aseguro-

 

-Pues ya estas bien segura-

 

-Si, bueno adiós hijo, estaré al pendiente-

 

-Esta bien mama, adiós-

 

-Adiós hijo- Dijo besando su mejilla y saliendo

 

Nuevamente Shiro se quedo solo, inmediatamente se metió a bañar y se puso su pijama para estar cómodo mientras reposaba un rato esperando la hora de ir a ver a su nuevo amigo.

 

Se acostó a ver televisión, pero su condición aun no completamente saludable le jugo en contra, haciendo que inmediatamente se quedase dormido

Despertó un par de horas después, tomo su celular y miro la hora, las 10:45, volvió a dejarlo a un lado y se acostó nuevamente

 

.

 

..

 

 

….

 

-¡Demonios es tarde!-Reacciono al fin, levantándose de golpe y corriendo por el largo pasillo hasta llegar a la terraza –¡Lo siento mucho!- Se disculpo al entrar y ver a su amigo sentado mirando hacia el cielo

 

-Pensé que no vendrías…-

 

-De verdad lo siento, es que me quede dormido sin darme cuenta-

 

-Lindo atuendo, me gusta mas que el de ayer- Dice mientras le mira divertido

 

-¿¡E-eh!?- Musita Shiro sonrojado mientras se mira, el largo pantalón y la algo grande polera que componían su pijama, ambas de color celeste -¡No puede ser!-

 

-Jajajajaj baja la voz jajaja la gente duerme-

 

-L-lo siento- Dice aun bastante rojo

 

-Jaja tranquilo, es normal salir así en una clínica- Le sonríe

 

Shiro no contesto, aun apenado por su condición y se sentó con el

 

-Cuéntame... ¿Qué estudias?-

 

-Pues ayer en la mañana presente un examen de ingreso a la universidad jeje-

 

-¿A si? Y ¿Qué tal te fue?-

 

-Bien… aunque creo que me excedí un poquito con el estudio… jeje- Rio un poco nervioso

 

-¿Por eso fue que te descuidaste tanto?-

 

-Si…-

 

-Ya… no puedes seguir a ese ritmo o de verdad terminaras muerto antes de terminar la universidad-

 

-Lo se, lo se, solo fue una vez-

 

-Bien…- Un frío viento comienza a soplar –Ah comenzado a hacer frío…-

 

-Si…- Dice Shiro frotando sus brazos con las manos

 

-¿Quieres que vallamos a mi habitación?-

 

-¿Eh? ¿No habrá problema?-

 

-Para nada, vamos… Antes de pescar un resfriado-

 

Ambos entran nuevamente y caminan por el largo pasillo, hasta que se detienen frente a una de las puertas que hay había “3 – 12” se veía en el cartel de la puerta

 

-Valla, solo estas a tres habitaciones de la mía- Comento Shiro algo divertido

 

-Oh, ¿Enserio?-

 

-Si, la mía es la 3 – 15 ya se que me queda cerca para venir cuando este aburrido-

 

-Jajaja si, bueno, entremos- Dice el pelinegro abriendo la puerta

 

-Es igual a la mia…- Dice Shiro al verla

 

-Pues ¿Qué esperabas?- Contesta el otro con cierto toque de ironía en la voz

 

-Jeje nada, nada, yo solo decía-

 

-Bien, pasa, a menos que planees que nos quedemos aquí toda la noche-

 

Shiro entra a la habitación y después de el entra Ikuto cerrando la puerta a sus espaldas y sentándose en la cama

 

-Siéntate- Le dice a Shiro mientras le hace señas para que se siente junto a el -¿Qué haremos?-

 

-No se tu, pero yo estaba por ponerme a curiosear en tu habitación-

 

-Jajaja no tengo muchas cosas aquí, asi que no creo que encuentres nada interesante-

 

-¿Qué es eso?- Pregunta el castaño señalando un libro en la mesa junto a la cama -¿Te gusta leer?-

 

-Pues es… un libro- Contesta haciendo notar lo obvio en su tono de voz –Y pues no es que me guste jaja solo leo alguna que otra historia que me parece interesante… ¡ah! Y mucho manga-

 

-Woo ¿Te gusta el manga?-

 

-¡Claro! ¡Me encanta!-

 

-¿Enserio?- Pregunta con ilusión mientras sus ojos brillan intensamente -¿Qué has leído?-

 

-Muchas cosas, no te podría nombrar todo jaja  no creo que lo recuerde, pero a ver… Shaman king, Tsubasa Chronicles, xxxHolic, Katekyo Hitman Reborn, y no recuerdo mas jaja ahora estoy leyendo Kobato-

 

-Oh, ¿Enserio?, yo aun no lo comienzo…-

 

-Es muy divertido…-

 

-Ya… ¿Y de que se trata el libro que tienes hay?-

 

-Pues, no lo eh comenzado a leer, pero según me dijeron, es una historia de un mago que viaja y conoce muuuchos lugares, para cambiar su destino-

 

-¿A si? ¡Se escucha interesante! ¿Es bueno?-

 

-No lo se, aun no lo comienzo, lo pensaba empezar a leer esta noche-

 

-¿Enserio? ¿Por qué no lo leemos juntos?-

 

-Esta bien, leámoslo-

 

Ikuto se estira un poco y toma el libro, se sienta un poco mas arriba, apoyando su espalda en el cabezal de la cama, haciéndole señas a Shiro para que se sentara a su lado

 

Shiro, al verle, se sienta a su lado y un poco tímido apoya su cabeza en el hombro del otro chico, mientras este le sonríe y abre el libro

 

-“Cuenta la leyenda que cada 200 años…”- Comenzó a leer el joven en alto tono mientras Shiro escuchaba atentamente la historia, recostando un poco mas su cuerpo sobre el del otro chico

 

Una hora después, el otro joven cerró el libro, y vio a Shiro con los ojos entrecerrados descansar sobre su hombro

 

-¿Tienes sueño?- Le susurro

 

-Algo…- Contesto mientras se incorporaba

 

-Entonces lo dejaremos aquí por hoy… anda… ve a dormir…- Dice acariciando levemente su cabello

 

-Esta bien…. Buenas noches…- Dice saliendo y caminando a su habitación para al llegar, inmediatamente caer dormido en su cama

 

Así pasaron cuatro días, mas, todos con la misma rutina, levantarse y tomar sus medicinas en la mañana, en la tarde, recibir visitas de sus padres, y en la noche, ir junto a Ikuto a leer aquel libro

Realmente esas noches le parecían bastante divertidas, no por la historia que leían aunque era de su gusto, si no por que disfrutaba mucho de la compañía de aquel joven, en esos pocos días que habían pasado, el había sido muy atento con Shiro, siempre estaba al pendiente de si había comido bien en el día, si había tomado sus medicinas, y de no durar hasta muy tarde para que descansase bien, le hacia sentir bien que alguien le cuidase de esa forma.

 

Esa noche, el como de costumbre iba al cuarto de su compañero, sin embargo, una vez que llego escucho voces tras la puerta, cosa que le dio mucha curiosidad ya que no creía que Ikuto conociera a alguien mas en ese lugar

 

-¿En serio es necesario?- Preguntaba la voz de Ikuto, dentro de la habitación

 

-Si, su condición empeora cada vez más, es la única posibilidad que tiene de sobrevivir-

 

-¡Pero es solo un 50%!- Grita Ikuto, con voz  algo angustiada haciendo de inmediato que de los ojos de Shiro comenzasen a salir lagrimas

 

-No…No puede ser- Dice el castaño para si mismo –E-es una mala broma… El estaba aquí solo por un resfriado…¿No?... Algo que se complico nada mas- Habla el para si mismo hipando un poco mientras las lagrimas siguen rodando por sus mejillas

 

-Es lo único que podemos hacer- Vuelve a escuchar la voz del hombre, esta vez con un poco de resignación –Lo haremos en una semana… En su condición es el mayor tiempo que podemos darle-

 

-Esta bien…- Escucha decir a Ikuto e inmediatamente sale corriendo, mientras las lagrimas aun salen de sus ojos

 

Una vez llega a su cuarto, se acuesta boca abajo mientras simplemente llora y llora, sosteniendo fuertemente la almohada contra su rostro hasta aflojarla al quedarse dormido.

 

A la mañana siguiente, despertó con el sonido de su celular.

 

-Diga…- Dijo sin muchos ánimos al atender el aparato

 

-Shiro… No te escuchas muy bien… ¿Pasa algo?-

 

-No mama, es solo que me acabo de despertar- Mintió el -¿Por qué me llamas tan temprano?-

 

-Ah.. Hijo, lo que pasa es que papa y yo no te podremos visitar hoy, surgió una reunión y te llamaba para que no nos esperaras-

 

-Esta bien mama, no te preocupes-

 

-Toma tus medicinas ¿Eh? Ya solo te queda un día allí-

 

-Un día...- murmura el para si mismo algo desganado

-¿Decías algo?-

 

-No, esta bien mama, nos vemos-

 

-Adiós hijo-

 

Shiro cuelga el teléfono y se dirige al baño, se mira al espejo y ve sus ojos, algo rojos por lo que había llorado la noche anterior

 

 

-¡Pero es solo un 50%!-

 

-Es lo único que podemos hacer-

 

Esas frases vinieron a su mente, haciendo que nuevamente saliese una lagrima de sus ojos.

 

-Me mintió…-  Hablo para si –No era solo un resfriado…- Continuo mientras mas lagrimas amenazaban con salir de sus ojos y un nudo se formaba en su garganta.

 

Luego de un momento, seco sus lagrimas y con un poco de agua del lavamanos, lavo su cara –Debo ir a hablar con el…-

 

Tomo sus medicinas y se dirigió rápidamente a la habitación 3 – 12, toco ligeramente la puerta al estar frente a ella y al escuchar “Pase” la abrió

 

-Shiro…- Ikuto estaba sentado en su cama –No viniste anoche… me preocupe mucho…-

 

-¡Eres un idiota!- Contesta Shiro sintiendo ahogadas sus palabras mientras ese molesto nudo en la garganta volvía -¡Un grandísimo idiota!- vuelve a gritar mientras la lagrimas caen nuevamente por sus mejillas

 

-Shiro…¿Qué pasa?-  Pregunta, levantándose y abrazándolo

 

-N-no dijiste n..nada- Solloza con algo de dificultad mientras apoya su cabeza un poco mas abajo de su hombro, causando que sus lagrimas mojaran la camisa del otro joven –¡M-me mentiste!- dice nuevamente entre sollozos abrazándose mas al otro cuerpo

 

-¿Cómo lo supiste?- Pregunta calmado Ikuto, mientras voltea a ver el pequeño cuerpo apoyado al suyo

 

-T-te escuche anoche….- Dice aun sollozando

 

-¿Qué tanto escuchaste?-

 

-S-solo que te operarían-

 

-Ven…- Dice el separándose un poco y guiándole a la cama –Sentémonos…- Ambos se sientan, Ikuto aun abrazaba al otro joven con uno de sus brazos, mientras con su mano libre acariciaba su cabello –Ya…Ya, cálmate ¿si?... Me parte el corazón verte así…-

 

-S-si- Shiro se limpia un poco las lagrimas, mientras sus hipeos disminuyen cada vez mas… -¿Qué tienes?- Pregunta con su voz ya algo natural

 

-Es mi corazón… No se que problema tiene, pero no bombea la suficiente sangre, y mi cuerpo empieza a tener problemas por eso-

 

-¿Por qué me mentiste?-

 

-Apenas te conocía… Y no quería hablar de temas tristes-

 

-Eres un tonto- Dice aun abrazándole

 

-Almorcemos…  ¿Te parece? Ya casi es hora-

 

-Esta bien-

 

Luego, ambos se fueron a almorzar y, un rato después, ya en la tarde, se recostaron en la cama y comenzaron a leer aquel libro que ya hace días habían comenzado

 

-Ya es todo por hoy- Dice Ikuto, cerrando el libro y dejándolo sobre la mesa

 

-Mañana me iré…- Dice Shiro algo desilusionado

 

-Eso es bueno…Pero no suenas muy feliz-

 

-Es que… Ahora quedaras solo aquí… Y pronto te operaran y…- La voz de Shiro empezaba a quebrarse

 

-Ya, ya, estaré bien, no pasara nada- Dice sonriendo

 

-Mentiroso… No te quieras hacer el fuerte… Estas asustado, lo puedo ver…-

 

-Si, tengo algo de miedo… Pero creo que todo saldrá bien, y ya vas a ver que así será-

 

Shiro le abraza y ambos se quedan callados por un rato, sin pensar ni preocuparse por nada, solo disfrutando de ese momento

 

-Oye… Ikuto- Habla Shiro luego de un rato

 

-¿Si?- Contesta el sin cambiar de posición

 

-¿Puedo… Quedarme?- Pregunta algo sonrojado, ocultando su rostro en el pecho de su acompañante

 

-¿Eh?- Musita Ikuto algo sorprendido, separándose un poco para intentar verle la cara

 

-Es que… Mañana me iré, y seguiré viniendo a verte, pero no creo poder quedarme hasta tarde como siempre… Por eso, quiero quedarme hoy para compensarte-

 

Ikuto le mira y le sonríe

 

-Esta bien… Si quieres quedarte, no tengo ningún problema-

 

-¡Gracias!-

 

-Bueno… Ahora a dormir, ¿Si?  Que mañana de seguro te recogerán temprano-

 

-Esta bien- Contesta Shiro dirigiéndose hacia el sofá

 

-¿Enserio piensas dormir hay?-

 

-Pues claro, ¿Dónde mas?-

 

-En mi cama, yo dormiré hay-

 

-¿Eh? ¡Pero si aquí el enfermo eres tu!- Se quejo Shiro

 

-Si, pero tu eres el invitado y es de mala educación dejar que los invitados duerman incómodos-

 

-¡Pues es aun peor dejar que alguien que esta enfermo duerma incomodo!-

 

-A este paso ninguno de los dos dormirá hoy-

 

-Pues tu eres el necio que no quiere quedarse tranquilo en su cama-

 

-Uff esta bien, me quedare, pero con una condición- Dice mirándole fijamente

 

-¿Cuál?-

 

-No dormirás en el sofá-

 

-¡¿Planeas dejarme durmiendo en el suelo?!-

 

-No, en la cama…-

 

-Pero dijiste que dormirías hay…-

 

-Exacto-

 

-¡¿Eh?!- Pronuncia Shiro sorprendido -¿Los dos dormiremos… hay?- Pregunta algo sonrojado mientras señala a la cama

 

-Así es- Afirma el otro joven acostándose y dejándole un lado –ven, acuéstate-

 

Shiro aun apenado camina hacia la cama a dudosos pasos, al llegar se acuesta en el espacio libre, mientras tieso como tabla, mira al techo inmensamente sonrojado.

 

-¿Estas bien?- Le pregunta el otro joven apegándose a el un poco mas y poniendo una de sus manos en su frente –Estas rojo pero no pareces tener fiebre…-

 

-E-estoy bien- Hablo Shiro con voz algo tartamuda –D-durmamos- Siguió con nerviosismo mientras cerraba sus ojos y relajaba un poco su tenso cuerpo.

 

-Si...- Dijo el pelinegro sonriendo y cerrando sus ojos para casi de inmediato entregarse al sueño

Notas finales:

Y bueno owo fue la primera parte xD ya subo la segunda


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