Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encuentro en el Supermarket por kissparadise

[Reviews - 17]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaa!
Bien LEAN porque es IMPORTANTE xD
Actualmente estoy estudiando y trabajando, así que... no tengo tiempo para VIVIR y menos tengo tiempo para continuar con los FICS ._.
No me odien, no me maten T_T
Voy a abandonar los fics u.u es decir, si antes tardaba 6 meses en actualizar xD ahora con mucho amor y mucha suerte tardaré un año e.é
Sepan disculpar ;__;

 

El cap kedo un poooooooooooco corto xD es lo que hay u.u

 

Gracias por leer :) (L)

Capítulo II:

 

 

Corrí lo poco que pude, debido a toda la gente que me estorbaba el paso. Frené y continué caminado con la lista de compras en la mano buscando las últimas cosas que me faltaban para salir de allí lo más rápido posible. Ya en la sección de verdulería, tomé una bolsa de manzanas verdes, y cuando me dispuse a dejarlas en el carro, recordé un detalle mínimo: el carro había quedado en donde estaban las góndolas de patatas fritas, o sea, donde estaba el chico emo-acosador. Me maldije cien veces y maldije al estúpido chico también, dejé las manzanas en su estante y fui en busca de mi carro.

 

 

-.-.-.-.-.-

 

 

-… No me molestes Itachi- gruñó el menor aún con la bolsa de patatas en las manos mientras le dirigía la peor mirada de odio que poseía.

-Hermanito disculpa, no quise interrumpir…-

-No me dirijas la palabra- colocó la bolsa en el carro del rubio y se giró para ir a buscarlo, cosa que no hizo falta porque el rubio había aparecido de nuevo allí con expresión de no saber bien qué hacer. Se acercó lentamente con miedo y una sonrisa tonta en los labios. Pasó lo más lejos que pudo del chico emo y tomando su carro echó a correr de nuevo. Volvió a tomar las manzanas y demás cosas que le faltaban, terminando de llenar el carro sin problemas.

 

No lo había vuelto a cruzar ni a él ni al hermano y estaba agradecido y tranquilo por eso. Repasó por última vez la lista verificando que no se olvidase de nada y fue en busca de la caja para que le cobrasen.

 

 

-…-

 

Más problemas…

En todas las cajas había filas interminables de personas… ¡interminables! Quería morir, no iba a salir nunca de ese maldito lugar, era algo desesperante no encontrar a la última persona de alguna maldita fila. Y como si eso fuese poco seguían llegando más y más personas, y ya no se podía ni caminar.

 

 

Totalmente resignado caminé hacia el sector que tenía más cerca, el cual era el de limpieza… me quedé viendo una por una las marcas, leyendo las etiquetas, todo para que el tiempo pasase menos lento.

Así pasé por casi todos los sectores deteniéndome especialmente en donde estaba la mejor comida del universo. Leía una y otra vez el cartel que decía “RAMEN” y no dejaba de admirarlo, era la palabra más hermosa del mundo y saber que a un costado tenía cinco estantes con distintas marcas, distintos sabores, distintas bolsitas, tazas… era como sentirse en el paraíso.

Inconscientemente casi hipnotizado por tal belleza fui tomando varios envases de ramen llenando aún más mi carro, pero sintiéndome totalmente satisfecho. Con una amplia sonrisa en la cara continúe caminando, y sin mirar casi, le pregunté la hora a una persona.

 

-Disculpe ¿Me puede decir la hora?- pregunté con esa sonrisa de oreja a oreja.

-…- no obteniendo respuesta, enfoqué mejor mi vista en la persona y mi sonrisa desapareció al instante transformándose en una mueca de espanto. Estaba tieso sin poder hablar ni moverme frente al hermano del chico emo. Di dos pasos hacia atrás y choqué contra algo o alguien, no supe identificarlo en ese momento. No le di importancia, mi vista seguía fija en ese sujeto y trataba de ver a mis alrededores de reojo rogando con todas mis fuerzas no encontrarme al acosador principal. No lo encontré con mi vista, pero sí logré darme cuenta de que la persona que tenía frente a mí, me observaba y observaba detrás de mí, una y otra vez. Comencé a sentir que el cuerpo me temblaba y sudaba frío… con miedo miré hacia atrás y…

 

-¡Kyaaaa!- grité y en el intento de girarme para escapar mis piernas se enredaron haciendo que cayera al suelo con mi trasero. Me sobé un poco quejándome a regañadientes, ¡maldito acosador emo! Elevé mi vista llena de rabia y él me devolvió el gesto.

 

-Mira por donde caminas usuratonkachi…- dijo mientras pasaba a mi lado ignorándome. Me incorporé como un resorte a toda potencia y estaba a punto de enfrentarlo para mandarlo bien lejos sin pasaje de regreso cuando él se volteó asesinándome, literalmente, con su mirada afilada. El miedo que sentía por ser acosado era nada comparado con el pánico que me provocaban esos ojos oscuros… tan… diabólicos.

 

-Lo… Lo siento…- fui capaz de decir.

 

¿Eh? ¿Le acabo de pedir disculpas? ¡Qué patético soy!

 

En cuestión de segundos los vi desaparecer a lo lejos a ambos. No estaba entendiendo nada, primero me acosaba y después me insultaba y como si fuese poco me ignoraba.¡ Y yo encima voy y le pido disculpas!

Suspiré resignado, o aliviado… el lugar ya se estaba vaciando un poco y agradecía de todo corazón. Le pregunté a otra persona por la hora y me contestó que eran las 5… todo un día perdido.

Volví a mi carro y me planté con desgano en la primera fila que encontré… tendría que esperar de todas formas.

 

Comencé por apoyar mis codos sobre el caño del chango. Luego apoyé mi cabeza sobre mis manos mientras los codos seguían en la misma posición. Cambié el peso de una pierna a otra infinitas veces, apoyé mi rostro de lleno contra el caño totalmente harto y quejándome internamente sin parar. Eran las 6 cuando por fin había llegado el honorable momento de que la cajera me cobrara las venditas cosas que la maldita vieja me había mandado a comprar.

Veía como los productos pasaban por el scanner y se me hacía interminable. Estúpida cajera lenta… aunque en parte la entendía… todo el día pasando y pasando productos, ¡qué desesperante! Pasada media hora terminé de hacer las compras. Gasté muchísimo dinero, perdí demasiado tiempo, me encontré con un acosador emo y tuve que soportar el mal humor de la cajera y que me mirara mal por el hecho de llevar tantas botellas de alcohol. ¿Qué problema se hacía si el borracho en todo caso era YO?


Medianamente feliz con el chango lleno de bolsas en la salida del super, noté un detalle mayor. ¿Cómo iba a llevar todo esto a mi casa? ¿En autobús? ¡Ni de broma! Necesitaba un taxi pero había demasiada gente esperándolo y otra vez no iba a hacer otra fila. Rotundamente NO. Traté de buscar las posibilidades y posibles alternativas para no esperar el maldito taxi pero no encontraba otra solución. La fila cada vez se hacía más y más larga y yo seguía meditando qué diablos hacer.
Absolutamente rendido me encaminé a la dichosa fila a paso lento, sentía que mis pies pesaban toneladas por lo que no me molesté en levantarlos. Me puse detrás de la última persona y me resigné a continuar esperando. Saqué el celular y aproveché la poca batería que me quedaba para entretenerme con los jueguitos. A los pocos minutos de estar jugando muy embobado sentí como alguien me empujó e hizo que mi móvil volase varios metros estrellándose finalmente con el suelo. Miré con cara de asesino al estúpido niño que me llevó por delante y este solo me sacó la lengua y se fue.

-¡Maldito mocoso!- grité totalmente enojado. Abandoné el carro y fui a buscar mi aparato agradeciendo que fuera de los comunes y mas viejitos, y por lo tanto más resistentes, sino ya estaría destruido. A tan solo unos pasos de alcanzarlo veo a una persona recogerlo.

-…- ese pelo… no me digan que es…

Lo vi levantar su rostro hacia mí e inconscientemente retrocedí un paso. Observó mi celular y lo guardó en uno de los bolsillos de su pantalón. Me quedé con cara de “WTF” mientras el caminaba hasta mi y yo seguía retrocediendo lentamente. Dio tres pasos largos alcanzándome y me sujetó por los hombros acercándose a mi oído para hablar.

-Si lo quieres- pronunció rozando mi oreja con sus labios- tendrás que pagar por él.- sentí escalofríos recorrerme la espalda, estaba tieso pero a la vez temblaba, estaba nervioso. El aliento suyo me estaba matando, era una sensación por demás estúpida y extraña pero comencé a ponerme colorado sin poder evitarlo. La presión sobre mis hombros desapareció y él se fue alejando sonriendo con cara de satisfacción.

- Y bien ¿Qué eres capaz de hacer por tu móvil?- pregunta con la misma sonrisa. Yo trató por todos los medios de que mis neuronas conecten y me permitan reaccionar. Pero es demasiado pedir y como no se me ocurre nada productivo para decir, solo pronuncio un:
-¿Eh?- con cara de desentendido. Lo miro a los ojos lo menos posible porque tiene algo que me asusta y miro a su pantalón viendo el bulto del celular ( XD ) en el bolsillo derecho.

-¿Qué buscas allí?- preguntó con burla haciendo que me sonroje más todavía y volví a mirarlo a la cara.

-Devuélvemelo- le exigí.

-Te lo voy a devolver- dijo mirando hacia atrás por donde venía su hermano con el chango de las compras. Estiré mi brazo frente a él esperando que me lo diera y solo tomó mi mano con fuerza llevándome hacia donde se encontraba mi carro. El otro chico nos alcanzó y bajo la mirada atenta de TODOS los que estaban ahí, salimos del lugar.

Forcejee un poco pero no pude evitar que me arrastrara fuera del edificio.

-¿Dónde vas?- pregunté –Te estoy hablando- y me siguió ignorando.

Caminamos por la playa de estacionamiento, él llevaba mi carro con una mano mientras que la otra seguía sujetándome con fuerza y arrastrándome, ya que yo me oponía a ir con él.

 

Mientras forcejeábamos me quedé observando su mano, era suave y demasiado pálida en comparación con la mía. Los ojos de las personas estaban clavados como agujas en nosotros, al principio no entendía por qué pero después noté que parecíamos GAYS. Inmediatamente pero con mucho esfuerzo, me liberé del agarre pero no lo pude hacer soltar mi carro.  

-Pregunté que ¿A dónde vamos?- le repetí. Frenamos frente a un auto rojo y el hermano del chico emo empezó a guardar sus compras en el baúl.

-Itachi espérame un momento- dijo serio.

-Sasuke…-

-No empieces- me miró- Ven- dijo haciéndome señas para que me acercara. ¡Ni de broma!

-No- respondí con algo de miedo - Devuélveme el celular- volví a extender mi mano hacia él esperando nuevamente. Por su parte solo levantó una ceja y le hizo señas al hermano de que se metiera en el auto.

-Dame mi celular y déjame de en paz de una vez- dije tratando de sonar enojado, que en verdad lo estaba pero el miedo que le tenía también seguía presente. No había dudas de que era un acosador.

Ahora estábamos los dos solos y me tomó de las muñecas apoyándome sobre el auto haciéndome quedar entre medio de ambos. Volví a sonrojarme, mis mejillas estaban calientes y no podía controlarlo. ¡Qué idiota me siento!

 

- Bien ¿qué harás para recuperar tu móvil?- dijo moviendo el celular frente a mis ojos.

-Dámelo- quise quitárselo pero no pude. Volvió a guardarlo en su bolsillo y tomó mis manos nuevamente.

-Dame algo a cambio- sonrió. Se acercó más a mí hasta quedar pegado a mi cuerpo. –Quiero un beso- dijo claramente disminuyendo la distancia de nuestras caras. No estaba hablando en serio ¿verdad? Empecé a mover mis manos para zafarme y cuando lo tuve ya muy cerca giré mi rostro hacia un lado.

-¿Estás loco?- pregunté alterado y sonrojado. Dos segundos después tenía la boca del chico emo sobre mi cuello. Inmediatamente me tensé, sentía un escalofrío tras otro y no me pude mover aún sabiendo que me estaba marcando. Se alejó un poco y me tomó del rostro de forma brusca, besándome sin ningún tipo de pudor. Apoyé mis manos sobre su pecho y lo empujé con fuerza logrando separarlo. Me alejé unos metros de él y del auto mientras notaba una gran cantidad de miradas sobre nosotros. Había un guardia de seguridad cerca pero descarté gritar y pedir ayuda.

-¿Te llevo a casa?- preguntó sacando un cigarro con pose de “sexy”. ¿QUÉ? ¡Este chico tiene serios problemas mentales!

-¡Ni en sueños!- le grité.

- Okey, adiós entonces- se giró- suerte para conseguir taxi- saludó con la mano y subió al auto. Miré por última vez a mi alrededor y las personas continuaban viéndome como si yo fuese algo anormal, era obvio que habían visto el… ¿beso?... pero me hacían sentir demasiado intimidado. No quería esperar por un taxi y tampoco quería estar bajo la mirada de todos. Pero lo que menos quería era que el emo-acosador que me acababa de besar y hacer una marca en el cuello supiera donde vivía. Intenté meditarlo de prisa pero la musiquita de mi celular me hizo recordar ¡que no tenía mi móvil! Corrí hacia el asiento del coo-piloto y golpeé la ventanilla. La bajó un poco y me sonrió con prepotencia, como si hubiese predicho mi decisión.

-Mi celular- pedí.

-No- contestó de inmediato y como si no le importase.

-¡Dámelo!- metí mi brazo por la ventanilla dispuesto a recuperar mi móvil. Dirigí mi mano hacia el bolsillo de su jean muy decidido pero el me frenó agarrándome.

-Cuidado dónde tocas, dobe- sonrió y apretó mi mano- ¿Subís o no?-

-Devuélvemelo- repetí enojado.

-No me diste el beso- dijo sin soltarme manteniendo sus ojos fijos en los míos.

-¡Sí que te lo dí!- me solté.

-No-

-Sí dije-

-Te lo di yo el beso, vos no me diste nada-

-…-

-¿Verdad?-

- Es lo mismo, dame el celular de una puta vez- seguí gritando.

- ¿Subís o no?- me repitió.

-¿Me lo vas a dar o no?- repetí.

-Si subís sí, sino no- me contestó ya cambiando su cara a una más seria.

-¡Okey!- le grité frustrado. Fui hasta mi carro y lo acerqué al baúl mientras el chico emo-acosador me ayudaba a guardar mis compras.

 

 

 

Odié ver su cara de satisfacción durante el trayecto. Iba en el asiento trasero mientras el emo-mayor conducía y el emo-acosador revisaba entretenido mi maldito móvil.

-Dame mi celular- repetí por… no se ya que vez, perdí la cuenta.

-Cuando lleguemos a tu casa- dijo al aire.

-No quiero interrumpir pero…- comenzó el mayor.

-Entonces cállate- le respondió el otro. Se llevaban como perro y gato, pero ese no era mi asunto. Quería llegar a casa, maldecir a mi madre un buen rato y no volver a ver nunca más  en mi asquerosa vida la cara de este idiota.

 

Después de unos veinte minutos empecé a reconocer las calles, estábamos cerca de mi casa y me sorprendí. Observé bien los nombres de las calles rogando estar confundido pero no era así. Estaba solo a unas cuadras de donde vivía y lo más extraño era que yo no había mencionado en ningún momento mi dirección. Tenía una única respuesta a todo esto: estas dos personas tenían que ser mis vecinos. Eso significaba que… ¿Me conocían? No, no era posible, además yo no los recordaba ni por casualidad.

 

El auto frenó y lo hizo precisamente en la puerta de mi domicilio. Me quedé mudo y no me moví, por lo que el mayor se giró a verme algo sorprendido y el acosador bajó del auto.

-¿Vas a bajar o no?- preguntó de mal humor. Bajé, abrí la puerta y sujeté varias bolsas que me iba pasando el chico-emo.

-¿Cómo sabías que vivo acá?- pregunté con desconfianza.

-…- No me contestó, maldito idiota. Llevé las compras dentro de casa y justo en ese momento mi madre se asomó a la puerta.

 

-Naru, ¡qué tarde!- dijo medio sorprendida y medio con burla. Como me molesta.

-Ja Ja- me reí sarcástico- Ayúdame por lo menos- dije pasándole unas cuantas bolsas. Me giré para ir a buscar lo que restaba pero no fue necesario ya que tenía al chico detrás con mis compras. Vi como miraba a mi madre y sonreía, así que volteé de nuevo hacia ella la cual también sonreía. ¿Qué estaba pasando?

 

-Sasuke…- dijo mi mamá.

-Hola Tsunade- devolvió el saludo el chico-emo.

 

¿Qué significa esto?....

 

 

 

 

Continuará.

Notas finales:

Bueno espero sus amenazas ._.
gracias por el apoyo de siempre, sepan k lo valoro mucho =) ♥
algun dia nos leeremos nuevamente.
besosss :)


msn: nak_7_15@hotmail.com
facebook: Nadia Mailen

Les dejo mi msn y face por cualkier cosa... puteadas tambien se reciben xD

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).