Capitulo 1: ¡Naruto acosador!
El chico se encontraba en un extraño bosque, todo oscuro y siniestro. Los árboles le susurraban cosas en el oído, y unas manos invisibles intentaban agarrarle de la ropa.
Asustado, el chico empezó a correr hacia la luz. Una luz que de repente se convirtió en un gran mapache de color arena que amenazaba con enterrarle vivo.
-Despierta… - rugía el animal.
-¿Eh?
A medida que el chico se iba fijando más, el mapache se fue convirtiendo lentamente en un chico de ojos aguamarina y pelo rojizo. Rápidamente reconoció las ojeras, la piel pálida y el kanji de “amor” en su frente.
-¿Gaara? – pregunto medio dormido. Se incorporó, y comprobó que era su compañero de habitación, que le estaba despertando. - ¿Qué hora es?
-Nuestro primer día de curso empieza en media hora. – informó el chico con una sonrisa, mientras iba al baño con intención de arreglarse su pelo. – Como no te apresures, llegarás tarde.
-¡Media hora! – repitió el chico, que corrió todo lo rápido que pudo al baño, colándose delante de su compañero y cerrándole la puerta en los morros. - ¡Lo siento, pero es que todavía tengo que ducharme!
El chico, paró su actividad para verse en el espejo.
Diecisiete años. Pelo negro largo, indomable. ¡Siempre se le quedaba en punta por detrás! Dos mechones le caían por la cara y le entonaban perfectamente con su pálida piel y los ojos oscuros como la misma noche. Tenía un cuerpo trabajado, aunque no se le notaba demasiado. Es mas, tenía una cinturita que le gustaba muy poco y le hacía daba un toque femenino.
Su nombre: Sasuke Uchiha. Alumno de cuarto de secundaria y modelo a seguir para muchos, rival para los demás. Compartía habitación de residencia con Gaara, un joven reservado igual que él. Tal vez por eso se llevaban tan bien…
Rápidamente se duchó y se vistió, para estar listo diez minutos antes, mientras se peinaba al lado de Gaara.
-¿Se puede saber por qué no me despertaste antes? – preguntó un poco enfadado Sasuke a su amigo.
-Por qué parecías estar teniendo una pesadilla. – comentó sinceramente.
-¿Y por eso no me despertabas? - preguntó sarcásticamente.
-Exacto. Me gusta verte sufrir. – El pelirrojo rió por su propia broma mientras Sasuke echaba chispas y con un ligero golpecito en el hombro, le indicó de que tenían que ir yendo a clase si no querían llegar tarde.
Las primeras clases antes del recreo se les hicieron insoportables. Ellos ya iban a cuarto, eso quería decir que las presentaciones y normas de los nuevos alumnos se las tenían que explicar ellos. Después de llevar a los enanos de primero por todo el campus, también tuvieron que darles un discurso sobre lo “genial” que era ese instituto en particular.
-Lo has hecho muy bien, Sasuke-kun… - siseó el director Oorchimaru, un hombre alto de pelo largo y lacio, y con una sonrisa lasciva en la cara que haría estremecer a cualquiera. Gracias a Jashin-sama, Sasuke no era cualquiera.
-Gracias, señor. – “Ya he notado que sólo me miraba a mí…” - pensó internamente.
Por fin había llegado la hora del recreo, y Sasuke y Gaara se fueron a sentar bajo la sombra de un árbol para ponerse a desayunar.
-¡¡¡Hola!!! – gritó eufórico un chico. Sasuke se giró para ver quién era, y vio a un rubio que saludaba eufóricamente. ¿A quién? Miró alrededor y no encontró a nadie. Seguro que a ellos no les saludaba, por qué alguien le hubiese advertido al chico lo insociables que eran Sasuke y Gaara… Así que pensó que tal vez era un loco que saludaba a fantasmas.
El chico se acercó a ellos, un tanto enfadado.
-¡¡Eh!! ¡¡Cretino!! ¡Te saludaba a ti! – se quejó el rubio.
-¿Te conozco? – le preguntó fríamente.
-No, pero…
-Pues entonces nada. – le cortó el Uchiha. – Por mí te puedes morir que no me importa, dobe. – añadió para enfadarlo y que se fuera.
-¿¡Cómo que dobe!? ¡¡Eres un maldito teme!! – volvió a gritar el rubio. ¡Le estaba dando dolor de cabeza! – Yo lo hacía por educación, maldito teme. ¿Y tú tampoco vas a hablar, pelirrojo? – le preguntó ahora a Gaara.
Gaara, como respuesta, cogió su bocadillo y se fue a sentar un poco lejos de los otros dos, dejando al rubio boquiabierto. Sasuke, siguiendo el ejemplo de su amigo, también dejó al rubio solo y se fue a sentar a otro lugar, cerca del pelirrojo.
El chico se les volvió a acercar, intentando ser amable.
-Volvamos a empezar, ¿vale? Soy Naruto Uzumaki.
Sasuke le miró con su mirada “made in Uchiha” queriendo decir: “lárgate”, pero el rubio ni caso. Naruto era un chico con unos increíbles ojos azules y pelo rubio, con unas curiosas marcas en las mejillas, y un carácter demasiado… intenso.
-Yo soy Sabaku no Gaara y él – dijo señalando ahora al moreno. – Sasuke Uchiha. ¿No has oído decir que es mejor dejarnos en paz? – gruñó el pelirrojo.
-Si os ponéis así cualquiera pensaría que sois una pareja de gays solitarios… - expresó Naruto con el ceño fruncido.
-Pues si no quieres que piensen que tú también formas parte del grupo gay y que hacemos tríos a escondidas, ya te estás largando. – gruñó ahora el Uchiha, encantado de que esa defensiva sirviese para hacer marchar a Naruto, pero fue al contrario.
-Pues yo creo que si me tenéis a mí puedo atraer a las chicas, y acabaríais rodeados de amigos. – dijo alegremente el rubio.
Sasuke y Gaara se imaginaron rodeados de pesados chicos y chicas que se les colgaban por todas partes y les asfixiaban, gritando todo el rato: “¡¡Amigos, amigos!!”. Se estremecieron al mismo tiempo y empezaron a correr en la misma dirección, alejándose del rubio.
-¡Sasuke, tú en una dirección y yo en la otra! ¡No podrá seguirnos a los dos! – gritó Gaara. Sasuke asintió y se separaron rápidamente, cada uno en una dirección distinta, mientras Uzumaki les veía quieto en su sitio con una gota cayéndole por la sien.
-Serán bakas…
Mientras tanto, Sasuke seguía corriendo. Tan rápido iba, que ni siquiera se dio cuenta de que se estaba acercando demasiado a una persona, hasta que chocó, provocando que la otra persona perdiera un poco el equilibrio, pero que él se cayera al suelo.
-¡Kuso! – gimió de dolor al chocar su trasero contra el suelo. – Gomen nasai... (Mire: no sé si va junto o separado... // Elle: ¡Déjate de historias y déjales seguir leyendo, que ahora viene lo bueno! // Mire: De acuerdo... u.u)
-No pasa nada. ¿Estás bien? – preguntó una voz bastante varonil y grave.
-¿Eh?
Al levantar la cabeza, un sonrojo cubrió toda la cara de Sasuke. Delante de él, se encontraba un hombre de unos veinticinco años, de pelo largo, negro y lacio atado en una coleta baja. Unos ojos rojos, marcados por unas ojeras le miraban preocupado. Sasuke creyó que había llegado al cielo.
-S-Sí… Estoy en el paraíso… - no pudo evitar decir, mientras volvía desmayarse.
-¡Chico! – exclamó preocupado el mayor, agarrándole por la cintura para que no cayese. Ese chico le había causado mucha impresión, y no entendía las ganas que tubo de repente de abrazarle y no soltarle jamás.
Continuará...