Era temprano, y la tripulación del Sombrero de Paja descansaba...a excepción de un esqueleto parlanchín.
-¡Yohohoho, es hora de levantarse!- exclamó Brook al tiempo que entonaba una estruendosa canción.
-¡Brook, calla de una vez!- gritaban todos, menos Luffy, quien para variar solo roncaba más y más alto.
-¡Olvidense de Brook y callen a Luffy!- exclamo muy furiosa Nami.
Ya más avanzada la mañana, esperaban la hora del desayuno y mas impacientemente Luffy:
-¡Harahetta!- dijo Luffy mientras ponia una cara de desesperación.
-Estate tranquilo, que pronto saldrá el desayuno- le respondió fastidiado Sanji.
-Hmm, espero que sea pronto-. Y nuestro pequeño capitán fua a buscar a Chopper y Usopp para jugar y entretenerse un rato.
El trío de chicos se encontraron a Zoro, y Luffy le pregunto con un tono desenfadado:
-Oi, Zoro, ¿Quieres jugar?
-Haa? ¿Cuántos años crees que tienes?- respondió Zoro un poco molesto.-Me disponia a dormir una siesta, ya que Brook nos despertó temprano y encima tus ronquidos me quitaron el sueño-. Y se marchó a un sitio más tranquilo.
A Zoro siempre le molestó el hecho de que le ofrecieran semejantes invitaciones, dignas de unos críos, pero ellos , ya como piratas, deberian tener cierto grado de madurez. Aunque eso no significaba que no disfrutara cuando jugaba con ellos. Solo que ahora influian 3 cosas: estaba cansado, no queria y en cierta forma, tenia otra cosa en mente.
Desde hacía mucho tiempo, se habia enamorado de Luffy, por su inocencia y su valentia sin igual.
Sin embargo, en un lapso muy corto de tiempo creyo haberlo olvidado. Despues de todo, sentía que su amor no podia florecer; no estaba del todo seguro, pero creia que a Luffy le gustaban las mujeres.
Y aunque le doliera aceptarlo, Luffy habia vuelto a su mente especialmente a sus sueños, donde mas lo veia.
Pero desviandonos del tema de Zoro, Luffy, Usopp y Chopper si que se divirtieron en grande en lo que el desayuno estaba servido. Se persiguieron los unos a los otros, imitaron algunos gestos (especialmente Luffy de Sanji), riendose a carcajadas de los mismos.
-¡Oe, el desayuno esta listo, vengan a comer por favor!- era Sanji anunciando la tan esperada hora.
Luffy y compañia fueron llegando y acomodandose para recibir los alimentos.
Incluso Zoro, quien ya habia elegido su lugar de descanso, tuvo que desistir de ello a causa del desayuno.
Nami y Robin hablaban animadamente de "asuntos de chicas", asuntos que ninguno de los varones a bordo parecian comprender muy bien.
Chopper, Usopp, Franky y Brook hacian payasadas muy típicas; Sanji servia los alimentos, poniendo más empeño en los de las chicas, naturalmente. Y Luffy... Luffy engullia toda la comida a su paso.
-Nada realmente nuevo, eh?- Se dijo a si mismo Zoro.
Mas no se percato de una mirada realmente interesada de una persona muy especial. Luffy le miraba con un interés inusual en él; lo hacía discretamente, mientras engullía cantidades enormes de comida, que hacia a preguntarse a la tripulacion donde iba todo lo que comia.
Aún con todo el ruido que habia en aquella cocina, Luffy podia concentrarse muy bien en sus pensamientos al mismo tiempo que comia.
Y Zoro... digamos que tambien estaba en su mundo, mas distraído de lo normal. Eso Luffy lo notaba muy bien, pues él nunca se habia mostrado asi.
*Zoro esta muy distraído. Me pregunto porqué... Aún asi, creo que es mejor preguntarle personalmente para salir de dudas*
Después de ese desayuno, cada uno fue a hacer sus respectivas tareas: Nami trazando un mapa, Robien leyendo algún libro "aburrido", Usopp fabricando más armas o alguna especia. Chopper creando mas medicinas y Rumble Balls, Sanji limpiando la cocina, Franky elaborando un nuevo invento, Brook componiendo o practicando otra canción, Zoro durmiendo y Luffy preguntandose como le diria aquella inquietud.
Pasó asi la tarde y cayó la noche, sin más novedad que el barullo de la comida y cena, respectivamente; cada quien en sus asuntos y bromas.
Y el día concluyo como todos, solo que en esta ocasión Zoro, al que le tocaba la vigilancia, tenia tantas dudas en la cabeza y Luffy tambien. Más esto no impidio que el pequeño capitán conciliara el sueño como llos demás. Al dia siguiente trataria sus dudas con Zoro. Y averiguaria que es lo que psa en la cabeza del peliverde.
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