Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Otoño de Riju por katzel

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

* One shot inspirado en el manga "Kon no ki Konoha" de Sumomo Yumeka, sólo se ha utilizado su obra como base para los recuerdos, la mayoría de personajes son nuevos y no reproducen caracteres de la autora.

Cuando algo en tu corazón está a punto de romperse, ves volar en el aire rastros de desgracia y entonces, con ese conocimiento, pasas los días expectante, lleno de miedo y zozobra.

Pero yo estaba tan ciego y feliz que en esos siete días me dediqué a alejarme de la más absoluta verdad.

Salir con Riju fue completamente inesperado. No tenía ninguna esperanza de que me dijera que sí y cuando menos lo pensaba, ese muchacho de ojos tristes que sólo sabía mirar a través de la ventana, que no hablaba con nadie y que transcurría por la escuela sin hacerse notar, me aceptó en su rutina tranquila y cotidiana.

Había aprendido a observarlo pacientemente. Sabía lo mucho que odiaba el pasar de las estaciones, la forma en que desdeñaba el verano, en que le deprimía el invierno, en que deploraba la primavera... pero cuando estábamos cerca del otoño, Riju se emocionaba y se quedaba prendado de la colina del templo de los zorros, del camino que conducía al antiguo bosque de cedro.

La primera vez que me acerqué, fue para ofrecerle mi mano durante la clase de gimnasia, recuerdo bien que no sabía si era correcto tomarla y la aceptó temeroso. Luego le ayudé a tomar un libro del estante más alto de la biblioteca. Después, le abrigué con mi bufanda...

Fui paciente.

Siempre que me necesitaba aparecía de la nada y luego me iba sin esperar retribución alguna, y por fin, cuando ya las hojas empezaban a tomar su tonalidad marrón y a caer sobre las veredas, la tarde en que le ofrecí mi bicicleta para llevarlo a casa y sus ojos no dejaban de mirar ansiosos la montaña, le pregunté si quería salir conmigo y dijo:

- Sí...

Y pasé a ser su primer novio.

En siete días apenas pude saber algo más que en dos años de observación. Seguía siendo el hermético Riju y apenas lograba que me contestara dos o tres preguntas; no iba a decir nada que no quisiera.

Mi sempai, Yosuke, me lo había advertido. Era vecino de Riju y su madre había sido amiga de la infancia de la familia, ambas egresadas de la misma escuela que ahora cursábamos.

"- No te recomendaría una declaración" - me había aconsejado - "es muy callado... y... Riju... no creo que vaya a cambiar"

"- Sempai... pero... él me agrada muchísimo... no es una decisión tomada a la ligera... lo he pensado durante dos años... dos largos años"

"- Lo siento, Morihisa-kun... pero dijiste que fuera sincero... y esa es mi opinión"

Fue el más sorprendido cuando le dije que había sido aceptado. Parecía saber algo que yo desconocía y que por su parte, no se atrevía a confesar.

Y ese secreto nos traía siete días después al momento en que yo, seguido de mi silencioso acompañante, pisaba las primeras hojas caídas de la estación.

Le esperé algo impaciente, extendiendo la mano para que la tomase como cada tarde, pero esta vez permaneció indeciso mirándola, haciendo un gesto de rechazo.

- Esa... no es la mano que quiero tomar - susurró deteniéndose y mostrando sus primeros signos de rebeldía.

- Riju... si no deseas...

- Y no quiero seguir ilusionando vanamente Morihisa-san...

- Riju... no entiendo...

- Soy bastante directo... no estoy... enamorado de Morihisa... y no podré estarlo nunca.

No lo ví venir. A cualquiera que me hubiera preguntado le habría dicho que Riju tenía cierta inclinación hacia mí. Que empezábamos a conocernos y nos iba muy bien.

- ¿He hecho algo mal? - tartamudeé perplejo - ... ¿Te he prestado poca atención? ¿He sido descuidado? ¿Te he herido sin darme cuenta?

- ¡Basta ya, Morihisa-san! ¡Deja de ser tan amable conmigo! ¡Sólo lo haces más difícil! Toda la semana... desde que dije que sí... me estado preguntando por qué... por qué cometí un error como ese... quería saber por qué eras bueno y estabas pendiente de mí... no debí haber aceptado... debí negarme desde el principio... lo siento, Morihisa-san... yo... ya no puedo continuar... ya no lo soporto... he sido... tan malo...

Estaba a punto de llorar de arrepentimiento. Mi felicidad se fragmentaba ante su rostro desvalido. No podía creer que mientras yo disfrutaba nuestra relación, él se había atormentado toda la semana pensando cómo iba a terminar.

- Riju...

- Deja de prestarme atención... busca a otra persona... no te preocupes por mí...

El uniforme serio de paño oscuro se cerraba hasta el cuello y chocaba con aquellos cabellos marrones que le cubrían, artísticamente, uno de los ojos. La bufanda roja ondeaba de lado... cortando el aire...

Estaba terminando... y era definitivo.

- Adiós... Morihisa-san... y por favor... no vuelvas a hablarme, si nos cruzamos mañana... ignórame. Olvida que existo, sólo puedo hacerte daño.

Sin más que agregar, Riju salió abruptamente de mi vida.

Me quedé hasta tarde sentado en la banca del parque, preguntándome cuál había sido mi error.

Repasaba hasta el cansancio los pocos momentos felices que había disfrutado a su lado y recordaba cómo había querido besarlo y no me había atrevido. Cómo en secreto, cuando le llevaba en bicicleta a casa, aceleraba para obligarle a reposar la cabeza sobre mi pecho... cómo deseaba que algún día me abrazase y me dijese "¡Me gustas mucho, Morihisa-kun!"

La revelación llegó repentinamente como un rayo.

"A Riju le gusta otra persona"

"¡Claro!, existe otro..."


Riju estaba enamorado de otro y mi sempai lo sabía... lo sabía desde antes...

----------------------------------------------------------------------------

Aparecí en la puerta de su casa rondando las 6 de la tarde, enfadado, llevando a cuestas un sentimiento de traición.

Él mismo abrió la puerta. Estaba solo y llevaba una chompa de cuello alto muy larga. Sus cabellos rojos hasta rozar los hombros, se desordenaban hacia el lado izquierdo. En sus manos sostenía una taza de té.

- Morihisa...-kun

- Sempai... Riju me ha dejado - le dije de inmediato como una acusación.

- Oh... ya veo - no lucía sorprendido, más bien aliviado.

- Quiero saber la razón.

- No lo sé - susurró pensativo mirando el templo de la montaña - ... no lo sé...

- Estoy seguro que es porque le gusta otra persona.

Se puso lívido y el té verde giró en pequeños círculos concéntricos dentro de la taza.

- ... a Riju...

- Eres... - se me hacía difícil la siguiente pregunta - ... ¿eres tú, sempai? ¿Riju me dejó porque está enamorado de ti?

Negó asustado y entrando de espaldas a la casa. Le retuve haciéndole perder el objeto que tenía sostenido por el asa.

- ¡Dímelo! ¡Necesito saberlo!

- Morihisa-kun... déjalo así... no lo vas a entender - suplicó con los ojos empañados.

- ¡Quiero a Riju de verdad! ¡No sé por qué él no me quiere! ¡He sido tan feliz en estos siete días que no puedo aceptar que se acabe así! ¡Por qué...! ...¡él ha tenido que sufrir tanto!

Le movía con demasiada fuerza y mi frágil sempai apenas se resistía.

- ¡No te lo diré, Morihisa! ¡No me creerías si lo supieras! ¡Además ya es demasiado tarde! ¡No puedes hacer nada por él!

- ¡Dímelo! - le exigí sacudiéndolo aún más - ¡Dímelo ya!

En ese punto tanto él como yo estábamos llorando. Yosuke me suplicó que lo dejase y cayó sentado sobre el escalón de la casa, secándose las lágrimas con la manga de la chompa.

- Traté de decírtelo varias veces... pero no encontraba la manera... además... es demasiado increíble... podías pensar que era invención mía... que era una excusa para separarte de él...

- A quién ama Riju... - pregunté cubriéndome un lado del rostro, convencido de mi desgracia.

- La persona que ama Riju no es de este mundo - dijo gravemente Yosuke - ... se trata de un espíritu de la montaña.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Hace más de treinta años, Akino, la madre de Riju, había encontrado en el bosque, a espaldas del templo, a un hermoso joven llamado Konoha. Él era un espíritu que habitaba el interior del árbol de hojas azules. Crecía lentamente y no podía tocar nada de este mundo, sino que todo estímulo era sentido mediante el tronco de su añoso hogar. Impedido de salir en el resto de estaciones, sólo podía pasear durante el otoño, fecha en que pacientemente, Akino le esperaba para compartir hermosas tardes, jugando entre las ramas y corriendo a través de los manantiales del bosque. Sin embargo, durante el horrible incendio que devastó casi toda la colina... Konoha fue consumido por las llamas y su espíritu desapareció. Ella, luego de perderle, se casó tratando de olvidarle. De esa unión con un antiguo amigo de escuela, nació Riju. Poco tiempo después, se separó convencida de que nada lograría arrancar a Konoha de su recuerdo... estuvo enferma mucho tiempo y cuando Riju tenía seis años, murió dejándolo a cargo de una tía lejana. Los árboles volvieron a poblar la colina, y entre ellos, estaba un sobreviviente de los días antiguos... un árbol que sin embargo, guardaba en su interior a un adolescente que recién estaba despertando... el espíritu no recordaba su propio nombre y como Riju sabía la historia de su madre... decidió darle el de Konoha, en memoria de quien había sido tan querido para ella. Al terminar la temporada, me dijo que estaba listo para irse junto a Konoha para siempre. Había sido cuidadoso... no tenía nadie que se ocupara de él y no habría quién sufriese por su pérdida. Se despidió al empezar la semana... por eso cuando supe que estaban saliendo... simplemente no pude comprender por qué, Riju había cambiado de opinión... "

---------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Para siempre"

"Riju quiere..."

"... desaparecer..."


Subía corriendo las escaleras del templo abandonado, iba convencido de que si no llegaba a tiempo, nunca más volvería a ver a Riju.

"Rápido... más rápido"

Dejaba atrás la puerta roja y los faroles de piedra llenos de luciérnagas.

Yosuke trataba de alcanzarme, pero las energías le faltaban y se quedaba atrás, desapareciendo en la oscuridad.

"... por eso... estabas tan triste...Riju"

"Le habías traicionado conmigo..."

"No querías irte... sin saber que era compartir la amabilidad de otro ser humano"


"¿Entonces... de alguna forma... me querías?"

"¿Tú llegaste a quererme?"


Entre las ramas de los árboles, advertí la luz azul y pronto, apartando la maleza, logré ver a quien buscaba.

Su nombre se ahogó en mi garganta.

Sonriente.

Riju se esforzaba en escalar el árbol, subiendo para llegar al nivel del joven que parecía un fantasma, con aquellas manos que no podían tocarlo, y esos labios que no podían besarlo y a pesar de ello, le hacía sonreír y conversar de tal forma, que el Riju que allí estaba, era completamente desconocido para mí.

- He vuelto - le decía - prometí llegar apenas comenzase el otoño...

- Haz crecido... te he sentido durante mucho tiempo...- dijo el rumoroso Konoha - ... has venido a verme casi todas las tardes... estabas sobre el árbol, apoyando la cabeza. Fue muy triste escucharte sin poder salir, sin poder hacer nada por decirte que sabía que ahí me esperabas...

- Konoha...

- Riju... ¿Has pensado en lo que conversamos? Deberías...

- ¡Lo he intentado!... lo hice de verdad. Escogí a una persona buena... era generoso... y amable... y si hubiera seguido con él... pero no pude... no quise... eres mucho más importante... sólo puedo amarte a ti... por eso quiero permanecer contigo.

Se abrazó al tronco, ruborizado...

- Riju... eso no es posible...

- Sí lo es. Ya hablé con el espíritu de la montaña... y me ha aceptado... sólo tengo que ofrecer mi cuerpo a un árbol, cuando lo haga, estaré listo para compartir su esperanza de vida y crecer junto a él en la naturaleza. Entonces podré tocarte... quizás sólo nos veamos durante los otoños... pero tendremos tantos... no lamentaré dejar el mundo de los humanos.

- Riju... no lo hagas... ¡la vida es un regalo muy bello!, después de la guerra, nuestras familias, perdidas en la miseria, rogaron a la montaña que nos acogiera... desde entonces vivimos aquí... y luego del incendio fui el único que quedó... la situación fue completamente diferente... tú tienes la oportunidad de crecer y tener lo que nunca pudo ser mío...

- Después de esta noche... compartiré la existencia que llevas... seré como tú...

- ¡No lo permitiré!- dije saliendo de mi escondite con Yosuke llamándome desde la espesura del bosque.

Estaba frenético, nervioso, asustado. La esencia sobrenatural de Konoha sobrepasaba cualquier lógica y razón.

- ¡Morihisa!

- ¡Regresa conmigo, Riju! ¡Por favor! ¡Te prometo cuidar del secreto de Konoha y traerte cada otoño...! ¡No es preciso que me ames! ¡Sólo...! ¡Sigue siendo humano! La historia de Konoha es tan triste... ¿por qué quieres repetirla? ¿No ves que él mismo desea lo mejor para ti? ¿Es que no piensas en la culpa que sentirá si sigues con ese propósito?

Creo que lloraba... yo estaba confuso y creo que gotas de agua salían del borde de mis ojos.

- Él tiene razón, Riju - aceptó Konoha haciendo un gesto de tristeza.

Riju se dirigió a mí enfadado por la interrupción.

- Tú no la viste... - dijo él descendiendo del tronco. - Tú no estuviste a su lado cuando ella hablaba de él. No podrías comprender cómo le dolía ver las hojas azules brotando del suelo de la montaña... no la acompañabas cuando gritaba su nombre al viento, esperando el milagro de volverle a ver... tú... no la escuchaste llorar en silencio... recordándole a cada momento... ¿sabías que el día en que el bosque desapareció el fue a despedirse de ella?... sí... fue la única vez que pudo tomar su mano... y en el momento de besarle... él... ya... no pudo...

Yosuke llegó entonces y me tomó del brazo, apoyándose en él para ocultar sus sollozos.

Riju hizo un gesto desafiante.

- No repetiré su error... nadie vendrá a quitarme a Konoha... si debo perder la vida mortal... estoy dispuesto...

Un ave empezó a ulular desde lo alto.

- ¡Estoy listo, espíritu de la montaña, cumple mi ruego! - gritó abriendo los brazos y mirando al cielo.

- ¡Espera, Riju!

Konoha bajó rodeado del aura azul, dispuesto a impedírselo, pero sus manos pasaron a través de él y no pudo hacer nada.

Los tentáculos de su propio árbol salieron tendiéndose hacia el muchacho, enroscándose en sus extremidades.

- ¡No lo hagas!

Yo, desesperado, golpeaba aquellos ligamentos sin resultado, no tenía forma de separarlo de las sinuosidades en forma de rama. Las puntas iban entrando en su carne, tiñéndose de su propia sangre, penetrando más y más... profundamente... buscando su corazón. Se agitaban veloces y animadas, como una caja de cintas entrelazadas con los colores ágiles de la naturaleza.

El proceso era doloroso tanto para Riju como para Konoha y yo hería mis manos luchando con todas mis energías en contra de la voluntad de la montaña.

Fui apartado y lanzado contra otro tronco, y casi no me podía levantar.

- ¡Riju! ¡espera! ¡Riju! ¡Riju!

- ¡Detente, Morihisa! - suplicó Yosuke arrastrándose cerca de donde había caído.

Riju dio un grito inmenso que hizo volar las aves oscuras.

Entonces, las raíces le estrujaron y penetraron en su corazón y su cuerpo desapareció, convirtiéndose en una pequeña esfera de color azul y entrando en el mismo recinto que recibía a Konoha.

A duras penas me acerqué, tocando el tronco, incrédulo.

No había entrada, ni forma de abrirlo, estaba sellado. Empecé a golpearlo hasta que me sangraron las manos.

- ¡NOOOO! ¡RIJU! ¡RIJU! ¡REGRESA! ¡RIJU! ¡VEN! ¡RIJU! ¡NO ME DEJES! ¡¡¡RIJUUUUUUUUUUUUU!!! ¡¡¡RIJUUUUUUUUUUUUUU!!!

Me arrodillé entrelazando mis dedos en la hierba, viendo caer mis lágrimas como la lluvia...

Yosuke, sentado, me observaba impotente.

Las flores empezaron a agitarse y del centro mismo de sus corolas, emergieron semillas claras que se unieron en una sola voz.

- Aquí estoy... Morihisa... deja de llorar... no me he ido a ningún lugar...

Salió de pronto convertido en un fantasma.

Transparente... azul... etéreo...

Sus manos pasaron a través de mi rostro en un gesto de arrepentimiento.

- Sé... cuánto me has querido, Morihisa-san... sé cuánto tiempo estuviste observándome... preguntándote por qué vivía alejado de todo. Siento mucho que mi corazón haya estado siempre junto a Konoha... siento mucho haberte dañado y confundido... ¿me perdonarás, Morihisa-san? ¿perdonarás que haya tratado de vivir como un mortal a tu lado?

Riju era feliz...

Quizás a mi lado jamás hubiera logrado vivir de esa forma.

Cuando me dijo que sí, yo juré que haría lo que fuese para que sonriese.

- Te... perdono... Riju... - le dije venciéndome a mí mismo - ... y espero... que... la esperanza de vida de un árbol... sea muy larga... - miré a Konoha - ... porque ya no estarás solo nunca más...

Sus ojos se animaron y mi corazón se estremeció por la forma agradecida y admiraba en que me observaba. Era la primera vez que me dirigía una emoción sincera.

- Gracias... muchas gracias, Morihisa-san...

- Ve... ve con él... no le hagas esperar.

Riju voló hacia Konoha. Por fin podía abrazarlo.

Debía ser hermoso estar por fin en los brazos del que amaba y escucharle decir esas bellas palabras.

Dormirían juntos en el mismo árbol y no tendrían que separarse durante el resto de estaciones ya que eran acogidos por un sólo tronco. Riju y Konoha compartirían también el tiempo de vida, y a la hora de partir a la eternidad... desaparecerían con las manos entrelazadas... mirándose.

Perfecto.

Yosuke tenía razón. Yo no era rival ni estaba a la altura de un amor semejante. Riju estaba precioso... el amor le hacía lucir bellísimo y completo. Y para mí, era hora de regresar a casa.

- ¿Podré venir el siguiente otoño? - pregunté resignado.

Desde la rama más alta, abrazados y contentos, asintieron despidiéndose.

- Entonces... hasta el año que viene...

El bosque se quedó oscuro. Sólo se escuchaba el peligroso agitar del viento.

Mi sempai colocó una mano sobre mi hombro.

- Llora... llora, Morihisa-kun - dijo dulcemente.

Lo necesitaba... nunca había llorado ni gritado como lo hice aquella noche.

-----------------------------------------------------------------------------------------------

Pasó mucho tiempo hasta que pudiese atreverme a mirar la montaña nuevamente.

Las estaciones pasaron raudamente y ahora soy yo el que se distrae tratando de adivinar cuándo empezará el próximo otoño.

Participo muy poco y procuro conversar lo menos posible... siento que si empiezo a hablar, mis palabras traicionarán la imagen indiferente que he creado para cubrir mi antiguo dolor.

Sólo con Yosuke puedo ser yo mismo... cuando volvemos a casa juntos, me permite desahogarme o estar en silencio. No se enfada si me ve perdido en mis pensamientos, sólo con sempai puedo encontrar algún alivio a mi pérdida. Él también mira la montaña, pero lo hace en paz, como quien se reencuentra con un viejo amigo.



Aunque sé que está bien y que es inmensamente feliz, no he podido querer a nadie más que a Riju.

Si veo a alguien que se parece en algo a él... me conmueve hasta obligarme a escapar.

Los siete días que compartimos, tomados de la mano, sentados en el parque, yendo en bicicleta, mirando el río, han pasado a formar parte de las imágenes que pueblan mis sueños... y no estoy listo para dejarlas ir. Me gusta tenerlas aún tan nítidas y claras que puedo revivirlas a cada momento. He empezado a dibujar, en trazos cortos, la figura de Riju... tenuemente... apenas una sombra... que siempre observa el bosque de cedro.

Las tardes de escuela transcurren tranquilas... y desde la ventana, el viejo templo de los zorros luce más solitario que nunca.

Los árboles cambian de color...

Y como hace dos años... estoy esperando.

Konoha y Riju... cubrirán de hojas azules la colina de mi pequeño pueblo silencioso al inicio de la romántica temporada otoñal... y yo seguiré callado, guardando el secreto de mi antiguo breve amor de siete días.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).