De pronto me encontraba peleando con ese ser con el que me tope en la calle, pero es que vamos, ¿quién le dijo que vestir de esa manera era legal? Estoy de acuerdo si quieres sacar tu lado dark, ¡pero una cosa es vestir dark y otra muy distinta es violar las leyes de la moda!
- Te digo que no puedes usar eso
- Te digo que a ti ultimadamente no te importa
- Mira... ¡Estas en Japón, un sitio en donde hay múltiples y millones de modas y doy gracias al dios más poderoso por haberme puesto en un lugar donde existen los colores y la ropa! Ahora ¿cómo es posible que entre tanto, tú sólo vayas por la vida vestido de esa manera tan, tan... repugnante?
- Escucha niño, no tengo tiempo que perder con un chico como tú ¿bien? así que si no es mucha molestia ¿podrías dejarme pasar? Tengo cosas importantes que atender y estas no incluyen pelear, con un pequeño, sobre la moda.
- No soy un niño y tampoco pequeño
- Si como digas, ahora déjame pasar – el chico se pasó más a fuerza que nada, pero en definitiva no quería volver a verlo en mi vida y menos si vestía de nuevo de esa ridícula manera –
Me dirigí devuelta a casa, ya que había olvidado lo que compraría gracias a ese no muy casual encuentro, al llegar encontré a uno de mis más grandes amigos sentado en el sofá de mi sala.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- Tú siempre tan lindo... me encontré con tu amado y adivina qué, me invitó a la fiesta que dará, sí, sí, lo se, soy el mejor – se aprovecha que estoy en shock momentáneo por lo que acaba de decirme para darse sus aires de grandeza – Me dijo que podía invitar a quien quisiera... estaba realmente pensando en invitar a Takashi, ya sabes, él realmente me gusta...
- No, no, espera, ¿cómo que a Takashi? ¿qué antes no estoy yo?
- Sí bueno, también me gustas... pero somos amigos y sabes que no podemos – ya está hablando de más para hacerme perder la cabeza –
- Sabes a lo que me refiero Kohara
- Bien ya... sabes que irás conmigo a fin de cuentas
- Pero dime cómo es que pasó todo – se quedó un rato más platicándome con lujo de detalle cómo es que había logrado una invitación del chico más popular en toda la universidad, cuando hubo terminado le pedí una lógica explicación de cómo es que había podido entrar a mi casa mientras yo estaba fuera y descubrí que entre él y el pequeño demonio habían robado mi llave por unos minutos y la habían duplicado, ahora entiendo cómo es que en ocasiones desaparecían las cosas de mi casa por unos días y luego como por obra de magia, volvían a aparecer –
- Bueno, me voy pequeño, espero verte mañana en la universidad – se despidió lentamente y salió –
Me dediqué a hacer las tareas que tendría que entregar mañana temprano, cuando terminé comencé a leer mi tan preciado libro, recostado en la cama, no podía concentrarme de todo en la lectura con el solo hecho de imaginar cómo sería todo en la fiesta, hasta que caí dormido sin darme cuenta. El sonido de mi celular terminó por despertarme a la cuarta vez que timbraba mientras yo maldecía a quién fuera que estuviese marcando.
- ¿Hola? – contesté somnoliento –
- ¿Ya estás listo? – preguntó tan normal que por unos momentos me hizo dudar si eran o no las 2 de la madrugada –
- ¿Cómo que si estoy listo? ¿ya viste la hora?... ¿por qué habría de estar listo tan temprano? ¿qué te hace pensar que me iba alistar para salir a las 2?
- Lo mismo que te hizo a ti pensar que puedo contestar a tantas preguntas a la vez
- ¿Shima, no te habrás equivocado de número? ¿no habrás querido llamar a Shiroyama? O tal vez volviste a despertar mucho antes de lo debido...
- Sí, creo que tienes razón... nos vemos al rato, descansa – colgó sin más –
No es la primera vez que le pasa, es tanta la presión que sufre el pobre que se despierta mucho antes de la hora debida porque cree que se quedará dormido y no asistirá a la universidad y el problema se verá reflejado en sus notas. Intenté volver a conciliar el sueño, pero todo intento fue en vano, seguí dando vueltas en mi cama hasta que dieron las 6 para levantarme a bañar. Llegué a la universidad mucho antes de lo pensado, pues al parecer el universo y los dioses más poderosos en él, decidieron que no habría un caos vial como de costumbre a esas horas de la mañana, lo que me permitió llegar, por primera vez en mucho tiempo, mucho antes del comienzo de mi primer clase, encontrándome con una enorme sorpresa al estacionar mi auto, lo que me permitió comenzar mejor que bien el día.
- Buenos días... tú eres el amigo de Kohara, ¿no? – sencillamente no lo podía creer, el chico más apuesto, galante, guapo, popular y sexy, en pocas palabras: perfecto; me estaba hablando, él, Amane Shinji, estaba justo parado frente a mí con su gran y altivo porte y hablándome con su sexy y profunda voz, cuando hube salido de mi embobamiento sobrehumano contesté como pude a su, a mis oídos, magnifica pregunta –
- Buenos días... soy Matsumoto Takanori – se quedó mirándome profundamente por unos momentos para luego esbozar una leve sonrisa ladeada –
- Matsumoto Takanori... – repitió bajo, mi nombre dicho por él se escuchaba aún más genial de lo que ya era – Espero verte en mí fiesta – ¡oh por dios! no es verdad lo que escuché, me invitó, ¡él mismo me invitó!, porqué esa era una invitación ¿no? –
- Claro, ahí estaré – sonreí ligeramente, no es que no estuviese muerto de alegría internamente, pero no quería sonreír tan ampliamente como para parecer un completo idiota enamorado, o al menos eso es lo que había dicho Kohara que parecía cada que veía a Amane Shinji y sonreía -
Después de que vi que se alejó por completo de mí, fue cuando brinqué, grité y me revolqué de alegría para luego entrar al edificio en donde tomaría clase y me encontraría con mí grandioso amigo, al cual ya comenzaba a extrañar y al que debía contarle lo que me ocurrió como completa colegiala enamorada que se emociona tanto cuando el chico que le gusta apenas y le pregunta la hora.
- Me alegro, como ya te invitó personalmente ahora si puedo llevar a Takashi... ¿podrías decirle por mí?
- Aish.... ¿por qué yo? Tú eres el que lo quiere invitar
- Pero es más fácil para ti, es tu hermano, además si no fuera por mí, Amane jamás te hubiese invitado
- Está bien, está bien, yo le diré, pero sólo le diré, de él depende si va o no
- Cuando le digas que voy a ir yo no se resistirá – mi mejor amigo vivía enamorado de mi medio hermano: Sakamoto Takashi; quién a su vez, no veía a Kohara como más que un amigo de su hermano, o al menos eso me hace creer –
- Sí, claro – no hablamos más, puesto que el profesor hizo acto de presencia y comenzó con su no muy interesante clase –
La clase continuó como empezó: aburrida, ésta era la clase más tediosa de todas y él, el profesor más aburrido de toda la facultad, siempre había uno como esos en todos los cursos; un profesor que aburre, un profesor que da miedo, uno que inspira respeto y uno por el que todos y todas babeamos. Cuando las dos horas más largas de mi vida estudiantil terminaron desperté a Kohara para que saliéramos por fin de aquel torturador lugar.
- Que la próxima semana hay examen
- Cómo nos va a hacer examen si no nos ha enseñado nada
- Kohara, cómo puedes decir eso si lo único que haces durante sus clases es dormir
- De todos modos aunque me quedara despierto no entendería nada de lo que dice
- Pues vas a reprobar
- No, porque tú como el buen amigo que eres me lo pasarás – ignoré por completo su comentario ya que mi celular comenzó a sonar con la ya tan conocida canción de stupid girls, la cual me indicaba cuál de todos mis contactos es el que marcaba –
- ¿Qué pasa Shima? – contesté, a lo que Kohara detuvo su andar para voltear a ver como es que lo ignoraba enteramente mientras atendía la llamada –
- ¿Dónde estas? Te estuve buscando desde la mañana y nunca te encontré ¿dónde te habías metido? ¿con quién estas? Quisiera verte, ya tiene que no hablamos, por eso te marqué, para saber si podíamos vernos hoy
- Si me dejaras hablar tal vez podría decirte en donde nos vemos
- Es que como casi no hablas, no se cuando es que me quieres decir algo, nene, por eso te digo que deberías de ser más abierto con la gente para poder entenderte mejor... – aquí vamos de nuevo, Shima puede llegar a ser demasiado hostigoso, volteé a ver a Kohara, quien me dedicaba una mirada de reproche pues mi amigo es muy celoso y podía imaginar lo que estaba pensando –
- Te veo en 10 minutos en la cafetería del edificio de idiomas – dije y colgué antes de que comenzara a hablar de nuevo – Ven, quedé con Shima, vamonos
- Quedaste tú, yo no – esto siempre pasaba, los celos de Kohara eran la principal razón de nuestras disputas –
- Shima es sólo un amigo... no tengo mejor amigo que tú
- Pero a él nunca le niegas nada
- ¿Y a ti sí? – sabía que la respuesta era no, simplemente no podía negarle nada a mi mejor amigo, él siempre había estado a mí lado desde hace poco más de 6 años y ya era como mi hermano, o mejor aún –
- Pero me molesta que estés con él, siento que me cambias y me abandonaras por él, siempre que te llama simplemente te olvidas de mí para atenderlo y eso no me gusta, terminaras por olvidarte de mí
- Kohara exageras, ya me cansé de tus ataques de celos, eres un posesivo, paranoico, esquizofrénico... – no dije más pues sentí como sus brazos rodeaban mi cuerpo en un fuerte abrazo y me daba un beso en la frente, él no suele ser de las personas afectivas, lo mismo que yo, pero cuando hace eso sé que es porque se siente frágil, indefenso, triste o con miedo y yo simplemente me doblego ante él y termino abrazándolo también. Se quedó un momento en esa posición para después separarse de golpe de mí, haciéndome dar pequeños pasos rápidos hacia atrás para evitar caer –
- Ya, vamonos, deja de hacerme enojar – comenzó a caminar rumbo al lugar donde nos encontraríamos con Shima, dejándome en completo estado de confusión, pero eso siempre ocurría –
Al entrar busqué a Shima con la mirada y lo encontré en una de las mesas del fondo, junto al ventanal que da al área deportiva, sentado, al parecer platicando con alguien a quien no distinguí bien debido a la distancia. Nos acercamos a él, que al verme saltó de su lugar para abrazarme fuertemente, levantándome considerablemente debido a la gran diferencia de alturas.
- Shima, basta... ¡bájame! – odiaba cuando hacia eso, o sea, casi siempre –
- Perdón peque, pero tenía tiempo que no te veía y te extrañé – ay exagera, lo vi hace tres días por la tarde, además casi siempre me llama por celular a las 2 de la madrugada, volteé a ver a su acompañante y descubrí de quien se trataba –
- Buenas tardes Shiroyama – lo saludé más por mero compromiso que por gusto –
- Buenas tardes Matsumoto – hizo un leve movimiento con la cabeza y volteó a ver a Kohara – Hola Kazamasa, cuanto tiempo sin vernos
- Hola Yuu, por fin te dejas ver – se saludaron muy alegremente, cosa extraña pues ni siquiera sabía que se conocían y mucho menos que se llevaban bien – Takashima... – dijo en forma de saludo hacia el mencionado, ya es más que sabido que no se caen muy bien, sentimiento mutuo, pero intento ignorar sus malas caras el mayor tiempo posible, aunque no resulta del todo sencillo –
- Y... ¿para qué querías verme Shima? – pregunté ya que nos sentamos a la mesa y que aquél incomodo momento de saludos terminó –
- Nada en especial, sólo quería platicar contigo un rato... ¿vas a ir a la fiesta de Amane?
- Claro que voy a ir, eso ni se pregunta, ¿tú irás?
- Mmm.... supongo que sí... y supongo también irá Kohara, ¿no?
- Sí... y yo supongo que irá Shiroyama, ¿no? – era evidente ante los ojos de los otros dos que estábamos “discutiendo ligeramente”, pero me molesta de sobremanera cuando se trata de mi mejor amigo –
- Claro... ¿Entonces a qué hora van a llegar?, es hoy ¿no?
- Sí, supongo que nos vamos como a las 10
- Estarán llegando como a las 11:30 entonces... bueno, nosotros llegaremos un poco antes, cuando Yuu salga del trabajo... ¿también irá tu hermano?
- Eso espero... al rato le voy a marcar para invitarlo, pero no es nada seguro
- Yo también llevaré a un amigo... – sabía que Shima podía llevar a quien quisiera porque su novio era buen amigo de Amane, cada vez lo odio más –
- Bueno, Kohara y yo debemos irnos, tenemos clase... al rato los vemos en casa de Amane... – nos levantamos y despedimos rápidamente de los chicos, pues aún teníamos una clase más a la que asistir –
Luego de terminar el día escolar nos dirigimos a mi casa, Kohara pasaría ahí la tarde, nos alistaríamos para irnos a la tan esperada fiesta y veríamos si Takashi iría con nosotros. Cuando llegamos comimos y vimos televisión hasta que dieron las 9 de la noche y Kohara se metió a bañar en lo que yo le marcaba a mí hermano para invitarlo a salir con nosotros.
Marqué su número, el cual ya sabía de memoria y esperé a que contestara, lo cual sucedió luego de timbrar tres veces, como siempre sucedía, manía de mi hermano contestar a la tercera vez que timbra.
- Hola Takanori, ¿qué pasa? – me contestó con su efusiva y grave voz –
- ¿Tienes algo que hacer hoy?
- Pues eso depende
- No quiero jugar Takashi... – sabía que siempre comenzaba a alargar las conversaciones para distraerse, jugar un rato con mi mente y terminarse mi crédito –
- Mmm... deberías conseguirte un novio, o ya de perdida un osito de peluche
- Tengo una fiesta hoy en la noche, nos vamos a las 10:30 más tardar, si quieres ir te esperó en mi casa antes de esa hora... será en casa de Amane e iré con Kohara. Nos vemos en la noche. ¡Bye! – colgué y me dirigí a mi habitación, seguramente mi amigo ya habría salido de bañarse, entré y lo vi con el cabello completamente mojado y con una pequeña toalla atada a la cintura y cubriendo apenas lo necesario. Estaba parado frente al baño, cosa que me hizo entender que acababa de salir, llevaba una toalla aún más pequeña en la mano derecha con la cual secaba su cabello que seguía goteando sin cesar –
- ¿Ya le hablaste? – escuché como me preguntaba algo, pero no procesé la información, seguía viendo lo que minutos antes robó mi atención – Taka-chan.... deja de admirar mi fascinante cuerpo y hazme caso – la verdad es que nunca había visto a mi amigo de esa manera, no sé lo que me está sucediendo, simplemente no puedo dejar de ver la manera en que camina hacia mí, ¡camina hacia mí! ¡Reacciona Takanori! –
- Eh... sí, ya le marqué, pero no estoy seguro de que venga – dije por fin, dando media vuelta y alejándome de él, escuché una leve risa de su parte, sé que se dio cuenta de la situación en la que me puso el hecho de verlo de esa manera – Voy a tomar un baño, apresúrate a cambiarte ¿quieres? – dije, tomé mis cosas y estaba por entrar al baño cuando escuché de nuevo su voz –
- Sí, te hace falta un buen baño de agua helada y asegúrate de no salir antes de media hora o me verás desnudo y te pondré peor – rió descaradamente y fue cuando me di cuenta de mi situación al ver hacia abajo, mi pequeño había quedado igual de embobado que yo, y no podía creer que mi amigo causara eso, ¿cómo podía él ponerme de esa manera?, lo peor no era eso si no el hecho de que él se había dado cuenta, viviría un infierno de hoy en más –
Después de que terminamos ambos de alistarnos para ir a la fiesta, cosa que nos llevó más de lo esperado pues no nos decidíamos por cual ropa nos iba mejor para esa ocasión. Kohara se decidió por unos jeans negros, lo suficientemente ajustado para dejar ver con detalle sus piernas, no es que yo las haya estado viendo, doble playera, por debajo la blanca y por encima y un poco más corta una gris de manga larga y bien ceñida al cuerpo, y para terminar una chaqueta blanca y sus ya conocidos accesorios. Yo opté por unos jeans igualmente negros, una playera blanca y un camisa por encima roja con negro, de manga larga y a cuadros y una chaqueta de piel, negra. Cuando estábamos por salir escuché que tocaron el timbre, así que me dirigí a la puerta a atender a quién fuera que estaba llamando.
- ¡Hola! A que me extrañaste, ¿verdad? – me preguntó, dándome un pequeño golpe en el hombro, mi hermano, quien acababa de llegar –
- A que no – le contesté, traía puesto un pantalón negro que llevaba por dentro de las botas del mismo color, con cadenas por todos lados, rasgado en las rodillas y un poco más por debajo, una playera color vino, lo bastante larga y floja como para dejar ver parte de su pecho, y una chaqueta negra que llevaba en la mano. Debo admitir que él, se ponga lo que se ponga, siempre le va bien, viene de familia. –
- Bueno... ya que evidentemente no soy importante para ti... ¿podemos irnos ya, para poder conocer gente la cual si me admirará?
- ¿Traes tu auto? – pregunté y Kohara salió en ese preciso momento –
- ¿Crees que voy a traer mi auto? Por favor, si vamos a una fiesta es obvio que habrá alcohol por todos lados, si manejo tomado puedo tener un accidente muy desastroso y quizá vaya a dar hasta el hospital y no quiero tener ningún tipo de cicatriz en ninguna parte de mi tan perfecto cuerpo... así que pensando en eso y más, deduje que sería mejor que tú condujeras – realmente es... censuro mis pensamientos antes de querer yo mismo dejar a mi hermano en el hospital en estado vegetal –
Manejé durante un buen rato, pues ninguno de los dos, ni Kohara ni yo, sabíamos en donde quedaba exactamente la casa, mejor dicho, mansión, de Amane, así que tuvimos que dar vueltas por la unidad buscando la casa más grande y hermosa que jamás habíamos visto. Cuando llegamos un joven en la entrada nos condujo hasta el salón donde todos ya se encontraban reunidos, nos dijo que pasáramos y nos quitó los abrigos para llevárselos con él. Había tanta gente a la que no conocíamos y todos y cada uno de ellos vestían muy bien, nos adentramos un poco más y mi mirada encontró a Amane como automáticamente, quien al vernos se acercó lentamente con su porte altivo y su sensual caminar.
- Veo que han venido, me alegra verlos – nos dijo y posó su mirada en mi hermano –
- No nos perderíamos ésta fiesta por nada... él es el hermano de Taka-chan – lo presentó Kohara, Amane sólo ladeo un poco la cabeza hacia el lado derecho y sonrío muy ligeramente –
- Sakamoto Takashi, un gusto – se apresuró a decir con un elegante tono de voz y movimiento de cabeza –
- Amane Shinji, el gusto es mío – se quedaron viendo a los ojos por un momento y luego ambos desviaron la vista al mismo tiempo – Sus amigos también han llegado, pasen y tomen algo... – nos acompaño hasta el lujoso bar donde servían las bebidas, se aseguró de que pidiéramos una y nos pidió disculpas para retirarse a atender a otros chicos que acababan de llegar. No duramos mucho tiempo solos pues Shima nos encontró casi de inmediato, haciendo un escándalo al saludarnos. –
- ¡Taka-chan...! – gritaba mientras corría hacia donde nos encontrábamos, mi hermano se giró para dar la espalda a aquella escena, pues perdería el porte y el glamour si lo veían con el chico que corre ridículamente a saludar a sus amigos, Kohara sólo se limitó a hacer una mueca de disgusto al verle. Vi que uno de los chicos que venía detrás de Shima era su inconfundible novio, Shiroyama Yuu, pero... ¿quién era el otro chico?... algo en él me es familiar. Tiene un aspecto un tanto enigmático, camina como si fuera el rey del mundo y su mirada es tan altanera, una sonrisa burlona y de superioridad adorna su rostro. Pero algo hay en él que no cuadra con el vago recuerdo que inunda mi mente... ¿qué es?... ¡su ropa!... es el mismo chico con el que me topé ayer por la mañana, el mismo chico que parecía que no sabía como vestirse... ¿aquel a quien insulté y taché de inadaptado, es amigo de uno de los hombres más poderosos y ricos de Japón?... ¿es amigo de Amane Shinji? –
- Nos volvemos a ver... ¿ahora si te gusta mi ropa? – me preguntó con una cínica sonrisa en el rostro -