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Special Needs por kaoruyuuki

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Notas del fanfic:

Este fue el último fanfic que escribí, y es de johnnys!♥ Dos de mis miembros preferidos de NEWS, Koyama y Tegoshi. En un principio escribí esto por pedido de amigas mías, pero me terminó agradando la idea de la pareja. ¡Espero que les guste! :3

Notas del capitulo:

Ok, aquí les dejo el primer capítulo de este candente fic :'D

 

Disfrútenlo!

 

-Primera parte-

 

Miró el techo por enésima vez como si fuera a encontrar la solución allí. Claramente eso era imposible, por lo que tomó una gran bocanada de aire en un intento de ordenar un poco su cabeza. ¿Qué demonios estaba pasando? Lo que ocurría en esos momentos carecía de sentido alguno, no tenía ni pies ni cabeza. ¿Acaso estaba soñando o algo así?

Y sucedía que, en aquel camarín antes del recital que debían dar con el tan conocido grupo NEWS, Koyama Keiichiro y Tegoshi Yuya tenían un encuentro bastante particular: estaban teniendo sexo oral. Sí, sexo oral. 

 

-Mmhh… -musitó Koyama cerrando los ojos con fuerza, sin poder dejar de disfrutar la maravillosa sensación que le producían las lamidas de Tegoshi sobre su miembro. –Aaah, T-Tego… -murmuró antes de morderse suavemente los labios.

El menor no cesaba de recorrer la extensión de aquel pene con su lengua, asegurándose de dejarlo completamente húmedo.  Entonces se separó apenas para mirar a su compañero desde abajo y desde allí dedicarle una pícara sonrisa.

 

-Keii-chan, tranquilo. –susurró Yuya. –Aún no comenzamos. –dijo guiñando un ojo y, acto seguido, procedió a  introducir la hombría de Keiichiro en su boca. Al instante, Koyama sintió cómo esta zona de su cuerpo le hervía casi febrilmente, quemando su piel sin piedad alguna. Y la temperatura subía mucho más a medida que el chico con cara angelical lo succionaba salvajemente.

 

¿Cómo habían llegado a semejante situación? La verdad era que todo se había dado de una manera tan estúpida que al mismo Koyama le entraban unas terribles ganas de reírse al recordarlo.

 

>>FLASHBACK>>

 

-Hey, Keii-chan, ¿me prestarías un par de medias?  -pidió Tegoshi ingresando al lugar en donde el aludido terminaba de vestirse.

-¿Medias? ¿Qué pedido es ese? –preguntó extrañado mientras buscaba en su mochila lo requerido por su amigo.

-Es que… Las que tenía se me mojaron accidentalmente cuando me estaba cambiando de zapatos. –se rascó la cabeza. –Me las saqué y justo sonó mi celular; y al apoyarlas sobre la mesa para poder contestar, choqué sin querer mi mano contra la botella. –explicó el muchacho rodeando los ojos.

Koyama emitió una carcajada.

-¿Así? Pero no entiendo por qué razón te las tuviste que sacar.

-Simplemente me las quise acomodar antes de ponerme los otros zapatos. Me estaban molestando. –bufó mientras se acomodaba el cabello frente al espejo.

-Por Dios, no tienes remedio, Tegoshi. –meneó la cabeza resignado mientras sacaba las medias y se las alcanzaba. –Toma, aunque dudo que sean de tu medida. –bromeó, claramente dándole un doble sentido a sus palabras. 

-¿Eh? –el menor del grupo miró al mayor extrañado por un momento. Luego, lo comprendió. –Ah, claro. ¡Muy gracioso, eh! Aunque sinceramente dudo de que tu tamaño sea la gran cosa, Keii-chan. –le reprochó mientras tomaba las medias.

 -Bueno, no sé si será tanto pero que te supero, seguro. –se burló sacándole la lengua.

 - …!! –Tegoshi abrió la boca pero no emitió ninguna palabra. Entonces, la volvió a cerrar y suspiró.

 -¡A-cer-té!- celebró Koyama haciendo una “V” con sus dedos. 

-¡Oh, vamos! ¡Ya deja de alardear! Apuesto a que no tienes mucho más que yo. –repuso Yuya cruzándose de brazos.

 -Mmh… ¿Quieres comprobarlo? –propuso Keiichiro abriendo bien grande los ojos, dándole a entender perfectamente a qué se refería. 

-No, muchas gracias. –respondió de mala gana el muchacho.

-Mira que no tengo ningún problema en bajarme los pantalones para demostrarlo. – dijo desafiante el más alto y luego formó una mueca graciosa en su rostro.

El otro se quedó mirándolo con los ojos entrecerrados y luego terminó desviando la mirada.

-Haz lo que quieras. Me da igual. –la voz de el más bajo daba a relucir claramente su enojo. 

Pero esto no detuvo a Koyama, para nada. En cuestión de segundos, sus pantalones habían rodado hasta la altura de las rodillas junto con sus bóxers.

-¿Y bien? ¿Qué opinas? – Koyama no sentía nada de vergüenza al mostrar su virilidad sólo para salirse con la suya. Aparte tenía muy en claro que Tegoshi era muy orgulloso de sí mismo y el hecho de que alguien sea superior a él en algo, le molestaba muchísimo.

Sin embargo, lo ocurrido a continuación no fue algo en ningún momento calculado. 

 

Apenas Tegoshi giró, se sonrojó por completo y se quedó quieto como una estatua, como si no pudiera respirar. Koyama lo miró extrañado, sin comprender qué le estaba ocurriendo a aquel chico.

-Te… ¿Tego? ¿Pasa algo malo? –cuestionó asustado.

Pero el chico no se dignó en responderle.

-Tegoshi, me das miedo, ¿qué tienes? ¿Te sientes mal o algo? –le insistió manteniendo las esperanzas de que le respondiera pronto.

Entonces, Yuya bajó la cabeza para clavarla sus ojos en el piso y mantenerse así por un rato. Koyama estaba comenzando a desesperarse cuando de repente, el más chico se decidió a romper el silencio.

-Demonios, Keii-chan, yo… me siento tan… yo… -las palabras del cantante con la voz más destacada de NEWS carecían de lógica. De repente levantó la cabeza con mucha brusquedad, logrando que sus miradas se encontraran. –Ya no lo resisto. –anunció jadeante y avanzando hacia Koyama.

El interpelado no entendía absolutamente nada, tan sólo retrocedió un par de pasos por puro instinto, como temiendo que Tegoshi pretendiera hacer algo con él.

Y la verdad era que no estaba para nada equivocado.

A gran velocidad, el menor acorraló al mayor contra la pared y comenzó a besarlo con una pasión descomunal. Koyama se sentía mareado y confundido, jamás había pasado algo así entre ellos y sentía que se estaba perdiendo una importante parte de la historia.

-¡Tegoshi! –lo apartó como pudo. -¡¿Qué diablos estás haciendo?! –preguntó completamente escandalizado.

La respiración del otro chico era fuerte, acelerada. Parecía que hubiera recuperado de repente todo el aire que había perdido hacía unos instantes. 

-Déjame hacer una cosa que… no tardaré mucho en terminar. –pidió llevando su mano a la entrepierna de Keiichiro para acariciarla una y otra vez, con la desesperación marcada en sus roces. Tegoshi le fue imprimiendo más fuerza a sus movimientos, tanta que impedían que Koyama pudiera moverse. Le parecía de verdad extraño que una persona de cuerpo tan pequeño pudiera bloquear cualquier acción de otra de contextura corporal más grande en un momento así. “Cómo puede cambiar una persona a la hora del sexo” pensó para sus adentros.

Koyama se encontraba cada vez más desconcertado, pero inexplicablemente aquellos finos dedos recorriendo su glande con insistencia le estaban agradando. Mucho.

-T-Tegoshi, detente. Para de… de una vez… -rogaba Koyama aunque sin apartarse del contacto.

-No puedo, de verdad no puedo. –declaró quien lo estaba masturbando aquella manera tan descontrolada. –Juro que termino pronto, en serio. –repitió comenzando a besarle el pecho hambrientamente, trazando un recorrido que indudablemente se dirigía a la parte baja de su cuerpo.

A Koyama le estaba gustando de verdad la obvia idea de su compañero y esto lo aterrorizaba. ¿Acaso se había vuelto loco? ¿Desde cuando permitía que un colega se le tirara así de la nada e hiciera todo aquello? No era algo que acostumbraba hacer, definitivamente. Pero no podía negar que ya se encontraba excitado, su erección era la mejor prueba que pudiera existir para cerfificarlo. ¿Tenía que dejar que esa situación continuara hasta el final?

Era tarde para decidirlo. Tegoshi ya estaba saboreando su pene con la lengua como si fuera el más exquisito de los dulces. Y varios sonidos productos del placer provenientes de ambos no paraban de oírse en el lugar.

 

<<<

 

Koyama tuvo que apoyar todo su peso contra la fría pared y un escalofrío recorrió su espalda. Esa increíble cálida sensación sobre su miembro lo deleitaba a no más poder, tanto que sus piernas comenzaban a perder el equilibrio. Se obligó mentalmente a seguir en pie, prometiéndose que en cuanto terminara toda esa locura volvería a la normalidad como ni nada hubiera pasado.

-Nngg… Mmhh… -Tegoshi gemía ahogadamente por tener su boca ocupada con la virilidad de su compañero. Este otro, casi sin pensarlo, se arqueaba con el fin de pegar más su pelvis a la cara del muchacho, lo cual dio gratificantes resultados. Keiichiro agarró la cabeza de Yuya para indicarle un ritmo un poco más acelerado, ahora era él quien se sentía ansioso y desesperado por conseguir lo que deseaba. Y, no mucho tiempo después, el orgasmo se hizo presente.

-¡Aaaah! –gimió roncamente, llenando la cavidad bucal de Tegoshi con su semen. –Lo… lo siento, yo… -pero antes de que terminara de disculparse por acabar allí, su colega se tragaba aquel líquido blanquecino, aparentemente gustoso por haberlo aceptado. Koyama sonrió por unos segundos, sin embargo pronto adoptó una cara seria. Tegoshi lo imitó y ambos se quedaron callados, sin realizar ningún movimiento.

-Yo… -comenzó a hablar nuevamente Koyama y algo lo interrumpió.

-¡EN 10 MINUTOS COMIENZA EL SHOW! ¡ESTÉN TODOS LISTOS! –se escuchó gritar desde afuera al manager del grupo repetidas veces, logrando que ambas personas se sobresaltaran.

-¡Ah! –Tegoshi se levantó velozmente y acomodó su ropa como pudo, limpiándose los restos de semen en la comisura de sus labios de alguna forma.

-¡Cierto, el show! –chilló Koyama terminando de vestirse y arreglándose frente al espejo.

Al cabo de cinco minutos, los cantantes y bailarines se encontraban medianamente presentables.

-Bueno, voy saliendo… –dijo Yuya encaminándose a la puerta y pronto bajando el pomo de la misma.

-¡Espera! –lo detuvo precipitadamente el más grande, extendiendo su mano hacia la dirección de la salida.

Tegoshi giró confundido, mirando atentamente a su amigo.

-Te… te espero aquí luego… luego del concierto. –articuló dificultosamente Koyama, ruborizado por completo.

Entonces el más chico reflejó el mayor de los asombros en su cara para luego esbozar aquella perfecta sonrisa que tanto lo caracterizaba.

-Ok, aquí estaré. –aceptó antes de salir del camarín y sumarse al revuelo que se producía en el amplio pasillo.

 

 

-CONTINUARÁ-

 

Notas finales:

¡Comenten, por favor! :3♥


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