El día era hermoso, los pájaros cantaban, pero algo faltaba. Ryuuzaki, un encantador jovencito de cabellos cual noche sin luna y piel tan blanca como nieve. Buscaba con sus ojitos negros como profundos posos, a aquella persona a la que tanto quería, a su amado hermano gemelo, Beyond.
- ¿Beyond?
Su preocupación se hiso evidente. Su madre, abrazaba a su padre, parecían tristes, lloraban. El muchacho no entendía a qué se devía tan depresión. Como un rayo, vino a su mente la imagen de su hermano, sonriendo mientras mostraba aquellos hermosos ojos color carmín.
Sus ojos negros, se llenaron de lágrimas, corrió hacía sus padres y entonces, preguntó por su hermano.
- ¿Dónde está Beyond?
Más sus padres guardaron silencio, viendo a aquel chiquillo desmoronarse. Con gran pesar, la madre dio la terrible noticia.
- Ryuu-chan... tu hermano, está ahora en el cielo. Ahora es un ángelito.
- No, es mentira, no me mientas, madre.
- No te estoy mintiendo, es verdad.
- No, no, no es verdad, no es justo... Beyond, mi hermanito...
El pequeñi Ryuuzaki quedó dstrozado y lloraba a más no poder, no soportaba la idea de que su hermano muriera, no podía ser cierto, no estaba pasándole aquello. Sin su hermano, ¿Qué haría el?
Les habían dicho que BB había sufrido un accidente, donde él y otros amigos, sufrieron un choque, donde solo el ojirojo perdio la vida. El el velatorio, muchas personas habían asistido. Amigos, familiares y conocidos. Todos querían al pelinegro, era un chico tan agradable, amable y algo coquéto con las chicas, siempre fue un hermano sobreprotector con su adorable gemelo.
Desde niños siempre fueron inseparables, Ryuu-chan y Beyond-kun, se querían demasiado. A veces tenían sus peleas pero eran tan unídos. Siemre haciendo travesuras, diabluras y tantas otras cosas.
Ryuuzaki veía la tumba de su hermano y en su mente solo se repetía una y mil veces que aquello no era real, solo otra de las bromas de su hermano, que en cualquier instante él llegaría y diría "¿Qué están haciendo? ¿A quién están velando? Mírenme, aquí estoy."
Al día siguiente, Fue el entierro de su hermano. Ahora que no tenía a Beyond a su lado, se sentía tan solo, tan vacío. No derramó ni una sola lágrima, sus padres no soportaron y tuvieron que darles tranquilizantes, más, el pequeño Ryuu-chan no las tomó.
Algunos de los familiares se sorprendieron de que el hermano de Beyond, no derramara lágima algúna. Le preguntaron por qué no lloraba, a lo que el respondía con voz apagada y algo fría.
- ¿De que me sirve llorar?, eso no lo traerá de vuelta. Dudo que estuviera feliz si me viera llorar, debo aprender a ser fuerte, ahora más que el ya se ha ido.
Durante una semana, estuvo depresivo, sin embargo, logró sobrellevar aquello, más, siempre sentía la ausencia de su hermano y ahí, era cuando se sentía solo y triste. Hubo noches en las que soñaba con su hermano, que él estaba a su lado, cuidándolo, abrazándolo. Había noches en las que incñuso, sentía una presencia a su lado, llamándolo. Sentía como lo arropaban y lo abrazaban.
Esa noche, muy de madrugada, Ryuuzaki despertó. Hacía mucho frío, cosa rara estando en pleno verano. Sentía algo extraño, y escuchó... Escuchó la puerta abrise, algo muy extraño ya que siempre la mantenía cerrada con llave. Sntió escalofríos y se asomó para verificar algo y... la puerta cerrada. Sintió pasos, eso lo aterraba. Pasos acercándose. Cerró sus ojos con fuerza y sintió... sintió como era arropado con una sábana y sentía un cálido beso.
Se sorprendió ante eso. Algo cálido lo envolvió, como un abrazo. Sentía una respiración, alguien que lo abrazaba y escuchó un susurro que parecía el viento mismo hablandole...
- Te quiro... Ryuu-chan...
Se parecía a la voz de su hermano... Quizás, la presencia de Beyond seguía en aquel lugar, a su lado, cuidándolo.
- Tambien te quiero... Beyond...
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