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Okama, amor a primera vista por Paz

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Notas del capitulo:

Este fic comenzó con un San Valentín, quería terminarlo en la misma fecha, pero no me ha sido posible, por de pronto, aquí teneís la continuación, con un poco de suerte, el viernes subiré el siguiente que ya lo tengo medio terminado, me falta el lemon... bueno... no adelantaré acontecimientos.

Okama, amor a primera vista

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

 

By Paz

 

Capítulo 9: Necesito conocerte

 

 

 

Se sentía satisfecho con los logros conseguidos.

 

Allí desde la ventana de su despacho, podía observar como un grupo de chiquillos y un adulto se esforzaban en conseguir que aquel trozo de terreno pudiera utilizarse para jugar basquetball. Al principio, todos se mostraban bastantes renuentes a participar en aquello que les resultaba desconocido, tal vez pensaban que para que añadir un problema más a sus jóvenes vidas. Más ahora viendo su entusiasmo podía decirse que esa nueva meta que se proponían alcanzar iba a ayudarles a salir adelante, a salir del pozo en el que muchos de ellos estaban a causa de adultos sin escrúpulos que habían abusado de su inocencia con maltratos físicos y psíquicos.

 

Kazumi-chan llevaba unos minutos observándole a él, se veía tan abstraído que ni siquiera había escuchado cuando golpeo con los nudillos a su puerta sin obtener respuesta, por lo que discretamente abrió asomando la cabeza y viéndole parado delante de la ventana mirando hacia el exterior.

 

Estaba de perfil a ella, por lo que pudo verle unos minutos antes que él se diera cuenta de su presencia.

 

-¿Qué ocurre, Kazumi-chan? ¿Algún problema? –preguntó girándose hacia ella.

 

-Nada que no pueda resolver –respondió acabando de entrar y cerrando la puerta a su espalda- ¿Cómo te encuentras tú? –preguntó, aunque la respuesta ya la sabía, desde que ese hombre volvió a su vida parecía otro. Estaba más tranquilo, mucho más contento y trabajaba el doble que antes.- Me han dicho que estas ayudando a los demás con los casos más difíciles. No me gustaría enterarme que te agotas trabajando tanto. –comentó llegando hasta su lado y volviendo el rostro hacia el exterior, viendo entonces lo mismo que él- Sakuragi-kun…, no vas a molestarte por lo que vaya a decirte…, pero ese hombre, desconfió de él. Es extraño, volver de pronto, cuando todos le daban por muerto…, dirás que soy una entrometida, pero le he investigado.

 

-¿Qué has hecho qué…? –preguntó sorprendido.

 

-No me hagas repetirlo, por favor. Se que no debí hacerlo, pero me preocupo por ti.

 

-¿Qué has averiguado? –él tenía que haber hecho esa búsqueda pero le falto valor para acabar descubriendo que todo era un engaño.

 

-Rukawa Kaede, nunca tuvo un hermano gemelo… Fue hijo único. –solo importaba ese detalle, ese hombre era un impostor, se había aprovechado de la buena fe de Sakuragi-kun para vaya uno a saber que cosas conseguir, aunque no tenía que pensar demasiado para conocer que de por medio esta el dinero, era un timador que había encontrado en él la oportunidad para sacar tajada de su dolor.

 

Sakuragi se volvió para mirar hacia fuera, eso mismo era lo que le dijo su abogado cuando intento traspasar sus bienes al que creía su legitimo dueño.

 

-¿Lo sabías? –inquirió al no ver la reacción que esperaba encontrar en él.

 

-Si.

 

-Entonces, porque sigues admitiéndole a tu lado.

 

-Porque en el fondo de mi corazón, se que no es malo, y espero que él mismo me aclare el porque de todo.

 

-Te aferras a una esperanza, quieres tener la certeza que todos nos equivocamos y que él ha regresado de la muerte.

 

-Ni siquiera se lo que creo o espero…, lo que no puedo negar es que me siento feliz sabiendo que esta a mi lado, aunque no sea él. –tampoco podía explicarse porque cuando estaba a su lado tenía la sensación que estaba cerca, era como si en el momento de morir se hubiera reencarnado en él, algo improbable porque entonces no se hubiera presentado en su casa llamándole igual que Kaede, aunque ese apelativo no era ningún secreto, cualquier de sus ex compañeros de equipo o sus amigos conocían su cariñoso insulto. Eran cosas que decía o hacía lo que dejaba abierta una puerta a la esperanza, por eso le admitía a su lado, por eso esperaba pacientemente que algún día él se sacara la máscara y le explicara quien era realmente y porque tenía las mismas facciones que Kaede.

 

-Una triste esperanza… -musitó Kazumi-chan apenada por su amigo.

 

-Es lo único que tengo…

 

-Eres una gran persona, aquí todos te quieren y admiran… y sabes que puedes aspirar a mucho más de lo que tienes, cuando un amor se va, otro llega, pero tú te aferras al que sentiste y no te abres a uno nuevo.

 

Dejo escapar un largo suspiro, tenía toda la razón, solo que no en su corazón sentía que el amor que había dentro de él no había muerto todavía y a ese sentimiento se aferraba para que el dolor de la perdida no volviera a lastimarle.

 

Al ver que no podía hacer más por su amigo, le palmeó cariñosa el antebrazo recomendándole su mejor deseo.

 

-Cuídate... –hubiera querido añadir "de él" más solo lo pensó, salió de la habitación dejándole solo con sus pensamientos.

 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

 

Al mediodía dejo el expediente que estaba estudiando. Se dirigió a la sala donde se reunían el resto de sus colegas, unos para descansar otras como él para comer, solía llevar su bento preparado, aunque desde que había regresado Rukawa pesaba más porque había añadido dobles raciones de todo.

 

Apenas entró le vió sentado junto a la ventana, aunque su mirada estaba pendiente de su llegada, en cuanto le vió aunque no sonreía, su mirada cobro un nuevo brillo y supo que se alegraba de verle.

 

-Te alegras de verme porque estas hambriento ¡eh!? –comentó sentándose frente a él y posando en la mesa su bento, abriéndolo para que admirara su obra de arte, desde que él estaba, le había dado por adornar la comida que llevaba.

 

-No es por eso, te extrañaba a ti.

 

Sus palabras le emocionaron, aunque siguiera preguntándose ¿quién era?

 

Ante su silencio Rukawa le miró e inquirió: - ¿No me crees?

 

-Yo también te he extrañado, me preguntaba donde estabas.

 

-En el patio… construyendo esa cancha de basquetball –respondió aún sabiendo que no era eso lo que quería saber, sin embargo, él no tenía las respuestas que deseaba oír y eso le entristecía aunque no lo pareciera.

 

A su mente llegaban fogonazos de recuerdos, deshilvanados, sueltos, sin una continuidad, desparejos unos de otros, recuerdos que llegaban a él como consecuencia de una palabra, de un gesto, se daba cuenta que él quería saber como fue su vida mientras estuvo ausente, y eso era algo que su mente se negaba a recordar, era como si hubiera comenzado a vivir la tarde en que la policía le detuvo en un hotel bajo la acusación de asesinato, anteriormente a eso su mente estaba cubierta de una neblina que no era capaz de disipar, excepto un nombre que se repetía en sus lúgubres pensamientos mientras permanecía en el corredor de la muerte: Sakuragi Hanamichi. Durante el juicio no se admitió el que dijera que no recordaba nada, todos creyeron que era un truco para escapar con una condena baja. Se le condenó a muerte, sin que hubiera contra él alguna prueba condenatoria, solo por encontrarse en un lugar en el peor momento de su vida. Por eso cuando inesperadamente su inocencia se comprobó, todo su afán fue encontrarle, años después recibió una carta sorprendente que le pedía que fuera a Kanagawa, dándole una dirección en concreto, un nombre y unas instrucciones. Él las siguió al pie de la letra, porque el nombre que allí se mencionaba, era el mismo que aparecía en sus sueños. Anteriormente a su regreso había consultado a diversos especialistas y todos habían coincidido en que sufría amnesia, esos recuerdos dispersos que tenía eran parte de su pasado.

 

Estando a su lado esos recuerdos se volvían más firmes, más consistentes, siendo capaz de enlazarlos y así ir reconstruyendo su vida, junto a él y otras personas con las que había compartido momentos de compañerismo, en los que habían jugado al basquetball con el afán de alcanzar la meta que se habían propuesto, por eso se afanaba en recordar porque Hanamichi tenía la llave que abría sus recuerdos, todavía no sabía como, pero estaba seguro que llegaría un día en que podría decir con alegría, "eso es lo que hice, esa fue mi vida"

 

-Te has olvidado de comer… -dijo Hanamichi sacándole de su abstracción.

 

-Disculpa… -murmuró al darse cuenta que esperaba por él.

 

-"Itadakimasu" –dijeron al unísono agarrando los "ohashi" para comenzar a servirse.

 

Durante los primeros minutos comieron en silencio, luego como si el ansia que sentían cedió, se miraron y comenzar a conversar.

 

-He estado viendo que vais muy avanzados.

 

-Al principio se mostraban reacios, pero ahora se han entusiasmado con la idea aprender a jugar y fueron los más pequeños los que comenzaron a apoyarnos con su ayuda. –exclamó dejándose él también llevar por la satisfacción del trabajo que estaba llevando a cabo por esos niños.

 

-Son buenos chicos, solo necesitaban una motivación para salir de su encierro. –le miró fijamente- ¿Y qué me dices de ti?

 

-¿Qué quieres saber? –preguntó cauto.

 

Hanamichi detectó una actitud cautelosa en su mirada.

 

-También has cambiado y debo reconocer que para mejor.

 

-¿Cómo me veías? –inquirió de forma que no se diera cuenta que no recordaba su pasado, porque deseaba que él pudiera hablarle de él.

 

Sakuragi entrecerró los ojos como si meditará la respuesta, sin embargo, no se dejaba embaucar por la aparente inocente pregunta.

 

-¿Cómo te veías tú? –preguntó a su vez.

 

-Solitario…, encerrado dentro de si mismo, -eran sensaciones que brotaban dentro de su mente, sin siquiera tomarse tiempo para pensarlo- Con una única meta… el basquetball y la NBA.

 

Sakuragi le miraba como si tuviera delante a un paciente, y se sorprendía que pudiera ser capaz de discernir tan rápidamente como era Kaede a los dieciséis años, era como si estuviera dentro de él y conociera sus más íntimos pensamientos. Viéndole y escuchándole sentía como si Kaede y él fueran una misma entidad, un mismo ser. Qué el supiera la ciencia no había alcanzado tal grado de perfección.

 

-Ahora eres tú quien se ha quedado ensimismado… -comentó Kaede.

 

-Disculpa…

 

-No lo hagas… supongo que tienes muchos casos en los que pensar. Gochisosama. –Recogiendo todo- Yo me ocuparé –añadió al ver su ademán.

 

Asintió y mientras le veía marchar, supo que durante esas últimas semanas, había conocido a una persona, idéntica a Kaede en lo externo, pero su forma de ser, como actuaba era completamente diferente, y aunque no podía saber como había sucedido su corazón le decía que no era malo, por eso había comenzado a sentir un sentimiento cálido hacia él, tal vez al principio, cuando se entero que Kaede era hijo único, se sintió burlado, pero calló y ahora sabia porque. ¿Cómo era posible que en tan poco tiempo se hubiera enamorado de una persona de la que tan poco conocía? Una vez más el amor llegaba a su vida y esta vez quería hacer las cosas bien, tenía que aclarar con él muchas cosas, necesitaba conocerle realmente para saber así el porqué de ese repentino sentimiento que brotaba nuevamente en su pecho.

 

Kaede volvió a su lado, dejándole el bento una vez lavado.

 

-Aquí tienes…

 

-Esta noche, tú y yo vamos a hablar seriamente. –dijo mirándole fijamente, esperando tal vez que se asustara, o tal vez que saliera corriendo al saberse descubierto, sin embargo, su respuesta le desconcertó.

 

-De acuerdo… él sabía que pronto querrías saber acerca de mí y que entonces los dos comprenderíamos y todas nuestras dudas o inquietudes se disiparían.

 

-¿Él? –inquirió desconcertado, porqué aquellas mismas palabras salían muchas veces de los labios de su koi, como era posible que él las pronunciara, o le habían dicho que las dijera que confundirle aún más.

 

-Rukawa-san.

 

Sakuragi quedo tan desconcertado que solo pudo quedarse mirándole cuando se dió la vuelta tras esa sorprendente declaración disponiéndose a dejar la sala.

 

-Te espero para que me lleves a casa. –salió sin esperar su respuesta.

 

Continúa en el próximo capítulo…

Notas finales:

Explicación a los términos señalados entre "…"

Al empezar la comida se dice "Itadakimasu", similar a nuestro que aproveche; y al terminar la comida, "Gochisosama", que viene a significar gracias por la comida, todo estaba exquisito.

Para comer se utilizan los palillos "ohashi". Solamente utilice los palillos para comer, no para pinchar, señalar o cualquier otra cosa. (Sacado de algún blog)


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