Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mañanas revueltas por sister_of_Itachi_and_Mu

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

De nuevo, dedicado a mi ponny, para que vea que me hago de perdonar por cierto comentario. Y subido, como prometí, en el fin de semana, aun y en mi estado XD

Era una de tantas mañanas, en la que todos habían bajado a desayunar, Shun hablaba animadamente con sus compañeros, mientras que su hermano se concentraba en estar en silencio mientras tomaba el café. De las escaleras se escuchó la voz, siempre alegre, de Seiya, el cual bajaba animadamente tras una noche de poco sueño.

 

-¡Hola~!

-Buenos días.- Respondieron todos menos uno.

-Ikki, no estés tan refunfuñón de buena mañana.- Le decía sonriendo.

Todos temieron una explosión de ira contenida hacia el castaño, ya que Ikki llevaba demasiados días sin replicarle nada, sin embargo no fue así. Siguió en silencio tomando su café y, al ver que no le hacía caso, decidió colgarse a su espalda.

-Ikki, hazme caso. Hola, Ikki, hola, hola, hola.

Mas no tenía respuesta alguna.

 

Hacía unos días se habían discutido fuertemente por una tontería, así que Ikki decidió no dirigirle jamás la palabra, la cual no sería bonita si abría la boca. Seiya respondió claramente “pues entonces no me hables jamás”, cosa que se tomó muy a pecho el Fénix y ahora se había ajustado a su cabezonería y no iba a responder a nada. Le iba a estar ignorando todo el tiempo que su temperamento le permitiese.

 

-Ikki, hazme caso, estoy aquí.- Repetía una y otra vez.

Pero él no le hacía caso, se puso a andar, sin importarle que todavía estuviese colgado a su espalda, dirigiendose al salón para poner la televisión. Seiya insistía en cambiar de canal, a ver si esto le hacía rabiar, pero no conseguía nada, simplemente, el Fénix, cambiaba nuevamente sin emitir sonido.

 

-¿No creeis que tenemos que intervenir?- Shun estaba bien preocupado.

-Si nos metemos acabaremos peor nosotros.- Respondía Hyoga.

-Pero acabaremos todavía peor si no conseguimos que hagan las paces, esto también nos afecta, porque somos amigos de ambos, que Ikki tenga su carácter no quiere decir que sea mal tipo y que Seiya esté comportandose así es que le sabe mal lo que haya pasado. Así que por su parte también está dando su mayor esfuerzo.- Replicó Shiryu.

En eso tenía razón, Seiya, que también tenía sus momentos de terquedad absoluta, daba su brazo a torcer para no perder la amistad de nadie, aunque fuese del temperamental Ikki, quien solo atendía a razones de su hermano.

 

Decidieron hacer un sencillo plan, el cual esperaban que funcionase. Todo comenzó poniendo una sencilla nota en el escritorio de Seiya: “Escucha, si quieres hacer las paces ve al fondo del jardín, donde el rosal.” Y más tarde a Ikki: “Nii-san, vayamos al rosal del fondo del jardín, quiero hablar contigo. Shun”. De modo que ninguno de los dos podría negarse a ir hasta allí.

 

El primero en presentarse fue Seiya, quien estaba extremadamente emocinado porque Ikki hubiese dado un paso a rehacer su amistad, por lo que se puso a corretear y gritar hasta que quedó exahusto. Después fue Ikki, que, al ver allí a Seiya quiso dar media vuelta, pero recordó que su hermano tenía que ir, pero dadas las condiciones empezó a sospechar que su dulce hermano le había preparado una amarga trampa.

-Que bien que hayas venido.- Eso le confirmó toda sospecha.- Ikki, es muy importante que hayas decidido perdonarme.- Se iba animando a si mismo con eso.- Así que he venido tan pronto he leido tu nota.

-¿Yo? ¿Una nota?- Sin darse cuenta, esa fue la primera vez que había roto su palabra de no hablar a Seiya.

-¿No la has escrito tú?- No prestó atención al detalle que le respondiese.

-Más quisieras.- Dijo, empezando a andar de nuevo a la mansión.

-¡Ikki, espera!- Corría detrás suyo.- Pe…pero has venido.

 

No recibió más respuesta, por más que le hablaba y le replicaba, ni una palabra o sonido era devuelto, así que pronto se cansó de corretearle, marchandose a su cuarto.

-¡Nii-san!- Escuchó la voz de Shun.- Lo has estropeado todo.

-Sería mejor que dejaseis de hacer las cosas por vuestra cuenta.

-Pero Seiya solo quiere hacer las paces. Venga, nii-san, perdonale.

-No te esfuerces.- Respondió a mala gana.

Entre resoplidos y alguna que otra frase de replica a sus compañeros, subió a su cuarto, encerrandose para el resto del día.

 

Durante el medio día Shun tuvo que subirle la comida, ya que Ikki se había quedado en su cama tumbado, mirando al techo sin saber que hacer. Pero, en verdad, estaba esperando que alto irrumpiese su tranquilidad. Estuvo todo el tiempo dandole vueltas a lo mismo, por tanto, enfocando más su cabezonería a no hablar a Seiya.

-Nii-san.- Le dijo cuando subió.- Deberías bajar.

Pero no recibía respuesta.

-Esta noche han pensado hacer una fiesta.- Dijo antes de irse.

Así fue como, hasta la noche, aquella puerta se quedó cerrada.

 

Tocadas las 9 empezaron a cenar, el Fénix se dignó a bajar. Solo habían dejado un sitio libre, al lado del castaño. A regañadientes tuvo que sentarse. Seiya no sabía como reaccionar, tenía que decir algo, pero desde lo del jardín que no sabía que hacer. Así que terminaron de cenar  y empezó una extraña fiesta, la cual no tenía razón, puesto que nadie cumplía años ni había suceso favorable por aquellos días.

 

Había una larga mesa dispuesta con copas, bebida, fruta y algunos dulces. Los santos iban cogiendo lo que gustase. Shun y Hyoga compartían un trozo de pastel, Shiryu estaba intentando que Seiya se animase, ya que veía que nadie lo conseguía y había empezado a beber un poco para distraerse, según él. Ikki se había quedado sentado a un lado, comiendo una manzana mientras observaba a los demás.

 

-Voy a buscar hielo.- Dijo Shiryu.

-Te acompaño.- Respondió Shun, yendo con él a la cocina.

Pasaron diez minutos que no volvieron y se notaba que Ikki se estaba poniendo incomodo por la atmosfera y la falta de su hermano, así que, Hyoga intervino.

-Iré a buscarlos, seguro que están charlado y se les pasó el tiempo.

Se fue corriendo a la cocina, encontrandose a los otros dos sentados.

-¿Creeis que así vamos a solucionar algo?

-Al menos los dejamos solos. Supongo que Seiya borracho servirá de algo.

-Yo diría que nii-san no va a caer tan facil en esta trampa. Además, se ha notado mucho que hemos desaparecido los tres.

-Sí, pero es la única solución.- Repuso Shiryu.

 

El castaño no paraba de beber, ya se había descontado de la copa por la que iba, empezaba a tener una risa floja por cualquier cosa, hasta de su própia sombra tenía que reirse, ya que solo verla moverse le hacía gracia. Pero luego miró hacia Ikki y se puso a llorar. Tenía fuertes cambios de humor.

-Ikki, no te enfades conmigo.- Decía entre sollozos y como no obtenía respuesta se ponía más nervioso.- No quiero que estés enfadado conmigo.

 

El Fénix miró hacia otro lado, lo que le faltaba para tener el día roto.

-Ikki, que yo te quiero mucho.- Se le sentó encima, sin permiso alguno.- No te enfades conmigo, no te enfades.- Le iba lloriqueando.

-Está bien, está bien, no me enfado contigo.

-¿Me… perdonas?- Le abrazaba por el cuello.

-Sí, te perdono. Pero deja de llorar.- A si mismo se repetía “si le digo que le perdono se quedrá tranquilo, mañana, que ya estará bien, le diré que se pierda”.

-Entonces abrazame.- Le decía, estrechandole más.

El mayor, sin mucho remedio y con ganas de calma, le devolvió el abrazo.

-Ikki, te quiero mucho.- Dijo antes de darle un beso.

-No digas tonterías, estás borracho.

-Que lo digo de verdad.- Respondió con cierto toque de enfado.

Luego se apoyó en su hombro y cerró los ojos. Se iba quedando medio dormido, pero intentaba no caer para que Ikki no le dejase.

 

Pasó media hora y los que habían ido a la cocina no volvían ni Seiya tenía la intención de apartarse del mayor.

-Seiya, vete a la cama.
-No, me quedo con Ikki.

-Estás rendido, vete a la cama.

-No, me quiero quedar con Ikki, porque le quiero mucho.

-Ya estamos con esas…

-Que sí, quiero mucho a Ikki. ¡QUIERO MUCHO A IKKI!- Se puso a gritar.

-Vale, vale.- Le tapó la boca.- Me quieres mucho, ya lo pillo.

Como no había forma, el Fénix decidió llevarse al otro en volandas hacia el cuarto, pudo ver, antes de subir las escaleras, a los otros asomados en la puerta con una amplia sonrisa, aunque no les dijo nada, ya se vengaría en otro momento.

 

Cuando entró al cuarto, el menor, no quería soltarle de la camiseta, al intentar quitarsela solo consiguió que se le abrazase más fuerte, pero agarrandole de los brazos, así que no le quedó más remedio que acostarse en la misma cama esperando que durmiese, pero al hacerlo todavía se le estrechó más. Cansado de luchar contra lo inevitable se abrazó también al otro, rezando que por la mañana se despertase pronto y pudiese irse antes de que nadie se diese cuenta.

 

De poco le sirvió rezar ya que, al salir es sol, Seiya ya se había despertado y se lo había quedado mirando. No recordaba muy bien lo que había sucedido, pero si lo suficiente y la parte que le interesaba para estar seguro que aquello no era un error. Cuando Ikki abrió los ojos se encontró al otro sonriendo, sí, había fallado en su misión.

-Buenos días.- Le dijo el castaño.

-Mmh…- Emitió como respuesta.

-Ikki… Lo que dije ayer no era broma.- Sabía que el otro no le había creido.

-¿El qué?- Tenía la esperanza que no siguiese.

-Que te quiero.

 

El mayor empezó a hacerse un lio, si bien no se pasaban el tiempo peleando, lo hacían compitiendo y, si no, sin hacerse caso el uno al otro. Y ahora le decía el pequeño que le quería, algo que solo podía significar una cosa viniendo de él y no era amistad.

-No digas tonterías.- Repitió como por la noche.- No es… vamos, tú y yo nos pasamos el tiempo de mala manera.

-Bueno… es que te enfadas muy facil… pero tampoco encuentro que lo pasemos tan mal, ha veces hemos hecho cosas juntos. Solo… al menos intentemoslo.

-¿Intentar el qué?
-Estar juntos… ser… pareja.

-Lo que me pides no lo veo… no… siempre nos llevamos mal.

-Porque no intentas llevarte bien.- Le miró directamente a los ojos.

Tampoco estaba mintiendo del todo, sin embargo no tenía completa razón. El otro suspiró. ¿Qué podía responder a tan contundente crítica?
-Ikki… por una vez, intentalo.

 

Hubo una larga pausa de silencio, solo la respiración resonaba en el cuarto y quizás, de poco en poco, el movimiento de su cuerpo entre las sábanas.

-Está bien.- Se rindió.- Por una vez…

Seiya, emocionado, le abrazó fuertemente, besandole luego. El mayor no sabía si tenía que abrazarle o no, se quedó un poco parado.

-Cuando hacen esto.- Dijo Seiya.- Tienes que ser cariñoso también.

Volvió a besarle, ésta vez fue devuelto, también el abrazo. Parecía que poco a poco conseguía ir soltando esa timidez.

-¡FIESTA!- Se escuchó gritar desde la puerta, pues tras la misma se encontraba Hyoga sonriendo de oreja a oreja.- ¡Que Ikki y Seiya están más que perdonados! ¡Shun, a partir de hoy tienes cuñado!- Se fue corriendo antes de que le dijesen nada.

 

Aquella mañana, por una vez, el Fénix se animó a entablar conversación con los otros, aunque fue para defender su postura ante lo que pudiese decir el Cisne. Por otro lado Shun y Seiya estaban compartiendo dulces del desayuno sin importarles demasiado la conversación, mientras que, Shiryu, estaba con una de sus charlas parternales.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).