Chris como todos le llamaban era un muchacho alegre y social, en el colegio siempre fue un chico popular. Aún así nunca tuvo un verdadero amigo, solo compañeros. Vivía con su abuela Manuela y la quería como a nadie en el mundo, era ella quien lo había criado, quien velo por su bienestar desde que nació.
Se preguntaran el por que? Sencillo. Su mamá, Sophie, murió mientras daba a luz. Ella siempre había tenido salud delicada, y el abandono de Joseph, padre de Chris, meses atrás la sumió en una depresión que debilitó aún más su salud.
Sophie era una persona amable y alegre, además contaba con una belleza y dulzura inigualable, era como un ángel, y había algo que era especial para ella, bueno en realidad era alguien, a quien adoraba, Thomas su “Hermanito Querido” como solía llamarlo.
Ellos siempre fueron muy unidos, Thomas a pesar de ser el menor siempre fue el mas responsable de los dos, para así permitir que su hermana conservara su carácter soñador. No había nada más valioso para Él que la sonrisa de sophie. Era su razón de vivir.
Tras la muerte de su hermana Thomas se marcho de casa de su madre y se mudo de ciudad, pues todo se la recordaba, su vida se torno vacía y una tristeza profunda se percibía a través de sus ojos.
Manuela amaba a su hijos, la muerte de sophie supuso un duro golpe para ella, y aún mas, al ver el trance en el que quedo su hijo, por esa razón estuvo mas que de acuerdo, en realidad fue ella quien aconsejo a Thomas que se marchara y explotara su habilidad y amor por el arte; tenia la esperanza de que así su hijo encontrara consuelo para su solitario corazón y una razón para vivir y sonreír.
Manuela decidió hacerse cargo del bebe y convertirlo en su motivo de vida, fue así como vio a su nieto crecer, colmándolo de atenciones y de todo ese amor que ya no pudo dar a sus hijos.
A pesar de que Thomas llamaba día de por medio a su madre y a su sobrino, nunca mas volvió a esa ciudad, sabia que su corazón no lo soportaría. Y así, pasaron los días y los meses, convirtiéndose en años, casi dieciocho años.
Pero la desgracia volvió a entrar a aquella casa. El día anterior a la graduación, Chris se encontraba ultimando detalles de la ceremonia junto con todos sus compañeros.
Era ya de noche cuando el muchacho volvió a casa, se sorprendió al darse cuenta de que todas las luces se encontraban apagadas, su abuela siempre le esperaba para darle las buenas noches, entonces se dirigió a la puerta de la vecina y pregunto a doña Susana por su abuela, ellas dos eran amigas desde el colegio y vecinas de toda la vida, la mujer contesto no saber nada y obedeciendo a un presentimiento acompaño al joven a casa.
Mas grande fue la sorpresa al entrar y encontrar en la sala el cuerpo sin vida de Doña Manuela el medico diagnostico un paro cardiaco.
Chris no lo podía creer su abuela estaba muerta, ya no estaría junto a el, se había ido, sintió como la vista se le nublaba y se hundió en la inconciencia.
Doña Susana y su hijo Mathew, el medico, llevaron al chico a la habitación y mientras ella velaba el sueño del chico, Él contacto a Thomas para comunicarle de la situación.
Mathew conocía a Sophie y a Thomas, de niños solían jugar los tres, conocía las circunstancias de la familia y era conciente de lo devastadora que era la noticia.
Al otro día cuando apenas amanecía, un joven de inexpresiva mirada azul, volvía a aquella ciudad.