Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Prohibido Amar por Shii

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es un fanfic corto, no lo quise hacer largo por el asunto de la escuela no quiero hacer hisotorias interminables y tenerlos días sin actualizar xD. Espero que les guste de todos modos!!

Como siempre Kurama y Hiei no me pertenecen (desgraciadamente) sino a Togashi-Sama, yo sólo los utilizo por ser mi obsesión.

 

¿Por qué no puedes quererme como te quiero? ¿Y si te digo la verdad? Que te amo… ¿Ganaría algo con eso? Seguramente te enojarías, no estás hecho para amar… aun así eres mi amigo tal vez me entenderías, como puedo saber cual será tu reacción en el momento en que mi corazón no lo soporte y hable. Ojala algún día logres entenderme.

 

-¡¡Kurama!!!- Se escucha gritar a lo lejos a Yusuke, con un tono bastante agitado.

-Si, dime, ¿Qué sucede?-

-Koenma nos mandó a llamar, parece que tiene una nueva misión- Al instante la cara de Yusuke se torna algo preocupada.

-Esta bien, iremos ahora ¿Te parece? Por cierto… ¿Te sucedió algo malo? Es que tu cara muestra algo de preocupación.

-¿Que? no, bueno es solo que… bien a ti no te puedo engañar… Koenma me mandó a buscarte, a ti y a Hiei, y realmente no se en donde esta…- Asegura Yusuke, con las manos detrás de su cabeza.

-No te preocupes por eso, lo buscaré he iremos de inmediato, adelántate, Hiei y yo los alcanzaremos- Kurama, le sonríe con una sonrisa tranquilizadora.

-¡¡Muchas gracias Kurama!! Eres el mejor- Y salio corriendo agitando su mano en forma de despedida.

 

“Bien, creo que ahora solo me queda buscar a Hiei. Y creo que sé donde encontrarlo”

 

 

------------------------------------------------------------------------------------------------Tendría que tomarme estas vacaciones mas seguidas, odio el Ningenkai, pero debo admitir que acá si se respira aire puro… no como en el Makai ahí solo hay olor a muerte. Además… si los baka no están cerca de mí, este lugar es muy agradable- Y se acomodó en una de las ramas del árbol, dispuesto a dormir.

 

-¡Hiei! Despierta- Una voz conocida interrumpe al Koorime de su sueño.

-¿Qué? Ah, Kurama, ¿Qué quieres? ¿No ves que estaba durmiendo?- Refuta Hiei y sin mirarlo a la cara.

-Lo siento, es que Yusuke me mandó a que te buscara- Explica el pelirrojo algo apenado.

-¿Y que quiere ese idiota ahora?- Esta vez clava su mirada en Kurama, pero con algo de fastidio en su tono de voz.

-Parece que Koenma tiene una nueva misión y como Yusuke no sabía donde te encontrabas me mandó a buscarte-

-Hn, que otra opción tengo- Baja del árbol.

-Bien, ¿Vamos?- Pregunta el pelirrojo, aunque en cuestión de segundos, ya estaban corriendo hacia el Renkai

Al llegar se encontraron con Koenma, Botán, Kuwabara, y Yusuke que los esperaban en la puerta de entrada.

-Lo ves Koenma te dije que vendrían.- Le asegura Yusuke a Koenma con un tono de superioridad.

-Disculpen por llegar tarde- El pelirrojo agacha su cabeza disculpándose.

-No te preocupes Kurama, esta bien- Responde Koenma, dirigiéndose a su despacho. Seguido por los chicos.

-¿Y cuál será nuestra nueva misión Koenma?- Pregunta Yusuke, mirando un par de objetos que había sobre el escritorio.

-Se trata justo de eso- Responde Koenma acercándose a Yusuke, y tomando uno de los objetos en su mano.

-¿Ven esto? Es lo que tienen que encontrar.

-¿A que te refieres?, si los tienes en tu mano- Dice Kuwabara con una ceja levantada.

-Estas no son las reales, son copias que especialmente hice para ustedes, tal vez para ti Kurama sea fácil recordarlas, pero para los demás no, por eso confiaré en ustedes y se las daré. Si bien son copias eso no significa que no tengan valor, nadie debe verlas, o de lo contrario podrían tomar carrera en la búsqueda, ya que no serán los únicos en buscarlas.

-Te refieres ¿A qué hay más demonios en busca de esos tesoros?- Dice Yusuke volviendo a tomar uno de esos tesoros en su mano, pero esta vez lo observa con mas detenimiento.

-Así es, son muy valiosos y cualquier demonio querría tenerlos en su poder.

-Koenma… ¿Puedo hacerte una pregunta?- Interrumpe Kurama.

-Claro que si Kurama dime- Gira su mirada hacia él, expectante a la pregunta del pelirrojo.

-Estos tesoros ¿Tiene algo que ver, con los que robamos Hiei, Gouki, y yo?- Los ojos de Koenma se abrieron a gran tamaño.

-Si, pero… ¿Cómo te diste cuenta?- Responde Koenma con gran sorpresa.

-No lo sé, es solo que su forma y poder, me hacen acordar demasiado a los tres tesoros- Dice Kurama con los ojos llenos de nostalgia y mirando los tesoros.

-Efectivamente, estos tesoros son el resultado de la combinación de aquellos objetos robados anteriormente, aunque estos tienen un poder aun mayor, y cumplen deseos a cambio de nada, es por eso que hay muchos demonios en busca de estos tesoros, necesitan ser custodiados por el Renkai, quien sabe que harían demonios de clase A con un objeto de ese tipo. Bien creo que ya no hay nada más que hablar, les encomiendo esta misión por favor no me fallen- Ordena Koenma y llama a una de sus secretarias para que los acompañe hacia la puerta.

 

Al salir organizan como comenzarán con la misión, deciden que lo mejor sería mañana por la mañana, ya que hoy había sido un día muy largo y ya se estaba haciendo tarde.

 

En la habitación de Kurama se encontraba Hiei, esperando a que Kurama terminara la cena, le trajera algo de comer, y se fueran a dormir.

Mientras esperaba, toma una foto de Kurama y su madre, del escritorio, y lo observa detenidamente.

En eso se ve interrumpido, por Kurama, que entra a la habitación.

-Perdona por la tardanza, aquí te traje algo de comer- Acerca el plato a la cama.

Hiei se sobresalta y tira la foto al piso, pero sin romperla.

-Hn- Refuta algo furioso por la entrada inesperada de Kurama, la levanta y la vuelve a su lugar

Kurama sonríe –No te preocupes por eso, me voy a bañar, cuando vuelva llevaré los platos abajo y te acomodaré las cosas para que duermas-

‘Estúpido zorro, solo espero que no te tardes demasiado, tengo bastante sueño’

 

Al terminar de bañarse, se encuentra con un Koorime dormido sobre su cama.

“Hiei, parece que te dormiste, creo que no me pudiste esperar” Se agacha junto a la cama, quedando sus caras frente a frente. “Es la segunda vez que te veo dormir en mi cama, después del día en que nos conocimos, no hubo un nuevo día en el que durmieras en mi cama.” Pensaba el pelirrojo, maravillado por la ternura de su Koorime. “Eres tan hermoso, y cuando duermes te vez tan inocente, todo lo contrario a cuando estas despierto, eres perfecto, tu nariz pequeña, tus ojos cerrados ocultando esos rubíes que tanto me gustan, tu respiración suave, y esa boca seductora, que me provoca todos los días, que me pide que la capture con mis labios, pero que a la vez la siento tan prohibida, por todo eso y mucho mas, es que se que TE AMO Hiei”

Al instante Hiei comienza a abrir sus ojos, y al notar que Kurama lo observaba no pudo disimular un breve sonrojo.

-¿Y a ti que te pasa? ¿Por qué me miras así? ¿Acaso tengo algo malo?- Le recrimina incorporándose en la cama y cruzándose de brazos en forma de enfado. Kurama no pudo evitar sonreír a tal comentario.

-Todo lo contrario Hiei, es solo que me pareció extraño verte dormido- Sigue mirándolo a los ojos, pero esta vez con mucha dulzura.

‘¿Todo lo contrario? ¿Qué quiere decir con eso? Además… ¿Por qué me mira de ese modo?’

Hiei corre la mirada y se levanta de la cama decidido a salir de esa embarazosa situación. Seguido de esto Kurama lo toma de los brazos y lo voltea sobre la cama, quedando sobre él. Hiei no pudo evitar sorprenderse, pero no hizo nada para impedirlo, solo quedó expectante a ver que era lo que el Kitsune se proponía hacer.

-Hiei… ¿Alguna vez has amado a alguien?

‘¿Que pretendía el pelirrojo con esa pregunta? Claro que he amado a alguien, amo a mi hermana, Yukina’

-Claro que si a mi hermana Yukina, ¿Qué clase de pregunta es esa Kitsune?- Y aparta su mirada, no puede soportar mas las insistentes miradas del pelirrojo.

-No hablo de ese tipo de amor, hablo del amor a otra persona, como el amor que se tienen Keiko y Yusuke, aunque siempre estén peleando por todo, se aman por sobre todas las cosas. Dime Hiei ¿Tu has sentido esa clase de amor?

Por un momento los invadió el silencio, Hiei no respondió nada, y Kurama no quiso volver a preguntar por no parecer insistente.

‘¿A que se refería el zorro con tanta palabrería? No lo entiendo, porque me pregunta cosas así, y que puedo responderle, ¿Se esta burlando? El sabe mejor que nadie que yo no siento esas cosas tan Ningen’

-Es obvio que no, yo no nací para eso, creí que lo sabias, eres un demonio, mejor que nadie tendrías que saber que nosotros no amamos a los demás como se aman en el Ningenkai, nosotros solo vivimos por sobrevivir. No sentimos esas cosas Ningen- Después de escuchar estas palabras Kurama asintió con la cabeza en forma de respuesta, y se dispuso a prepararle las cosas para dormir.

Termino de preparar las cosas, hizo señas a Hiei para que se acostara, y se acomodo en su cama listo para dormir, dándole la espalda y sin siquiera desearle buenas noches.

‘¿Qué le pasa? Hasta parece molesto, supongo que se enojo porque lo trate como si no supiera nada de nosotros los demonios, bueno al menos así aprenderá a no andar preguntando estupideces’ A pesar de estar convencido de su propósito en la vida, Hiei se quedo un rato pensando en esas palabras, y en ¿A qué punto quería llegar Kurama con tantas preguntas?

 

Cuando el sol asomó en la ventana, Hiei despertó y buscó con la mirada a Kurama en su cama, pero no estaba. ‘¿Dónde se habrá metido este zorro?’

Se levanto y bajó a ver si estaba en la casa, ya sabía que por las mañanas la madre de Kurama trabajaba y no se encontraría en la casa.

Cuando llego al comedor escucho ruidos en la cocina y un excelente aroma proveniente de ella así que decidió ir hacia allá.

-¡Hiei! Ya estás despierto, buenos días, espérame en el comedor que enseguida te llevo el desayuno- Le sonríe y sigue preparando las cosas.

-Me alegro de que no estés enojado Kurama, ayer te comportaste extraño, me hiciste preguntas absurdas, y te acostaste sin siquiera saludarme, lo que es raro en ti, siempre me molesta que me saludes, pero en ese momento, debo admitir que lo eché de menos- Y sin tiempo a nada el Koorime estaba saliendo de la cocina para ir al comedor a esperar el desayuno que Kurama le preparaba. Al rato volvió el pelirrojo con una gran bandeja en su mano.

 

-Disculpa la tardanza, aquí tienes- Y dejó un excelente desayuno sobre la mesa, que Hiei tardo segundos en devorar. Kurama tenía la mirada perdida, y Hiei no pudo evitar percatarse de eso.

-¿Te sucede algo Kitsune?- Pregunto Hiei.

-¿Eh? ¿A mi?

-¡No! Dime… ¡¿Quién más está aquí conmigo?!

-Si tienes razón, discúlpame, estaba pensando en la misión, ¿Crees que podremos realizarla con eficacia?- Se excuso el pelirrojo, tratando de que Hiei no notara que le mentía. La verdad era que no podía dejar de pensar en la noche anterior.

-¿Desde cuándo te preocupa eso? En realidad si tomamos en cuenta al deforme es probable que no, pero con nosotros dos es más que suficiente- Aseguró Hiei con tono de arrogancia.

“Con nosotros dos” Esas palabras resonaron en el interior del pelirrojo y Kurama no pudo ocultar una sonrisa.

-Si, tienes razón, gracias Hiei- Y le regalo una de esas sonrisas que todos siempre deseaban ver de él, esa sonrisa que tranquilizaba y sanaba el corazón de cualquiera, esa sonrisa que pudo ablandar el corazón de Hiei, porque es probable que Kurama no lo note, pero gracias a él y sus amigos Hiei es quien es, un amigo en el que se puede confiar.

-Bien, ¿Vamos a buscar a los demás? Creo que ya es hora- Agregó Kurama

-Hn, vamos- Y salieron juntos hacia donde quedó pactada la cita.

 

Al llegar al lugar aun no habían llegado Kuwabara y Yusuke, lo que era normal, ya que ellos no eran puntuales.

-Sabia que esos idiotas no estarían aun aquí- Refutó Hiei y se cruzo de brazos.

Kurama observo que frente a ellos pasaba un carro de helados.

-Hiei…- Llamó Kurama

-¿Hn?

-¿Quieres un helado? Creo que me alcanza para dos- Una sonrisa imposible de ocultar se apropio de la cara de Hiei.

-Tomaré eso como un si, ven acompáñame- Y se dirigieron al carrito de helados.

-Quiero dos por favor- Pidió Kurama al vendedor de helados.

-Aquí tienes que lo disfruten- Hiei no podía esperar más, amaba los helados, decía que eran la mejor cosa que los humanos podían haber inventado.

-Muchísimas gracias- Agradeció Kurama

-¿Es necesario que seas tan amable con esos humanos?- Refutó Hiei mientras se sentaba en un banquito de la plaza.

-Si Hiei, cuando alguien te da algo, así sea porque lo compraste uno debe agradecer, se llama educación.

-Hn, a mi no me pidas que haga eso- Y le dio una lamida a su helado

-Si, lo se- Sonrió

 

-¡¡¡Hiei!!! ¡¡¡Kurama!!!- Se escuchan los gritos de Yusuke, que corría junto a Kuwabara.

Cuando llegaron y vieron a Hiei comer helado, se largaron a carcajadas.

-Hiei, no sabia que te gustaba el helado- Decía Yusuke entre risas

-¿Qué no parece un niño de 5 años con ese halado Yusuke?- Preguntó Kuwabara

-¡¡¡Si!!! Tienes razón- Y explotaron en risas.

-No me importa lo que digan, me gustan los helados, ¿Y qué? ¿Tienen algún problema con eso?- A pesar de mostrar tranquilidad, por dentro Hiei estaba muy furioso y tenía ganas de matar a esos dos por burlarse de ese modo.

-Si, pero tu orgullo ¿Dónde quedó?- Pregunto Yusuke que aun seguía soportando las ganas de no volver a reír.

-Kurama también está comiendo uno, ¿Por qué no le dicen algo a el también?- Refuto Hiei que ya no soportaba esa situación.

-Porque Kurama no es enano, por lo tanto no parece de 5 años- Agregó Kuwabara y se largo a reír junto con Yusuke.

-¡Ya basta chicos! Fue suficiente, no vinimos acá para esto, tenemos una misión de la cual preocuparnos- Ordenó Kurama.

-Si tienes razón, perdón Kurama- Se tranquilizo Yusuke y se dispuso a prepararse para la misión.

-Háganla solos, yo no pienso ir- Dijo Hiei, y desapareció.

-¿Se enojó? En serio le molesto tanto, solo era una broma, que mal genio- Agrego Yusuke.

-Creo que esta vez se excedieron- Los regañó Kurama.

-Si tal vez… pero fue divertido- Y se largo en risas Yusuke

-¿Y ahora que haremos sin Hiei?- Preguntó Kuwabara.

-No podemos perder tiempo, vallamos solos, tal vez podremos sin él- Respondió Kurama.

-Pero Hiei es muy necesario Kurama- Dijo Yusuke

-Lo hubieran pensado antes de hacerlo enojar, ahora esta enojado, no va a entrar en razón- Agrego Kurama

-No es cierto, Kurama tu siempre lo convences, ve tu, y dile que venga, nosotros iremos a la misión, cuando puedan alcáncenos, ¡Yo se que podrás!- Y salieron corriendo sin tiempo a que Kurama diga algo.

“Seguramente Hiei estará tan enfadado que no querrá hablar conmigo” Se lamentaba Kurama

 

 

 

------------------------------------------------------------------------------------------------

Estúpidos humanos, como se atreven a burlarse así de mi, ¿Esos se hacen llamar amigos? ¿Y Kurama? No fue capaz de decir ni una palabra, abrió su bocota cuando ya estábamos al borde, es un baka, baka, baka, ¡No voy a perdonarlo! Pensaba Hiei mientras saltaba de un árbol a otro.

Llegó al que estaba frente a la ventana de la habitación de Kurama, en ese momento se sintió estúpido, decía que no quería perdonarlo y sin embargo se ponía frente a su habitación como si esperara a que llegase, ¿Desde cuando se había vuelto tan dependiente del zorro?

‘¿Por qué siempre quiero estar cerca de él? Es cierto, siempre quiero dormir en su casa, no me molesta andar con el, hasta salgo a cenar con él, he incluso tiene un gran poder sobre mi, siempre hace que haga lo que el me pide, ¿Por qué? Si yo siempre fui alguien que no necesitó de nadie, alguien que siempre estuvo solo, ¿Por qué ahora siento que si no estoy cerca de él me falta algo?’ De repente Kurama aparece frente a él.

-Hiei que bueno que te encuentro – El tono de voz de Kurama parecía aliviado. Por un momento solo se miraron, por una extraña razón ambos no decían nada, y pasaron un largo rato perdidos uno en el otro, hasta que Kurama se empezó a acercar el Koorime. Este comenzó a sentir como su corazón comenzaba a latir desmesuradamente, pidiendo a gritos salir de su pecho, como sus mejillas se tornaron de un color rojizo, y su respiración comenzó a agitarse.

-Lo siento Hiei, perdóname por no haberte defendido delante de Kuwabara y Yusuke, en verdad lo siento, ¿Podrás perdonarme?- Dijo cerca de su oído, con una voz quebrada, pero muy dulce.

Y se quedaron mirando a los ojos por un buena rato, Hiei seguía en el mismo estado de antes y Kurama esperando respuesta.

De un momento a otro, Hiei se acercó a Kurama tomo su rostro entre sus manos, y de un modo muy dulce capturó sus labios junto a los del Kitsune, para brindarle un delicioso beso, Kurama abrió los ojos en sorpresa, pero no pudo negar que eso era lo que había deseado desde hace ya mucho tiempo. Continuó con el beso, pero esta vez lo atrajo hacia él, y los enredó la pasión, la lengua de Kurama pidió entrada en la pequeña boca de Hiei, para ser bien recibida por otra que lo estaba esperando con ansias, dejando recorrer cada lugar. Desgraciadamente, por falta de aire tuvieron que separarse, tenían las respiraciones entre cortadas, y estaban algo agitados. Pero ninguno dijo nada.

 ‘¿Qué fue lo que hice? ¿Por qué te besé zorro? ¿Y por qué no hiciste nada para impedirlo?’

 

“Hiei, no puedo creer lo que pasó, ¿Por qué me besaste? Es confuso, estoy feliz, pero no puedo evitar tener dudas a cerca de esto que acaba de pasar… ¿Acaso te diste cuenta de lo que siento, y esta es tu forma de burlarte de mi?”

 

-Hiei yo…- Quiso hablar Kurama pero Hiei no lo dejó

-No digas nada, yo me voy- Bajo al piso, pero allí Kurama lo detuvo

-¡Espera! No te vallas así, ¡sin decirme nada! Por favor dame alguna explicación de lo que paso- Respondió el pelirrojo, con la voz quebrada, y lagrimas que asomaban en sus ojos.

-No sé porque hice lo que hice, solo se que quiero irme de este lugar- Y desapareció sin dejar rastro de su presencia.

 

 

Kurama estaba confundido, se sentía extraño, quería respuestas por parte de Hiei, pero no tenia nada, solo dudas. De repente suena su celular.

-Si, ¿Hola?- Contesta Kurama

-Hola Kurama habla Yusuke, llamaba para avisarte que la misión era una pavada, ya la terminamos y no hace falta que vengas- Había olvidado por completo la misión, pero al menos ahora sentía alivio, ya que no estaba en condiciones de ir.

-Gracias por avisar Yusuke, no pude encontrar a Hiei por ningún lado, me alegro de que hayan terminado y no les haya ocasionado problemas- Mintió Kurama

-Si era fácil, bien, ¡Nos vemos Kurama!

-Si Adiós- Y ambos cortaron.

 

Kurama se encontraba solo en su habitación, pensando en lo que había ocurrido tan solo minutos atrás. Se escuchó como una tormenta se avecinaba, y comenzaba a llover, para luego ser seguida de truenos y un viento fuerte.

El pelirrojo se durmió, tal vez sin darse cuenta, o tal vez por simple cansancio. Pero un ruido hizo que se sobresaltara. Un ruido de alguien que acaba de caer al piso, y una ventana abierta.

 

-¿Hiei? ¿Qué haces aquí?- Pregunto Kurama, a un Youkai de fuego, que se encontraba empapado y tratando de incorporarse de su reciente caída.

-Afuera llueve- Dijo adolorido, pero sonrojado por la reciente caída.

-Te prepararé algo para dormir, ¿Quieres comer algo?

-No, solo quiero dormir- Dijo con una mirada fría.

-Esta bien, enseguida vuelvo- Y se marchó de la habitación

 

‘Hn, estúpido zorro, siempre con su patética amabilidad, ¿Por qué nunca se enoja conmigo? Si siempre lo estoy tratando mal.’

 

Siente su presencia y ve como Kurama entra en la habitación, con sabanas y acolchados.

-Me tardé un poco, porque mi madre las tenía bien guardadas, y no quería despertarla- Dijo Kurama y comenzó a armar su colchón.

-¡Listo! Gracias por esperar- Dijo con una gran sonrisa, mirando al Koorime, lo que le provocó un sonrojo al Youkai de fuego.

Kurama se acomodó en su cama, Hiei en la suya y se dispusieron a dormir.

 

En la mañana siguiente Kurama despertó, y se encontró con un Koorime adormecido. No pude evitar observarlo dormir, y asegurarse un poco más del amor que sentía por éste.

 

“Te amo tanto Hiei, quisiera saber en que pensabas ayer cuando me besaste. Deseo saber que sentimientos recorren tu mente.”

 

-Kurama me voy- Hiei ya había despertado, y Kurama por estar perdido en sus pensamientos no noto nada.

-¿Qué? Hiei no hace falta que te vallas, ¿Por qué no te quedas? Te prepararé un delicioso desayuno.- Y sonríe, para seguido de esto, tomar a su Koorime de la mano y llevarlo hasta la cocina. Pero este lo evita.

-No Kurama, ¿Ya olvidaste lo que pasó ayer? Vine a dormir acá porque no tenía donde ir, pero después de “eso” no quiero estar cerca de ti- He hizo malabares de irse.

-¿A dónde crees que vas?- El Koorime se gira sorprendido, al escuchar la voz fría de Kurama.

-¿Crees que tienes derecho a besarme? ¿Crees que tienes derecho a burlarte así de mí? Y lo peor de todo ¿Culparme de algo que tu hiciste?- Dice el pelirrojo con voz fría, pero por dentro solo sentía dolor.

-No creí que te molestara, después de todo no hiciste mucho por impedir lo que pasó- Se excusó Hiei

-Ni lo haría, ¿Y sabes por qué? Porque te quiero más de lo que debo, porque siento cosas por ti que jamás tendría que haber dejado sentir, porque te volviste la persona que más me importa, más que mis amigos, más que mis compañeros, y sin pensarlo, más que mi madre. Cada día que pasa tengo la esperanza de verte, quiero estar cerca de ti, aunque sea como amigo, pero… ¿Sabes algo? No quiero seguir sufriendo, y si crees que lo de anoche fue un error, lo entenderé, pero no me pidas que me aleje de ti. Porque te amo y eso me destruiría por completo.- Finalizadas estas palabras Kurama comenzó a llorar, pero tratando de evitar cada lágrima.

Un silencio invadió el momento uno porque ya había dicho demasiado, y el otro porque esas palabras influyeron en el corazón del Koorime, algo cambio en el, y sin pensarlo, sus dudas se aclararon.

-Kurama…- Dijo Hiei con una voz dulce, jamás escuchada- No sabía que sentías todo esto por mí, de hecho no quería creer que alguien pudiera sentir cosas tan maravillosas, por alguien como yo, “el niño prohibido”, de alguien que siempre estuvo solo, y que nunca conoció el amor. Pero después de lo de anoche, me di cuenta de algo, ese beso significó mucho para mi, y no puedo negar que me ocurrieron demasiadas sensaciones, cosas que jamás imaginé sentir, ahora entiendo porque me preguntaste si ame a alguien mas que mi hermana, y ¿Sabes qué? Todo se debe a mi miedo a lo prohibido, a mi se me esta prohibido amar Kurama, y tenía miedo de entregar mis sentimientos, pero ahora se que te amo, y no me importa arriesgarme a lo que se me estuvo siempre prohibido- Al terminar Hiei acarició el rostro de su Kitsune, y le dedico la sonrisa más dulce.

Kurama estaba feliz, Hiei, su Hiei, su amor prohibido, le estaba confesando que correspondía sus sentimientos, le había dedicado las muestra de afecto mas dulces, las mas deseada. No pudo evitarlo, tomó a Hiei de la cintura, lo atrajo hacia él, y le dijo muy cerca, de tal forma que ambos podían sentir sus respiraciones- Hiei, no tienes idea, cuanto esperé por estas palabras- Para luego posar sus labios sobre los del Koorime, quien ahora le correspondía. Era su segundo beso, pero esta vez tenía un sabor diferente, esta vez estaba todo aclarado, esta vez ya no era prohibido, y sabían que pase lo que pase, serían correspondidos.

 

 A veces uno cree que se nos esta prohibido amar. Uno cree que si muestra sentimientos sólo se estará siendo vulnerable, pero cuando esa persona es más importante que tu vida, es bueno ser débil algunas veces. Sacrificar tu orgullo por amor es algo valioso, porque amar es el regalo más importante que te da la vida. No pierdas la oportunidad de ser feliz. El momento es ahora, mañana puede ser demasiado tarde.

 

Notas finales:

Bueeno, espero que les haya gustado!! Muchas Gracias por leer! Como siempre dejen Reviews, los necesito mucho! Un beso enorme. n.n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).