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Demonios del pasado por Zachary4

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Notas del fanfic:

nada que ver el resumen, tengo cero talento para hacer resúmenes y decidir títulos así que no se dejen llevar por eso

Notas del capitulo:

otra cosa extraña, esto lo hice por un desafío que yo impuse, ya se que normalmente se ponen los desafíos para que otros los contesten pero me dije, hay que demostrarles que si se puede y bueno, salió esto ojala les guste

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, sino a Kishimoto sensei, ya quisiera que fueran míos, llenaría el mundo del yaoi tan necesario para vivir muajajajaja

-otra vez te volvió a rechazar ¿no es así?

 

-¡cállate Orochimaru! –un joven Jiraya con las mejillas hinchadas que le daban la apariencia de un sapo lo miraba con lagrimillas contenidas en los ojos

 

-deberías darte por vencido, dudo mucho que alguna vez te vaya a hacer caso

 

-eso es lo que tu crees, solo es cuestión de tiempo para que se dé cuenta de que soy su alma gemela

 

Orochimaru solo alzó la ceja de manera incrédula, nadie se creería lo que Jiraya decía, y más porque eso es lo que decía acerca de todas las chicas de la aldea, no era raro que todas las mujeres lo ignoraran, siendo que era un pervertido y un mirón, la muestra de ello se notaba en los golpes que adornaban su cara, poco más y ni siquiera podría abrir los ojos, lo más importante es que no todos eran de ese día; siguieron discutiendo un rato más, el peliblanco defendiendo el supuesto amor que surgiría entre él y su compañera de equipo, y el otro solo escuchaba asintiendo con la cabeza, dándole la razón como si hablara con un loco.

 

El sensei y Tsunade se estaban tardando mucho, era demasiado tedioso el tener que esperarlos, siempre era lo mismo, seguía en sus cavilaciones intentando ignorar las quejas del otro cuando escuchó como alguien se acercaba, con suerte y sería alguno de los que debía llegar, y así fue, Sarutobi-sensei caminaba despreocupadamente por el camino, se acercaba a ellos levantando la mano en señal de saludo, sin querer, las mejillas del pelinegro se colorearon con un suave sonrojo, no sabía porque pero desde hace unos meses atrás eso le sucedía cada que veía a su sensei, tenía una ligera idea de lo que podría ser, por lo que lo único que se le ocurría era mantenerse lo más distanciado posible, eso no era normal, tenia que evitar que las cosas se salieran de su control, para su desgracia esto era casi imposible, Sarutobi-sensei era muy afectuoso y no lo dejaba en paz, sabía que su comportamiento era igual con los tres y esto lo hacía sentirse triste, él quería ser especial para ese hombre, aunque no estuviera por la labor de decirle, antes morir en manos del enemigo a confesar algo tan vergonzoso, dejando de lado todo esto, decidió que si no podía tener tanta atención, al menos podría mantener una conversación amena con él, eso era mejor que nada pero como siempre, Jiraya se le había adelantado y ahora ambos conversaban dejándolo completamente de lado, no quería admitirlo pero era muy molesto verlos llevarse tan bien, como le gustaría ser tan abierto como el peliblanco, pero a pesar de todo lo que intentaba para cambiar, el ser diferente era imposible, mordió su labio inferior en un gesto de disgusto que pasó desapercibido para su compañero, pero no así para cierto sensei que lo miraba disimuladamente desde que había llegado.

 

-ey sensei, ¿verdad que no se debe perder la perseverancia?

 

-tienes razón Jiraya, pero cuando te le declares a una chica intenta hacerlo después de que termine de bañarse

 

-hmp, pero así pierde la gracia, además solo vi un poco, ni que hubiera sido para tanto

 

-si sigues así un día de estos te matarán, jeje –a Sarutobi le causaba gracia ver lo enérgico y testarudo que podía llegar a ser ese chico, sería muy fuerte en un futuro, aunque lo pervertido no se le quitara

 

-no estaría nada mal morir rodeado de chicas lindas con grandes pechos –su cara se sonrojó violentamente, en su boca se plasmaba una enorme sonrisa por la que escurrían hilos de baba que se mezclaban con la sangre que comenzaba a salir de su nariz, por un instante se le vino a la memoria la imagen de cierta chica de voluptuoso cuerpo y rubios cabellos, no había contado con su falta hasta ese momento –ne, sensei ¿Dónde esta Tsunade?

 

-ah, ella no vendrá hoy, dijo que se sentía mal después de haber golpeado a un pervertido, supongo que hablaba de ti

 

-si ^-^ ¿ya ve?, le dije que me quería, la culpa no la deja seguir, jajajaja –puso pose de chico guay

 

-hm, no creo que fuera eso, ella dijo que eran nauseas y desagrado lo que había sentido, lo siento –era mejor detenerlo antes de que fuera demasiado tarde, sino la chica lo molería a golpes y dado por su brutal fuerza, eso no era de sorprender 

 

-pff, ya que, aún no se da cuenta de que debemos estar juntos, supongo que puedo esperar un poco más –Jiraya era demasiado testarudo, no se daría por vencido solo por esas palabras insignificantes a su parecer, mucho menos aceptaría que nunca podría tener algo con ella –y bueno –volvió a centrar su atención en su sensei -¿Qué vamos a hacer hoy?, seguro será genial –cualquier cosa que lo distrajera de su reciente fallo amoroso estaría bien

 

-pues verás, hoy está todo muy relajado, pero de cualquier manera creí que no debíamos desaprovechar el día, por eso solo…

 

-¿solo? –ambos chicos lo dijeron al mismo tiempo, aunque el pelinegro no quería participar, aquello también le concernía

 

-debemos limpiar la aldea –esto lo decía con una expresión alegre, como si el limpiar los desechos de otros fuera lo más emocionante del mundo

 

-¡¡¡¡¡¡¿¿¿Qué???!!!!!!! Sensei ¿Qué clase de misión es esa? Ya tenemos 15 años, no somos unos niños como para que nos pongan a hacer eso –bueno, tal vez no haría cualquier cosa –no es justo, deberíamos hacer cosas más peligrosas e importantes, ey Orochimaru, apóyame en esto –ponía sus ojos de cachorro indefenso para conseguir el apoyo de su compañero de equipo

 

-de nada sirve discutir, de cualquier manera tenemos que hacerlo, deja de quejarte y ponte a trabajar –pese a todo pronóstico y a lo que hiciera normalmente, él ya estaba limpiando, era mejor hacer eso que entrenar taijutsu con el sensei, en estos momentos no toleraba el contacto físico con él, cualquier roce lo ponía nervioso.

 

 

 

El día pasó rápido entre la limpieza y los comentarios tontos hechos por el peliblanco, la tarde ya caía sobre ellos y el cansancio hacía mella en sus cuerpos, en cuanto terminaron el peliblanco se fue con la excusa de buscar algo interesante que hacer con el tiempo que le sobraba, casualmente el rumbo que tomó lo llevaba directamente a los baños públicos, ese día tendría mas moretones que piel en su cuerpo, de eso no cabía duda, los otros se miraron a la cara como aseverando con ello el hecho de que terminaría en el hospital otra vez, iba más allí por golpes de chicas que por heridas de misiones, ya hasta era paciente frecuente, todos lo conocían ahí.

 

-bien, aquí ya está todo listo, solo nos falta hacer el reporte

 

-eso le corresponde a usted sensei

 

-si, tienes razón, pero creí que podría hacer que me ayudaras –frotó su nuca en señal de culpa, no le importaba hacer el papeleo, siempre lo hacía bien y a tiempo, lo que verdaderamente quería era pasar más tiempo con su pupilo, le llamaba la atención el ver su manera tan seria de actuar, no podía evitar el querer estar a su lado y hacerlo sonreír, había tomado esta decisión debido a la última misión que les encomendaran, a causa de un acto de espionaje por parte del peliblanco todas las chicas del lugar se unieron y lo molieron a golpes, ahí fue donde Sarutobi-sensei vio sonreír al pelinegro por primera vez desde que se conocieran, inexplicablemente, el ver este gesto hizo que su corazón comenzara a latir de manera desenfrenada, nunca le había ocurrido esto, pero si sabía que era este sentimiento que empezaba a crecer en su pecho y, a pesar de que estuviera catalogado como algo incorrecto, él no lo dejaría pasar, intentaría que aquello fuera recíproco, pero por alguna extraña razón, su alumno se había ido distanciando de él con el pasar de los días, más de lo habitual, a causa de esto sus intentos eran infructuosos, sin embargo no se dejaba desanimar, la tozudez no era exclusiva de Jiraya, él también conseguiría lo que quería.

 

-Orochimaru te invito a comer algo ¿Qué dices? –esperaba que aceptara, quería seguir hablando con él

 

-err –la pregunta lo tomó desprevenido –gracias pero tengo que irme, tal vez otro día podemos ir todos –realmente quería ir pero no sabía si podría contenerse, no se podía permitir el lujo de hablar de más, distancia, eso era lo que tenia que haber entre ellos, mucha distancia

 

-esta bien, pero tengo que platicar contigo de algo muy importante –no lo dejaría ir, tenía que aclarar las cosas, ya era hora

 

-¿Qué es lo que necesita sensei? –no podía evitar sentir cierto interés en lo que tuviera que decirle

 

-ven, vamos por algo para comer y allá te digo

 

-no puedo negarme ¿verdad?

-no, no puedes, así que vamos, anda yo invito  –lo tomó del brazo y comenzaron a caminar, no tenia ganas de soltarlo, la piel era suave y le gustaba sentirla, esa era la razón de que siempre practicara taijutsu con él.

 

-… -no había alternativa, no podría escapar –esta bien –el otro solo sonrió

 

 

 

 

 

 

 

 

Se habían decidido por un helado, el pelinegro no había aceptado ninguna otra invitación por lo que ahora se encontraban sentados en una banca del parque, Orochimaru seguía esperando con algo de nerviosismo lo que Sarutobi tuviera que decirle, no se le ocurría nada, que supiera no había hecho nada malo, mecía sus piernas de un lado a otro de forma rápida tratando así de apaliar su ansiedad, el helado estaba derretido y se escurría por su mano, permanecieron un rato más en silencio, apreciando la compañía del otro aunque ninguno lo dijera, finalmente Sarutobi se decidió, no había venido hasta aquí para nada

 

-tengo algo que decirte

 

-eso ya lo había dicho

 

-si, tienes razón, lo que pasa es esto –lentamente se acercó al pelinegro, tomándolo sorpresivamente de la cintura, se aferró a su cuerpo y lo besó superficialmente en los labios, la oscuridad de la noche impedía que alguien se enterara de lo que pasaba en ese lugar, la farola aún no prendía, por lo que se atrevió a permanecer abrazándolo un poco más –me gustas mucho

 

-… -sus mejillas estaban completamente rojas y la información no acababa de procesarse en su cerebro, solo sentía unas suaves caricias por su espalda mientras que un calor agradable y soporífero cubría su cuerpo, era una sensación extraña pero sumamente agradable, lo único que atinó a hacer fue corresponder el gesto, esperaba no tener que decir nada, estaba demasiado avergonzado como para hablar

 

-supongo que esto es un “tu también me gustas”

 

-… -asintió con la cabeza sin aflojar el agarre, aún se sentía raro, no se creía lo que le estaba sucediendo

 

-entonces creo que a partir de ahora estaremos juntos, dime ¿quieres estar conmigo? –esperaba que la respuesta fuera afirmativa

 

-s-si –solo fue un murmullo pero debido a su cercanía fue audible para Sarutobi, no necesitó más, eso era más que suficiente, volvió a unir sus labios, esta vez más tranquilamente, saboreando ese dulce sabor que solo podría tener ese chiquillo que ahora lo veía con algo más que simple cariño, al parecer la vergüenza iba perdiendo terreno en la marea de sensaciones que cubrían aquel segundo beso, deseaba poder estar con el para siempre.

 

 

 

-pero ¿Por qué? Respóndeme, esto no puede terminar así –Sarutobi estaba desesperado, llevaban más de un año de relación en el que se expresaban todo el amor que se tenían, no había noche que no la pasaran juntos, entonces ¿Por qué ahora el pelinegro le decía que debían terminar?

 

-ya no me interesas como pareja, trabas mi crecimiento en la obtención de nuevos jutsus, eres demasiado sofocante, eso es todo ¿acaso no puedes comprenderlo? No creo que sea demasiado difícil –de un tiempo para acá Orochimaru había cambiado, ya no era el mismo chico amable y callado de antes, la ambición por ser más fuerte había corrompido sus pensamientos, ya no cabía nada más en su ser, solo la voracidad que lo destruía lentamente –deberías buscar a alguien más con quien hacer tu vida, porque yo no quiero

 

-pero, yo solo te quiero a ti, no puedo estar con nadie más

 

-ese es tu problema, no el mío, ya va siendo hora de que madurez –se dio la vuelta y comenzó a alejarse del lugar en el que se encontraban, Sarutobi se apresuró y lo tomó firmemente del brazo, si tenia que retenerlo por la fuerza lo haría

 

-aún no terminamos de hablar

 

-no creo que quede nada más por decir –miró despreciativamente su brazo, ya no sentía nada, o al menos eso intentaba hacerse creer a si mismo, había tomado una decisión y la seguiría sin importar las consecuencias

 

-pero es que tus razones no me parecen lógicas, no puedo entenderlas

 

-esta bien, no tienes que hacerlo, si no me vas a dejar ir entonces me iré por mi propia cuenta –se escuchó un ruido y una nube de polvo los cubrió, tarde se percató de que tan solo era un clon de sombras, ni siquiera había asistido a la cita, contuvo sus ganas de llorar y se fue de ahí, ya no tenia nada que hacer, si no lo quería no lo podía forzar a nada.

 

Desde la rama de un gran árbol una silueta observaba todo, Orochimaru salió estirando el brazo en un vano intento por tocar al contrario, las lágrimas cubrían sus mejillas, no tenia caso el ocultarlo, aquello le dolía mucho 

 

-es lo mejor, tu tienes muchas cosas que hacer y yo solo te estorbaré, los ancianos ya lo dijeron debo dejarte en paz por el bien de todos, lo siento mucho –se desvaneció en el aire, dejando atrás el rastro de su tristeza.

 

 

 

 

 

 

La puerta se abrió sacándolo de sus pensamientos, debía dejar de pensar en lo que ya no era, el pasado solo estorbaba

 

-Orochimaru-sama todo está listo para mañana, sus hombres esperan impacientes la invasión a Konoha

 

-bien, eso está muy bien, ahora déjame solo Kabuto, tengo cosas en las que pensar

 

-con su permiso –se dirigía a la puerta después de haber recogido los recipientes de la comida que le llevara horas atrás –usted también debería descansar, mañana será el gran día

 

-así lo haré, solo debo matar a ciertos demonios y podré descansar

 

-espero y lo logre –hizo una inclinación y salió, su amo tenia muchas cosas en que pensar y varios demonios del pasado que destruir

 

 

 

 

 

Notas finales:

que tal? raro? bizarro? necesito hacer otras cosas más productivas? que quede claro que puse a Orochimaru de esta manera porque en su juventud no era tan... reptilezco, esa palabra existe? bueno a lo que me refiero es que antes era como el Uchiha bastardo, o al menos eso me parece, que decir que este es uno de mis personajes favoritos, así que espero y les haya gustado, ya saben se acepta todo tipo de cosas y comentarios siempre y cuando no dejen daño físico permanente bye bye


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