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Video ¿Girl? Kasumi por katzel

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Notas del fanfic:

* Fic Basado en el universo del maestro Masakazu Katsura y dedicado por entero a quien hizo posible que a los 11 años viera la primera historia romántica que me impactó de infinitas maneras. El texto le rinde tributo a Video Girl Ai, Video Girl Len y Video Girl Haruno, mangas duraderos en la memoria de los lectores.

Yo reunía todas las condiciones impuestas por las historias de amor de la serie "Video Girl".

Para empezar, tenía un trauma de infancia con la primera chica a la que me declaré, que empezó a llorar como una madgalena, preguntándose qué había hecho de malo como para que el primer hombre que le hablara de amor sea un idiota impopular.

De hecho, ese fue el inicio de mi debacle con las mujeres. Me cerré a la idea de poder gustarle a alguna y no imaginaba volver a repetir la vergüenza de abrir mi corazón para que lo partieran a hachazos y se burlaran de él nuevamente.

La otra condición era tener un amigo que literalmente barría con las chicas. Y bien, mi mejor amigo era el invencible Asakura Takuya, el tío más popular y bien proporcionado del instituto, que de los siete días de la semana, contaba con ocho muchachas diferentes haciéndole la corte, y se daba el lujo de terminar con quien le daba la gana, utilizando los pretextos más tontos que puedan imaginarse.

Así, sin novia, con el típico apodo de "motenai" (o inútil en el arte de enamorar), iba como barco sin rumbo, naufragando por distintas costas, leyendo los mangas de Katsura y deseando que alguien me ayude, pues sin querer, y con todos mis temores encima, mis ojos se habían posado en una belleza de cabellos marrones y ojos enormes que se encumbraba como la estudiante A1. Me gustaban dos cosas de ella. La primera que doblaba los mechones de su cabello cuando estaba pensando con tal inocencia que me hacía sonreír. La segunda: era la única que había rechazado a Takuya y no daba visos de querer salir con él.

Shibasaki Maki.

Mi talón de Aquiles, mi punto ciego, mi toque de magia para los tediosos días de examen.

Bien, ya podemos repasar las cosas que me hacían digno de una aparición celestial que me diese una manita.

Ser herido en la infancia, tener un amigo mujeriego y una chica imposible.

Todos los días cruzaba los dedos rogando: "Por favor, Dios, si te importo aunque sea un poco, envía a alguien en mi ayuda" "Déjame encontrar el video club Gokuraku".

Si varios chicos de diversas secundarias lo habían logrado ¿por qué yo no? Hiromu, Yota y Munehiro habían sido tan o más miserables que yo, y me lo merecía largamente.

Y entonces, una tarde, luego de regresar de casa de Takuya y hacerle la tarea para que me contara cómo llevaba la vida de playboy y casanova, esa gloriosa tarde de invierno, me perdí en medio de dos calles de números ilegibles y delante mío, más allá de la niebla... ¡Apareció majestuoso el club Gokuraku!

Apenas leí el cartel de luces de neón, salté de alegría. Crucé corriendo los anaqueles repletos de dvd´s con dibujos de chicas en las tapas. Todas eran unas preciosuras y me hubiera quedado a babear de buena gana, si no fuera porque esperaba el juicio del anciano que conocía mi puro corazón.

Por fin apareció el dueño y me saludó.

- Buenas tardes, Asakura Takuya, te estaba esperando.

Se me vino el mundo abajo. Yo era el de corazón puro y el anciano no tenía idea de mi identidad.

- No... no soy Asakura Takuya - le dije enrojeciendo.

- ¡Qué! - dijo alterado.

- Que no soy Asakura Takuya... mi nombre es Yune Kei y no sabe por cuanto tiempo he estado esperando...

- Debe haber algún error... el destino debe haber cambiado en algún punto... se suponía que Asakura Takuya salía de casa y al perderse encontraba este lugar...

- No... yo fui el que salió... y cumplo con todos...

- Pues si no tengo determinada información de tu persona, no puedo cederte a ninguna de mis chicas... no sabría cuál es la indicada para ti... además... aunque eligieras alguna, no podría garantizar su éxito...

- Señor... me llevaré lo que me dé. Estoy en lo más básico de la desesperación humana. Y juro que no dañaré a ninguna de sus chicas... serán treinta días donde prometo aprender y seguir lo que ellas me digan... se lo ruego, no me deje ir con las manos vacías...

- Mmm... supongo que de no tener buen corazón no habrías encontrado este lugar...

- Eso... eso...

- Entonces te daré un video. Éste durará treinta días y tendrá emociones humanas, pero no podrás enamorarte del personaje que saldrá de él. ¡Suerte!

- ¡Gracias! ¡Nunca olvidaré este gesto de caridad! ¡Me ha salvado la vida!

- Ve... y déjale hacer su trabajo.

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Apenas llegué, subí apartando cualquier obstáculo de mi camino. Pronto, estuve sentado frente al reproductor de dvd, con mi tesoro. No había dibujo en la tapa, así que ignoraba qué tipo de muñequita iba a vivir en secreto conmigo durante un mes.

Los números del tablero empezaron a correr hacia atrás, luego de temblar como locos, formaron el nombre de mi invitada, Kasumi.

"Kasumi... seguro es una monada de trajecito holgado y manitas pequeñas"


La estática en la pantalla iba aclarándose y coloqué dos almohadones bien mullidos, porque era regla general que las video girls cayeran sobre sus dueños y rodaban sobre ellos de maneras aparatosas.

Abrí los brazos dispuesto a recibir cualquier cosa que saliese de ese televisor.

Menos... a...

- ¡Estoy encantado de conocerte, amo!

El muchacho traía un traje a lo cosplay espacial y sus cabellos largos, tenían un inverosímil color morado, no era demasiado alto y parecía bastante fragil por su estructura corporal.

No sería excesivo decir que se me salieron los ojos de la cara y no pude decir una palabra.

- Ahhh ahhh nanannana... - fue lo único que balbuceé hecho un auténtico baka.

- ¡Mi nombre es Mikune Kasumi! ¡Estoy encantado de trabajar contigo! ¡daré lo mejor de mí!

Los almohadones que tenía preparados, nos albergaron a los dos, y en verdad mis precausiones estuvieron bien tomadas, porque, como lo temía, se me vino encima cual torpedo atómico y terminó dándome un beso contra la pared.

En serio, aquello hubiera sido clásico...

... ¡SI SE HUBIERA TRATADO DE UNA CHICA!


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