Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Video ¿Girl? Kasumi por katzel

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ni se imaginan cómo andaba echando humo por haber desperdiciado mi primer beso con un especimen masculino.

De inmediato lo tomé del cuello y lo saqué de mi habitación.

- ¡Ten cuidado conmigo! ¡Me estás maltratando! ¡Eres un amo malo! ¡Malo, malo, malo!

Le llevaba por las escaleras a empujones, sin importarme nada de lo que dijera.

- ¡No soy malo! ¡Y no soy tu amo! ¡Y ahora mismo te me largas por donde viniste!

Abrí la puerta que daba a la calle y a pesar de su escándalo proseguí por media vereda.

- Demo... demo... (pero... pero...)

- ¡Sin peros!, ese viejo me ha visto la cara y se ha burlado de mí. Vamos al club Gokuraku, tengo unas cuentas pendientes sobre cierta mercancía defectuosa.

- ¡No te estarás refiriendo a mí!

- ¡Claro que me refiero a ti! ¡Eres lo único raro y defectuoso que veo! ¡Mira que salir de mi pantalla cuando esperaba a una linda nenita!

- ¡Soy más bonito que cualquier nenita! - dijo en su defensa tratando de zafarse de mis manos para entrar corriendo a la casa - ¡Y tú!, ¡se suponía que eras un amo amable y gentil! ¡Por qué mi primer trabajo está empañado por un tío tan malo!

- ¡Deja de resistirte porque voy a devolverte sí o sí! ¡No vivirás conmigo ni un solo día!

- ¡Mientras mi video esté corriendo en tu equipo tengo que estar donde me corresponde!

- ¡Que no!

- ¡Que si!

- ¡Que no!

- ¡Que si!

Le tomaba de la manga y él trataba de quedarse quieto como un poste, pero ¿qué podía hacer si era tan débil y delgadito?

Su traje se me escurrió de los dedos y terminó en el piso, chocando con el poste, dándose un buen porrazo y cayendo sentado sobre el lodo.

- Malo... buuuuuuuu... eres un malo... - dijo cubriéndose la cara con las manos dobladas en caracolito - ... por qué... me sucede esto... esperé con tanta ilusión a mi primer amo... viendo cómo nunca era elegido... ansiando colaborar con algún chico solitario... nuestro creador dijo que por algo veníamos al mundo... y era para dar felicidad a la gente de buen corazón... entonces no lo entiendo... qué hago contigo si eres tan cruel...

Soy un blandengue. Si alguien viniese a pedirme algo con lágrimas en los ojos, es muy probable que se lo diese sin preguntar. Durante la separación de mis padres, mi madre lloró muchísimo y por eso, cada vez que me encuentro ante esa situación, termino cediendo. Siempre he odiado ser el malo de la película. Y bien pensado, me estaba portando como un bestia arrastrándolo sin piedad, sólo porque era un chico. Además, yo había deseado su ayuda y luego me había puesto a renegar sin darle una oportunidad. Arrepentido, le ofrecí la mano y me disculpé.

- Creo que todo ha empezado supermal...

- Porque eres un amo malo y odioso... - agregó haciendo pucheros.

- Vale, soy un amo canalla y merezco que me quemen...

- ¡Atado de cabeza y con un fuego muy grande! ¡Y siendo balanceado!

- Lo que quieras... y mucho más...

- Entonces... ¿todavía debo irme?

- No - dije torciendo la boca - ... eres mi video-chico, así que... te aceptaré... trabajemos juntos...

- ¡En serio!- sus ojos de café-moka se agrandaron.

- En serio... vamos a casa...

- ¡Nuestra casa!

- Sí, por un mes... será nuestra casa. Pero no te hagas ilusiones, en mi concepto, esto no debería ser así.

- ¡Yeeeeeeeeeeeeeeeee!

En serio no me estaba escuchando.

Hizo un gesto de dolor al pisar sobre el suelo. El golpe había maltratado su pierna y no le dejaba caminar bien.

- Te ayudo, ven sube - le dije arrodillándome y ofreciéndole mi espalda para que monte estilo caballito.

- ¿Es un burro o un noble corcel?

- Me late que quieres que diga que soy un completo asno.

- Jijiji... puede que sí. Pero sabes algo, amo... ahora veo la razón de que seas tú - dijo pasando las manos sobre mi cuello.

- Y eso...

- Sí tienes un gran corazón. Eres compasivo.

"Blando como una almohada... eso es lo que soy"

- Shhh... será mejor que sepas cocinar, porque sino vamos a morirnos de hambre o a vivir en base a sopa instantánea.

- ¿Vives solo, amo?

- Mi primo se ha largado con su nueva novia, así que no tengo perro quien me ladre...

- Pobre amo... pues no te preocupes, me han enseñado a hacer de todo...

- ¿De todo? - pregunté inocentón - ¿qué es de todo?

- ¡Eso no, eso no! - dijo moviendo alocadamente las piernas.

- Hey... no te pienses cosas perversas... no soy un tío raro...- quería dejarlo claro a la primera oportunidad.

- Quién sabe, a lo mejor no lo has intentado... es que tienes una pinta... bueno, no quiere decir que vayas a intentarlo conmigo...

- ¡Estoy perdiendo mi amabilidad! - dije subiendo con esfuerzo las escaleras -nunca he sido el mago de la resitencia física-.

- Bien, bien... disculpa, amo. Um... ahora que lo pienso, no sé tu nombre

- Yune Kei...

- ¡Kei-kun...! ohhh, me gustan los nombres que empiezan con K porque van con el mío. Kasumi y Kei empiezan con K...

Le deposité en el sillón y fui a encender el tanque de agua caliente.

- No me digas que eres de los que creen en las tonterías de los nombres y los tipos de sangre... las predestinaciones me enferman si no tratan de la chica que me gusta.

- Dime quién es tu amada... - dijo apapachando un enorme cojín con forma de tortuga - ... quiero saberlo todo...

- Después de tu baño - le contesté yendo a cerrar la puerta. Intentaba hacerme la idea de que tendría que convivir con él durante largo tiempo.

- ¿Me vas a bañar? - miró sospechosamente.

- Claro que no. Por mi causa te has caído y te has ensuciado. Antes de cenar debes estar limpio.  Supongo que debo darte algo que puedas usar y no luzca como un disfraz otaku. En la mesa conversaremos...

- ¡Pin! - dijo levantando la mano con un plumón que sacó de su bolsillo.

- ¿Pin?

- ¡Kei-kun ha tenido un comportamiento amable! ¡Si yo fuera una chica ya estaría impresionada!

Caramba, pero ese Kasumi era un saquito de sorpresas.

"No digas, "si fuera una chica", me vuelven a dar ganas de sacarte por esa puerta".

Acercándose a mí, dibujó una estrella en la mejilla.

- ¡Y qué es esto!

- Tu premio. Cada vez que hagas algo positivo, te pondré la estrella correspondiente... así sabrás si estás por el buen camino.

- No soy un crío de preescolar...

- Tienes razón... en el amor, casi no estás ni en pañales.

El agua estaba lista así que decidí acompañarlo hasta la puerta del baño. Le coloqué la toalla sobre el tubo para que pudiera halar de ella cuando lo necesitara. Las sandalias y la bata también estaban a su alcance y doblados sobre una silla, iban mi camisa y pantalón de pijama.

- Cualquier cosa alza la voz, estaré buscando algo de comer - le indiqué.

El ruido de la ducha corrió a través de la pared. Por mi parte, procedí a abrir las alacenas a ver qué encontraba.
Hasta las ratas escaparían de semejante miseria. Ni arañas tenía ya, huídas por mi escaso arsenal de alimentos.

Erraba apartando viejos tarros vacíos, cuando escuché su grito.

- ¡Kei-kun!

- ¡Kasumi! - corrí alarmado. Abrí la puerta y deslicé la cortina hacia un lado para salvarlo.

Ayayayay... no era buena idea...

- ¡Bi-bi-bi-bi-bicho! - señalaba el foco con el dedo.

Una inocente polilla revoloteaba alrededor de la luz.

La espanté con el periódico, y luego, al quedar de frente viéndole desnudo, salté hacia atrás cubriéndome los ojos.

- ¡No vi nada! ¡No vi nada!

Arranchó la toalla del tubo y se envolvió con ella para tomar las ropas dobladas y colocarlas sobre su vientre.

- ¿En serio no has visto nada? - dijo muy bajito.

- ¡Lo juro por mi gato Mr Botones!

- Te creeré por esta vez, Kei-kun... además sería muy malo que hubieses visto algo...

- ¡Estoy de acuerdo! ¡No querría verte desnudo aunque mi extinción dependiese de ello!

- Sería malo, porque estás muy rojo para alguien que tiene buenos pensamientos...

- Mi cuarto está por allá - dije señalando a la derecha.

- No está de más que te lo recuerde, Kei-kun, pero sabes, yo no existo realmente... soy sólo una imagen... así que no puedo enamorarme de nadie y nadie puede enamorarse de mí. Y... - me jaló de la mejilla - ... eso incluye las perversiones...

Ignoraba el motivo, pero aquellas frases eran pesadas y odiosas a mis oídos.

--------------------------------------------------

- ¿Este es Mr. Botones?... es suave y bonito...

- ¿Nunca habías tocado un gato?

- Nop. He descubierto que me encantan los gatos. ¿si o no Mr. Botones?, ohhh a Mr. Botones también le gusta Kasumi - dijo moviéndole la cabecita con cuidado - ... tambien le gusta mucho Kasumi... siiii prrr... le encanta que Kasumi lo cariñe así...

Me sonó el estómago largamente y Kasumi se acercó apuntándolo con el dedo.

- Eso no está bien... debemos alimentarte con algo o morirás de inanición antes que haya comenzado mi trabajo.

- Cualquiera se preocuparía más por mí.

- ¿Quieres morir sin haber estado con una mujer?

- Tú mandas. Supongo que tendré que ir a comprar algo al restaurante.

Presumí que Kasumi, así como acababa de conocer lo que era un gato, nunca había probado alimento alguno.

- Oye... tú... ¿sabes lo que es la comida china?

- Jamás... los videos no tenemos por qué devorar sustancias extrañas.

- Y aquí... ¿está prohibido?

- Aquí no lo está. Si queremos acompañar a los amos, debemos imitarlos en cualquier faceta.

- ¿Querrías probar algo muy rico?

Kasumi puso cara de duda y luego dijo:

- ¿A ti te gusta la comida china, amo?

- Me encanta, soy superfanático del pollo con verduras y arroz blanco.

- ¡Entonces quiero saber cómo es!

- Espérame diez minutos y no abras la puerta a extraños, tendremos una cena muy rica.

- ¡Qué emoción! ¡Mi primera comida!... entonces pondré la mesa para cuando llegues.

Vestí la casaca y él vino con la chalina.

- Está haciendo aire, amo. Será mejor abrigarse.

La dobló tiernamente rozándome el cuello con las yemas de los dedos.

Así de cerca, le daba la razón: era mucho más bonito que cualquier muñequita.

"¡Qué diantres estoy pensando! ¡No acumularé estos pensamientos gays!"

No quería que notase cómo lo estaba mirando, así que me apresuré a despedirme:

- Ya vengo... recuerda... a nadie... si viene Papá Noel lo dejas afuera congelándose.

- ¡Sí mi capitán! oh... cierto.... ¡Pin!

Su marcador me pintó la estrella al costado de la barbilla.

- ¿Otro pin?

- Cuidar las necesidades básicas de la persona que te gusta, como vestido, comida u otros es un punto fuerte en las relaciones... se siente... el cariño que... bueno a las chicas les encantan las cosas de ese estilo...

- Yaaaa... no seas quisquilloso... y... gracias por el Pin.

- Vuelve con bien, amo.

Siempre quise que mi novia me dijese algo meloso al ir a trabajar o al regresar.

"¡Ya van dos de estas especulaciones extrañas! ¡Enfócate, Yune Kei!"

Con las manos en los bolsillos, caminé buscando un restaurant abierto a esas horas. La mayoría habían cerrado y además de eso, había olvidado preguntarle a Kasumi si le gustaba más lo dulce o lo salado, o si tenía idea alguna del sabor...

"Qué podría gustarle"

Repasaba la gama de comidas de los menúes clásicos, y como no me decidía, pensé que era sabio traerle varios platillos para que pudiese comparar.

Se me cayó la jeta de procesar qué diantres andaba pensando.

"Hace una hora le empujaba por las escaleras..."

"Ahora pienso en alimentarlo..."

"Voluble..."

"Soy un blandengue, torpe y voluble"


"Por eso estoy viviendo con el tío raro que salió de mi tv"


Por fin encontré un puesto familiar que ofrecía platillos chinos. Sus lámparas rojas y amarillas estaban encendidas y grande fue mi sorpresa cuando pasé y encontré a la mismísima Shibasaki Maki con su delantal y su libretita de notas.

Antes de que viera las estrellas que lucía en mi cara, me pasé con energía el brazo hasta borrar las delicadas marcas de Kasumi.

- ¡Haii Yorokonde! - dijo antes de inclinarse ante el compañero más callado del instituto.

- Eto...

- Yu..ne...san...- tartamudeó cuando me reconoció.

- Shibasaki...san...- mencioné igual de estupefacto, maldiciendo no vestir una ropa más elegante, ¿era necesario encontrarla cuando lo más parecido a mí era un maloliente mendigo?

Ninguno se lo esperaba y salir de ese atolladero iba a ser tarea difícil. Si Kasumi hubiera venido conmigo tendría chance de hablar y presentárselo. Pero la chica que me hacía alucinar surgía de la nada y me volvía estúpido como una piedra.

- Yo... buenas noches... -

¡Yo, buenas noches! ¡Debería caerme una estrella fugaz en la cabeza antes de permitirme decir esas tonterías!

Pitufo tontín lo hubiera hecho mejor.

"Cielos constelados, tragadme de una vez"

"Ábranse los abismos y devoren al idiota"


Ella se recuperó repentinamente y dijo:

- Buenas noches, Yune-san. Este es el restaurante de mi familia, así que ayudo el último turno. ¿Qué vas a ordenar?

Bien... eso estaba mejor y trataba de calmarme. Rogaba que ella no me masacrara o se enfadara conmigo. Si podía mantener una conversación decente, mi primer paso en su dirección estaría bien dado.

La pelota estaba en mi cancha y la voz de Kasumi empezó a dar vueltas.

"Has tenido un comportamiento amable"

"Preocuparse por las necesidades básicas demuestra interés"


Lo siguiente fue dicho con mis dedos cerrados como garfios en la palma de la mano.

- Um, es admirable que siendo tan buena estudiante, debas trabajar duro en el negocio familiar, me parece sensacional que te esfuerces así - dije suplicando a cualquier entidad superior que fuese la frase correcta.

- ¿En serio? - respondió halagada. - Bueno... sólo cumplo con mis labores... pero gracias de todas formas. Somos tres hermanas y hemos repartido el servicio según nuestro tiempo disponible.

¡Bien! ¡Le había sacado una sonrisa a Shibasaki! (además de cierta información personal) Y si pudiera incendiarme ya estaría arrojando llamas mejor que la antorcha de las olimpiadas.

Las fantasías tejidas en la primera mitad del año se hacían realidad. Maki-chan vestida de camarera china, con las manos cruzadas sobre la fuente y el alto peinado de moño, se inclinaba ante mí, feliz de encontrar un chico comprensivo y amable.

- ¿Y qué vas a ordenar? - insistió amicalmente.

- Oh... pollo con verduras... - dije embebido en su imagen. Miles de burbujas tenues entre rosa y azul flotaban por el aire, juro que escuché el danubio azul de nuestra boda.

- ¡Qué casualidad, es mi plato preferido! Tenemos gustos similares, Yune-san -

Definitivamente era la madre de mis hijos. 

- ... ¿algo más?

- ... al primero le pondremos Kasumi...

- ¿Ahh?

- Voy a querer dos cenas para llevar... -dije tratando de no parecer intimidante - aunque no sé bien qué pedir para la otra...- mi rascada en la cabeza se llevaba el premio a la imbecilidad.

- ¿Dos? ¿Alguna persona en casa?

"Nadie especial, sólo el tío con cara de mujer que me fue rentado en un club de video que no existe"


- ¡Es mi primo!... vivo sólo con él y se le vino el antojo de probar comida china. Sólo que es eticoso para elegir, por eso vine yo.

"Además de vestir el peor traje intergaláctico desde la invención de los uniformes del vengador del futuro"

- No sabía que vivías sin tus padres, Yune-...kun.

Aventuró el "kun", como quien no se atreve a saber si está haciendo algo malo.

Yo asentí alegre y le permití la camaradería que quisiese. ¡Caramba, si me hubiera dicho Kei-chan habría volado hasta el espacio sideral!

Mis ojos debían ponerse grandes y brillantes, siempre me pasaba eso cuando la emoción se posesionaba de mi psiquis.

- Mamá es artista plástica y anda por cualquier parte del mundo. Viene dos veces al año y nos ponemos al día, sus compromisos la tienen muy ocupada. Y de papá... digamos que es incómodo recibirle de visita.

Quiso cambiar de tema pues había tocado un punto delicado.

- Debe ser genial poder viajar y ver lo que quieras, las grandes ciudades... los museos...

Hermosa.

Abandonada desde un pequeño restaurant chino en una ciudad X y pensando en el mundo que estaba en la palma de sus manos.

- Eres muy callado en clase - me espetó - ... pero eres buen chico. Por lo general los que van en nuestra promoción son perversos y torpes. Qué bien que haya alguien como tú, Yune-kun. Y gracias a la casualidad te conozco fuera del instituto.

Si viniese un ladrón y clavase un cuchillo tras mi espalda, ni siquiera lo hubiera notado.

- Gra...gra...cias...

- A tu primo le traeré un pollo cinco sabores, además, os regalaré dos galletas de la buena fortuna. Espera cinco minutos, por favor.

"Esperaría por ti toda la vida..."

¡Con los consejos de Kasumi estaba hablando de tú y vos con la nena de mis sueños!

Maki-chan fue por el pedido, dejándome alucinado con su forma de andar.

Hasta que apareció de la nada Takuya. ¿Cómo demonios el destino me jugó tan mala pasada? A saber.

Debí verlo venir, la suerte nunca me ha sido favorable, cada vez que algo empezaba a ir bien, se chamuscaba volviéndose cenizas.

- ¡Hai, Kei-kun! ¿En qué andas?

El desgraciado lucía excelente. Si fuera gay lo primero que habría pensado habría sido seducirlo sin más. Gracias a Dios mi normalidad gobernaba todos los ámbitos de mi existir y él quedaba como posible amigo cercano luego de la extinción de las hembras y el fin del mundo.

- En nada - negué con los dedos, con los ojos, con los pies, hasta con las caderas.

"Sólo acabo de hablar con Shibasaki, la mujer que me acompañará hasta la ancianidad"

- ¿Te dedicas a acosar camareras chinas durante la noche?... ya veo... por eso andas tan tranquilo en el insti... tu vida de noctámbulo traiciona tu naturaleza salvaje y altamente erótica. ¿Y te atreves a pedir consejos? ohh, seguro eres todo un don Juan.

Le di una palmada en la espalda con ansias de aventarlo por la puerta.

- Maldito tarado, ¡lárgate antes de que me avergüences!

Iba genial... si me retiraba a tiempo sería la primera gran victoria de mi decaída vida romántica, pero Takuya podía echarlo a perder.

- He tocado la vena correcta- susurró traviesamente. - Solo muéstrame a la camarerita que te hace trasnochar y me iré tranquilito por donde vine. O tienes miedo de que le termine gustando yo. Ya sabes... soy irresistible... dos minutos de mis melosas palabras y ni se acordará de ti.

- Vete... si en algo aprecias nuestra amistad, esperarás los detalles mañana.

- Muero de curiosidad... "Motenai"-kun va a anotar con alguna...

Su rostro sí que cambió al ver a Maki de traje rojo.

Takuya era tan relajado que ni la perspectiva de repetir de año o que le botaran del apartamento había revelado alguna emoción seria en él. Pero ver a Shibasaki lo transtornó de inmediato.

Ella le devolvió una mirada cortante y muy belicosa. Para una persona pacífica y bien educada su actitud era extraña.

- Shibasaki... - dijo mi mejor amigo.

- Asakura...

En medio de la guerra de titanes, ignoraba de dónde venía la mala vibra.

Ella dejó los pedidos sobre la mesa y se cruzó de brazos..

- No lo creo. Imagino que no es casualidad que hayas encontrado este lugar. Ya era demasiado casual encontrar a alguien del salón a estas horas. Querías acercarte, Asakura... y necesitabas un cómplice que te hiciera las cosas mas fáciles. Así que te has prestado a su jueguito, Yune - señaló ella mirándome, decepcionada.

- ¿Jueguito?... - tartamudeé asombrado. Diablos, eso sí que era injusto. Llevaba esperando meses con la esperanza de hablarle y nuestra primera conversación amigable iba a terminar con sabor a emboscada por a saber qué razones.

- ¿No estás pecando de paranoica, Shibasaki? - preguntó Takuya irónico.

¡La insultaba empeorando mi situación!

Ella descargó la palma abierta sobre la mesa.

- No, es no. Te he rechazado demasiadas veces y sabes la razón, Asakura Takuya. No tenías que incomodar a Yune pidiéndole que se mostrara amigable, sólo con el propósito de ingresar después, fingiendo pasar por aquí. Eso es bajo e inmaduro, propio de un muñeco sin corazón ni seso como tú. Váyanse... y nunca vuelvan - sentenció mirando hacia abajo. - Quédate con el dinero, Yune... no quiero nada de ti...

Estaba hecho un bobo. Me anulé petrificado porque Shibasaki Maki...

... iba a llorar... tenía las lágrimas acumuladas bajo los párpados.

Cómo moría por decirle que no había nada acordado previamente entre Takuya y yo.

- Es una lástima, Yune - dijo dándome la espalda - porque fuiste capaz de engañarme muy bien... incluso pensé que eras diferente... pero si te comportas como la marioneta de Asakura... eres el peor de todos...

El aire faltaba.

Las cosas se distorsionaban.

Y como el día de mi primera gran inaugural decepción romántica, escapé hacia cualquier lugar sin mirar atrás.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).