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Sólo una Oportunidad por Kmmy Lee

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Notas del capitulo:

Hey, hola :3

Sé que querrán matarme (si fuera ustedes lo querría también), pero créanme que sólo hasta ahora pude actualizar. Una de las razones principales fue que, de golpe y sin avisarme, formatearon mi computador, donde estaba casi completo este capítulo del fic. Gracias al cielo que logré recuperarlo (respaldé mis cosas hace un tiempo y ni siquiera lo sabía e.éU), sino me habría dado una depresión horrible xD. Y bueno, la otra es, básicamente, mi carrera; no tengo tiempo ni para respirar .__.U

En fin, he ahí la cruel historia de mi vida xD

Nah, ya me dejo de hablar x.x, siempre me extiendo más de lo normal -.-

Espero les agrade este capi, bastante suavecito y, probablemente, extraño. Veremos a Keith más grande, a Light y Matt todos dulces y una conversación final que acabará de desatar el centro de la trama.

Gracias de todo corazón por sus preciosísimos reviews ;) No imaginan lo feliz que me hacen y la de inspiración que despiertan en mí. Son unos amores, sin ustedes me sería difícil seguir con el fic u.u. Gracias, de verdad.

Y, como siempre; Death Note no me pertenece... Bla, bla, bla e.e Odio esto xD

A leer :')

Capítulo 11: Renovando Esperanzas.

La puerta se abrió tras un clic, dando paso a un torbellino de rubios cabellos, seguido muy de cerca por un resignado joven de ojos esmeralda. El reloj marcaba las tres de la tarde en punto, en pleno apogeo un precioso día primaveral.

Seis años habían transcurrido ya desde el arribo de Light y Mail en Japón; años en los que se encargaron de fortificar su familia junto a Keith y construir una vida lo más tranquila y plena posible, alejados de todo aquello que pudiese poner en peligro su estabilidad.

Light, graduado con honores de la facultad de Derecho, ejercía como profesor en una prestigiosa universidad de Tokio, ayudando, de tanto en tanto, a su padre con complejos casos que llegaran a manos de la policía. Mail, por su parte, a un semestre de acabar sus estudios de Ingeniería en Sistemas Computacionales, dedicaba sus ratos libres a inventar programas de realidad virtual, obteniendo ingresos bastante altos al vendérselos a reconocidas empresas de videojuegos. Y Keith, con siete años de edad y una visión del mundo demasiado amplia para agrado de sus padres, era el terror de sus profesores, cada vez más marcada su traviesa personalidad.

Precisamente en esos momentos llegaban de la escuela, donde Matt fue citado con suma urgencia, debido a que el revoltoso ojiazul no había encontrado nada más divertido e interesante para hacer que eliminar del expediente escolar los archivos académicos de toda su clase, ganándose una casi expulsión, la cual no se concretó gracias a la rápida intervención de su padre.

- ¿Quieres explicarme por qué tuviste la brillante idea de borrar del expediente los resultados académicos de tus compañeros?- Increpó cansado el pelirrojo, alcanzando a su hijo al pie de la escalera y dirigiéndole una seria mirada.

- ¿Verdad que fue brillante?- El niño le sonrió pletórico, destellando juguetona malicia en sus azules orbes.

- Keith, esto es serio.- Matt le hizo un ademán con la mano para que le acompañase hasta la sala, a lo que éste accedió a regañadientes.- Tu director estuvo a nada de expulsarte definitivamente.

- ¡Pero no lo hizo!- El rubiecito frunció los labios en un adorable mohín, indignación tiñendo sus palabras.

- Sí, porque alcancé a recuperar los archivos a tiempo.- Aclaró Matt, suspirando fatigado y denotando una seriedad poco usual en su siempre tranquilo tono de voz.- Pero no estaré ahí para sacarte de los líos en los que te metes cada vez que lo necesites. Hijo, tus travesuras están llegando demasiado lejos.- Lo miró a los ojos, queriendo averiguar qué realmente estaba sucediendo con su pequeño.- Dime, ¿por qué te llevas tan mal con tus compañeros de curso?

- ¡Porque no los soporto!- Respondió molesto Keith, dejándose caer sobre el sofá y cruzando los brazos sobre su pecho en gesto enfurruñado.- ¡Son unos tontos sin cerebro, ni siquiera pueden deletrear correctamente sus propios nombres!

El oji-esmeralda suspiró, sentándose junto a su hijo y retirándole del rostro varios rebeldes mechoncitos dorados, estrechándole en un tierno abrazo, al cual el niño respondió sin rechistar.

- No siempre podrás convivir con personas que sean de tu agrado…- Explicó en voz suave, acariciando con afecto paternal sus lacias hebras.- Debes aprender a ser tolerante, sino acabarás sólo perjudicándote a ti mismo.

- Pero es que me caen mal, papi.- Continuó reclamando, sus palabras un tanto sofocadas al estar con su carita apoyada en el pecho del mayor.

- Hagamos algo.- Matt lo separó de él con sutileza, volviendo a enlazar sus miradas.- Tú te portas bien y yo te compro el Nintendo 3DS, ¿te parece?

- ¿Junto a la colección completa de Mario?- Indicios de una satisfecha sonrisita empezaron a curvar suavemente hacia arriba sus labios, emoción contenida haciéndose evidente en su aniñada voz.

- Por supuesto.- Asintió Mail, sonriéndole con complicidad.

- ¡Hecho!- El ojiazul exclamó feliz, dándole a su padre un fuerte abrazo, tomando su mochila y corriendo escaleras arriba, directo a su habitación.

- Nada de juegos hasta que termines la tarea, ¿de acuerdo?- Centenció en tono firme, antes de que la menudita figura se perdiera de vista.

- ¡Sí, lo sé!- Le respondió ya arriba, más resignado que de acuerdo.

Sin lugar a dudas, Keith era un cúmulo andante de encantadora y traviesa dulzura. Reflejo exacto de Mihael, por más veces que pretendiese negarse a aceptarlo.

Suspiró, entrecerrando con fatiga sus ojos esmeralda. El sólo evocar a su mente el recuerdo dañino de la persona que más amó en su vida, lograba aún revolverle desagradablemente el estómago y acelerar sin procedentes los latidos de su corazón. Porque, si existía algo imposible de negar para Matt, era la titánica gama de sentimientos que Mello, con su sola presencia, había despertado en su interior. Tenía ya la madurés suficiente para asimilar lo banal de sus intentos por olvidarle, más también sabía lo infructuoso que resultaba el pasarse los días reparando en el dolor de la horrible herida emocional que le había causado con su injustificado abandono. Ya no buscaba respuestas, ya no se encerraba entre dudas. Sólo vivía, inmerso en el balsámico amor que le profesaba Light, por quien sentía cada vez más cariño.

Y, como invocado por sus pensamientos, el castaño apareció por la puerta instantes después. Con su porte galante, vestimenta formal e irresistible sonrisa, era inadmisible no quedarse prendado de él. En especial, cuando sus pupilas miel se posaban tan dulcemente sobre las verdes del joven de cabellos cobrizos, acrecentando en su pecho el sentimiento cada vez más fuerte que le hacía sentir.

Se saludaron con un suave, aunque febril beso, perdiéndose en la deliciosa cadencia de cada roce entre sus labios, Light enredando habituado sus brazos entorno a la cintura de Mail, ambos disfrutando embriagados el apasionado busque de dominio entre sus lenguas.

No obstante, mucho antes siquiera que pudiesen proferir alguna palabra, una vocecita les interrumpió, sobresaltándoles y logrando que, ligeramente, sus mejillas se tiñeran de rubor.

- ¿Es necesario que hagan eso en público?- Keith les miraba sagaz, su carita adornada con una juguetona sonrisa.- ¡Búsquense un cuarto y evítenme el trauma!

Sí que olvidaban lo despierto que llegaba a ser su hijo a veces, dejándoles boquiabiertos en más de una ocasión con su intrépida actitud.

- No seas insolente, pequeño monstruo.- Rió Light, siendo el primero en recuperarse, alzándole en brazos, como cuando era un bebé, y dirigiéndose hacia el sofá, arrancándole ruidosas carcajadas al comenzar a hacerle cosquillas, causando sonrisas en Matt ante la encantadora escena.

Hasta que el resonar de su teléfono celular le distrajo, obligándole a caminar hacia el recibidor, donde había dejado su chaqueta al llegar.

- Hola, Sayu.- Contestó sonriendo, tras haber verificado en la pantalla la procedencia del llamado.

- ¡Hola, cuñadito!- Se oyó jovial la voz de la chica al otro lado de la línea.- ¡Adivina qué!

- No sé, dime.- Inquirió, encaminándose de regreso hacia la sala, encontrando a Light y Keith aún sentados en el sofá, la mochila de éste último abierta junto a ellos, el mayor revisando uno de los cuadernos con calcado interés.

- Tú, mi hermano y mi sobrino hermoso, están invitados a una cena en casa esta noche.- Informó la menor de los Yagami, bastante emocionada.

- ¿En serio?- Matt no pudo evitar sorprenderse un poco, pues no era muy usual que sus suegros efectuaran encuentros familiares tan repentinos, sin que hubiese algo verdaderamente importante de por medio.- ¿Y a qué debemos el honor?

- Conocerán formalmente a mi novio.- Explicó Sayu, seguramente sonrojada.

- Ah, entiendo.- El pelirrojo rió, su cuñada correspondiéndole el gesto.- ¿Te parece vernos allá como a las siete?

- Claro, los esperamos.- Aceptó, poniendo fin a la llamada tras despedirse.

- ¿Quién era?- Inquirió Light, desviando sus ojos del cuaderno a Matt.

- Sayu.- Respondió él, dejando el móvil sobre la mesita de centro y sentándose también en el sofá.- Esta noche harán una cena en tu casa para presentar oficialmente a su novio.

- Hm…-Era evidente en sus gestos que la idea no terminaba de agradarle.- Nunca entenderé qué fue lo que le vió a ése… Sujeto.

- Eres un celoso.- Espetó Mail, arrevatándole con suavidad el cuaderno y observando ceñudo el contenido de la hoja que se hallaba abierta.- Keith, ¿para cuándo es esto?

- ¿Yo, celoso?- El castaño se alzó de hombros, soltando una irónica carcajada y ladeando el rostro para escrutarle con el entrecejo fruncido.- ¡Por favor! Sólo la cuido de sicópatas aprovechados como ése.

-“Para mañana.- Contestó el niño, ubicándose junto a él.- Está casi acabado, sólo me falta el punto seis…- Señaló con su dedito índice la última parte del cuestionario, haciendo un tierno puchero.- He revisado varias veces el libro, pero no encuentro la respuesta.

- Ni siquiera lo conoces, Light.- El oji-verde le sonrió con sorna a su pareja, volviendo a centrarse en Keith.- ¿Te parece si lo terminamos juntos?

- ¡Sí!- Exclamó entusiasmado el precioso rubiecito, recibiendo de regreso el cuaderno, guardándolo en su mochila y encaminándose de nuevo a su habitación.- Te espero arriba.

- Enseguida te alcanzo.- Le aseguró Matt.

Más, antes de que pudiese poner en práctica estas palabras, sintió como los brazos de Light le aferraban por la cintura, atrayéndolo hacia su cuerpo en un abrazo posesivo, sus labios reclamados con deseo en un beso voraz y demandante.

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- Es un hecho. Estarán allá alrededor de las siete.

- Y… ¿Llevarán a Keith?

- Es bastante probable. Tengo entendido que jamás salen sin él.

- Perfecto…- Una esperanzada sonrisa le iluminó las facciones, mientras un suspiro extenso abandonaba sus labios.- No te haces una idea de lo mucho que ansío volverlos a ver.

- Lo imagino.- El chico a su lado le dirigió una intensa mirada, rodeándole un aura de absoluta seriedad.- Sin embargo debemos tener mucho cuidado… Si Light Yagami llega a sospechar algo, todo lo que hemos logrado hasta ahora fracasará inevitablemente.

- Lo sé.- Asintió ella.- Por eso mismo es que no he hablado de esto con Mihael.

- Haces bien.- Afirmó él.- Por lo que me has contado, ese chico suele ser demasiado impulsivo… Un peligro inminente para el éxito de nuestro plan.

Emily suspiró, entrecerrando con pesadez sus ojos claros y recostando tras su oreja un rizado mechón de cabello.

- Dudo demasiado que esté como si nada, teniéndolos a ambos tan cerca.- Expresó, revelándose la suspicacia en su voz, un gesto pensativo posándosele en el rostro.

Su compañero encogió los hombros, un brillo indescifrable pintado en sus ojos.

- Se desatará una tormenta.- Susurró, cierto toque de impaciencia sombreándole la voz.

La rubia, como respuesta, no pudo más que asentir desviando la mirada, consciente de la caótica situación que estaba a nada de presentarse. Pues abía que, desde el momento en que su hermano y Mello volviesen a encontrarse, el sufrimiento sería algo sencillamente imposible de evitar.

Sin embargo, ahora que conocía las verdaderas razones por las que Mihael se hubo ido aquella noche, no podía quedarse de brazos cruzados, viendo como su hermano consumía su vida en una mentira.

Lo sentía por Light, pero debían aclarar las cosas… A costa de quien fuera.

Notas finales:

Uy, ahora sí que da la impresión de estar todo confabulado en contra de Light .__.U Sólo yo sé que pasará jujuju, así que no esperen nada predecible xD


En fin, eso por ahora >) A ver qué les pareció ^.^


Saben que cualquier duda, sujerencia, amenaza (O.O), etc... Pueden hacérmela llegar a través de un review. Son mi alimento, pues me dan la inspiración necesaria para continuar escribiendo. Siéntanse libres de comentar lo que quieran, siempre y cuando sea con respeto, ¿sí?


Las adoro, en serio ^^


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