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Sólo una Oportunidad por Kmmy Lee

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Notas del capitulo:

Hola ^^

Aquí Kmmy, alias autora irresponsable, reportándose a dejarles el capítulo 13 de su fic más amado :')

Sé que he tardado horrores en actualizar, y que no tengo perdón por ello, pero en verdad les digo que el universo ha confabulado en mi contra, impidiéndome tener el tiempo y la inspiración necesarias para escribir algo decente. Les juro que, aunque demore, jamás dejaré abandonado ni este ni ninguno de mis fics, ya que tengo pensado terminarlos, a como dé lugar.

En fin; ahora hablando del capi, no tengo palabras para describirlo. Viene cargado con muchas cosas, además que según yo quedó bastante tierno. De verdad, con todo el corazón, espero lo disfruten y compense, aunque sea un poco, la larga espera que les he hecho pasar.

Dedicado a todas esas personitas hermosas que aún me siguen, a pesar de mis tardanzas; se les quiere con el alma ♥

Capítulo 13: Escucha a Tu Corazón.

Un sol resplandeciente yacía posado a lo alto en el azul y despejado cielo, dándole a aquel sábado de Abril una apariencia más veraniega que primaveral. Faltaban tres minutos para las once de la mañana y, en las inmediaciones de aquella prestigiada facultad, decenas de estudiantes se encaminaban hacia sus aulas, en su mayoría luciendo frustrados de encontrarse allí en fin de semana, en vez de estar gozando del exquisito temple en aquel radiante día.

 Una vez tubo la fachada del recinto en frente, Matt estacionó su Camaro deportivo rojo brillante en el primer espacio libre que encontró, bajándose con rapidez y dirigiéndose sin distracciones hacia la sala de computación, donde se realizaría la única clase a la que le correspondía asistir aquella jornada. Y, aunque le incomodara, varias miradas deseosas se posaban en él, debido a su atuendo casual, pero no desalineado; vestía playera gris claro un tanto ceñida, jeans desgastados color azul oscuro y zapatillas converse negras con detalles, también, en azul. La mochila colgando distraídamente en uno de sus hombros, sus ojos verde esmeralda brillando con especial particularidad por efecto de los rayos solares, un par de auriculares reproduciendo los últimos acordes en guitarra eléctrica de la canción “Taken Over Me” de Evanescence, en su expresión trazado un gesto de total ausencia del mundo a su alrededor.

Una vez hubo llegado a destino,  correspondió al saludo de sus compañeros,ubicándose en una de las mesas más apartadas, donde un notebook abierto yacía esperándolo. Se quitó los auriculares y guardó su reproductor de música en la mochila, sentándose en la giratoria silla frente al computador portátil. Acto seguido, accedió a su carpeta de usuario tras ingresar la contraseña, comenzando a preparar los programas que necesitaría para ejecutar la pauta de trabajo que se hallaba previamente escrita por el profesor en la digital pizarra.

Abrió el navegador, tecleó en la barra de búsqueda la dirección web que el académico había señalado, pero antes de que esta siquiera acabara de cargar, su celular le sobresaltó, vibrando insistentemente dentro de uno de los bolsillos de su pantalón. Cuidando que nadie lo viera lo sacó,, apreciando en la pantalla el aviso de dos nuevos mensajes de texto recibidos.

El primero era de Light, y decía:

“Estaré todo el día en el cuartel de investigación, ya que me necesitan para ayudarles con un caso. Dejé a Keith en casa de mis padres, a cargo de Sayu. Nos vemos, si no a la noche, mañana a primera hora. Te amo.”

Por otro lado, el segundo mensaje era precisamente de Sayu, y apuntaba:

 “Matt, Keith está conmigo. Con Touta iremos de picnic en un rato, así que me lo llevaré. Déjalo aquí hasta mañana, porque después queremos ir al parque de diversiones, hace mucho que no salgo con él. Cualquier cosa te llamo. Besos.”

Suspiró, digitando un breve “de acuerdo” y volviendo a guardar el móvil, comenzando a teclear varios códigos en la base de datos a la que había accedido, preguntándose qué haría después de clases, considerando que tanto su esposo como su hijo tenían planes que no le involucraban a él.

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- ¿Qué tanto haces, pequeño diablillo?- Inquirió Sayu, al entrar a su habitación y encontrarse a Keith sentado frente a su escritorio, con varias hojas de papel con bosquejos sin terminar, esparcidas por toda la superficie de madera, al tiempo que trazaba un sinfín de líneas sobre una en especial, viéndose más concentrado y absorto de lo que un niño a su edad es capaz de estar.

- Intento dibujar algo que soñé.- Le respondió, sin despegar la vista de lo que hacía.

Intrigada, la castaña tomó uno de los papeles al azar, preguntándose qué era aquello que tenía tan ensimismado al pequeño ojiazul. Sobre la blanca superficie, eran visibles varios trazos en grafito que, al parecer, se entrelazaban formando el perfecto boceto de un par de ojos a medio terminar. Y no le costó mucho darse cuenta, al observarle de soslayo, que de estar completo aquel dibujo, sería la réplica exacta de su mirada.

- ¿Son tus ojos, cariño?- Le preguntó en voz suave, sonriéndole con dulzura.

- No.- Le respondió el rubiecito, descartando enojado una hoja más y poniendo en su lugar una nueva.- Parecen mis ojos, pero no los son.

- ¿Ah, no?- Sayu, haciendo uso de todo lo aprendido en sus dos años como estudiante de psicología, se incó frente a su sobrino, impidiendo que volviera a dibujar.- Entonces, ¿de quién son esos ojos?

- No lo sé…- Keith, abrumado, negó con la cabeza, su infantil voz inundada en frustración.- Hace tiempo que alguien aparece en mis sueños… Un hombre… Tiene la edad de papi Matt… Pero no es él… Tampoco es papá Light…

- ¿Cómo es él, corazón?- Sayu empezaba a inquietarse, pues no era normal que un niño tan pequeño soñara con gente que lo perturbara a tal grado, a menos que algo desconocido o muy malo estuviera sucediéndole.- ¿Recuerdas algo de ése hombre? ¿Te ha dicho algo en tus sueños? ¿Te hace sentir mal?

- No, no…- Keith, con una convicción abrumadora, negó vehemente con la cabeza.- Él me quiere mucho, jamás me haría daño.

- ¿Por qué dices eso?- La situación se tornaba cada vez más extraña, sumiendo a la castaña en una incertidumbre agobiante.- ¿Qué hace él para demostrarte que te quiere y que jamás te haría daño?

- Siempre me toma en brazos, y eso se siente muy cálido y confortable, además que me sonríe mucho y me comparte de su chocolate, si se lo pido.- El ojiazul parecía ensimismarse cada vez más en imágenes que sólo él era capaz de ver y comprender, mientras un brillo especial aparecía en su mirada, aún tan llena de inocencia.- Le prometí que recordaría su rostro después de despertar, pero no puedo…- Su voz se tiñó de tristeza, el brillo de hace unos momentos opacándose.- Sólo recuerdo sus ojos, que también son míos… Y que tiene la edad de papi Matt.

- Ya, pequeño, tranquilo…- Sayu, atónita, le estrechó en un maternal abrazo, advirtiendo en ese par de ojazos tan azules y vivaces, como lagrimitas de desconsuelo le inundaban la mirada, sintiéndose destrozada al verle así y no saber qué hacer para apaciguar la obvia frustración que invadía ese corazoncito tan puro e inocente.- Te prometo que todo estará bien, ¿sí?

Y Keith, con más emociones en su pecho de las que era capaz de entender a tan corta edad, sólo se dejó abrazar, anhelando que el hombre que aparecía casi a diario en sus sueños existiera en la realidad para que viniera a abrazarle también, consciente que ese calor inexplicable que nacía en él, sólo se comparaba con el infinito amor que sentía por su papi Matt, y que nunca había logrado experimentar por su papá Light, por más veces que lo intentara y no entendiera el por qué.

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Lejos de allí, al centro de Tokio, Beyond y Emily conversaban, ocultos de miradas curiosas, ubicados en la mesa más apartada de aquella modesta cafetería.

- Según sé, Matt está en la universidad ahora mismo y Yagami se quedará todo el día en el cuartel donde trabaja su padre, ayudándole con la resolución de un caso.- Birthday ponía al tanto a la rubia de lo acontecido la noche anterior, hablando con el mismo tono de voz que le había oído emplear a Elle en aquellas escasas veces que intercambiaban palabras.- Según dijo Matsuda, él y Sayu saldrán de paseo durante la tarde y, por supuesto, llevarán al niño también.

- Perfecto…- La ojiazul sonreía pletórica, más que ansiosa de volver a ver a su pequeño sobrino.- Dios, es perfecto.

- Debemos avisar a Mello de esto.- Espetó el pelinegro, tornando su expresión más seria que nunca.- Él más que nadie merece aprovechar esta oportunidad que, siéndote sincero, difícilmente volverá a presentarse.

- Lo sé.- Emily suspiró, apartándose el cabello hacia atrás y extrayendo de su bolso el teléfono móvil, evidente decisión trazándose en su rostro.- Lo llamaré.

Beyond asintió, hundiendo una cuchara en el gran pote de mermelada de fresa que había comprado y degustando el dulce sabor en su paladar, mientras su rubia acompañante rebuscaba entre sus contactos el número de su hermano menor, preguntándose a sí mismo cuál sería la reacción de éste al enterarse que al fin habían localizado a las personas que llevaba tanto tiempo intentando encontrar.

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Lanzó la mochila sobre la cama, dejándose caer en la mullida superficie, posando las llaves y su celular sobre el velador. Escudriñó su reloj de pulsera; faltaban ocho minutos para las dos de la tarde, la casa se hallaba en un delicioso silencio y él, tras haber almorzado algo rápido en la cafetería de la universidad, se disponía a descansar la cabeza sobre la almohada, sintiéndose, de pronto, demasiado exhausto. Hacía mucho que no disfrutaba de un tiempo a solas consigo mismo, ya que su vida giraba por completo entorno al travieso angelito que tenía por hijo, algo que demandaba inagotable energía e infinita paciencia.

Sonrió con ternura, cerrando sus ojos verde esmeralda y evocando en su mente las mil y una travesuras que Keith había hecho, preguntándose, por enésima vez, si habría algún límite en el inmenso parecido que tenía con Mello. El niño era una calcada fotocopia de su padre biológico, ya fuera en carácter, gustos, manías o actitud. Y eso para Matt, después de tantos años, era el más vívido recuerdo del amor que alguna vez sintió por aquél sensual rubio de ojos tan expresivos y congelantes como el hielo mismo.

Suspiró con melancolía, abandonando su cómoda posición sobre el colchón e incorporándose, retirando del velador sus llaves y caminando hacia su escritorio. Con la más pequeña del juego, abrió el primer cajón del mueble, extrayendo de su interior una caja de metal mediana color plateado, la cual contenía un arsenal de pendrives, discos duros extraíbles y tarjetas de memoria de todo tipo. Sin embargo, entre todos los dispositivos que allí habían, sólo uno era el que Matt necesitaba, por lo que fue ese el que sacó, poniendo lo demás de regreso en el cajón para volverlo a cerrar. Acto seguido, tomando también su notebook, se encaminó de regreso a la cama, sentándose en esta y dejando ambas cosas sobre el edredón.

Observó con detenimiento la tarjeta de memoria que yacía junto a su portátil, preguntándose si sería o no una buena idea revisarla. Sin embargo, y armándose de un valor motivado nada más por curiosidad, la introdujo en la entrada correspondiente, una vez hubo encendido el computador. Una serie de archivos aparecieron en la pantalla, entre los que habían sólo videos y fotografías, evidencia irrefutable de sus varios años siendo novio de Mihael Keehl.

Ellos en el parque abrazados y sonriendo pletóricos a la cámara, ellos en la playa tomados de la mano con el mar bañando la arena a sus espaldas, ellos en la escuela mirándose entre risas de complicidad, ellos en la casa del pelirrojo recostados en su cama, ellos en algún lugar al azar en una calle cualquiera, besándose como si nada más importara en el mundo… Ellos, ellos y nadie más que ellos en cada una de las imágenes que guardaba aquel dispositivo USB, tan felices y tan enamorados, que para Mail se volvía imposible no creer, por un segundo, que todo lo sucedido desde que el rubio lo dejó a su suerte la noche en que concibió a Keith, no era más que una pesadilla demasiado real y despiadada.

- Nunca entenderé por qué te fuiste y rompiste la promesa que me hiciste, Mello…- Susurró con voz entrecortada, trazando con la yema de su dedo índice el rostro de su gran amor, en aquella fotografía que lo mostraba sentado contra el tronco de aquel enorme manzano que les hacía sombra durante los días de verano, sintiendo la lisa textura de la pantalla de su notebook, en vez de esa tersa piel que tanto extrañaba.

Entonces reparó en un extraño detalle del que no se había percatado antes. Pues, en un contraste preocupante con las primeras imágenes, en las últimas Mihael se veía demasiado pálido y ojeroso, además de mucho más delgado de lo normal.

Y, al reproducir el último video de los tantos que se hallaban guardados en aquella memoria digital, la idea de que algo malo ocurría con el rubio en esos entonces le llenó el pecho de un desasosiego impresionante. Y es que, estaba claro al ver el cansancio en su rostro, el cual trataba de ocultar a toda costa entre sonrisas seductoras y miradas de profundo afecto, que quien era su amado novio en esos momentos no se sentía para nada bien.

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- ¿Lista para irnos?- Preguntó Matsuda a su novia, saludándola con un beso en los labios.

- Más que lista.- Le sonrió ella, aunque el pelinegro estuvo seguro que en sus ojos castaños se ocultaba un asomo de preocupación.- Sólo voy por Keith y nos vamos, ¿bien?

Con otro casto beso le dejó esperando en el recibidor, mientras se dirigía escaleras arriba, en busca de su sobrino.

Matsuda suspiró agobiado, acercándose a una ventana que se ubicaba justo a su lado, y mirando con remordimiento hacia la calle. Sabía que era cobarde lo que estaba haciendo, sin embargo sabía, también, que era lo correcto. Desde el momento que Beyond, a quien conocía de la escuela en esos años que estudió de intercambio en Inglaterra, reapareció en su camino y le contó todo cuanto había sucedido en la vida del más joven de sus hermanos, se sintió con la obligación de ayudarlo, como una especie de retribución a todo cuanto había hecho por él durante su estadía en Winchester. Más aún, conociendo la historia desde ambos lados de la moneda, totalmente seguro que Mail y Mihael debían volver a verse a como diera lugar, por más daño que esto le causara al hermano de su novia en el proceso.

- ¡Listos!- La voz de la chica le sobresaltó, obligándole a voltearse y dirigirle la más normal de sus sonrisas.- Ya podemos irnos, amor.

- En marcha, entonces.- Asintió él, siguiéndoles hacia la salida, notando un extraño deje de melancolía sombreando los ojitos del pequeño Keith, más una preocupación poco disimulada en los castaños orbes de la menor de los Yagami.

Y mientras conducía camino al hermoso parque donde habían decidido irse de picnic, presionó, sin que ninguno de sus acompañantes lo notara, una tecla en su teléfono móvil, enviando a Beyond el mensaje que tanto esperaba, convencido que era lo más sensato que podía hacer.

“Vamos en camino al parque nacional de Tokio.”

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Metió el celular de regreso a su chaqueta, sonriendo pletórico de felicidad. Sentía como un cúmulo de energía infinita se deslizaba por cada partícula de su cuerpo, aferrando en su mano aquella pequeña hoja de papel, donde estaba apuntado, de su puño y letra, el actual paradero donde se hallaba viviendo su amado pelirrojo de ojos esmeralda.

Por ende, y quitando el freno de su Harley Davidson, aceleró a todo lo que daba, con el rostro de Matt vívido en sus recuerdos, más el anhelo de volver a tener entre sus brazos a Keith, impulsándolo a no permitirse esperar ni un maldito segundo más para volverlos a ver. Siendo la dirección que Emily había recitado por teléfono, el último destino en su incansable búsqueda.

Notas finales:

Sí, todos están conspirando para que nuestros amados Matt y Mello se reencuentren. Pero créanme, hay por ahí alguien que no dejará que las cosas salgan tan color de rosa como pueden estar pensando. Light no permitirá que Mello venga a destrozar todo aquello por lo que ha luchado, puedo asegurárselos. Se acerca el momento en que se vean, otra vez, frente a frente. Además que Keith tiene derecho a conocer a su padre biológico, ¿no creen? Se vienen muchas sorpresas en el próximo capítulo, el cual ya está en proceso ^^


Me he propuesto utilizar cada espacio de tiempo libre que tenga para escribir un poco, así que pueden estar tranquilos que la próxima actualización de este fic se hará mucho antes :'D


De antemano, mil gracias a quienes se tomen el tiempo de leer. Y, aún más, de dejarme en un review sus comentarios, opiniones o sujerencias ^^


Las quiero un montón ♥


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