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Sólo una Oportunidad por Kmmy Lee

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Notas del capitulo:

Hola, gente bella ;')

Ow, lo prometido es déuda; les dije que no demoraría tanto en salir el capítulo 14, ¡y aquí está! Antes siquiera que se cumpliera un mes desde la última actualización ;w; Créanme, me siento orgullosa de mí misma *-* Realmente conseguí atrapar a mi escurridiza inspiración y hacerle una llave de yudo a mi escasez de tiempo :3

Y bueno, sé que después de leer este capítulo querrán matarme, así que mejor me voy a esconder tras un muro blindado antes de que eso suceda jeje ^^U

Pero antes; ¡mil gracias a todas por sus hermosísimos y alentadores reviews! De verdad, lo digo siempre, pero gracias a ustedes es que encuentro las ganas y la inspiración necesarias para escribir ;') Por cada segundito de su tiempo que se toman para dejarme un review, más crecen mis ideas ;o;

Ahora sí *huye despaborida* A leer ^^

Capítulo 14: En Cuestión De Segundos.

Oculta tras un frondoso árbol, Emily observaba, ensimismada, como Keith se divertía en los columpios, dejando escapar adorables e infantiles carcajadas, al tiempo que Sayu le daba leves empujones, logrando que alcanzara cada vez más altura. A su lado, amparado también tras el enorme tronco, Beyond hablaba por teléfono, utilizando un tono de voz tan suave y frío, que casi rayaba en lo siniestro.

 - Debes arreglártelas para mantener a Yagami lejos de aquí el mayor tiempo posible, si no quieres que el plan fracase y los logros que hemos obtenido hasta el momento sirvan sólo de relleno para un maldito basurero.- Guardó silencio por varios segundos, oyendo lo que la persona al otro lado del auricular decía, dibujando en sus labios una mueca demasiado escalofriante.- Me da igual si lo seduces, te lo coges, lo enamoras o lo matas si lo crees necesario. Lo único importante es que te encargues de mantenerlo lejos, Elle.

Acto seguido, y gruñendo astiado, cortó la llamada, regresando el móvil a su pantalón..

- ¿Cómo es que, siendo hermano de Elle y Mihael, Mail y yo jamás supimos de ti antes?- Emily inquirió pensativa, regalándole una mirada de soslayo, mientras la infantil voz del pequeño Keith resonaba alegre a lo lejos.

- Fácil…- Respondió el aludido, chasqueando desinteresado la lengua y dirigiendo sus rojizos ojos hacia donde el rubiecito jugaba animado, ahora lanzándose en picada desde el tobogán más alto.- Cuando Elle decidió irse a estudiar a los Estados Unidos, yo decidí quedarme en Inglaterra. Y Como Mello en esos entonces era pequeño, nuestro padre prefirió que se lo llevara también, ya que allá tendría muchas más oportunidades. Cada quien siguió su camino, aunque, claro, nunca perdimos el contacto.

- Entiendo.- Espetó ella, sonriendo al ver como el travieso oji-azul que tenía por sobrino, perdía rápidamente el interés en los juegos infantiles e intentaba persuadir a Sayu, poniendo mirada de cachorrito a medio morir, que le permitiera conducir una de las varias motocicletas a batería que se hallaban repartidas en todo el enorme parque, pero que estaban disponibles para ser utilizadas  sólo por niños mayores de diez años.

- Mini Mello, en todo su esplendor.- Rió con ganas Beyond, cuando la Yagami menor fue incapaz de negarle algo a ese par de ojazos azules que le miraban con tanta ternura e inocencia.

Emily asintió, riéndo también, y ansiando, con todas sus fuerzas, poder estrechar entre sus brazos a esa preciosidad. Preguntándose, por millonésima vez, cuándo tendría la oportunidad de reencontrarse con Matt, consciente que necesitaría de su apoyo y consuelo más que nunca, después de lo que causaría en su vida el más que elaborado y bien pensado plan que, junto a los hermanos mayores de Mihael, llevaba ideando ya hace tantos meses.

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Después de unas cuantas miraditas de cachorro y varios “por favor”, aunados a pucheros lo bastante irresistibles y adorables, Keith logró su objetivo. Pues, asegurando con suma convicción que tanto Touta como Sayu se encargarían de  vigilarle con ojo crítico y no permitirían por ningún motivo que se saliera de los límites del parque, el encargado de las motocicletas a batería accedió a regañadientes a venderles un ticket, bajo su estricta y absoluta responsabilidad. Por ello, una amplia sonrisa yacía curvando hacia arriba los labios en el angelical rostro del rubiecito, a la vez que el prometido de su tía lo subía con cuidado al vehículo, procurando chequear muy bien que el casco se hallase correctamente puesto en su cabeza.

- Iremos justo detrás de ti.- Avisó la castaña, mientras el pelinegro encendía el motor y al pequeño oji-azul se le iluminaba la mirada.

- Ya lo sé…- Asintió resignado Keith, frunciendo los labios en un tierno mohín.

Acto seguido, pisó el pedal adaptado para que sólo niños pudieran manejarlo adecuadamente, acelerando en cuestión de segundos y perdiéndose tras la esquina más próxima, con la pareja siguiéndole de cerca y el hombre a cargo del negocio dirigiéndoles miradas de evidente disconformidad.

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 Recibió, de manos de su padre, la humeante taza de café bien cargado que tanto le hacía falta en esos momentos, permitiéndose un receso y dejando de lado el enorme cúmulo de documentos que, durante varias horas, habían sido objeto de su total atención.

- Muchas gracias, papá.- Comentó, obsequiándole al hombre una suave sonrisa, mientras sorbía con ganas de la caliente y reponedora bebida.- En verdad lo necesitaba.

- Lo imaginé, hijo.- Respondió el mayor, sentándose en la silla junto a él.- Llevas muchas horas leyendo una y otra vez los expedientes del caso, debes darle aunque sea un poco de descanso a tu cerebro.

Light asintió, degustando el adictivo sabor del café negro en su paladar, concediéndole al ambiente, entre su padre y él, unos segundos de cómodo silencio.

- ¿Ya hablaste con Mail?- Inquirió Soichiro después de transcurrido un momento, mirando a su primogénito con una mezcla de orgullo y preocupación.

- Aún no.- Confesó éste, posando la taza, ya vacía, sobre la lisa superficie del escritorio.- Pretendía llamarlo en un rato para darle la noticia.

- Entonces te dejo a solas para darte privacidad.- Indicó el hombre, poniéndose en pie con algo de pesadez y dirigiendo sus pasos camino a la salida.- No dejes pasar más tiempo, recuerda que el vuelo sale a las ocho con rumbo a Estados Unidos, contigo o sin ti, por lo que debes hablarlo con tu esposo lo antes posible para tomar una decisión.

- Lo haré enseguida.- Señaló el castaño, recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de su padre, al tiempo que extraía de uno de los bolsillos de su pantalón el móvil y procedía a marcar el número de Matt, ensayando muy bien en su mente las exactas palabras con que le contaría la sorprendente oferta que le habían hecho tan sólo un par de horas atrás.

Y es que, luego de expresar sus propias conjeturas sobre el caso tan complejo en que la policía japonesa había solicitado su apoyo, fue el mismísimo L, célebre detective insuperable a la hora de dar resolución hasta a los procesos criminales más complejos y enredados, quien le pidió ayuda en un asunto de particular dificultad, aduciendo que sólo alguien con su capacidad de deducción le sería de utilidad para resolverlo. Por lo que Light, más que consciente de la profunda admiración que sentía por aquél hombre tan extraordinario, no tuvo problema alguno en aceptar la propuesta, sin siquiera darse unos segundos para, al menos, pensárselo una vez. 

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Tras saludar a su hermano con un fraternal abrazo y a Emily con un ademán de cabeza, Mello caminó junto a ambos a través de las verdes inmediaciones del concurrido parque, escuchando con atención las novedades que tenían para contar.

- Todo indica que tu hijo es algo así como un clon mejorado y más adorable de ti mismo.- Rió Beyond, mientras la chica asentía convencida y el rubio trazaba en sus labios una sonrisa embelesada.- En serio que es cierto eso que dicen de la herencia genética… ¿Sabías que hasta tiene tu malvado estilo de persuadir a la gente para salirse con la suya?

- ¿Acaso pudiste verlo?- Indagó, fascinado, su voz y su mirada embargadas de ansiedad.

- Sí.- Afirmó el aludido, señalándole con un ademán de mano un punto a lo lejos.- Y tú también puedes hacerlo, está justo allá.

Aturdido, Mihael guio sus azules ojos hacia donde su hermano apuntaba, divisando, con un estremecimiento a su pecho y un vuelco a su estómago, la menuda silueta de un precioso niño de apenas siete años de edad, caminando justo de frente a él. Vestía un conjunto de jeans celestes y chaqueta de buzo azul, sus zapatillas blancas, con detalles en rojo, haciendo resonar sus pisadas sólo un par de metros a lo lejos. Una preciosa sonrisa llena de infantil dulzura iluminaba aquel rostro precioso que tantas veces imaginó para infundirse valor, sus ojazos como zafiros destellando inocencia en su expresión más pura.

Quería correr hasta él, alzarlo en brazos, llenarlo de besos y estrecharlo contra su pecho en un abrazo. Quería ver de frente esa mirada tan suya, oírle hablar, sentir su aroma y perderse por siempre en lo maravilloso de tenerle al fin con él. Quería decirle tantas cosas y, a la vez, quería quedarse en silencio, tan sólo siendo partícipe oculto de alguna travesura. Quería acabar de una maldita vez con la infame distancia que los separaba, llevárselo consigo a donde nadie interviniera en contra y explicarle que él era su padre, que lo amó desde el instante mismo en que supo de su existencia y que durante infernales años no había hecho más que buscarle incansablemente.

Necesitaba explicarle que jamás fue su intención que creciera privado de su presencia; necesitaba explicarle sus razones e intentar que las comprendiera, por más inverosímiles que resultaran. Sin embargo, sabía que no podía hacer más que observarle de lejos, al menos mientras las cosas no fueran debidamente aclaradas con su amado pelirrojo de ojos esmeralda, innegable responsable de que aquella preciosidad de ser se hallase jugando entre risas unos pasos más allá.

Una mano se posó sobre su hombro, presionando ligeramente.

- ¿Estás bien?- Su hermano, quizá percibiendo la aglomeración abismal de sentimientos y emociones ensombreciéndole la mirada, intentó contenerle lo mejor posible, muy a pesar de ser un total fracaso en cuanto a afecto se refería.

Mello asintió, reprimiendo en gran medida el shock que aún no terminaba de abandonarle, suspirando larga e intensamente con el fin de controlar sus ansias cada vez más inmensas de mandar todo amague de sentido común al carajo.

- ¿Matt… está aquí… también?- Cuestionó en voz entrecortada, sus ojos fijos en cada cosa que hiciera el pequeño Keith, quien ahora se entretenía acariciando, con suma ternura, al cachorro de un niño que acababa de conocer.

- No.- Emily fue quien le respondió, sonando abatida.- Por lo que sabemos, mi hermano se fue directo a casa después de clases.

- Está en su último semestre de Ingeniería en Sistemas Computacionales.- Añadió Beyond al ver la mirada de obvia interrogante que se instaló en las pupilas del oji-azul.

- Era de esperarse…- Musitó éste, más para sí mismo que para sus dos acompañantes, evocando a su mente el rostro de su ex novio, ensimismándose en el recuerdo de esos expresivos ojos verdes en los que podía quedarse prendado una vida entera si se lo permitían.- Matt siempre decía que no había profesión más perfecta para él que esa.

- Lo mismo que tú con Criminalística.- Le sonrió la rubia, atrayendo a su memoria esos tiempos en que atrapaba a ambos discutiendo ilusionados su futuro, sentados bajo aquel enorme manzano, en el hermoso y siempre bien cuidado jardín de sus fallecidos padres.

- Lástima que debí congelar mis estudios.- Suspiró el aludido, notando como su hijo y su reciente amigo jugaban alegremente con el pequeño animalito, apreciando un poco más lejos a Matsuda, quien, sabía, era conocido de Beyond, y a Sayu, quien, según lo dicho por Emily, era la hermana menor del maldito imbécil que le había robado a su familia..

Y, durante un lapso de apenas segundos, su mirada se tropezó con la de la menor de los Yagami, por fortuna para Mihael no siendo para ella más que un vistazo casual, su prometido siendo el único de los dos al tanto de su identidad. Sin embargo, cuando volvió sus ojos a Keith una vez más, su corazón casi se le paraliza de horror, al ver que había desaparecido por completo de su vista.

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Dejó, sin mucho interés, el celular sobre el velador, suspirando resignado. La verdad era que no le sorprendía en lo absoluto la repentina e inesperada actitud de Light, pese a desagradarle, muy en el fondo, su falta de consideración para con él. Sabía que su admiración por el famoso L no era secreto para nadie; a momentos, incluso, había llegado a suponer que lo que su esposo sentía por el detective sin rostro ya hasta rayaba en la obsesión. Y, siendo sincero consigo mismo, el hecho de saber que el castaño estaba a horas de conocer a la única persona que podía arrebatarle su amor, no le molestaba en lo más mínimo, pues nunca había sido celoso. Lo que sí le molestaba es que lo llamara así, sin más, prácticamente avisándole que se iba por vaya a saber cuántos días y que, ni por un segundo, hubiera pensado en si a Matt aquello le parecía bien o no.

Apartó de sus ojos un par de mechones rebeldes que le estorbaban la visión, percibiendo, como pocas veces durante los siete años que llevaban de relación, un enojo punzante y malintencionado viajando por cada partícula de su ser. No obstante, se cerró a cualquier pensamiento que pudiese avivar dicho sentimiento, regresando su vista a la pantalla de su notebook, en la cual era visible una barra de búsqueda web, sobre la que digitó una serie de palabras que, previamente, había seleccionado y escrito en una hoja de cuaderno en blanco. Una vez el buscador hubo arrojado los resultados, se dedicó a leer los de mayor fiabilidad, su expresión tornándose más y más aturdida, conforme la información era procesada por su cerebro.

Sin embargo, e intentando no dejarse llevar por meras conjeturas, regresó su atención al móvil que yacía en su velador, marcando el número de la única persona que, siendo mucho más entendida en aquella materia que él, podía resolver con mayor certeza la infinidad de dudas que revoloteaban en su cabeza.

- ¿Hola?- Contestó una suave y femenina voz del otro lado de la línea.

- Hola, Linda.- La saludó el pelirrojo, luchando por oírse lo más neutral posible.

- ¡Matt!- La chica pareció bastante feliz de escucharlo.- ¡Que gusto, ¿cómo estás?!

- Bien, gracias.- Respondió el ojiverde, impacientándose un poco.- Linda, te llamo, porque tengo una duda y sé que tú eres la única capaz de resolverla.

- Claro, dime.- Señaló la mencionada, en un tono de voz bastante dulce.- Haré lo que esté en mis manos para aclarar lo que sea que te estés preguntando.

- Lo sé.- Sonrió Matt, regresando sus ojos a la pantalla y haciendo click en la opción enviar.- Te acabo de mandar un correo con unas fotos… ahm… no sé por qué, pero siento que el chico que aparece en ellas puede estar…

- ¿Enfermo?- Linda completó la frase, ingresando en seguida a su cuenta de e-mail.

- Sí.- Asintió Matt, notando que, a su corazón, la sola posibilidad le causaba terror.

No obstante, no fue hasta que la joven, estudiante de medicina, revisó las fotos y dejó escapar un suspiro de tristeza al otro lado del auricular, que a Mail Jeevas el mundo pareció venírsele encima, en miles y muy pequeños pedazos.

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- ¡Ven acá, Hachi!- Keith, como si la vida le fuera en ello, corrió tras el hermoso y adorable cachorro con el que había estado jugando, luego que escapara lejos de él y de su amo, con quien comenzaba a llevarse bastante bien.

Avistó al escurridizo animalito metiéndose tras unos arbustos, por lo que, sin pensar, se lanzó en aquella dirección, esquivando a cuanta persona se le cruzara en el camino. Le preocupaba que a Hachi, nombre que su amigo le había puesto en honor al perro fiel de la leyenda japonesa que más de una vez había leído en su escuela, pudiera pasarle algo malo o que, peor aún, alguien se atreviera a robarlo; por ello, se había impuesto a sí mismo la heroica tarea de regresárseloa  su dueño sano y salvo, no importándole lo que tuviera que hacer para lograrlo. 

Con dificultad atravesó los arbustos, enterrándose unas cuantas espinas en el proceso. Más, cuando vio al cachorro correr directo hacia el final de la esquina, donde comenzaba la calle y un sinfín de vehículos transitaba a toda velocidad, Keith sintió que se le cortaba la respiración, aterrado al sólo pensar que pudieran herirlo de gravedad. Entonces, determinado a no permitir que nadie lastimara a su amiguito peludo, corrió tras él a todo lo que daban sus pies, deseando con todas sus fuerzas alejarle del peligro.

Y, un par de segundos luego, Mihael le alcanzó, en su expresión dibujándose una mueca de total horror, al ver como su hijo se lanzaba desesperado en busca del cachorro, sin advertir el horrible peligro en que se encontraba. No obstante, cuando creyó que al fin lo tenía lo suficientemente cerca suyo para alzarlo en brazos y sacarlo de allí, sus ojos observaron aterrados como el rubiecito cruzaba de un salto la reja de protección, quedando del otro lado a completa merced de un automóvil gris dirigiéndose hacia él a toda marcha.

Una frenada en seco, un golpe sordo, un niño en el asfalto, gritos aterrorizados…

- ¡KEITH!

Aquello no podía ser… Simplemente no podía ser… ¡No podía ser verdad!

Notas finales:

*Se asoma apenas* E-eh... a-amm... jeje bueno... sé que desde ahora me llegará más de un review bomba D: Pero, créanme, esto que pasó es estrictamente necesario para el desarrollo de la trama. Yo sufrí tanto como ustedes al leer, escribiendo el final de este capi ;w; Así que, como ustedes, tengo ganas de matarme grrr... pero luego recuerdo lo que sigue y me calmo x'D Así que... ¡por favor! No cometan kammysidio (?)

¡Se viene el reencuentro, las explicaciones y el drama! Uh, sí... se viene mucho, muchísimo drama ;u;

*Vuelve a ocultarse* En fin, espero les halla gustado el capi ^^

Saben que toda sujerencia, comentario, crítica o lo que sea (siempre y cuando la dirijan con respeto, claro) es más que bienvenida ^^

Mil besitos, buena vibra, yaoi love y lo mejor para ustedes, mis amados lectores que tantos lindos momentos me hacen pasar *-*

Nos vemos pronto, más pronto de lo que creen. Al igual que este, haré todo lo posible por sacar el capi que viene en el menor tiempo que pueda ;')

Gracias de antemano a quienes se tomen la molestia de leer y dejarme un review :3

Se les quiere mil ♥


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