Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sólo una Oportunidad por Kmmy Lee

[Reviews - 166]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hey, hola! ;D

No puedo creer que al fin esté actualizando, considerando que mi inspiración anda bien carente de racionalidad últimamente y, con todo lo que me ha pasado, no he tenido ni cabeza para sacar algún capi u,u

Sin embargo, pude y aquí me tienen, ¡yey! Dejándoles actu *w*

Este capi es cortito y la parte crucial, que hace explotar la trama O.O

La mayoría son sólo recuerdos (los que fueron escritos en segunda persona), más el fallido reencuentro entre Mello y Matt O,o Espero y les guste :$

¡Dedicado a mi pequeña Diario de vida viviente 8D! Mitt te adoro *w* ¡Thank you for all! En verdad que contigo no me cuesta nada sincerarme ^-^. Eres una niña genial :3

Y, esperando disfruten... ¡A leer! ♥

Capítulo 6: Reencuentro Entre Recuerdos.

Las manecillas del reloj parecieron detenerse, escarchando imperiosas cada segundo. Ni siquiera la escasa brisa primaveral se aventuraba a rozar la evidente e incierta tensión en rededor. Y es que las respiraciones de ambos jóvenes se paralizaron, volviéndose no más que entrecortados resuellos casi imperceptibles, bañando sus semblantes de incertidumbre total.

Mello, aún sin menguar el agarre del menor entre sus brazos, permanecía estático, imposibilitado de pronunciar palabra alguna, a causa del tan repentino y en absoluto esperado encuentro. Notaba como sus latidos se desestabilizaban, tornándose en punzantes y aturdidas palpitaciones, golpeando recriminatorias su pecho. Porque, de pronto, el temor le había embargado toda fibra del cuerpo, impidiéndole hasta el pasar aire con normalidad. Sólo sabía que, después de tantos meses, volvía a tener frente a él la, en absoluto olvidada y a cada momento más anhelada, presencia de Mail, tan igual a cuando lo dejó, más, a la vez, con un aura tan distinta.

- Matt… Yo…- Uno, dos, tres inseguros pasos hacia él, más las palabras yacían aglomeradas en su garganta, su voz siendo no más que un trémulo susurro, demasiado patético para pertenecerle.

Sin embargo, éste sólo deseaba salir huyendo de allí. Correr pasos infinitos, hasta esfumarse por completo del mundo. Pues, ya no eran nada más sus emociones las que comenzaban a desmoronarse dentro de su alma, sino que sus sentimientos… Su corazón, no conseguirían resistir mucho todo aquello. Y es que, como en ese entonces hace tantos meses atrás, se estaba llevando a cabo en su interior una guerra oscura y cruel. Y el tener tan de súbito la presencia de Mihael en frente, le estaba carcomiendo de confusión cada partícula de su ser. Sentía que sus piernas no podrían soportar por más el peso de su cuerpo, haciéndole flaquear en cualquier mínimo instante. Los ojos le escocían con avidez, dándole a entender que no le sería posible aguantar tanta presión por más tiempo. Las lágrimas ya se le agolpaban en las comisuras oculares, anudando de paso su garganta con apremio.

Porque el verlo con Keith en brazos, sacudía vertiginosamente el suelo bajo sus pies…

:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:

Abriste inquieto los ojos, apreciando al choque de rayos solares golpeando aturdidores contra tu rostro. Un inverosímil vislumbre de soledad te asechaba incauto, a la vez que, exaltado, escrutabas tu alrededor.

La sutil calidez de alguien más se echaba en falta, mientras te removías somnoliento entre las sábanas. Y un escalofrío te atravesó la espina dorsal, al percatarte, ahondado en creciente sorpresa, que, en efecto, aquel cuarto parecía encontrarse por completo desierto.

- ¿Mello?- Susurraste aún un tanto semidormido, acabando de incorporarte mejor en la cama.- ¿Estás aquí?

No obstante, a pesar de llamarlo incontadas veces más, buscándolo desesperado por cada rincón asequible en la zona, no hubo quien acudiera a tu encuentro.

Porque, destrozándote sin piedad alguna las ilusiones, estabas solo.

Y te sumiste en la soledad de tu cuarto, denegándole el paso a todo aquel que quisiera verte. Deseabas ahogarte en la nada, haciéndote uno con la inexistencia. Ya no hallabas razón para volverte a levantar, decidiendo quedarte tirado hecho pedazos en aquel desértico rincón, al cual él te había arrojado sin un ínfimo motivo ni explicación.

El tiempo se te hizo interminable, llegando a un punto en el que ya no distinguías el transcurrir de los segundos y las horas. Tu sentido se iba vaciando de coherencia, entregándote a la irracionalidad. Y es que te fuiste reduciendo a un patético saco de huesos, incapaz de regresar a ser persona otra vez.

Tu mente se tornó tu mayor enemiga, apuñalando constante tu fragilidad emocional. Pues tu corazón fue decayendo en la punzante inconsciencia de la irrealidad, refugiándose masoquista entre recuerdos, no haciendo mayor cosa que deteriorarte más.

Hasta que los días se convirtieron en semanas, atentando lentamente contra tu frágil existir.

Pero algo ocurrió. Con pausa y cautela, un suceso alucinante atacó repentino tu tortuosa rutina de auto flagelación emocional. Tu cuerpo comenzó a cambiar, preparándote para la experiencia más increíble y maravillosa de todas. Fuiste notando como un pequeñísimo hálito de vida se formaba poco a poco en tu interior, regalándote, sin que siquiera lo esperaras, esa razón que tanta falta te hacía para continuar.

Pese a esto, no te creías ni mínimamente preparado para aceptar todo cuanto te tocaría enfrentar después.

- ¿Matt?- Oíste tras de ti esa dulce voz llamándote, mientras te sujetabas con ahínco de la cerámica pared.- ¿Sucede algo?- Notaste como se aproximaba más hacia ti, posando cuidadoso una mano en tu hombro.- ¿Te encuentras bien?

- No…- Susurraste apenas, a la vez que un nuevo y todavía más insoportable mareo removía todo tu entorno, forzándote a aferrar aún con más fuerza el alto muro, arrancándote un desesperado suspiro.

Ya iban tres meses desde la cobarde huída de Mello, mismos que habían volteado sin consideraciones tu plena adolescencia, desestabilizándolo todo en el proceso. Pues, así mismo hace tres meses, llevabas en tu vientre el inimaginado fruto del amor que, a todas luces, sólo tú pareciste entregar aquella noche de abril.

Y no sabías, a ciencia cierta, si lograrías soportar todo cuanto sucedía dentro de ti.

- Matt, estás pálido.- Nuevamente la voz de Light te arrancó de tu caos mental, volteándote con sutileza y obligándote a mirarle a los ojos.- Deberíamos ir a la enfermería. No te ves nada bien.

Por acto reflejo, negaste decidido con la cabeza.

¿Para qué oírlo de alguien más? Si tú, mejor que nadie, sabías lo que ocurría contigo realmente.

Cuatro meses después, y bajo un mar de obvias interrogantes, te viste en la forzosa obligación de confesar al fin, aún cuando ni tú mismo acababas de dimensionar la real magnitud que surcaba tu presente.

Y en cuestión de horas, tu hermana ya se encargaba de una improvisada mudanza, asumiendo en estricto rigor todo cuanto les involucrase directamente a ti o tu hijo, el cual estaba a tan sólo unas pocas semanas de nacer. Te transfirieron de escuela a una privada, poniendo al corriente de tu estado a tus profesores. Y, por supuesto, las citas semanales al médico se hicieron una inalterable costumbre, manteniendo metódico cuidado y control, debido a lo complejo de tu condición.

No obstante, nadie era capaz de imaginar lo aterrado que te sentías por dentro…

Al cumplirse el noveno mes, todo se te hizo insostenible. Te viste envuelto entre punzadas de dolor imposibles de comprender, mientras el pavor ante algo por completo desconocido e inaceptado te consumía lentamente. Porque, aún cuando nadie lo sospechara siquiera, tú no deseabas tener al bebé.

Pero, unas horas después, al ya sostenerlo entre tus brazos y viendo la adorable fragilidad que poseía, tu mundo se volteó en ciento ochenta grados, girando por completo a su alrededor.

:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:

- Suelta a mi hijo.- Siseó amenazante el pelirrojo, con la mirada esmeralda empañada en confusión y los sentimientos a flor de piel.

- ¿T-tu… Hijo?- Repitió sobresaltado el rubio, abriendo desmesuradamente los ojos.- ¿De qué…?

- ¡Que lo sueltes te dicen, maldita sea!- Una tercera y exasperada voz se oyó tras de él, en evidencia más amenazante y totalmente carente de paciencia.

¿Qué demonios hace Yagami aquí? Pensó un tanto aturdido, observando como el castaño caminaba decidido hacia Mail, situándose a su lado y dirigiéndole al oji-azul una mirada cargada de odio en su máxima expresión.

Entonces, estremeciéndole de desasosiego el alma, cayó en cuenta de lo que sucedía. Pero, más allá de esto motivar rechazo hacia el pequeño y frágil cuerpecito que aferraba acucioso contra su pecho, causó en su interior unas renovadas y aún más ávidas ansias por protegerlo de todo y no soltarlo jamás, contrario a lo que se le estaba pidiendo con calcada advertencia.

- Mihael…- Sin embargo, fue la voz de Emily, a quien él reconoció enseguida, quien pareció dispuesta a amenizar un poco la tangible tensión entre los tres, acercándosele con andar tranquilo.- Por favor, entrégame a Keith.

Y mientras sentía desvanecerse esa indescriptible calidez entre sus brazos, se mantenía absorto en el inexpresivo semblante de Matt; aparentaba absoluta calma, analizando inconmovible la escena; sus ojos estaban velados de todo y nada a la vez, dándole un aire de atemorizante neutralidad. Y, era claro, no tenía ni mínima intención de devolverle la mirada.

- Te lo advierto, Keehl.- Light, sin siquiera verlo venir, le había sujetado con fuerza desde el cuello de su chaqueta, dejando sus rostros a escasos centímetros de distancia, liquidándole con los ojos.- No te quiero cerca de mi prometido… ¡Mucho menos de mi hijo! ¿Está claro, infeliz?

Sin embargo Mello, aún pese a su altanera personalidad, estaba muy lejos de poder contestar a su declarada provocación. Sólo conseguía ensimismarse mirando a Mail, quien, para esos entonces, ya caminaba con el niño entre sus brazos en dirección a las afueras del concurrido recinto.

Y a los pocos segundos, Light ya le alcanzaba, perdiéndose de vista con él.

Fue entonces que notó como alguien dejaba con descuido sobre su mano un pedazo de papel muy doblado. Pero, para cuando pudo darse cuenta, ya se encontraba absolutamente solo en medio del, a cada segundo, más desolado lugar, sin saber cómo reaccionar, después de ser parte de una situación tan bizarra.

Creyendo que colapsaría de impresión en cualquier momento, desdobló la pequeña nota, tratando de apaciguar a los incesantes y precipitados latidos de su corazón.

“Este es mi número. Búscame si deseas saber más.”

¡¿Qué mierda está sucediendo aquí?!

Notas finales:

Esto se está poniendo feo -.- Y, créanme, se pondrá peor D:


En fin, espero, como cada vez que publico algo :$, que les halla gustado :'3; saben que lo hago para ustedes y que sus opiniones son fundamentales para poder seguir adelante ;')


Gracias, de verdad, por todo su apoyo ;w; Se cuidan, ¿vale? Besitos de chocolate y mucho yaoi love :33


Ojalá les vaya de lo mejor ;D Nos vemos en otro capi ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).