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1lusion Azul por YUKI-NII

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Notas del fanfic:

bien pues este es mi segundo fic original....bueno al menos es que subo, he de confesar que soy perezosa para escribir en mi con pu ^ . ^U. oh, oh pero prometo que cambiare sere mas energica y aprovechare mis vacaciones que estan tan proximas wiiiiiiiiiiiii!!! * u *

El dolor es inevitable el sufrimiento…opcional


Buda


 


 


Su aliento salió helado, tanto que fue capaz de verlo, se froto los brazos, sabía que ya estaba ahí. La piel se le erizo, era un tanto desagradable, esa sensación de escalofríos y temblores que su cuerpo experimentaba. Llevaba dos años con esas sensaciones a las cuales aun no se acostumbraba.


 


Se abrocho el abrigo rojo, enredándose a su vez la bufanda al cuello, las barbas largas le cosquillaban sus helados dedos. Tenía que esperar, siempre era así, tanto que lo odiaba. Se sentó en el mullido sillón del ático viendo como atardecía por la ventanilla frente a el. Los temblores se intensificaron, estaba a su lado, cerro sus negros ojos, pudiendo percibir el murmullo en su oído.


 


Cubrió sus orejas, se había tensado ante la voz grave que le había llamado. Bastardo . le gustaba molestarle, mas si estaba solo, lo cual pasaba muy seguido.


 


-          Detente – ordeno su vocecita que empezaba a madurar. Tenia 12 aun asi pensaba como alguien mayor – Leo – chillo esta vez abriendo los ojos para ver la sonrisa arrogante y la pose tranquila –


 


-          Solo de nuevo -  susurro el ser que aunque parecía real, solo era alguien que no era humano ni ninguna otra cosa, era nada como solía auto dominarse –


 


-          Y a ti ¿que? – mascullo frunciendo el seño – ¿no deberías irte ya? – profano por quien sabe que vez, en esa semana, cada día soportaba menos al peliblanco y sus ojos rojos que le escrutaban como rayos x –


 


-          Que mas quisieras- desapareció del rango de visión del azabache para aparecer a  su lado – pero – alzo sus hombros – aun no sucede aquello por lo que estoy aquí – hablo aburrido empezando hacer círculos de colores en el aire, que fueron deshechos de un soplido por Nemied que se veía molesto - ¡Hey!  - reclamo por el acto-


 


-          Sabes que no soporto u estúpida magia – se acomodo de nuevo, frotándose las manos – ni el maldito frio que provocas cuando estas aquí – reclamo hacia oídos sordos, el peliblanco volvía hacer círculos dentro de burbujas que flotaban sobre el ojinegro – Leo – siseo de nuevo –


 


-           Eres un amargado de primera – rio dejándose caer sobre él  menor – se supone que eres un niño, los niños sonríen, juegan, tienen amigos ¿Por qué no haces nade de eso ya? – Nemied era cálido, no como el, que siempre despedía un aura fría que el hielo inmortalizaba –


 


El azabache no respondió al contacto que pretendía ser tierno sin embargo tampoco lo retiro, un mal habito que Leo hacia desde que había llegado y el tenia 10. 


 


 


-          No soy un niño, por que los niños no tienen a un idiota que este sobre ellos – hablo despectivo, tratando inútilmente de herir a aquel de apariencia de 17, que solo rio alegremente antes de separase un poco –


 


-          No deberías llamar así a tu hermano, lo harás sentir mal – la cara de irritación del menor se asentó aun mas, oh el ojinegro era tan fácil de hacer enojar –


 


-          Te odio – le miro intensamente,  esa sonrisa, esa maldita y estúpida sonrisa, le sacaba de quicio –


 


-          Men- ti – ro – so – dijo burlón, soplando su gélido aliento a sobre los labios pálidos que pasaron a ser lilas en unos cuantos segundos – si tan solo tuvieras 10 de nuevo, serias encantador –se lamento, fingiendo llorar por no poder recuperes el tiempo pasado –


 


-          - si tuviera 10 de nuevo, me aseguraría de jamás haberte conocido – se levanto de una, aprovechando el ligero shock que sus palabras causaron al mayor –


 


 


Los rojizos ojos lo vieron irse y los delicados oídos sufrir del sonoro portazo dado por Nemied.


Sus conversaciones simplemente terminaban mal últimamente, la razón, fácil. El podía saber muchas cosas que le afectaban al  azabache antes de que esta ocurrieran, eran pocas las veces que esto sucedía pero cuando pasaba…una de ellas fue la muerte de Cried, el mejor amigo de Nemied, quien pereciera ahogado al caer del puente que cruzaba para llegar a casa.


 


¿Cómo decírselo? ¿Cómo causarle dolor al pequeño niño que ese día había llegado riendo por que iría al cine con Cried por primera vez ese fin de semana? No, el no podía matar la ilusión. El quiera seguir viendo la sonrisa. El era egoísta. Y el desprecio del ojinegro lo merecía aun con sus pretensiones al actuar como si nada. Lo cual solo hacia enojar mas a al menor.


Suspiro, ir hacia a donde se había dirigido no era una buena opción , alzo su brazo frente a el, un tatuaje apareció brillando sobre su frente, las pupilas se dilataron en un rojo sangre, una pantalla holográfica apareció, giro el rostro hacia un lado, como si con eso convirtiera a la imagen en mas que en un mal fantasma.


 


 Nemied, sentado en el suelo abrazado de una vieja fotografía, llorando entre hipos y rotos sollozos, su carita se deshacía en muecas dolorosas. Nemied lo repetía una y otra vez, el nombre que alguna vez tuvo su amigo, cmo si fuera un rezo, una plegaria, un ruego, que amortiguara esa sensación asfixiante y matara esa ira, lo que fuera, solo para ya no sentir mas.


Bajo el brazo, la puerta del ático se abrió, los afilados ojos aguamarina le observaron, era Road, el hermano mayor del azabache y su amigo.


Camino con decisión hacia el, tomándolo del cuello de la larga chaqueta y cubrir el tatuaje aun visible con la palma de su mano, estaba caliente lo suficiente para molestar a su epidermis por el ardor.


 


-          Si sabe que lo espías te odiara de verdad – aparto su mano, observando el tatuaje oscuro que se iba –


 


Las pupilas rojas fueron gradualmente volviendo a su estado normal y torció la boca en un gesto de fastidio, odiar de verdad  ¡tonterías!  Nemied ya lo odiaba.


Se cuerpo cada vez mas frio se lo decía, sus ojos opacos lo gritaban y el dolor mal escondido lo aseguraba. El no se arrepentía ¿debería hacerlo?


 


El jalón a su brazo le puso a la defensiva, había sido demasiado brusco.


 


-          Conozco esa cara – le hablo tomándole del mentón- deja de pensar esas cosas, deja de estar percibiendo y de tener visiones. Deja ya todo aquello si después lo aventaras al vacio – amenazo al peliblanco que solo sonrió –


 


-          ¿crees que es tan fácil? – se safo dela garre, había dejado la mano rojiza pro el contacto de fría piel contra esta – si pudiera hacerlo pudiera irme como el tanto lo quiere  -


 


 


-          Es  mi hermano – susurro ¿entiendes que es eso? – y se dejo caer en el sillón que antes ocupara su hermano, con una cara de cansancio que le hizo verse mas viejo de lo que realmente era –


 


-          Es un lazo – fue la respuesta que obtuvo –pero igual que tu no soy Dios, no – se corrigió – ni siquiera el  podría haber evitado esa muerte-


 


 


Ambos sabían que era verdad, una rechazada por Nemied, que envenenad había estado perdiéndose en un espacio infinito, convirtiéndolo en su refugio y escudo, su inmadura mente se resistía a ser asediada por la realidad.


 


¿Era un momento de locura a caso?


 


Si, porque era la mejor opción que tenían para el explicar aquel cambio violento en la armoniosa paz del alma color blanco.


 


Que crueldad, corromperla, ensuciarla, mancharla. Que despiadado.


 


Permanecieron en un silencio indefinido, oyendo la nada, viendo la oscuridad, cubriendo sus oídos para acalla el llanto que  se lograba a colar y esperando algo que ninguno de los dos sabia.


Por que era la razón no dicha, el motivo significativo por el que, ese ser hecho carne y piel en forma humana hubiese aparecido de repente, para quienes eran sus sellos. A quienes tiene que proteger.


 


Y hoy todo empezaba a tomar sentido, la repentina muerte de Cried, su sensibilizada percepción en cuanto al azabache y su egoísmo.


 


Por que ese ere el detónate esperado por dos largos años, la verdadera amenaza pronto se presentaría y el, por primera vez tuvo el honor de conocer el miedo.


 


El miedo a perder algo importante.


 


 


 


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