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Anywhere [Milo/Camus] Songfic por Amy Malfoy

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Otro songfic, de mi adorada pareja nuevamente ^^

Espero les agrade ^^

Los personajes, así como la historia original, pertenecen a Masami Kuromada :P

Disfruten con la lectura! ^^

 

Anywhere

 

 

Los fuertes y claros rayos del sol comenzaron a dilucidar la recámara del guardián del octavo templo, causando que éste comenzara a despertar de un no tan agradable descanso. Sus pupilas se abrían lentamente dejando ver dos azules ojos normalmente bellos, pero que ahora se encontraban opacos y sin vida, y su mente divagaba, como todos los días, en aquellos recuerdos que le causaban tanto dolor, y que a su vez fragmentaban su corazón repleto de angustia. 

 

Y es que perder a su ser amado en la batalla de las doce casas, ocurrida hace más o menos una semana, en manos del pupilo de éste era algo que atormentaba al rubio día y noche, siéndole imposible conciliar el sueño y poder concentrarse en los deberes que debía cumplir. Además, se culpaba profundamente por la muerte del Señor de los Hielos, ya que tuvo a su merced al caballero del cisne, pero luego recordó lo que le dijo Camus la última vez que lo vio, y no acabó con su vida.

 

 

Dear my love, haven’t you wanted to be with me

Querido amor mío, ¿no has querido estar conmigo?
And dear my love, haven’t you longed to be free

Y querido amor mío, ¿no has anhelado ser libre?
I can’t keep pretending that I don’t even know you

No puedo seguir fingiendo que ni siquiera te conozco
And at sweet night, you are my own

Y esta dulce noche, tú serás mío
Take my hand

Toma mi mano

 

 

El rubio miró el reloj de su habitación, el cual señalaba a la aguja más larga en el número doce, y a la más pequeña en el seis – “Aún es temprano, pero igual me levantaré, ya que de todos modos no podré volver a dormir, por más que quiera” – pensó. Se puso de pié dejando ver unos músculos bien definidos en todo su cuerpo, producto de su entrenamiento y batallas. Su cabello ondulado caía graciosamente hasta un poco más abajo de su cintura, y una piel ni tan bronceada ni tan pálida le daba, junto con todo lo demás, un toque bastante sensual a su imagen.

 

Tomó su ropa de entrenamiento del armario, la dejó sobre su cama y se dirigió al baño absorto en sus pensamientos. Abrió la llave de agua fría y se introdujo en la ducha.

 

- “Si tan solo no te hubiera… hecho caso…” – murmuraba para sí, mientras el agua resbalaba por su cuerpo – “Si no hubiera dejado pasar a tu pupilo, si hubiera acabado con su vida… tu no… ¡¡Tu no estarías muerto!!” – gritó, dejando que las saladas y gruesas lágrimas recorrieran su rostro a placer.

 


We’re leaving here tonight

Nos vamos de aquí esta noche
There’s no need to tell anyone

No hay necesidad de decírselo a nadie
They´d only hold us down

Ellos sólo nos han atado aquí abajo
So by the mornings Light

Así que, a la luz de la mañana
We´ll be half way to anywhere

Nosotros estaremos en la mitad del camino hacia cualquier parte
Where love is more than just your name

Donde el amor es más que tu simple nombre

 

 

- “Esa promesa…esa maldita promesa que me obligue a mi mismo cumplir fue la que acabó con tu vida…”

 

 

*~ Flash Back ~*

- “Vaya, jamás pensé que esos traidores que se hacen llamar caballeros de bronce, vengan al Santuario a luchar por la supuesta reencarcanción de Atenea” – hablaba Milo – “No llegarán ni a la Casa de Tauro, de eso estoy seguro, ¿Verdad Camie?” – le dijo mirándole, pero éste ni se inmutó, solo siguió mirando a la nada, ensimismado en sus pensamientos.

 

Esa mañana, el patriarca había convocado a todos los santos dorados a una reunión de suma importancia, comunicándoles que esa joven que se hacía llamar a sí misma Atenea, llegaría el próximo día con los santos de bronce, por lo que ellos debían impedir a toda costa que aquellos caballeros lleguen al Templo del Patriarca, y cumplir con su deber de “fieles” santos dorados.

 

Al terminar la reunión, Milo se quedó en el onceavo templo junto a su amado pelirrojo, ya que había notado cierta tensión en éste desde la junta. Ahora conversaba con él, y, al parecer, Camus no le tomaba ni la más mínima atención

 

- “Camus de Acuario, ¿me estás escuchando?” – le cuestionó algo enfadado por la falta absoluta de atención que le prestaba el taheño – “¿Sabes? Parece que el paisaje que se ve desde aquí es mucho mas importante que yo, así que, creo que me voy” – y comenzó a caminar hacia la puerta, pero en ese momento Camus volvió en sí, se puso de pié y lo asió de una muñeca.

 

- “Espera Milo, yo… lo siento mucho, es que tengo otras cosas en la cabeza… estoy… preocupado por lo de la batalla con los caballeros de bronce” – explicó el galo ante la mirada de enfado que le dirigía su pareja, pero que luego se transformó en una mirada de infinita ternura. Tomó sus dos manos entre las suyas, y depositó un suave beso en ellas.

 

- “Ya lo sospechaba” – le dijo sentándose en el sofá que había en la habitación, siendo seguido por el pelirrojo que tomó asiento a su lado, un tanto sorprendido – “Saliste muy tenso de la reunión con el Patriarca, por eso me quedé contigo” – explicó el griego a la vez que tomaba el rostro de su amado en sus manos y lo obligaba a mirarle a los ojos – “Sabes que puedes confiar en mí amor, cuéntame lo que te sucede”

 

- “Milo yo…tu sabes que tuve que acabar con la vida de mi maestro para que pudiera alcanzar el  cero absoluto, o en otras palabras, el séptimo sentido” - explicó el galo

 

- “Si, lo sé, todos tuvimos que matar a nuestros maestros para alcanzar el séptimo sentido, para así poder convertirnos en caballeros dorados” – le dio la razón el rubio

 

- “Bueno, el asunto es que entre los bronceados está el Caballero del Cisne, mi discípulo, y yo…”

 

- “¡¡¡Espera un momento!!!” – interrumpió Milo poniéndose de pié – “Creo que comienzo a entender hasta donde quieres llegar, y déjame decirte algo, ¡NO TE LO VOY A PERMITIR!

 

- “Milo, tienes que entenderme, yo deseo que Hyoga alcance el mismo nivel que nosotros, los caballeros dorados, y para eso necesito sacrificarme” – trataba de hacer entender a su amado

 

 

- “¿Y tú pretendes que yo te deje hacer esa tontería? ¿Perderte así nada más?” – cuestionó algo enfadado por la absurda idea del taheño,  mientras se paseaba por toda la habitación – “No Camus, te amo demasiado como para dejar que te sacrifiques por un traidor, ¡¡y si es necesario voy a atarte en ésta misma  habitación con mil cadenas para que no cometas tal locura!!” –  espetó

 

- “Mira Milo, éste es un asunto entre mi discípulo y yo, y necesito tu palabra de que no interferirás” – le dijo el pelirrojo mirándolo seriamente

 

- “¿Qué? ¿Me estás pidiendo que firme tu sentencia de muerte? ¡Si ese tal Hyoga llega hasta mi templo, lo mato!” – se acercó hasta el galo, y lo tomó por los hombros – “Escucha, se que quieres lo mejor para tu discípulo, pero yo no estoy dispuesto a perder a la persona que más amo en esta vida. Compréndeme a mí también” – le pidió

 

- “Escucha. Detendré a Hyoga en el Templo de Libra, si es que llega hasta ahí, y lo encerraré en mi ataúd de hielo” – dijo – “Si ha de morir, será en mis manos” – una sonrisa se formó en los labios de Milo al escuchar esto

 

- “Entonces no habrá de que preocuparse amor, nadie puede romper tu ataúd de hielo, es imposible hacerlo”

 

- “No es imposible. Se puede romper con las armas de la Armadura de Libra. Por eso…” – tomó sus manos – “…necesito tu palabra Milo. Si Hyoga llega hasta tu templo, no lo mates…”

 

- “Pero Cam…” – fue interrumpido por un beso de su amante, el cual correspondió con todo el amor que podía profesarle a través de ese acto.

 

- “Por favor…haz lo que te pido…” – le susurró en su oído, luego de romper el contacto con los labios – “Te amo, siempre lo haré, nunca lo olvides” – y salió corriendo de su habitación con un rumbo desconocido para Milo. Este rozó sus labios con las yemas de sus dedos cuando vio a Camus abandonar la recámara, y no pudo evitar pensar que ese beso, junto con las palabras dichas por el galo antes de irse, habían sonado como una… despedida… y no sabía porque, pero su conciencia le decía que esa iba a ser la última vez que vería a Acuario, y no estaba equivocado…

 

*~ Fin Flash Back ~*

 

 

Salió de la ducha con una toalla atada a la cintura aún con algunas lágrimas recorriendo su cansado rostro. Se vistió con su ropa de entrenamiento y salió de su Templo, sin un lugar fijo a donde ir. Pasó por todos los Templos, pero no encontró a nadie. Todos aún dormían ya que la hora de levantarse era a las 7:00 a.m., pero al llegar a Aries se topó con su pelilila amigo

 

- “¡Muy buenos días Milo!” – saludó el carnero con una gran sonrisa, tratando de levantarle el ánimo a su amigo.

 

- “Para mí no son nada de buenos Mu” – contestó dando un suspiro. El lemuriano, que sabía su amigo no estaba en las mejores condiciones emocionales, cambió su rostro por un gesto de tristeza y posó una de sus blancas manos en el hombro del griego

 

- “Milo, a Camus no le hubiera gustado verte en éste estado” – pero al ver que el rostro de su amigo se tornaba más triste aún, cambió de tema – “Mira, acompáñame a tomar desayuno, ya que supongo no habrás tomado en tu Templo, ¿O me equivoco?” – una sonrisa tímida por parte de Milo hizo entender al pelilila que no se equivocaba, así que lo guió hasta la cocina de sus aposentos privados – “Toma asiento” – le indicó la pequeña mesa que se encontraba en el centro de la reducida cocina – “¿Té, café o leche?”

 

- “Café, gracias, pero no te molestes, me sirvo yo” – un silencio se apoderó de la situación mientras comían, hasta que Mu decidió romperlo

 

- “Milo, ¿Hasta cuándo piensas seguir así?” -  el aludido se sorprendió un poco por la pregunta, por lo que no respondió.

 

- “Creo que ya he abusado mucho de tu hospitalidad amigo” – le dijo al pelilila – “Nos veremos más tarde. Adiós y gracias” – concluyó mientras comenzaba a caminar algo apresurado para salir del primer templo, siendo seguido por su guardián hasta la salida.

 

- “Tendrás que superarlo algún día amigo mío, no puedes estar así para toda la vida” – se dijo para sí mismo, mientras veía alejarse a Escorpio.

 

 

I have dreamt of a place for you and I

He soñado con un lugar para ti y para mí
No one knows who we are there

Nadie sabe quienes somos allí
All I want is to give my life only to you
Todo lo que quiero es darte mi vida solo a ti
I´ve dreamt so long I cannot dream anymore

He soñado durante tanto tiempo… que no puedo soñar más
Let´s run away, I´ll take you there

Vamos a irnos, ¡te llevaré ahí!

 

 

Milo comenzó a caminar en dirección al bosque, que se encontraba un poco alejado de las doce casas, con la intención de permanecer ahí hasta el anochecer. No deseaba comer, ni estar acompañado. Solo quería estar solo en ese bosque que le traía tantos recuerdos. Al llegar, se dirigió hasta el río y se recostó con la espalda apoyada en un tronco. No supo cómo, ni cuándo, pero de repente lo invadió tal cansancio que provocó cediera a Morfeo.

 

Se despertó algo sorprendido por haberse quedado dormido, y más en ese lugar. Miró su reloj, ¡faltaban pocos minutos para las 19:00 p.m.! Vaya que estaba cansado para dormir tanto – “Pero no me sorprende, si no he pegado un ojo en toda la semana” – pensó.

 

Se puso en cuclillas a la orilla del río, y refrescó su cara con aquella agua fresca e inmaculada. Su rostro distorsionado por la corriente comenzó a verse en las aguas, provocando que el rubio comenzara a pensar en ciertos hechos que habían ocurrido en ese lugar, y que le habían sido imposibles de olvidar. Todos igual de importantes.  

 

La primera era sin duda la vez en que conoció a Camus, fue en ese lugar, en esa misma posición en que se encontraba ahora.

 

- “Esa tarde yo estaba llorando” – habló para sí mientras se sentaba en el costado del río – “Vi tu reflejo en el agua… tú… tú me ofreciste un pañuelo para que secara mis lágrimas, el cual aún guardo conmigo como mi más preciado tesoro. Ese fue el comienzo de nuestra amistad…” – una sonrisa melancólica se formó en su rostro al recordar ese hecho, aquel día en que conoció a la persona más maravillosa del mundo.

 

 

We’re leaving here tonight

Nos vamos de aquí esta noche
There’s no need to tell anyone

No hay necesidad de decírselo a nadie
They´d only hold us down

Ellos sólo nos han atado aquí abajo
So by the mornings Light

Así que, a la luz de la mañana
We´ll be half way to anywhere

Nosotros estaremos en la mitad del camino hacia cualquier parte
Where no one needs a reason

Donde nadie necesita una razón

 

La segunda…el momento más bello de su vida. En ese lugar le había hecho el amor a Camus por primera vez.

 

- “Esa noche me entregaste todo de ti, aquí, en éste lugar…” – dijo mientras seguía mirando su reflejo en el agua – “Lo recuerdo como si fuera ayer, ¿Cómo olvidar que te tuve entre mis brazos, amándote y haciéndote gemir de placer?”

 

 

*~ Flash Back ~*

 

Se encontraban recostados en la manta que llevaron sobre la tibia hierba del bosque, descansando sus espaldas en almohadones, los cuales estaban apoyados en un tronco, con la luna llena y las estrellas iluminándolos desde el cielo sin nube alguna. Ese día, en la tarde, habían salido a pasear al bosque con la intención de pasar el resto del día en ese lugar. Ahora compartían pequeños besos y caricias, que poco a poco se fueron haciendo más y más apasionados. Milo se separó de los labios de ese ser que tanto amaba, para reflexionar un poco la situación. Si seguía así, no podría parar, y él no quería lastimar a Camus.

 

- “Cam, amor, ¿estás seguro de esto?” – le cuestionó mirándole a los ojos – “Sabes perfectamente que si continuamos, no habrá pié atrás, y no quiero lastimarte ni obligarte a nada que no desees hacer”

 

- “Quiero ser completamente tuyo, amor” – contestó, posando una de sus manos en la mejilla de éste, para comenzar a acariciarlo – “Te amo, te necesito…no me obligas a nada, yo quiero entregarme a ti por voluntad propia, saber que se siente hacer el amor con la persona digna de ese sentimiento, ser uno solo contigo esta noche” – y comenzó a besar esos carnosos labios que adoraba, beso al cual correspondió Milo con ternura y amor infinitos.

 

Al separarse por la falta de oxígeno, Camus empezó a dejar pequeños y tímidos besos en el cuello del rubio, y a la vez sus galas manos comenzaban a introducirse por debajo de la camisa que llevaba puesta el griego. Este sonrió para sí por el atrevimiento del pelirrojo, pero decidió dejar que él llevara el control por unos momentos. El taheño acariciaba sensualmente la piel color canela de Milo, y siendo la camisa ya un estorbo, comenzó a desabrocharla dejando al descubierto unos pectorales bien formados que deseaban ser probados. Al sacar la camisa, dirigió su boca hasta los pezones y los comenzó a mosdisquear y a succionar, provocando que el rubio dejara escapar gemidos de placer ante las atenciones que su novio le brindaba.

 

Siéndole imposible ya contenerse, Milo, en un rápido movimiento, quedó sobre el galo con cuidado para no recargar todo su peso en él, tomando el control de la situación. Comenzó a devorar con hambre esa boca que lo volvía loco, explorando cada rincón de esa cavidad con su lengua, reclamando ese sitio como suyo. Bajó hasta el albo cuello y comenzó a mordisquearlo suavemente, logrando que se escapara de la boca del pelirrojo un gemido de placer, comprobando que estaba disfrutando de aquello.

El griego comenzó a desvestirlo lentamente, besando cada parte del cuerpo que quedaba al descubierto, deleitándose con el delicioso sabor de esa blanca piel, besando aquellos rosados pezones que se encontraban completamente duros, pasando su lengua y mordiendo el plano abdomen, logrando que Camus se excitara más y más con cada atención que le era prestada. Milo comenzó a desabrocharle el pantalón que ya era un estorbo, y se lo fue sacando paulatinamente junto con los bóxers, para luego dejarlos a un lado, dejando al descubierto su miembro ya erguido que pedía atención.

 

Se irguió observando maravillado a la figura que tenía bajo sí. Esas bellas orbes cerradas, unas mejillas completamente sonrojadas, aquellos labios entreabiertos y rojos producto de su respiración entrecortada, ese cuerpo completamente perfecto…que iba a ser solo suyo…

 

Se sacó la ropa que aún tenía puesta, quedando en las mismas condiciones que el galo. Comenzó a acariciarlo suavemente en la mejilla, haciendo que sus ojos se entreabrieran.

 

- “Camie, mírame” – pidió el rubio, y el taheño abrió completamente sus orbes y dirigió su mirada hacia las turquesas del griego – “Sé que esto dolerá un poco, solo tienes que relajarte, ¿sí?” – recibiendo un asentimiento por parte del pelirrojo, se dirigió a esa boca que le fascinaba y lo comenzó a besar con ternura, a la vez que introducía primero uno y luego dos dedos más en su pequeña entrada para prepararlo. El malestar que sentía se hizo presente en el rostro del galo, algo que Milo notó, por lo que le susurró a su oído palabras llenas de amor para que se relajara.

 

Se enderezó nuevamente y tomó las piernas de Camus hasta la altura de sus hombros, para acomodarse entre ellas. Aferrándose a sus caderas y mirándole a los ojos, comenzó a penetrarlo lentamente, con el mayor cuidado posible para no lastimarlo, ya que sabía que su amante era virgen, y que el iba a ser el primero en entrar a aquel cuerpo. Y lo comprobó con aquella exquisita estrechez que lo volvía loco y que le hacía perder la poca cordura que le quedaba para no lastimar al galo.

 

Camus podía sentir como era penetrado, y comenzó a envolverlo un dolor mezclado con un placer incontrolable. Las lágrimas pugnaban por salir de sus ojos, pero no las dejaría…esa noche iba a ser uno solo con Milo, y eso nada ni nadie lo cambiaría.

 

Al estar completamente dentro, el griego se quedó quieto para esperar a que Camus se acostumbrara a esa sensación. Una mirada suplicante por parte del galo bastó para que Milo comenzara a entrar y salir del pelirrojo, comenzando así una exquisita danza entre dos cuerpos y almas entregados mutuamente al placer y al amor que los unía, logrando así el tan anhelado sentimiento de pertenencia, saber que tenían a un hombre en quien apoyarse en los momentos oscuros y difíciles, alguien para compartir las felicidades y tristezas. Saber que ya no estaban solos…que se tenían el uno al otro.

 

Milo aumentó el ritmo de las embestidas y tomó el miembro de Camus en su mano para moverlo al compás que sus cuerpos llevaban. Ambos jadeaban por el placer que aquella unión íntima les provocaba. Camus, sintiendo que pronto culminaría, enterró sus uñas en la espalda del rubio, y se aferro a él como si fuera su única tabla de salvación, vaciándose en la mano de su amante. Al poco rato, Milo también llegó al clímax y dejó su esencia dentro del cuerpo de Camus gritando su nombre. El griego se dispuso a salir del interior del galo, pero éste no se lo permitió

 

- “Espera…quiero sentirte un momento más…dentro de mí” – susurró, a lo que Milo solo asintió quedando abrazado a Camus por unos minutos más.

 

Al separarse, ambos se recostaron en la hierba y se apoyaron en los almohadones. Camus se acomodó debajo de la barbilla del rubio mientras éste pasaba la manta sobre ellos.

 

- “Milo…” – susurró el galo en su oído, mientras éste acariciaba su espalda desnuda

“¿Qué sucede mi amor?” – cuestionó el rubio tiernamente

 

- “Es que…tengo miedo…” – le dijo a la vez que se aferraba mas fuerte al griego temblando brevemente, como si temiera que se desvaneciera.

 

- “¿Miedo? ¿De que?” – preguntó Milo bastante asombrado

 

- “De que esto sea solo un sueño, de que te vayas de mi lado y me dejes…” – contestó Camus – “Promete que no te irás, que siempre estarás a mi lado, pase lo que pase…” – le dijo mirando directo a las turquesas de Milo. Este solo sonrió

 

- “Camie, yo te amo, jamás te dejaré solo, siempre estaré ahí para ti, como tú lo estarás para mí” – y lo besó, demostrándole que lo que le dijo era verdad. Al separarse por la falta de aire, Camus le sonrió dulcemente, gesto que el griego correspondió

 

“Yo también te amo Milo” – le dijo mientras se acurrucaba sobre él y se quedaba dormido. El rubio lo observó por unos instantes, lo besó en la frente y lo atrajo más a él, prometiéndose a sí mismo que siempre estaría al lado de ese hombre, pasara lo que pasara…

 

*~ Fin Flash Back ~*

 

 

Gruesas lágrimas amargas recorrían el rostro de Milo, cayendo en aquella agua helada que llevaba el río. Nuevamente vio su reflejo en él, pero ésta vez había algo diferente. Al lado del suyo estaba el reflejo de alguien, y ese alguien era…

 

- “Imposible…” – susurró volteándose lentamente, y se dio cuenta de que sus sospechas eran ciertas. Ahí estaba, tan bello como lo recordaba – “Ca…Camus” – dijo mientras se ponía de pié y se acercaba hacia donde estaba él. Aún con lágrimas en los ojos, estiró su mano para acariciarle la mejilla, pero ésta atravesó el rostro de su amado, no lo sentía. Una sonrisa melancólica se formó en el galo, a la vez que posaba una de sus manos sobre la de Milo. El sí podía sentir la suya, podía sentir esa frágil mano que tantas veces besó y tocó. Pero estaba fría, sin vida…

 

 

Forget this life

Olvida esta vida
Come with me

Ven conmigo
Don’t look back you’re safe now

No mires atrás, ahora estás a salvo
Unlock your Heart

Abre tu corazón
Drop your guard

Baja tu guardia
No one´s left to stop you
No dejes que nadie te pare

 

 

- “Perdóname Milo” – hablaba Camus con mucho dolor – “Siento mucho el haberte dejado solo. Sé que haz sufrido por mí, y eso me parte el alma”

 

- “Camus… ¿De verdad… eres tú?” – Le cuestionó el griego, apartando su mano de la del galo – “Seguramente mi mente me está jugando una mala pasada” – Camus sonrió ante este comentario.

 

- “Sí amor, soy yo… o lo que queda de mí” – sonrió melancólicamente – “Deseaba saber como estabas, ver si podías ser feliz sin mí… eso es todo” – Milo abrió los ojos como platos al escuchar esto

 

- “¿Cómo pretendes que viva sin ti? ¿Cómo crees que podría olvidar al único amor de mi vida?” – preguntó – “Yo te amo Camus, te amo y te amaré hasta el fin de mis días. Esta semana ha sido un infierno para mí. No puedo vivir sin ti…” – le dijo mientras caía rendido a sus pies, arrodillado, y comenzaba a llorar. Camus solo lo miró.

 

“De eso ya me di cuenta. Te he estado observando, y creo que si sigues así terminarás por acabar con tu vida” – explicó – “Es por eso que vine a preguntarte algo, y no tengo mucho tiempo”

 

Se arrodilló frente al griego tomando sus manos entre las suyas. Ahora no solo brotaban lágrimas del rostro de Milo, sino también en ese rostro casi transparente resbalaban unas lágrimas brillantes y de color perla, que al caer sobre las manos del rubio daba una sensación cálida y algo fría a la vez.

 

El rostro del galo se fue acercando a Milo, hasta posar sus labios en los de éste. Ahora sí lo podía sentir, esa boca que no había tocado con sus labios desde lo que a él le parecía una eternidad. Se separaron ambos con una pequeña sonrisa en los labios, demostrando esas sensaciones que no habían sentido desde hace un tiempo.

 

- “Milo, ven conmigo…” – pidió – “Acompáñame, por favor…”

 

- “¿A dónde?” – cuestionó algo sorprendido por la petición

 

- “Solo ten plena confianza en mí amor” – sonrió – “Sabes que yo jamás querría dañarte…”

 

- “Pero… ¿Tu vendrías conmigo verdad?” – inquirió con algo de miedo. No deseaba  separarse de su amor nuevamente, quería tenerlo para siempre

 

 

Forget this life

Olvida esta vida
Come with me

Ven conmigo
Don’t look back you’re safe now

No mires atrás, ahora estás a salvo
Unlock your Heart

Abre tu corazón

Drop your guard

Baja tu guardia
No one’s left to stop you now

No dejes que nadie te pare ahora.

- “Por supuesto que sí… hasta el fin del mundo si es necesario…” – afirmó con una sonrisa

 

- “Está bien, iré contigo hasta el fin del mundo… nos iremos juntos…”  - y le sonrió a su amado. En el rostro de Camus se reflejaba la felicidad, pero fue reemplazada por un gesto de sorpresa y a la vez miedo

 

- “Ya me queda poco tiempo” – le dijo al otro hombre – “Vamos, debes recostarte” – indicó, orden que Milo obedeció enseguida. Camus se recostó a su lado, y siguió hablando – “Ahora, abre tu corazón y baja todas tus defensas, olvida toda esta vida, y piensa que siempre estaremos juntos” – le indicó, juntando su mano con la de él. Milo al sentirla, no dudó un solo instante.

 

- “Siempre juntos” – fue lo último que dijo antes de que una fuerte pero cálida luz los acogiera a ambos, inundando todo alrededor. Al disiparse la luz, solo quedó el cuerpo de Milo tendido en la hierba. Sus largos y ondulados cabellos rubios esparcidos por el césped, y su rostro… por primera vez desde que había perdido a Camus, reflejaba una felicidad absoluta.

 

 

We’re leaving here tonight

Nos vamos de aquí esta noche
There’s no need to tell anyone

No hay necesidad de decírselo a nadie
They´d only hold us down

Ellos sólo nos han atado aquí abajo
So by the mornings Light

Así que, a la luz de la mañana
We´ll be half way to anywhere

Nosotros estaremos en la mitad del camino hacia cualquier parte
Where love is more than just your name

Donde el amor es más que tu simple nombre

 

 

~~ Fin ~~

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por la lectura ^^

Reviews son bien recibidos, siempre y cuando no sean ofensivos ^^

Saludos!!

 

Amy Malfoy


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