Entre la oscuridad de la noche lo único que podía distinguir era la fogata a varios metros por lo que en ese preciso momento no podía distinguir quién era la persona que me abrazaba por los hombros lo que sí veía por la cercanía eran unos ojos verde claro derramando lagrimas…
Me obligaron a ir a tal dichoso campamento, era ya el penúltimo día en que me encontraría en este odioso lugar. Soy Mihahel aunque prefiero que me digan Mello pronto cumpliré los 16 años y si son tan curiosos, no nunca he tenido una relación amorosa con nadie.
Todos sentados alrededor del fuego confraternizando, cosa imposible para mi, puesto que tenía una “extensa” (nótese el sarcasmo) lista de amigos.
¿Y por qué? Fácil.
No soy sociable.
Estábamos sobre un pequeño monte, claro que los cuartos estaban bajándolo, rogaba que pronto acabaran las 3 horas que se suponía estaríamos aquí y así poder ir a dormir.
La temperatura descendía y el aburrimiento aumentaba, para agregar a mi sufrir no tenía chocolates seguramente pronto me desmayaría de abstinencia ya que llegué sin dinero por lo apresurado de la decisión de ir a un campamento de 4 días.
Volviendo al asunto…
¿Por qué dejaba que este chico me toque? Aunque él sea más grande debería haberlo empujado ya hace mucho… Quizás me dio pena el verlo llorar de pronto
Quizás…
Estábamos lejos de todos así que nadie se dio cuenta de lo extraño que ocurría, los minutos pasaban volando y me entretuve observándolo desde abajo, al menos encontré que hacer para no aburrirme
Cuando llegó a calmarse se limpió con las mangas de un brazo y observó al suelo en dirección mía, como si no supiera en donde estaba yo parado –Lo siento- habló a la nada
-Estoy más a la derecha…- le susurré algo enfadado, entreabrió un poco la boca pensativo volteando lentamente pero ahora mirando atrás –Aquí estúpido- le tomé del mentón para que me miraba bien
-Lo siento…- dijo de nuevo –Usualmente uso lentes- sonrió avergonzado
-Que importa, ahora me contarás el porqué llorabas después de terminar mojado por tus lagrimas ¿cierto?- recién sentí mis hombros húmedos
-Lo siento…- volvió a decir
- ¡DEJA DE DISCULPARTE! ¿Acaso eres retrasado mental o algo?- le grité ahora totalmente molesto
-Es solo que…- sus ojos ahora se pusieron nostálgicos –Hoy se cumplen 5 años desde que perdí a mis padres en un accidente- agachó la cabeza dolorosamente haciéndome partir el corazón por un instante
Se sentía culpable…
-Idiota… si sigues así en vano será que tus padres te hayan tenido ¡das pena!- volteó al instante a verme estaba perplejo y otra vez… se equivocó de ángulo –QUE ES A LA DERECHA IMBECIL- la agarré de los cachetes teniendo nuestros rostros muy cerca mientras el ponía una sincera sonrisa, tomó mis muñecas impidiendo que me alejara de su cara
-Gracias- dicho eso me dejó libre y volvió a sentarse como antes mirando a la fogata que era tan brillante como para que él no pudiera distinguirlo.
Al sentir la lejanía un viento me atacó por la espalda dándome escalofríos molestos y discretamente me fui acercando a su cuerpo para obtener el tan preciado calor que necesitaba en ese instante -¿Tienes chocolates?...- le susurré para romper el hielo
-Por escucharme- con su diestra sacó del bolsillo de su chamarra una barra mediana y me la extendió sin voltear a verme, lo tomé con desgano, sentí como si me estuviera comprando o algo así.
-Tonto… lo anterior era gratis- metí el chocolate en el bolsillo trasero de mi pantalón y me estiré un poco para llegar a su altura, de un rápido movimiento uní nuestros labios por varios segundos solo apenas rozando –Esto es por el chocolate- por primera vez en toda la hora pudo acertar en qué lugar me encontraba con los labios en la misma posición me observaba sorprendido, reí por la facción de su cara –Mira todos se están yendo- me levanté contento de al fin poder ir a dormir y caminé apresuradamente para alcanzar al grupo cuando volteé él aun seguía sentado y ahora tocándose los labios con sus dedos
Me pregunto porque hice eso… ¡¿Acabo de besarlo?!
Llegué a mi cuarto y agradecí que mis compañeros con quienes lo compartía no hayan llegado así podría cambiarme en paz, justo cuando ya me disponía a subir a la segunda cama la puerta se abrió y entró un pelirrojo, seguramente también dormía aquí pero no me interesa, lo raro es que tenía los ojos cerrados y caminó calmado como si ya conociera todo de memoria se agachó y debajo de la cama sacó su maleta al abrirla se puso unos googles y tal como estaba se echó en su cama
¿Será ciego?
Las luces se apagaron solas ya que a las 12:20 de la noche todo en el campamento se apagaba y agradecía no estar a medio camino como seguramente estarían los demás qua aun no habían llegado, minutos después entraron dos más que tampoco tomé interés y decidí dormir
Inconscientemente tocándome los labios y extrañamente tranquilo… o mejor dicho feliz