Aquel día llovía como hoy y no sé por qué no podía parar de llorar, el corazón me dolía tanto que sentía que explotaría en cualquier momento, quizás fuese por que sería la última vez que te vería hasta mucho después, no lo sé, pero jamás lloré tanto. Recuerdo que Matt entró en mi cuarto, acostándose a mi lado, abrazándome y protegiendo mi rostro de la luz de la bombilla, susurrando palabras que ni recuerdo, acariciando mi cabello e intentando animarme.
Me dormí escondiendo mi cabeza en tu pecho, estabas abrazado a mí, eras sobreprotector, muy tranquilo, amable, simpático, eras mi compañero de fatigas, diversiones y de todos los momentos del día, nadie me ayudaba como tú y sentía estar mejor contigo que con nadie, compartíamos todos los secretos. Pero aquella noche fue distinta, no dije nada, no quise hablarte y ahora me arrepiento tanto… Me dolía tener que decirte adiós y pensar que, con suerte, alguna vez te volvería a ver.
Pero la mala suerte me acompaña, te volví a ver, pero no te hizo bien alguno, entraste conmigo en la mafia, moriste por mis estúpidos planes y aquí estoy yo, apunto de morir por este mismo plan, lo siento, Matt, tú quien hiciste tanto por mí y yo no pude hacer nada. Recuerdo que aquella noche lloraste también, aun que fue en silencio, lo hiciste por que no podías soportarlo más, seguro que te dolía tanto como a mí.
Aquellos latidos eran tristes, apagados, como los míos, pero me relajaban por que estabas a mi lado, por que sabía que no te marcharías, que te aferrarías a mi camiseta aun que te costase la vida, por que lloré tanto cuando tuve que despedirme que todavía veo como te desmayaste y no pude hacer nada, yo ya estaba fuera, tú gritabas mi nombre, yo me fui sin mirar atrás, siento no haberte ayudado entonces.
Fue el día anterior que hice las maletas, ni te vi ese día, ni bajé a cenar, durante casi toda la tarde estuve en el baño sacando el desayuno, me encontraba realmente mal y cada vez que pienso en ello vuelven las nauseas que sentí en ese momento y mi cuerpo se estremece al recordar como me dolía el estomago y el corazón. Tendría que marchar de aquel lugar, tendría que despedirme sin hacerlo de todos y por ganar a Near, cosa que no he cumplido… Mi oportunidad se la cedo a él, yo no puedo hacer nada ya.
Mientras piso el acelerador a la mente me viene cuantas veces cantábamos a pleno pulmón mientras bajábamos la gran rampa de la ciudad con las bicicletas, no teníamos freno, éramos todo un peligro para los coches, siempre tenía que ir yo delante, tú me seguías como un bonito perro faldero, siempre con tus gafas, tus videojuegos, añoro tanto esas estúpidas cosas. ¡Joder! No puedo pensar en nada, solo te recuerdo a ti. Lo siento, tuviste que morir por mi egoísmo, lo siento, lo siento, lo siento…
A mi lado no hay nadie, pero sé que estás tú, tu alma, pidiendo que no muera, que siga aquí, en la tierra, pero ya no hace falta, no pienso hacerlo, iré contigo, aun que tú estarás en el cielo y yo en el infierno, arderé para toda la eternidad. Yo te hice esto, tú no tienes la culpa. Hay algo peor que ver tu muerte y es el saber que es mi culpa, es como si te hubiese asesinado con mis propias manos y tú sonríes, no sabes cuanto me duele.
Asesinar a alguien a quien amas duele, pero duele más si te sonríe mientras lo haces… Eso es como yo me siento, te asesiné por que te envié a una muerte segura, aceptaste, solo por que yo te lo ordené aceptaste como si de ir a comprar se tratase. Cuanto habría deseado ser yo ese, cuanto habría deseado que otro condujese este camión y tú seguirías vivo, llorando, pero vivo. Más muerto en vida estoy yo ahora.
Y recuerdo la noche en que nos escapamos al pueblo sin decir nada, las estrellas casi no se veían por que había demasiada luz, pero tú me dijiste.
-Las estrellas fugaces son las almas de la gente que muere, por eso caen.
-No seas bobo, son fenómenos naturales.- Te respondí despiadado.
Pero no hiciste más que sonreírme, siempre lo hacías por mal que yo me portase contigo, por crueles palabras que pudiese decirte, eras un ángel disfrazado de niño, eras mi ángel salvador.
Oh, pero ya no estás aun que no tardaré en verte, veré al fin tus alas, tú verás mis cuernos, seré el diablo que ya nadie quiere, arderé junto a los más grandes pecadores y no podré volver a renacer a tu lado, quiero reír contigo por última vez, Matt. Por que ahora tu recuerdo es lo único que tengo y lo que me salva de no caer en la locura. La luz que te protege me ciega y no me deja verte, pero sé que estás ahí, animándome en contra de las órdenes del dios en el que ya nadie cree. Oh, Matt, por favor…
Gracias a ti la policía no me persigue, paso desapercibido, soy simplemente un conductor de camiones a los ojos de todos, un tanto extraño, pero un conductor de camiones al fin y al cabo. Siempre, siempre hiciste todo lo que estaba en tu mano para ayudarme, para agradarme y yo jamás supe verlo, quizás ni intenté hacerlo… Pero… ¿Sabes? Hay gente que dice que más vale tarde que nunca, supongo que te alegrará saberlo, saber que me he dado cuenta de todo, aunque no podré volver a verte.
Mi sangre corre más deprisa de lo normal, mi corazón quiere estallar, mi cerebro dice que me suicide, mi cuerpo le obedece, me siento tan estúpido aquí sentado, acelerando lentamente para llegar a mi destino, nadie ha intentado nunca detenerme, pero tú sí, una vez, la vez que te conté esto. Pediste que me detuviese, que no siguiese por este camino, pero no te hice caso y ahora mírame, supongo que te estarás riendo de mí en tu interior.
Ni a la misma soledad le doy lástima, es como ser un pájaro encerrado en una jaula, una jaula de recuerdos dolorosos que oprimen mi ser, unos barrotes que me asfixian sin llegar a matarme, un bebedero y un comedero de agua y comida podrida que a pura mierda saben. Pronto moriré, estaré allí, desde el infierno observándote, pues los demonios también tienen derecho a amar, aunque sea a un ángel.
¿Sabes? Dicen que hay unos pájaros que tienen que estar en pareja para no morir de pena, pero que cuando su pareja muere estos entran en depresión y mueren igual. Al principio me parecía estúpido morir por otro, pero ahora entiendo a estos animales y creo que somos iguales. Nos parecemos a ellos, tú moriste por mí y yo moriré por ti.
Pero a cuanto más me acerco al lugar de destino más pienso que debería estarlo, no, mejor dicho, más pienso que tú no deberías haber ido tan lejos y que esto lo tendría que haber hecho yo solo, pero por idiota, por cabezota, por intentar ganar un niñato, un huevo blanco, eso es lo que es, he perdido todo, TODO lo que amo, amaba y amaré.
Seguro que la tia esta que llevo no es más que otra idiota engañada por ese asesino que dice ser un buen chico, el típico niñito de papá que ve la justicia como los niños pequeños e intenta hacer un mundo ideal, el cual no existe y menos de este modo. Matt, sé que tú jamás caerías en algo tan estúpido sin darte cuenta, sé que hiciste esto plenamente consciente de que sucedería si conducías el coche. Por eso quiero pedirte perdón, quiero que sepas que solo yo merecía morir. Soy un desgraciado.
Roger… que diría Roger si supiese que estoy haciendo, dime Matt… Tú seguro que sabes la respuesta, pues siempre fuiste alguien muy observador, aunque no lo pareciese, por que estabas enganchado a la consola… Te añoro tantísimo… Solo son unas horas sin ti, sin que estés a mi lado, y ya me siento como si no lo hubieses estado en años. ¿Crees que en Wammy’s House se acordarán de que estuvimos allí?
¿Recuerdas las veces que nos escapábamos del cuarto por la noche? Íbamos a la cocina, buscando algo para comer, algo dulce, por que siempre me apetecía buscar chocolate, nunca querían darnos por si se nos picaban los dientes, pero tenían… Era como hacerlo a propósito para que te arrastrase y pillarnos. Cuantas veces nos hicieron copiar. Cuantas veces lanzaba el bolígrafo negándome, poniéndome ellos más copias y acababas persuadiéndome para que lo hiciera… Lo bueno es que lo conseguías.
¿Sabes? Sé que ya son muchas preguntas y muchos recuerdos, pero no puedo evitar pensar en el momento que te dije que un día me iría… Me respondiste con gran firmeza que me encontrarías y, por tanto, te quedarías conmigo. Jamás pensé que eso pudiese pasar de verdad, solo te lo dije como un juego, para que me dejases tranquilo un rato, pero tanto tus palabras como las mías se hicieron realidad… Y me alegro, pude tenerte un tiempo a mi lado, pero me entristece, pues eso te ha matado.
Espérame, espérame solo un poco más, que ya casi he llegado. El muro de la iglesia, enorme y aterradora como es ella, que siempre creí poder encontrar a Dios, ahora va a encontrar otra cosa. ¿Me creerías si te digo que creo en este tipo de cosas? Aunque no lo parezca, sé que no lo parece, yo tengo mi punto religioso.
Matt, una cosa más antes de despedirme. Gracias por todo, te amo.