Abrázame por katzel

En un cuaderno coleccionaba los dibujos a carbón de todos los recuerdos vividos al lado de mi primer novio, Riju.

Era mi forma de mantener su memoria intacta, la memoria de los siete días que pasamos juntos. Quizás sólo yo le amé, pero eso me bastaba.

Él debía haberme olvidado y ser feliz. Partió a las montañas para estar junto a Konoha, el espíritu de quien se había enamorado desde hacía mucho tiempo.

Yo me quedé en el pueblo, asistiendo al instituto y llevando el ritmo tranquilo de la adolescencia con todos sus altibajos. El único testigo de mi soledad era Yosuke-senpai. Ambos habíamos visto la desaparición de Riju y nos acompañábamos, peregrinando al templo para encender inciensos y rogar por él.

Pasaba las temporadas observando el bosque de la montaña.

Después de las clases, Yosuke me llevaba a casa. Nuestra convivencia era mustia pero cálida y me sentía bien de tenerle conmigo.

Lo que me incomodaba sin que se lo pudiese confesar, era su proximidad a graduarse. Iba a ser difícil sobrellevar el siguiente grado sin su presencia. Ya no tendría excusas para evadirme del mundo. De alguna forma, Yosuke había encontrado la forma de mantenerme alejado del resto, como ayudante del consejo estudiantil. Así, formó la ilusión de que seguía siendo el mismo. Sin él apoyándome, sería expuesto en la dimensión entera de mi desgracia.

Amé a Riju y él decidió desaparecer porque amaba a alguien más.

Y mi vida se detenía allí.

Sentado, con el cuaderno de dibujo abierto, embebido en cierta imagen triste de Riju, escuché los gritos de Yosuke.

- ¡Morihisa-kun! ¡Morihisa-kun!, lamento llegar tarde.

Agitaba sus cabellos mechones rojos sobre el rostro. Siempre que me veía esbozaba una sonrisa, nunca había dejado de tenerla.

- No importa - le dije tristemente - ... vayamos a casa.

No quiso preguntar en qué estaba pensando. Lo sabía de sobra y no quería interrumpir.

- Te prepararé algo caliente, la temporada está empezando a enfriar...

Su tono de voz me alertó, estaba preocupado, llevando un sobre en las manos.

- ¿Ha sucedido algo?

Bajó la cabeza y ya no pude ver su expresión. Se esforzaba en parecer natural.

- Hum, nada especial. Han aceptado mi solicitud en la universidad regional. Mis notas son excelentes y quieren que empiece un ciclo especial de preparación. Seguramente mi familia lo tomará muy bien... pero... eso significa que deberé viajar y vivir en las instalaciones. Debo... alistar... mis cosas...

¿Tan rápido? ¿Yosuke iba a irse tan de repente? ¿qué significaba eso?

Por primera vez me atreví a verle a mi lado.

Sus cabellos rojos quedaban enredados bajo su bufanda. Sus manos estaban heladas y estaba agobiado por las ocupaciones y sin embargo, se daba el trabajo de no dejarme ni un solo momento. Yosuke había rechazado también la amistad y el amor que otros podían ofrecerle. Había escuchado que se negaba a salir con cualquier pretendiente, ocupado en cuidarme a tiempo completo.

No podré olvidar el día en que te descubrí
estaba cieg@ tu siempre estuviste allí

Le tomé de las manos y las llevé hacia mis labios para calentarlas con mi aliento.

Yosuke abrió los ojos sorprendido y retiró mi contacto asustado.

- Qué estás haciendo... Morihisa-kun...

Yo buscando cosas y perdiéndome de ti
estaba loc@ tu eres lo que necesito...

Volví a sentir esa piel suave.

- No te vayas, Yosuke-kun - le dije sin pensarlo bien, llevado por una desesperación que nacía de mis entrañas.

- Morihisa...

- Quédate... - en realidad estaba asustado. No quería perderle... no a él. Había dado por hecho que estaríamos siempre juntos y comprendía que en ese proceso había atropellado sus propios sentimientos.

Él bajó la cabeza ahogando un sollozo.

- Por qué... por qué no quieres que me vaya... ¿no tendrías sobre quién llorar mientras piensas en Riju? ¿Debería pasarme la vida entera mirando cómo te caes a pedazos desde que él ya no está? ¿Es eso?... ya no, Morihisa... me has herido demasiado... estoy cansado... cansado de ti... de esperar que te des cuenta... ahora no me importa... me iré... no volveré nunca... quiero estar lejos... estoy harto de ver cómo tu espíritu se escapa hacia la montaña. Cuando Riju se fue, te llevó consigo. No te engañes... sólo lo vas a querer a él. ¡Y yo no pienso quedarme a ser destruido contigo!

Estaba molesto. Eso lo llevaba anudado a su corazón, pero había sido lo suficientemente fuerte para no decírmelo. Ahora se rompía y por eso, por fin me lo echaba en cara.

Maquinalmente y contra su voluntad, lo arrastré hacia mí y lo envolví entre mis brazos.

- Quédate conmigo, Yosuke... no sabría que hacer sin ti...

Abrázame
cerca de ti
es donde quiero estar
discúlpame
por no entender
por hacerte esperar

Yosuke rompió a llorar ocultando su rostro en mi pecho y repitiendo mi nombre sin cesar.

abrázame
puedo sentir
el amor de verdad
un amor que durará una eternidad.

- ¡No puede ser! ¡No puede ser! - me rechazó gritando - ¡Tú amas a Riju! ¡Y yo te odio por eso! ¡Por obligarme a verte! ¡Por convertirme en esto! ¡Por llevarte mi risa y mi voluntad de ser feliz! ¡Por tener que llorar a tu lado! ¡Para estar contigo me condené a mí también a vivir un amor imposible! ¡Y no puedo perdonarte! ¡No quiero verte! - dijo corriendo en dirección a casa mientras yo caía sentado como un muñeco inanimado.

"Yosuke"

Cómo podía dejar atrás mis abrumadores sentimientos por Riju si eran inacabables.

Cómo manejarlos y acallarlos para aceptar que sin Yosuke me sentía vacío y que no podía perderlo.

La montaña seguía allí. Mi amor de siete días también. El rechazo de mi pequeño novio y su voluntad de permanecer junto a Konoha.

Recordé su rostro lleno de decisión:

- ... nadie vendrá a quitarme a Konoha... si debo perder la vida mortal... estoy dispuesto...

Y su transformación en un espíritu del bosque.

"Si sobreviví a ello fue por..."

"Llora... llora, Morihisa-kun"

"Yosuke estuvo conmigo esa noche. Yosuke me abrazó entonces y lo viene haciendo sin quejarse... sin pedir nada a cambio..."

"¡Yosuke!"

- ¡No dejaré que te vayas! - grité para oírlo de mí mismo y fui con la misma convicción que tuvo Riju para abandonarlo todo.

Sé que entenderás que me comprenderás muy bien
ya me conoces, suelo hacer mil tonterías

Yosuke... sonriendo para mí. Yosuke cuidándome amablemente, salvándome de la soledad. Dándome su tiempo, ofreciéndome lo más profundo de su ternura. Atisbando miradas tímidas en la oscuridad. Tres años... tres años de recuerdos junto a él y ni una sola imagen capturada. ¿Y cuántas veces yo le había consolado a él? ¿Qué había hecho por su propia felicidad? ¿Alguna vez me di cuenta de que él también necesitaba ser curado? Mientras yo pensaba en Riju y pedía por él. ¿Qué pedía Yosuke? ¿Qué silencioso milagro pedía en medio del atardecer? ¿Esperaba acaso una sola mirada mía? ¿Un gesto de respuesta?

Corría... corría para llegar hacia él.

Cuántas noches largas has pasado junto a mí
Sólo escuchando, curando mis heridas.

Al llegar a su casa, toqué desesperadamente la puerta.

- ¡Yosuke!

- ¡Vete, Morihisa! ¡No quiero escucharte! ¡Vete, por favor!

- Yosuke...

- ¡Me haces daño! ¡No puedes venir ahora y sembrar ilusiones en la tierra que tú mismo has arrasado con tus manos! Nada puede crecer aquí. ¡Nadie volverá a herirme como tú lo has hecho!

Apoyé la cabeza sobre la madera que dividía el mundo de afuera y el mundo de adentro.

- Entonces escúchame desde allí... Yosuke... perdóname... no quise... fui tan estúpidamente ciego y me encerré en mi propio dolor... olvidándome la razón por la que he sobrevivido a ese día. Quise girar y detener el tiempo en una ilusión que jamás tendré... pensé que era la forma de seguir adelante... y sólo por ti fue que logré superarlo. Yosuke... ábreme... sólo tú eres la respuesta... si te quedas conmigo, juro que te haré irremediablemente feliz. Estoy dispuesto a dejar ir a Riju de mi corazón... lo prometo... esa semana que viví... esos siete días... son tan pocos... me has acompañado por tres años... y cada día he agradecido por contar contigo... te necesito...

Sentí correr el seguro y vi la mirada nerviosa del pelirrojo.

- ... dime que no es cierto... dime que lo haz dicho sin creerlo realmente...

- Estoy seguro de lo que quiero...

Fui a por él a compartir otra vez la calidez dulce de su cuerpo.

- Perdóname, Yosuke...


Abrázame
cerca de ti
es donde quiero estar
discúlpame
por no entender
por hacerte esperar
abrázame
puedo sentir
el amor de verdad
un amor que durará una eternidad.

- Morihisa-kun...

Le besé acallando cualquier duda de su parte.

Por favor.

Sus manos cerradas sobre mi pecho y su respiración entrecortada me respondieron y nuestro beso se hizo más largo.

Abrázame
cerca de ti
es donde quiero estar
discúlpame
por no entender
por hacerte esperar
abrázame
puedo sentir
el amor de verdad
un amor que durará una eternidad.

- ¿Te quedarás conmigo, Yosuke?

Sostenía su rostro entre mis dedos y me perdía en sus ojos brillantes.

- Me... quedaré...

- Entonces te dejaré ir a la universidad regional...

- Pero...

- No haría perder una gran oportunidad a la persona que amo. Ingresaré contigo. El próximo año estaremos viviendo juntos. Me esforzaré para alcanzarte y esta vez, seré yo quien tenga paciencia y te acompañe sin protestar. Pasaremos el tiempo juntos hasta que ya no puedas aplazarlo... confía en mí.

- Morihisa... dejarás... la montaña...

- Este otoño, antes de irnos... vayamos a presentar nuestros respetos a Riju y Konoha...

- Le dirás que...

- Que estoy enamorado y mi amado ha estado a mi lado todo el tiempo...

- ¡Oh, Morihisa!

He vuelto a tener metas y sueños. He mirado hacia el lado correcto y estoy dispuesto. Riju siempre será mi primer amor. Pero ahora puedo avanzar junto a quien ha alimentado mi espíritu con paciencia y comprensión. Ahora tengo una mano que presiona la mía cuando la siente y unos labios que responden plenamente a mis besos. Soy correspondido y eso basta para iluminar mi vida.

Gracias, Yosuke-kun.

Gracias por estar allí.