Capitulo 1
Las rocas que se encontraban en cada costado de la pequeña bahía para proteger la cuidad del peligro que vivía en las entrañas del mar. Un peligro que cada habitante de ese pequeño lugar conocía y que temían por encima de sus gobernantes. La arena era toda blanca y delgada no se vía ni una sola basura en muchos lugares cerca. La luna iluminaba el agua con un poco de elegancia y orgullo.
Una neblina se extendió por toda la costa como si de un animal hambriento se tratara, y un fuerte sonido sordo se dejaba oír pero lo único que se podía ver en esa noche era una gruesa y densa niebla. Pero que muy pronto se logro ver un barco de negra madera que en la popa llevaba tallada una sirena con una sonrisa angelical. Las velas negras no se podían distinguir del negro cielo que lo adornaban pocas estrellas. Una bandera negra se mecía al ritmo del viento que la agitaba con suavidad dejando ver claramente al que se asomara con terror una calavera roja con ojos negros. El símbolo que identificaba a los piratas más temidos de todos, que eran conocidos de muchas maneras pero el más temido eran los piratas de la marca roja.
Unas huellas se marcaron en la arena que contenían unas botas de pertenecíente a un hombre de rostro pálido, de frente fina, ojos azul claro, llevaba una camisa roja y sobre ella una chaqueta fina hasta debajo de las nalgas, el pantalón era abierto en el final hasta las rodillas con tiras evitando que se siguiera rompiendo. El cabello azul oscuro le caía sobre los hombros y la espalda. Del cuello colgaba un pendiente de un crucifijo rojo con unas plumas plateadas, el cable en que se sostenía era de un color rojo sangre que daba poco más abajo en el cuello. Tenía un sombrero rojo como el que usan los piratas, solo que estaban forrados con plumas rojas.
Del barco bajan unos hombres que con lentitud arrastraban unos baúles con alegría.
Un hombre vestido de rojo, la camisa abierta en el pecho, pantalón rojo corto hasta las rodilla, cabello negro a los hombros, una sonrisa que cautivaba a todas las mujeres antes de que las mataras sin piedad. Les gustaban las jovencitas ricas preferiblemente.
Lo acompañaba un hombre rubio de ojos violetas, camisa sin mangas y abierta en el pecho. Una mirada calculadora, y seria. Pero sobre todo un gran amor por los jovencitos que encontraba por el camino.
- {Sonriendo} Tenemos ya los bajones... {Dijo el pelinegro}
- Bien, si encuentran algún lindo obsequio para la señora... {Dijo el capitán}
- Lo traeremos sin retraso... y si encontramos algo lindo para nosotros. {Dijo el rubio}
- Es todo suyo... {Dijo el capitán}
La poca visibilidad la daba una llave que llevaba el capitán en el cuello, lo único que había de la playa a la cuidad era nada más que un pequeño portón que fue tumbado por uno de los hombres que acompañaban al líder. A lo lejos se veían mas luces rojas internándose en la cuidad. Una sonrisa juguetona apareció en el rostro pálido de ese hombre pensando en todas las llamas que esa noche se iniciarían y cuánta sangre correría en ellas.
El capitán se detuvo un centímetro delante del portón, mientras que los demás se alegaban de la playa. Vio lo que parecía ser una estrella roja que corría justo hacia él. Sonriendo se arrodillo en la arena para recibir al niño que corría y saltaba esquivando las rocas que lo tumbarían al suelo de golpe. Al correr el viento hacia que las plumas que adornaban su azulino cabello se corrieran en sentido contrario asiéndole cosquillas en las orejas. No muy atrás de este caminaba con majestuosidad una mujer vestida con un ajustado pantalón rojo y una camisa rojo con escote hasta más abajo de los senos, de pelo rubia, de ojos amarillentos. El niño tenía un pantalón rojo con plumas en la corea y una camisa con plumas en los bordados. Todos llevaban botas de diferentes colores cada uno... El niño era de pelo azul oscuro con rayos rubios, y los ojos azules oscuros.
Corrió hasta el hombre y riendo se detuvo para luego tirárselo en los pies. El hombre sonriendo lo cargo en los brazos y le dice:
-¿Porque lo sacas del barco? {Pregunto el capitán}
-Corrió tras de ti y tus hombres al verlos a legarse del barco. {Contesto la mujer}
-Pues {mirando al niño} no vendrá con nosotros. {Dijo el Hombre Serio}
-Pues ya oíste mi vida al barco, anda. {Riendo Mujer}
-{Sonriendo con tristeza} Ten cuidado papa... Y los demás también... {Lo dijo mirando con amargura a su padre alegarse.}
- Volveremos antes del alba. {Dijo el capitán}
El pequeño niño que veía al hombre que era su padre alegarse junto con los de la tripulación del barco en el que vivía con sus padres y los amigos de estos desde que tenía uso de razón. Esa sensación que sentía de abandono y dolor, no podía mas, no podía guardar eso en su pequeña alma. Algo muy dentro del, le decía, le murmuraba al oído esa noche igual que muchos de los suyos perecieron… La voz repetía una y otra vez: “detenlos, no los dejes… o será su fin”. La desesperación se izo presente y corrió hasta el portón y reuniendo el oxigeno suficiente…
- Adiós {Grito a llanto} PAPA...... {Grito con angustia}
Al gritar esto, como si eso desatara un desastre. Un estallido seguido de llamas invadió el paisaje, todo lo que él quería se devasto ante sus ojos, a sus oídos llegaron gritos a lo lejos. No muy lejos se podían ver las sombras de las personas que se consumían en el agónico fuego. No lograba el niño divisar a su padre y los demás hombres tripulantes del barco...
Sintió que lo jalaban del brazo al barco y allí se arrinconaron en un extremo hasta que a los ojos del niño cayeron en alguien que se movía lentamente hacia ellos. Un hombre con una capucha que evitaba ver su físico.
La mujer al levantar la mirada, ese ser que él vio, allí no estaba. Esta lo miro y le dijo con dolor en la voz:
-Si, no vuelvo quiero que desactives el motor y la llave {le entrega el pendiente de crucifijo rojo con las plumas plateadas} llévatela nadie más que tu o tus hijos deben de saber de la existencia de este collar.
- Si, madre... {La sujeta del brazo} Mamá, Los piratas firest volverán a existir... alguna vez mas.
-Tal vez años, siglos o milenios... Esta fecha será memoraría si nos derrotan pero, escucha bien… Este collar sin el de tu padre, no sirve. Este puede servir solo pero es en una forma única que tu, solo tú y tu descendencia debe descubrir. Los piratas firest no morirán si tú vives, y tu legado... el legado de nuestra raza corre por tus venas... Si no vuelvo cuando los primeros rayos del sol salgan {Un fuerte estallidos se escucho} huye.
El niño miro el lugar y luego las llamas, su corazón se lleno de dolor. Porque dentro del algo le decía que no volvería a ver a su madre, ni a su padre, ni a la tripulación de los piratas firest... pero algo tenía claro no permitiría que desapareciera la memoria de los piratas firest...
Tuvo que cambiar su físico y si consiguió descendencia. El niño el que vio como sus padres y la tripulación de ese barco desaparecieron ese día... murió de viejo, pero dejo a tres hijos que por diferentes razones solo sobrevivió uno y el tuvo una hija y ella tuvo un niño. Y poco a poco el recuerdo de los piratas firest desapareció. Pero el momento de que conozcan la existencia de los piratas firest en el mundo ha llegado y solo un descendiente queda de esa tripulación y su deber es de preservar lo poco que queda de la memoria de sus antepasados.
Pero como preservar algo que desconoces...
Buena pregunta...