¡NECESITO RESPUESTAS!
Por Mona de Libra
- ¡Necesito respuestas!... Y pronto.- Se miraba en el espejo, estaba estresado histérico y desesperado.- ¡Es que no lo entiendo!, ¡No lo entiendo!
oOo Días atrás oOo
Todo indicaba que estaba bien. El restaurant que habían escogido era el mejor de la región, el vino era exquisito y en el ambiente se podía percibir el romance. Cuando el llego el peli-lila se quedo paralizado, en su rostro se dibujaba una sonrisa de emoción revuelta con nerviosismo, que no podía disimular. Las piernas le temblaban tanto que apretaba con fuerza sus rodillas. Quería evitar que notara la exaltación que le producía verlo.
El llevaba una camisa blanca, con unos cuantos botones desabrochados, permitiendo la vista de unos pectorales bien formados. Haciendo que Mu imaginara cosas que hacían que se ruborizara. Traía puesto un pantalón de vestir color negro, tan ajustado que se podía notar los músculos de sus piernas, bien torneados. No podía imaginar en qué lugar del planeta podría conseguir unos pantalones así,… solo que fuera a una fábrica de telas y lo desnudaran y lo envolvieran, si no ¿cómo?
- Disculpa la tardanza. El doctor Milo me entretuvo, quería saber mi opinión sobre un paciente que necesitaba reconstrucción de la nariz.- Le dijo como disculpa.
A su corta edad había logrado ser el mejor cirujano plástico de todo Atenas, consiguiendo así el puesto de director en el “Hospital Santuario”. Antes de salir de la preparatoria él ya había sido recibido en la universidad de “Preston”. Debido a su gran intelecto y alto puntaje escolar.
- No importa. Sé que tu trabajo es de mucha responsabilidad… Pero dime ¿Qué es eso tan importante que me tienes que decir?
Estaba impaciente. Después de tres meses de conocerlo, por fin había decidido dar ese paso tan importante. Todo había iniciado el día que fue a parar al hospital por culpa del portazo que recibió en la cara, gracias a su ex novio, Afrodita, destrozándole toda la nariz. Decidió alejarse de las relaciones amorosas que hasta la fecha lo único que le habían dejado era una depresión enorme hasta ir a parar al hospital como en esa ocasión.
Pero poco le duro su decisión cuando conoció al cirujano que le iba a reconstruir la nariz. Pensó que era muy precipitada su idea.
- No comas ansias.- Le contesto con una sonrisa seductora.- Primero hay que disfrutar de esta hermosa velada,… ¿Ya ordenaste?
- Sí. Ordene para los dos moussaka, consta de berenjena con carne, canela y vino rojo. Va bañada de una salsa hecha con huevos de pescado, pan, cebollas y limón.
Él se asombro al notar lo bien que le conocía en tampoco tiempo de haberse conocido. Lo que le producía un poco de temor. Pues no le gustaba sentir que otros tuvieran el control sobre él. Pero tenía que reconocer que su punto débil era la comida.
- Y dime, ¿ya encontraste compañero de departamento?
- Si. Es un tipo muy raro. Cree en el esoterismo y según eso es vidente, lee las cartas y cosas así.- Le dijo haciendo un gesto de desagrado.
- ¿Y eso te molesta? Según recuerdo, tú crees en esas cosas,… ¿No?- Tras aquel comentario fingió estar centrado en la lectura del menú de vinos.
- ¡Eso no es cierto! Solo porque una vez llegue a ir con una mujer que leía cartas y hacia limpias, mas de a fuerza que de gusto. Pero eso es pura charlatanería.- Aclaro el peli-lila.
Recordó esa ocasión; en donde la madame le hizo que brincara en hojas de pirulí prendidas en fuego, para que se le quitara la mala suerte en el amor. Pero lo único que logro fue que se derritiera el zapato y haber tenido un novio pedante que solo sentía amor por el mismo y por nadie más.
El peli-azul se le quedo viendo con una sonrisa picara. La vedad era que le gustaba hacerlo enojar, porque hacia unas caras de chiste y se ponía rojo como un betabel en primavera.
- Está bien no te enojes, solo fue un comentario.
- Pues ahórrate esos comentarios que no me agradan para nada.- Tras decir eso se llevo un pedazo de carne a la boca masticándolo con coraje.- Además lo único que me interesa de ese individuo es que me ayude a pagar la renta…y eso ya lo está haciendo.
- Te vez tan lindo cuando haces esos puchero…- No tenía idea de porque había dicho eso. Pero lejos de admitirlo decidió acomodarlo.- Pareces un niño chiquito. Quizá por eso estas como estas.
Le dijo con aquella voz fría, que provoco en el ariano un sentimiento de dolor ¿Por qué se comportaba así? En ocasiones le hacía pensar que le gustaba y lo quería. Pero en otras tantas le hacía pensar que nunca llegaría a estar entre sus brazos. Y eso lo tenía confundido
La cena ya estaba a punto de acabar y Mu ya no aguantaba más la curiosidad.
- Saga, dime ¿porque estamos aquí?, ¿Qué es eso tan importante que me tienes que decir? ¡Ya no aguanto más el suspenso!- Sentía que le iba a dar un infarto si no hablaba ya, en ese momento.
- Bueno,…- Le miro directo a los ojos, inexpresivo.- Es algo que desde hace mucho tiempo he tenido ganas de decirte, pero no lo he hecho por miedo de saber tu respuesta…
Ahora sí, se coloco la mano izquierda en su corazón, sentía que se le iba a salir el corazón o que iba a darle el soponcio en ese instante. Lo que tanto había deseado se le estaba cumpliendo.
- Saga yo…
- No, déjame acabar.
Le dio un trago a su copa, degustando el sabor de aquel liquido rojo. Sentía que la boca se le secaba. El no estaba acostumbrado hacer ese tipo de cosas, pero debía continuar.
- Tengo muy poco tiempo de conocerte. Pero en ese tiempo me he dado cuenta que eres una gran persona, la clase de persona que necesito a mi lado. Leal, confiable, seguro de ti mismo, cariñoso y amoroso. Es todo lo que necesito en un…
Sin poder resistir más la emoción le tomo las manos.
- Si, acepto. Tu también has llegado hacer parte de mi vida, eres lo que siempre imagine…- Y sin pensarlo dos veces le dio un eufórico beso en los labios.
El se quedo congelado, pelando los ojos de par en par. Nunca imagino que lo que le iba decir hiciera que se emocionara tanto al grado de besarlo en la boca. Poco a poco fue accediendo a ese beso, el sabor a chocolate que provenía de él ariano lo convertía en un combustible más flamante que la gasolina. Pero cuando racionó se quito instintivamente rápido.
- ¡Vaya! Nunca pensé que ser mi enfermero-secretario te emocionara tanto.- Aclaro el geminiano.
- ¿En…enfermero-secretario?- Mu no podía creer lo que oía.
- Sí, eso es lo que te iba a decir. Que trabajaras para mí en el hospital. Kanon, mi hermano, decidió irse a vivir a Las Vegas, en busca de nuevos horizontes y pues me quede sin asistente.- Explico.- ¿Por qué pasa algo?- Añadió al ver la expresión de su acompañante.
El peli-lila sintió una vergüenza que nunca antes en toda su corta vida había sentido, empezó a sentir las mejillas y las orejas calientes, hirviendo. De repente se paró de la mesa bruscamente.
- ¡Eres…eres…hay, un desgraciado! ¿Cómo me pudiste haber hecho esto?-Apretaba fuertemente la servilleta que traía en las manos, como si fuera el cuello del géminis.- ¡Esto nunca te lo voy a perdonar! ¡Has hecho que salga de mis estribos! ¡Y que me muera de vergüenza!
Tras decir eso aventó la servilleta a la mesa y salió muy indignado de ahí. Saga se quedo inmóvil. Sabía que era de carácter fuerte. También sabía que no le gustaba que le ayudaran a conseguir trabajo, él decía que cuando consiguiera uno, que falta le hacía, tenía que ser por su propio esfuerzo. Pero lo que nunca espero es que sintiera vergüenza ¿Por qué tendría que sentir vergüenza de eso?
- Eso fue un sí o un no.- Miro hacia atrás por arriba de su hombro y supo que él ya se había ido.- Bueno creo que fue un no. Tendré que decirle a Camus si quiere el puesto.
Resignado a que el peli-lila no había aceptado el puesto. Pago y se retiro de ahí. Al llegar a su carro, vaya sorpresa recibió.
- ¡Tú! Pensé que ya no me querías volver a ver.- Le dijo desconcertado.
- Lo pensé bien y si quiero el trabajo. Pero eso no quiere decir que te he perdonado tu atrevimiento Saga de Géminis.
- Me parece bien Mu- Le dedico una amplia sonrisa.- Mañana te espero a primera hora en el hospital. Ahí platicaremos de todo ¿Quieres que te lleve a tu casa?- Le abrió la puerta del carro.
- No gracias. Ahí nos veremos.
Después sin decir nada más se fue de ahí, en dirección a tomar el bus que lo llevaría a su departamento.
- ¡Oye!- Le grito haciendo que él se parara.- Dime algo ¿Por qué hice que te avergonzaras?- Le digo el peli-azul
El ariano le hizo un gesto de desagrado y siguió caminado
- Si serás…deberás si serás.- Se decía el mismo, haciéndose ver como loco ante las miradas de un par de viejecitas que estaba esperando el camión ahí.
oOo Fin del recuerdo oOo
- ¿Qué voy hacer? No sé cómo le voy hacer para verle la cara todos los días en el hospital. Pero no podía rechazar esa oportunidad. Tengo que pagar deudas, el agua, la luz y muchas cosas más…Pero que tarado soy. Pensé que se me había declarado y el muy inteligente de él lo único que quería era darme trabajo. ¿Realmente se hará el desinteresado o será más bien que no quiere aceptar que le gusto y que me ama? De verdad necesito respuestas.
Tras la puerta de su recamara se encontraba un joven de tez blanca, ojos azul cielo y cabello rubio-lacio, escuchando aquella conversación tan privado del peli-lila.
- -¿Quieres respuestas?- Abrió la puerta de un golpee entrando ahí.- Yo te las puedo dar.
- ¡Shaka!
Continuara…