-¿Qué has dicho?- Pregunte algo sorprendido, estábamos en un parque, el estaba parado apoyándose de uno de los árboles y yo estaba frente a el.
-Lo que escuchaste, me gustas- Me miraba serio, fijamente a los ojos y poco a poco iba acercándose a mí
-Pero eso es... ¿Desde cuando?- Yo estaba contento, pero algo confundido por la situación tan repentina
-Desde siempre, pero hoy me eh animado a decírtelo... Te quiero... Feliz cumpleaños- Cuando termino de decir eso, fue acortando la distancia entre nosotros, se iba acercando cada vez mas y mas hasta que...
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-¡Que despiertes!- Una voz algo escandalosa me regreso a la realidad
-Eh...- Musite abriendo mis ojos con pesadez, me encontraba acostado en mi cama, abrazando una de mis almohadas.
-Hasta que despertaste...- Dijo en tono de reclamo la chica frente a mi cama, una chica de negro cabello que llegaba hasta un poco mas abajo de sus hombros, su piel era blanca y sus ojos del color de su cabello
-Daniela... ¿no podías al menos dejarme terminar de soñar?-
-Oh... Mi hermanito estaba teniendo un sueño interesante... Luego habrá que revisar si la cama no esta mojada jujuju-
-¡Cállate!- Le grite algo sonrojado arrojándole la almohada que mantenía abrazada -No estaba soñando esas cosas...-
-Yo no eh dicho nada- Excuso ella fingiendo inocencia mientras sostenía en sus manos la almohada que hace poco había ido a golpear de lleno en su rostro -Solo estoy diciendo que se pudo haber derramado algo allí-
-Olvídalo...- Dije ya rendido, me acababa de levantar y aseguro que lo primero que quería hacer esa mañana no estaba ni cerca de discutir con mi hermana
-Bien... El desayuno esta listo, ve a lavarte los dientes y baja a comer- Me informo ella dándome la espalda para irse -Ah...- Dijo volviendo a voltear a mirarme -Feliz cumpleaños- Sonrío, y acercándose a mi me dio un beso en la mejilla para luego salir de la habitación.
-Cumpleaños...- Me dije a mi mismo y sonreí ligeramente.
Luego de eso, me levante y me dirigí al baño para ir a lavarme los dientes, una vez frente al lavamanos me mire al espejo, yo era un chico de negro cabello, mi piel era blanca y mis ojos del mismo color de mi cabello, si, como pudieron notar soy bastante pareado a mi hermana, pero es normal, ¿no?.
Después de arreglarme un poco salí del baño y fui a sentarme a la cocina donde ya estaba mi plato a la mesa.
-Buenos días, hijo- Me saludo mi madre que terminaba de servir los vasos con jugo
-Buenos días- Le conteste empezando a comer
-Feliz cumpleaños- Me dijo ella sonriente mientras se acercaba a mi para abrazarme
-Gracias- Le conteste yo, también con una sonrisa
-¿Qué planes tienes para hoy?-
-Estaba pensando en...- Me quede callado y pensé un momento, la verdad no había planeado nada en especial
-Pues cancélalo- Me dijo ella aun sonriente
-¿Ah?-
-Si, hoy lo celebraremos a lo grande-
-¿Cómo que celebrarlo a lo grande? Mama, te eh dicho que no me gusta que hagas tanto alboroto por estas cosas-
-Pero mi hijito cumple 15, pronto se ira de la casa y me dejara sola y abandonada, con esta licuadora como única compañía- Exagero ella mientras abrazaba a la licuadora -Y cuando este traste se dañe ¿Qué será de mi?, estaré vieja y arrugada y mi pensión no me dará ni para mandar arreglarla-
-Eh... Mama... Estas adelantándote mucho a los hechos... ¿No crees?-
-Oh, me presunto si por lo menos uno de mis hijos tendrá piedad de mi y me visitara cuando este en mi lecho de soledad- Dijo ella tapándose los ojos como si estuviese llorando
-Me ah ignorado...-
-Espero al menos que el ancianato en el que me dejen para deshacerse de mí sea uno decente en el que al menos no me dejen pasar hambre, o me obliguen a dormir sentada-
-Si dejo que hagas la fiesta... ¿Dejaras de hacer eso?- Pregunte ya resignado
-¡Ok!- Grito ella destapando su cara y sonriendo -Tengo muchas invitaciones que hacer y varias cosas que comprar ¡Adiós!- Y sin mas, salio de la cocina como alma que lleva el diablo
Enseguida salio mi madre, entro Daniela tras ella y me miro suspirar con resignación
-¿Ah usado el de la tostadora?-
-No, la de hoy era la licuadora-
-jeje- medio rió ella -Al menos ya cambio de utensilio domestico-
-Supongo...- Dije suspirando nuevamente y terminando mí desayuno
Una vez que termine, me metí a mi cuarto y me acosté aburrido a mirar hacia el techo
-Otra vez soñé con el...- Dije para mi mismo -Ya mas que gustarme, parezco obsesionado... Lastima que no tenga ninguna oportunidad- volví a hablar para mi sonriendo con algo de melancolía.
Me quede pensando otro rato mas y de pronto algo llego a mi mente, ¿A quien demonios invitaría mi mama a esa fiesta? Y mas importante ¿Qué le diría? Con lo lengua suelta que es...
Salte inmediatamente de mi cama y me dirigí a una de las gavetas de mi mesa de noche, la abrí y vi lo que hay había... nada
-¡Mi agenda! ¡Esta llamando a mis amigos! ¡¡Mamá!!- Salí corriendo de mi habitación y llegue a la suya, al llegar, la vi sentada en la cama con el teléfono sostenido en su oído derecho por su hombro mientras aun leía mi agenda
-Si, ¡Ricardito cumple 15 años!, ¿Podrás venir?- Espero un momento a la respuesta de la persona tras la línea -Oh... ¿No podrán venir por ti? ¡No importa! Pasas la noche aquí- La persona tras la línea volvió a hablar -¡Perfecto!, Ricardito estará muy feliz, siempre espera ansioso a que vallas a donde te invita jijiji-
Cuando la escuche decir eso, me deje caer de rodillas al suelo, mi vida estaba acabada
-Bien, gracias, si puedes invitar a mas amigos de Ricardito hazlo por mi ¿Si? ¡Adiós!- Luego de eso, colgó
-Tu...- Dije comenzando a levantarme del suelo -¡¿Qué has hecho vieja desquiciada?!-
-Ah no, esa no es forma de hablarle a tu madre jovencito, y mucho menos cuando te planea la fiesta del siglo-
-La fiesta del siglo...- Repetí mirándola por un momento -¡¿Por qué le dijiste a Evan esas cosas?! Ah... Mi vida llego a su fin, que los santos del cielo tengan piedad de mi porque allí les voy-
-Que dramático hijo... de seguro lo sacaste de tu padre- Volví a mirarla un momento, estaba tan frustrado que ni responderle a eso quise -Bien, ¿Algo mas?, necesito seguir con los invitados- ¿Algo mas?, ya que, el peor mal estaba hecho, no podía haber nada peor, así que sin decir nada, me retire.
Pasaron un par de horas, en las cuales mi madre me obligo a arreglarme para la "Fiesta del siglo" como ella la llamaba, y obligaba también a mi hermana a ayudar a terminar de arreglar todo.
Una vez estuvo todo listo, los invitados empezaban a llegar uno a uno, y pronto la casa se lleno de amigos y familiares que parloteaban entre si y movían las manos y los pies al ritmo de la música que mamá había puesto.
Yo estaba en medio de todo aquel bullicio sin saber exactamente a donde dirigirme, las reuniones sociales nunca han sido algo que se me diese muy bien. Miré los grupos de personas a mi alrededor tratando de decidir a cual unirme, y de pronto, mi vista se topo con uno de mis compañeros de clase, Shiro que se encontraba sentado en uno de los sofás de la sala, al verlo allí, decidí acercarme a el.
-Hola- Le salude, para luego sentarme a su lado
-Hola- Contesto el sonriéndome -Feliz cumpleaños-
-Gracias- Le sonreí -¿Qué tal?-
-Pues...Bastante bien ¿Tu que tal?-
-Bien también, algo fastidiado con todo este escándalo que armo mi madre pero que se le puede hacer...-
-Es verdad...-
-¿Qué tal sigue tu amigo?- Le pregunte recordando algo que me había contado días atrás.
-Bien, la operación salio muy bien y ya esta de vuelta en su casa... ahora cuando salga de aquí pasare a visitarlo-
-Ya veo... Me alegra escuchar eso- El no me contesto y simplemente me sonrió
-Bien, yo ya me iré, solo pasaba para desearte feliz cumpleaños, espero que la pases bien hoy- Dijo mientras se levantaba y se dirigía a la puerta
Me levante un momento y le acompañe a la puerta -Adiós Shiro, Suerte- Después de decir eso, abrí la puerta, y al verle salir, me paralice de los nervios notar que alguien mas llegaba.
-¡Ricardo!- Grito el joven que llegaba con un pequeño paquete en las manos mientras prácticamente se lanzaba sobre mi -¡Feliz cumpleaños!- Exclamo conservando su sonrisa mientras aun me abrazaba
Yo aun estaba paralizado, ese tipo de momentos, ese tipo de contacto, los amaba y a la vez los odiaba, sentía como mi corazón latía rápidamente y chocaba contra mi pecho amenazando con salirse de allí en cualquier momento
-E...Evan - Murmure saliendo de mi trance y tratando de calmar a mi agitado corazón -Gracias...- Dije separándome un poco, consiguiendo por fin casi volver a la normalidad
-Para ti- Enseguida, extendió hacia mí la pequeña caja que traía en sus manos aun conservando su sonrisa
-Gracias- Dije recibiendo la pequeña caja y observándola con curiosidad preguntándome que habría dentro
-Aun no la abras- Se adelanto el a mis pensamientos -La abrirás esta noche, luego de hablar un par de cosas- Me dijo con su rostro algo serio, lo cual me asusto un poco, aun así asentí a sus palabras
Hasta que me dijo lo de esta noche no recordaba que mama le había invitado a dormir, tampoco había notado el bolso que traía tras su espalda, con sus cosas para pasar la noche supongo.
-Y dime... ¿Qué tal la estas pasando?- Pregunto sacándome de mis pensamientos
-Pues.... Bien supongo, aunque sabes que no me gustan este tipo de alborotos-
-Si lo se-
-¡Evan!- Se escucho la voz de mi madre interrumpir nuestra conversación -Que bien que llegaste, estaba a punto de comenzar la parte buena-
¿La parte buena?, ¿Qué demonios piensa hacer esta mujer?, enserio, a veces quisiera que Santa te pudiese traer una madre normal, desgraciadamente, todas las navidades devuelve todas mis cartas a remitente y me trae una bicicleta, o me ofrece un hermanito.... En fin.
-Oh, que bien que llegue a tiempo entonces- Le contesta Evan con una sonrisa a mi madre, parece que ellos dos se entienden bien.
-Vamos, deja tus cosas por aquí- Le indico para luego irse para volver con un micrófono que no se de donde demonios saco.
-¡Atención todo el mundo! ¡Gracias por venir!- Grito animada mientras todo el mundo volteaba a verla -¡Espero que la estén pasando bien! Y ahora.... ¡Tiempo del vals!-
¡¡¿QUEEE?!! Esa mujer estaba loca de remate si creía que yo me pondría a bailar vals con toda esta gente
-¡Ricardito bailara con todos los presentes!-
-¡No soy quinceañera vieja desquiciada!-
-Buuu... Pero que aburrido eres- Bufó bajando un poco el tono de su voz -Bueno, como sabia que eso iba a pasar, prepare más cosas para hoy... Así que... ¡Comencemos!-
Luego de eso, mi madre comenzó con el montón de eventos que había organizado con no se que tiempo, admito que las cosas que hicimos fueron bastante entretenidas, aunque creo que la mayoría fueron sacadas de esos concursos que mama suele ver por TV, cosas como trivias con pasteles en la cara de contestar mal, competencias de pasar globos con las piernas, hasta un concurso de baile en el que no quise participar, pero en fin, lo que puedo decir es que fue mas divertido de lo que esperaba
Las horas se habían ido volando, y junto con las horas que ya se iban, se fueron poco a poco los invitados a la fiesta, personas mojadas y otras aun con crema de pastel regada por el rostro y la ropa, quien les viera salir de seguro se preguntaría que clase de locura estaban haciendo aquí dentro
Por fin todos se fueron, y en la casa solo quedábamos Mama, Daniela, Evan y yo, en ese momento estábamos cenando.
-¡Eso si fue una fiesta!- Gritó emocionada mi madre mientras se levantaba emocionada dejando ver el mojado vestido que traía
-¡Fue genial! ¡Señora María, usted tiene que organizar la mía!- Le contesto Evan, cuya ropa estaba en las mismas condiciones que la de mi madre
-Claro... Pero que quede claro que mañana yo no limpiare los restos de tu guerra de globos de agua bajo techo... Solo a ti se te ocurre algo así-
-¡Oh vamos! ¡Fue divertido!-
-Tienes que admitir que no estuvo tan mal- Esta vez fue mi hermana quien hablo
-Bueno... Creo que tienes razón- Conteste sonriendo, no había estado tan mal la fiestecita
-Bien, ya saben lo que dicen, después de una buena rumba, ¡una buena siesta!, así que esta rumbera se va a hacerles caso a quienes lo dicen, buenas noches chicos- Y sin mas, salio de la habitación dejándonos a los tres menores
-Ricardo- Me hablo Evan -Quiero quitarme esta ropa mojada y tomar un baño-
-¡Oh! Claro- Dije levantándome de la mesa -Vamos a mi cuarto, buenas noches Daniela-
-Buenas noches- La escuche contestar mientras nos dirigíamos hacia mi habitación.
Luego de entrar y Evan tomar la ropa que había traído en su bolso el fue a bañarse, mientras yo me acosté a mirar hacia el techo con los audífonos de mi mp3 en los oídos
Ya pasados algunos minutos, sentí como alguien me tocaba el hombro, supuse al instante que Evan ya estaba listo y yo no le había sentido entrar nuevamente a la habitación, al voltear a ver, confirme que mis sospechas eran ciertas... O casi.
Lo vi frente a mí con una toalla a su cintura y el resto de su cuerpo desnudo, aun gotean transparentes gotas de agua de su cabello y su cuerpo, haciéndole lucir de una manera que me dejo totalmente sin palabras
No lo se porque no puedo verme en este momento, pero estoy seguro de que mi rostro esta totalmente rojo, o eso me hace suponer el calor que en este momento siento en mis mejillas, mi corazón nuevamente comenzó a latir con violencia, mientras yo aun estoy sin habla
-¿Ricardo?- Le escuche decir, ya que mi cuerpo al menos me había permitido quitar uno de los audífonos de mis oídos
-¿S-si?- conteste con nerviosismo tratando de recuperar la compostura
-¿Estas bien? Te ves raro... y creo que hasta rojo- ¡Lo sabia! - no se si serán cosas mías-
-No te preocupes, estoy bien- Le sonreí con la mayor naturalidad posible -Me iré para que te vistas- Sin esperar respuestas huí de la escena, estoy seguro de que mi corazón no podrá soportar seguir viéndole así mucho tiempo
Pasado un rato le vi entrar al comedor donde yo me encuentro sentado
-Esta linda la noche ¿no?- Dijo de pronto sonriéndome y sentándose en una de las sillas del comedor
-¿A si? No me eh fijado- Conteste con normalidad mientras le sonreí también
-Si, y esta bastante fresca... Tanto como para salir a pasear, ¿Qué dices?- Me sorprendí un poco por esta proposición, definitivamente no me espere algo así.
-Esta bien- Le respondí sin pensarlo demasiado ¿Salir a caminar en la noche?, ¿El y yo SOLOS?, vamos, tendría que estar mal de la cabeza para rechazar algo así
-Vamos- Dijo jalándome de el brazo y sacándome de mi casa antes de que pudiese terminar de procesar lo que hacia
-¿A dónde tienes pensado ir?-
-A caminar- contesto sonriente mientras se agarro de mi brazo
-¿Q...Que haces?- Pregunte luego de notar su ultima acción, mi corazón volvió a acelerarse y mi mirada se desvió inquieta hacia su sonriente rostro tratando de ver alguna señal de lo que pensaba, sin embargo, lo único que conseguí con eso fue que ese molesto calor en mis mejillas volvise.
-Pensé que tendrías frío- Contesto como si nada para seguir caminando
Pasamos un rato mas en un silencio que para mi fue bastante incomodo, no conseguí que mi corazón se calmase en ningún momento y aun late con tanta fuerza que creo que en cualquier momento se detendrá
Cuando por fin consigo calmarme lo suficiente para notar donde estoy, veo frente a mi un verde parque, parecido a aquel que vi en mi sueño... Un segundo... El parque, mi sueño, me esta llevando del brazo ¡¿Será posible?! Demonios me volví a poner nervioso, demasiado como para que no lo note, y creo que ya lo noto, porque acaba de voltear a verme
-¿Estas bien?-
-S-si-
-Ricardo...- Un momento... ¿Qué es lo duro que se siente en mi espalda? ¡Estoy recostado de un árbol! ¡Justo como en mi sueño!
-D-dime- Vamos... ahora di tu línea ¡Di que te gusto!
-La verdad es que....- Vamos ¡Dilo! ¡Dilo! -Acabo de recordar que no has abierto mi regalo, así que volvamos- ¿Qué?... ¡Que alguien me sujete que yo a este lo mato!, acaba de romper mis ilusiones
-Vamos...- Dije empezando a caminar
-¡Espérame!- Grito alcanzándome y tomándome nuevamente del brazo
-No tengo frío- Me separe de el y seguí caminando
-¿Te enojaste?-
-No-
-¿Seguro?
-Si-
-¿Segurito, segurito?-
-Si-
-¿Seguro?
-¡Que si!-
-Viste... Si te enojaste- Amárenme que lo quiero matar
Cuando llegamos a mi casa yo subí directo a mi cuarto y el venia tras de mi
-¡Hora de abrir mi regalo- Dijo sonriéndome mientras tomaba entre sus manos la cajita que descasaba sobre la mesa junto a mi cama -Cierra los ojos-
-Si me haces una de tus bromas...-
-Solo ciérralos- Me dijo con su rostro algo serio, esa seriedad no es típica en el... y eso fue lo que me hizo obedecerle, así como el quiso cerré mis ojos
De pronto, sentí algo frío deslizarse por mi cuello, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, ¿Qué será lo que esta haciendo?, muero de curiosidad por saberlo, pero los nervios que siento en este momento no me permiten siquiera abrir los ojos para averiguarlo, una vez sentí que termino lo que hacia, un ligero peso quedo colgando de mi cuello
-Feliz cumpleaños- Me dijo, y solo con eso me hizo sonrojarme, en ese momento su tono de voz era tan calido y gentil... Que en realidad, solo con eso basto para que la sangre subiera a mis mejillas
Con pesadez comencé a abrir los ojos, y una vez totalmente abiertos, baje la mirada hacia mi cuello donde vi un pequeño objeto circular plateado, era algo grueso aunque prendía de una delgada cadena
-Ábrelo- Me dijo el haciéndome estudiar el pequeño objeto con mas detenimiento hasta encontrar una especie de palanca a un lado, cuando lo abrí, pude ver una foto tras un pequeño cristal, sonreí al verla
En la foto estábamos el y yo, sonriendo, estábamos abrazados por los hombros mientras sosteníamos un par de conos de helado, recuerdo eso...
Cuando termine de ver el objeto voltee a verle nuevamente, me gustó mucho su regalo, no solo por el objeto, sino también, porque fue algo que me demostró que el atesora nuestros momentos juntos tanto como yo lo hago y eso es algo que me hace realmente feliz
-Gracias...-
-No hay de que... Y ¿sabes una cosa?-
-¿Qué?-
-Te amo- Y sin decir más se lanzo sobre mi y me beso
Esta, es la sensación mas agradable que halla sentido en mi vida, este beso, lleno de sentimientos y recuerdos de una amistad de años, recuerdos de felicidades, tristezas, iras, peleas, sonrisas pero sobre todo amor, aquel amor que se fue forjando sin darnos cuenta en todos esos momentos que compartimos
No hubo necesidad de una respuesta de mi parte simplemente luego de separarnos le abrace, sonriendo, y así estuvimos un rato hasta que empezó a sonar una canción, un vals que no estoy seguro del lugar donde provenía
-Aun no es tarde para bailar el vals...- Dijo en mi oído
-No soy una chica- Le conteste medio riendo
-Nadie a dicho que sea por los quince años- Dijo también medio riendo mientras me tendía la mano
-Esta bien- Y ambos comenzamos a bailar, lentamente, muy cerca del otro, escudando nuestra respiración y los latidos de nuestros corazones que acompañaban el ritmo de la música, estoy seguro de que este vals es cosa de mi madre, que debe estar con una filmadora en cualquier parte de la habitación, pero eso ahora no me importa, ahora simplemente quiero permanecer con la cabeza en su hombro, mientras bailamos lentamente al son de la música, pensando solo, en lo que nos espera de aquí en adelante, lo que nos espera a los dos juntos... Jamás olvidare este cumpleaños.