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Besos dulces por Yoko_Nakajima

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Notas del fanfic:

Muy buenas noches, mis querid@s yaoistas! 

Nuev@s y antigu@s lectores, gracias por haber entrado a leer este pequeño One-Shot. A l@s antigu@s les digo que el capítulo final de "Crème Chocolat Moka" se está cocinando, pero falta el lemon... n////n

Este (como escribí en el resumen) es un pequeño texto que juega el papel de aperitivo, antes del gran postre en el otro fic. 

 

Notas del capitulo:

Bueno, espero que lo disfruten mucho. La historia está narrada por nuestro querido Naru-Chan! ^^¡

 

El Disclaimer Viene Abajo:

 

 

↓ ↓ ↓

*Disclaimer:

 

Quiero que sepan que Naruto es © de Masashi Kishimoto

 

Que yo soy Yoko_Nakajima creadora de este texto y que el © es de mi propia autoría

 

Que éste FanFic está basado en un cuento de Horacio Quiroga, llamado "Rea Silvia" 

 

Con las parejas NaruSasu e ItaNaru.

 

 

╬ • ╬ • ╬

 

 

Permíteme contarte la historia de la crítica infancia de una criatura que nació para los más tormentosos debates de la pasión humana, y cuya vida pudo ser desgraciada como puede serlo el agua de los más costosos jarrones. Sus padres le dieron por nombre Sasuke, y lo conocí en su propia casa. Era un chiquillo obstinado, de ojos negros y grandes. Tenía la adorable costumbre de quedarse dentro de las cortinas rojas de terciopelo de la sala, envolviéndose como en un gran abrazo.

 

Era muy alegre, pero su escándalo sobrepasaba la escala común de los hijos más pequeños a los que todo se les consiente. Los cantos de cualquier ave, inclusive los canarios, quedaban sofocados comparados con las carcajadas de Sasuke. ¿Cómo podía, entonces, siendo tan vivaz, perder las horas enteras en la sombría sala de su casa, soñando?

 

Hay detalles que pintan un carácter: si esto es vulgar, Sasuke no lo era.

 

Aunque obstinado y reacio, el niño hablaba de amor.

 

-      Yo sé - decía una vez delante de un grupo de pequeños - Yo sé muchas cosas. Yo he leído y además adivino... Una señora murió, murió de amor. Nadie la conoció, sólo mamá y papá. Murió.

 

Las criaturas, todas tomadas de la mano, se miraron con angustia. Uno alzó la voz débilmente, preguntando:

 

-      ¿Murió?...

 

Sasuke sonrió, altivo y con orgullo. Las miradas fascinadas puestas sobre él, lo elevaron quince codos por encima de su auditorio, metafóricamente hablando. Una niña intervino en la pequeña "asamblea":

 

-      ¡Qué dulce debe ser morir de amor!

 

Él le dio la razón a ella.

 

¡Qué voluble era! Itachi, su hermano de dieciocho años, muchos problemas tuvo que pasar por él. En resumen, Sasuke era una criatura romántica, y yo, que cuento su historia, tengo razones de sobra para comprobar esa afirmación.

 

Como ya había mencionado, él huía a la sala. Allí, se echaba en uno de los sillones, con el rostro sombrío, mordía distraídamente un abanico, apartándose del mundo real.

 

Era una criatura ardiente en celos. Una de sus pequeñas amigas era Hinata (de la familia Hyûga). Un día en uno de sus arrebatos de pasión, después de haberla estrechado desesperadamente entre sus brazos, le tomó el rostro entre las manos:

 

-      ¿Me quieres? - preguntó. Hinata sonrió.

-      Sí... déjame...

-      ¿Me querrás siempre? - temblaba

-      ¡Oh, no! ¡Siempre no se puede decir, Sasuke!

 

El pequeño golpeó el suelo con los pies.

 

-      ¡Yo no sé si se puede decir! Quiero que me respondas: ¿Me querrás siempre?

 

Le había tomado de las manos. Hinata tuvo un poco de miedo.

 

-      ¿Y tú me quieres a mí? - preguntó, tímidamente.

-      ¡Yo no sé! ¡No sé nada! - exclamó, enojado - Respóndeme: ¿Me querrás siempre?

-      Sí, siempre - e inexplicablemente, la niña se echó a llorar, con los puños en los ojos. Sasuke la abrazó contra su pecho, consolándola ahora.

 

 

╬ • ╬ • ╬

 

 

En esa época mis vistas a su casa fueron más frecuentes; mi corazón se había enamorado perdidamente y estaba lleno de felicidad que esperaba el amor grato y sereno de Itachi. ¡Deseaba tanto que fuese mi prometido! Ya lo era, y mi alegría era tanta, que llegaba a desembocar en múltiples cursilerías y ridiculeces (¡Feliz entusiasmo ya lejano!) que en ese entonces no vi.

 

Sasuke fue el pequeño devorador de mis besos, que aún no podía darles mejor destino, e igualmente devorador de los bombones que yo le llevaba, galantemente. Verdad que yo lo quería mucho, y él sentado sobre mis rodillas, cuando hablaba con Itachi, supo con qué vacilación se acarician los cabellos de una criatura, cuyo hermano, sentado frente a nosotros, nos mira jugando ligeramente con el pie.

 

Todos los días, cuando yo llegaba, él corría a colgarse de mi cuello. Me apretaba largo rato contra su rostro. Cerrando sus ojos. Entonces, yo podía percibir ese ligero aroma dulzón que desprendía su ropa y su piel. Lo cargaba, él se separaba un poco y con una amplia sonrisa, exclamaba:

 

-      ¡Hola, Naruto!

 

 

Una noche, Itachi me dejó solo con él un momento. Sasuke había pasado esa larga hora acurrucado en el sofá, mirándome con sus ojos umbríos. Fui hacia él y lo besé. Bajó la vista.

 

-      ¡Oh! - exclamé - Mi pequeño ya no me quiere más, ¿verdad?

Levantó la cabeza apenas, me lanzó una furtiva mirada y se estremeció. Me incliné sobre él y susurré muy suavemente:

-      ¿No?... ¡Y yo que creí que me querías tanto!

 

Me incorporé para irme. En ese preciso momento, él se levantó de un brinco del sofá y me echó los brazos desnudos, locamente.

 

-      ¡Sí, te quiero, te quiero mucho! - me besaba la frente, los ojos - ¿Por qué me haces esto? - y repetía solamente, sacudiendo la cabeza con los ojos cerrados: - ¡Sí, te quiero, te quiero mucho!

 

Itachi entró con suave paso. Al vernos, cariñoso hermano, se inclinó sobre Sasuke, éste ya estaba con los pies en el suelo, le juntó la frente contra su cintura, abrazándolo y dijo:

 

-      ¡Ya me parecía que el enojo de Sasuke no iba a durar!... ¿Creerás? Esta noche, mis padres y yo hablábamos de ti, y Sasuke se puso de pronto tan enojado, que todos nos dimos cuenta. Cuando me vio reír, huyó llorando. Estaba furioso conmigo, y extrañamente contigo también. Este pequeño - concluyó revolviéndole los cabellos - me odia. En cambio... - murmuró alzando lentamente hacia mí su franca mirada.

 

Él y yo nos perdimos enseguida en susurros de amor.

 

 

╬ • ╬ • ╬

 

 

Sasuke no jugaba más. Sasuke no hablaba más. Sasuke adelgazaba...

 

Enfermó; el dulce amigo de mis confidencias.

 

Se hundió en la cama, preso de una anemia mordaz. Su piel ya era blanca, al enfermar parecía casi transparente. Solamente sus labios continuaban encendidos, más rojos aún que los de Itachi, como si la diminuta llama apasionada de su vida se hubiera avivado precozmente con mis besos que, - ¡Por qué lo besé tanto! - no pasaban a su hermano.

 

Veinte días su existencia vaciló, dubitativa, entre el esfuerzo y la nada. Los médicos en consulta diagnosticaron desgracia. Yo velé como ningún otro sus noches pesadas de su desfallecimiento, y los augurios de felicidad que había hecho con Itachi, eran ahora tristes oscilaciones de cabeza que cambiábamos al pie de su cama.

 

Una noche de franca esperanza, hablaba con Itachi del nombre adecuado para un posible descendiente nuestro. Concluí:

 

-      Si es mujer, que lleve, en fin, el nombre de tu madre o la mía... Si es hombre, el tuyo.

 

Itachi hizo una mueca con la boca, inconforme.

 

-      No, no me gusta. Busca otro - dijo

 

Mis ojos entonces se fijaron en el enfermo que nos miraba desde el fondo de su almohada blanca. Le envié un beso y dije:

 

-      Sasuke

-      Pues bien. Sasuke será, entonces

 

El pequeño sollozó:

 

-      No, no mi nombre

-      ¿Por qué? - pregunté, sosteniéndolo entre mis brazos - ¿Otra vez no me quieres?

-      Sí, sí - murmuró apretando su mejilla contra la mía. Y gemía, estrechándome - ¡No, mi nombre no!

 

 

Llegó el día 24 de Junio: todo estaba perdido. Sasuke entendió que se estaba muriendo, y al lado de su madre y su hermano, revivió un momento... sólo para mí. Me hizo llamar: quería estar solo conmigo. Se levantó débilmente, estuvo a punto de caer, pero se sostuvo con la cabeza bajo mi cuello.

 

-      Voy a morir - musitó, para después toser. Sentí dolor en mi pecho al oírlo decir esas palabras. Tiritaba bajo mis brazos - Voy a morir, creo. Y yo quería haber vivido... ¡Cómo te quiero! ¡Cómo te quiero! - murmuraba - Si pudiera morir así...

 

Tembló un momento, como si se estuviese tratando de esconder.

 

-      Dime: ¿Me hubieras querido tú a mí?

 

Murmuraba palabras incomprensibles, frases entrecortadas, enunciados sin sentido. Estaba muriendo. Tenía la vista caída, deslizaba el pulgar a lo largo de los dedos. Movió la cabeza tristemente.

 

-      No... no... - un largo escalofrío le recorrió su lánguido cuerpo. Suspiró con dificultad - ¿Me quieres dar un beso?... Dímelo...

-      ¡Claro que sí! ¡Cuantos quieras!

 

Se colgó entonces de mi cuello, echando la pálida cabeza hacia atrás:

 

-      Un beso como si fuera... - cerró los ojos - Como si fuera... - volvió a abrirlos lentamente, apenas: - ... Itachi...

 

Hombre y todo, me puse pálido. No dije nada, no pude hacerlo, estaba temblando. Me incliné hacia él, sentí su débil respiración y... uní mi boca a la suya. Para él fue tan grande esa dicha, que se desmayó. Por mi parte, puse en su boca el beso de más amor que haya dado jamás en mi vida.

 

 

╬ • ╬ • ╬

 

 

Me casé con Itachi. Sasuke tiene hoy dieciocho años y a veces recordamos ese capítulo de su niñez.

 

-      Francamente - me dice sonriendo - Creía que iba a morir. ¡Cuánto tiempo! ¿verdad? - se calla, perdiendo la mirada a lo lejos - Y sin embargo - suspira como perdiendo la dicha - ¡Cuánto hubiera dado entonces por tener ocho años más!

 

Es su misma hermosura, sus mismos ávidos ojos, ese mismo aroma dulzón aunque ya más maduro y su misma adorable boca, una sola vez mía. Lo miro largamente: él no. Se va. Al llegar a la puerta, vuelve lentamente la cabeza y me dice siempre en suave burla:

 

-      Dime: ¿no me harás morir de pena como antes?

 

 

 

Notas finales:

Bueno, acá me despido, esperando que les haya gustado... ¬_¬

 

Nos andamos leyendo!!!!

 

Besos!

Yoko^^¡

PD. Recuerden dejar un revi antes de irse... hehehehe... Háganme saber si les gustó, y si ya han leído el cuento, qué tal les pareció mi adaptación... ^^¡


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