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Because of you por SuzukiMatsumoto

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Notas del fanfic:

Bueno... Como siempre me decían que mis capitulos de fics son muy cortitos esta vez me he superado ^w^

Espero que les guste!!

Notas del capitulo:

Es todo desde el punto de vista de Reita.

 

Estoy ahora tumbado en el sofá de mi cuarto pero ya no siento tu aroma, solo siento el aroma del tabaco que sale de aquel cigarro de entre mis dedos, ya medio acabado. Lo miro, doy alguna que otra calada y cierro mis ojos.

Me había mudado de aquel departamento donde compartíamos una vida desde hace 4 años atrás, bueno, casi 4.

¿Qué nos había sucedido?

Abro los ojos, miro el reloj, las horas son mas que eternas.¿Cuánto tiempo llevaba sin sentirte?¿5 meses? Respiraba lento, apagué el cigarro y una vez más, como cada amarga noche, rompía a llorar.

Aquel día llovía, llovía con tanta fuerza que parecía que los cristales del hogar iban a romperse pero al final lo único que acabó destrozado fue mi corazón.

“Si estás cansado de mí, solo déjame” Eso me dijiste y yo en lugar de abrazarte y decirte que te amaba, preparé las maletas y te dije “Esto es un adiós” y así se acabo todo ¿Y por qué? Por una discusión absurda, patética.

¿Cómo estarás? ¿Tendrás a otro para sustituirme? Alguien que te bese, que te mire, que susurre en tu oído palabras de amor, que te diga que eres suyo, que te haga el amor como tantas veces yo hice…

¿Ahora quién… Takanori?

 

Me levanté del sofá y me paré justo en frente del mueble donde estaba una foto tuya y mía. Estábamos en backstage, tú besabas mi mejilla y yo sonreía como un idiota.

Quería volver a aquellos días, ahora más que nunca y más que nadie, te extraño.

 

Sin darme cuenta, aquella noche, me llevé tu camisa corta que usabas para dormir la cual ahora abrazo todas las noches, oliendo tu aroma, imaginando que te abrazo a ti.

Miré mi celular, fui a mi agenda, encontré tu nombre.

 

-         Takanori… - Susurré.

 

¿Debería presionar el botón de llamada? ¿Qué podía decirte?

Cerré los ojos y presioné aquel botón, coloqué el teléfono en mi oído y suspiré, sabía  perfectamente que no ibas a responder… O al menos eso creía.

 

-         ¿Moshi, moshi? – Respondió él.

-         Ruki… - Dije nervioso.

 

Escuchar mi voz al parecer le sorprendió y tardó un poco en responder.

 

-         Dime…

-         ¿Puedo verte?

-         ¿Para… qué? – Parecía nervioso.

-         Solo quiero hablar contigo.

-         ¿Sobre qué?

-         ¿Y si te lo digo en persona?

-         ¿Y si no?

-         Vamos… No seas borde… - Insistí.

-         A las 11 de mañana…

 

Dijo eso y colgó el teléfono directamente.

No sabía si estar triste o feliz porque iba a verle aunque sabía que no podía tocarle aunque lo más que quería era volver a tenerlo para mí, es mío y solo mío.

Esta misma noche es otra en las que no puedo dormir, no consigo conciliar el sueño.

Abrí la puerta de mi cuarto y me tumbé en mi cama. ¿Qué iba a hacer cuando le viera?

¿Volver a ponerme la máscara que utilizo en cada puto ensayo porque no puedo tocarte?

Esa máscara que envuelve mi tristeza en una falsa felicidad que hace que me queme el alma lentamente.

Tengo que fingir ser feliz, no quiero que los demás anden preguntándome no quiero que piensen que soy victimista.

Pasé una noche horrible, no conseguí dormir y cuando quise darme cuenta ya había amanecido.

Recién salió el sol me levanté de mi cama y me miré al espejo, me sentía horrible, sin ningún encanto y me miraba con una cierta indiferencia.

Fui a mi armario y cogí ropa para ese día. Elegí una camisa corta de tiros, con uno de mis pantalones negros favoritos a los que añadí cadenas y una chaqueta de cuero, acompañado todo, por supuesto, por mí querida bandnose. Me peiné y maquillé los ojos como todos los días, cogí las llaves y salí de mi casa.

Pensé en regalarle algo bonito que lo hiciera sentir bien pero no sabía bien que hacer además las tiendas no abría aún, me senté en el banco a esperar mientras pensaba en algo.

¿Rosas? Sé que le gustan mucho las rosas pero a lo mejor le parece algo muy cursi.

Me quedé apoyado con mis manos en las rodillas, mirando a ninguna parte.

Sobre las 8 de la mañana vi como abrían una tienda de regalos y decidí entrar a ver que tenían.

Empecé a buscar cosas que pudieran gustarle al chibi pero no sabía que darle.

La dependienta me vio perdido y se acercó a mí.

 

-         ¿Busca algo, joven?

 

La miré. Era algo mayor, ya tenía sus años pero parecía amable.

 

-         Sí… Un regalo.

-         ¿Para su novia?

-         Más o menos – sonreí.

-         Bueno… ¿Qué tal unas flores? – Me devolvió la sonrisa.

-         ¿No es algo cursi?

-         A las mujeres nos gustan mucho las flores rey. – me intentó animar.

-         Bueno es que realmente… - Pensé un instante. – Sí, estaría bien unas flores.

-         Se las prepararé ahora mismo.

 

Se dirigió a un pequeño almacén y yo me acerqué a una pequeña estantería en donde vi unas pulseras en negro donde podías añadir las letras que quisieras. Eran brillantes y bastante bonitas.

La señora salió con un ramo de flores, rosas para ser más exactos y me miró sonriendo.

 

-         Disculpe, una pulsera de estas también me gustaría. – Le dije.

-         Sí, puedes coger tu mismo las piezas y formar la pulsera.

 

Le hice caso y cogí la letra R y la puse en la pulsera, después un corazón que había también y por último otra R. Se la llevé a la señora a la caja.

Me dijo el precio de las dos cosas y pagué lo que tenía que pagar.

Le di las gracias y justo cuando fui a salir me detuvo un momento.

 

-         Eh, joven.

-         Dígame – Me detuve.

-         Toma. – Me dio un anillo de plata precioso.

-         ¿Y esto? – La miré confuso.

-         Para tu niña. – Sonrió. – La hará feliz.

 

Se lo agradecí varias veces y salí rápidamente hacía la casa de Ruki.

Esperé en las escaleras de la entrada hasta que se hicieron las 11, no quería llegar ni muy temprano pero tampoco tarde.

Cuando se hizo la hora, me temblaba todo el cuerpo, tenía un gran nudo en la garganta y se me removía el estómago.

Me levanté y suspiré, seguidamente toqué el timbre de su casa. Tenía los regalos en una mochila que había llevado también.

El abrió y me miró. Se le notaba un poco triste al verme.

 

-         Buenos días Ruki…

-         Ehm… Hola… - Me desvió la mirada.- Entra…

 

Me dio paso y Koron-chan me recibió como siempre, saltando alrededor de mí con la lengua hacia fuera, muy hiperactivo. Lo acaricié y sonreí.

Giré mi cabeza ligeramente y vi como mi pequeño me miraba y cuando me giré del todo a mirarlo el apartó su mirada rápidamente.

Me acerqué a el y cogí sus manos y las coloqué contra mi pecho sin soltarlas.

 

-         ¿Sabes? – Le dije y me miró. – Hay cosas en la vida que no están claras.

 

Me miro muy extrañado como que no entendía lo que quería decirle.

 

-         Hay veces que cuando no tienes algo, no eres nada. – Continué.

-         Sí… Lo sé… - Respondió.

-         Ese algo para mí… Eres tú.

 

El tragó saliva y se apartó de mí lo más rápido que pudo y me dio la espalda.

 

-         Tú y yo ya hemos terminado Akira, ahora y para siempre.

 

Acallé sus palabras cuando con mis brazos rodeé su cintura por su espalda y lo abracé con fuerza.

 

-         Pero dime una cosa Ruki…

-         No tengo nada que…

-         ¿Me amas? – Le interrumpí

 

El se quedó callado un instante y se apartó nuevamente de mí y me miró.

 

-         ¿Viniste para joder nada más? – Comenzó a alzar la voz

 

Negué con la cabeza, no pensaba crear una nueva discusión otra vez tan solo quería recuperar lo que es mío.

 

-         Entonces dime una cosa ¿Por qué te alteras?

-         Porque dices estupideces, no te amo quiero que te largues. – Gritaba pero no me miraba.

 

Me acerqué a él y lo tomé del mentón para obligarlo a que me mirara.

 

-         ¿Por qué no me miras entonces?

 

Cerró sus ojos y recibí una bofetada con todas las ganas que él quería darlas en ese momento.

 

-         Pensaba que podía controlar mis pensamientos, pero descubrí que cuesta mucho callarme lo que siento cuando te miro. Todo ese sentimiento consigue quemar mi alma.

No quiero que lo dejes todo por mí, solo quiero que escuches a tu corazón Ruki… Y no te mientas a ti, ni me mientas a mí. No sé cuantas veces he intentando olvidarme de ti, cuanto me retuve esos 5 meses para no marcar tu teléfono… Siempre lucharé por ti aunque tú te niegues a eso… No puedes evitar que te ame.

 

Volví a acercarme a él y vi como sus lágrimas salían con mucha fuerza, lo hacía en un llanto silencioso pero no podía evitar que lo viera.

Lo tomé con mis brazos y lo abracé con todo el amor que tenía para darle.

Esta vez no me rechazó y me correspondió abrazándome también.

Lo acompañé para sentarnos en el sofá de su salón y lo tomé de las manos.

 

-         Estoy muy arrepentido Taka. – Lo miré a los ojos. – Fui un imbécil y no supe valorarte como te mereces. Si me dejas, puedo demostrarte que puedo hacerte feliz Ruki… Déjame amarte.

 

Él me miró desconcertado, como sin saber que hacer, estaba asustado por su respuesta. Ni siquiera yo sabía como estaba consiguiendo decirle todo esto.

 

-         Reita… Yo… - Susurraba.

 

No podía dejarle acabar la frase, ya no podía retenerme más así que decidí volver a tomar sus labios con los míos.

Lo más que me extrañó fue que no me apartó, tampoco se quejó. Me siguió sin pensarlo.

 

Al rato me separé y lo miré.

 

-         ¿Me dejas?

 

Él asintió con su cabeza, estaba muy sonrojado, me encantaba que fuera tan tímido para mí.

 

-         Gracias mi pequeño… - Sonreí y las lagrimas escapaban de mis ojos pero esta vez, no era de tristeza si no de la profunda felicidad que sentía en ese momento.

Esta vez fue el quien se lanzó a mis labios, empezando a besarme.

Lo miré, sin dejar de besarlo, con los ojos entrecerrados y empecé a acariciar el torso de ese hombre que me hacía enloquecer con cualquiera de sus movimientos.

Se encargó de quitar mi chaqueta de cuero mientras pasaba sus piernas por las mías y quedaba de rodillas en el sofá, quedando frente a mí.

No dudé tan siquiera un momento en quitar su camisa y besarle la zona de su abdomen, lentamente con mi lengua subí a su cuello. Sabía que era una parte muy sensible y que lo excitaba demasiado. Volví después de tanto a escuchar sus jadeos, lo escuchaba susurrar mi nombre nuevamente.

Lo levanté y lo llevé, entre besos y caricias, a su cuarto de baño y lo puse contra la pared. Me dispuse a bajar su pantalón y terminar de quitárselo.

Quería descontrolarme, hacerlo mío otra vez.

Lo tomé de sus brazos y lo entré en su ducha. Me miró con deseo y yo le devolví la misma mirada. Abrí el chorro de la ducha, nos encontrábamos debajo.

Cuando quise darme cuenta me fijé que yo aún seguía vestido, Ruki sonrió un poco al darse cuenta.

 

-         No te preocupes, yo te la quito. – Me susurró.

 

Atrapó mi cuello con sus labios y lo besó frenéticamente, aprovechó entonces para quitar mi blusa y mi pantalón lo más rápido y sensual que podía. Tenía que reconocer que desde siempre el pequeño había sido muy sexy y eso me provocaba aún más.

Bajé su ropa interior y el la mía y sacamos la ropa mojada fuera de la ducha.

Me pegué a su cuerpo sin dejar de acariciarlo y tomé su erecto miembro con mi mano para tocarle, para hacerlo sentir bien.

Notábamos como el agua de la ducha caía sobre nosotros y nuestros cuerpos calientes  tan pegados.

Pegué mi frente a la de Ruki y cerré los ojos sintiendo todo eso mientras aceleraba con mi mano el sube y baja.

 

-         Házmelo Reita… - Me dijo con los ojos cerrados.

-         ¿Qué te haga el que? – Sonreí a medio lado, quería que me lo dijera.

-         Hazme… El… El amor… - Dijo entre jadeos, sonrojándose aún más.

-         Vale. – Reí un poco.

 

Lo levanté para enganchar sus piernas a mis caderas y penetrarlo despacio para no hacerle mucho daño.

Volví a sentirme en su interior, volví a sentir que los dos éramos uno solo.

Los movimientos se sentían más frenéticos y el vaivén se hacía cada vez más rápido

No sé durante cuanto tiempo estuvimos disfrutando nuestros cuerpos, pero quise hacerlo eterno. Ambos llegamos al clímax al mismo tiempo, nuestros corazones latían con fuerza.

Nos duchamos juntos y después salimos.

Cuando nos vestimos, el enano se secaba el pelo y yo salí un momento a buscar en mi mochila, los regalos que tenía para darle.

Aparecí por su espalda con el ramo de rosas que le había comprado y el se giró a mirar sorprendido.

 

-¿Y esto?

- ¿Te gusta? Es un poco cursi pero… - Dije mirando abajo.

- Son preciosas. – Sonrío y me besó los labios.

Cogió las rosas y las miró feliz, esa sonrisa… Realmente la extrañaba.

 

-         Y no es todo, tengo dos cosas más.

-         ¿Ah? ¿Y tanto regalo? – Me miró.

-         Uhm… Me hacía ilusión – Reí.

 

Saqué la pulsera y le miré sonriendo mientras se la ponía.

 

-         Espero que te guste… Me parecio bonita por eso te la compré.

 

Me abrazó dándome las gracias.

 

-         Ahora… Cierra los ojos Ruki.

-         ¿Por qué? – Preguntó.

-         Es una sorpresa – Me hice el interesante.

-         Bueeeeno … Vale – Rió.

 

Saqué el anilla y tomé su mano colocandolo en su bello dedo y sonreí.

 

-         Cásate conmigo pequeño…

 

Abrió los ojos rápidamente y miró el anillo para seguidamente mirarme a mí.

Lágrimas salian de sus ojos mientras sonreía. Parecía intentar decir algo pero no le salía.

 

-         ¿Entonces…? – Dije mientras secaba sus lágrimas con mis dedos.

 

Saltó a mis brazos y me abrazó con fuerza.

 

-         Por supuesto – Dijo finalmente.

 

No podía creermelo que al final todo saliera bien. Lo besé y acto seguido lo miré.

 

-         Te amo mi pequeño.

-         Te amo Reita…

 

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado leyendolo como yo escribiendolo ^w^

Dejenme reviews porfa !!

 

Se cuidan Sayo ~


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