Un nuevo día iniciaba. El astro rey comenzaba a asomarse dándole un aspecto maravilloso a lo que tocase, gracias al rocío que cubría con un fino manto todo lo que quedaba a merced de la noche.
Shino abrió los ojos lentamente y sonrió mas que complacido, ya que lo primero que vio al despertar fue a su adoración, acostado bocarriba y murmurando algo incomprensible en sueños. Además se encontraba destapado y con el cabello revuelto, lo que le daba un aire tierno, casi infantil.
Tomó sus lentes (se los había quitado en la noche) y, después de meditarlo un momento, se acercó a Kiba decidido a robarle un beso. Rogando no despertarlo, posó su mano en la mejilla del chico. Claro que no contaba con que, al contacto de su mano en el rostro del muchacho, este se diera vuelta dándole la espalda y dejándolo con las ganas.
-“en otra ocasión será”- pensó algo decepcionado. Luego, salió de la tienda para desayunar algo. Le hubiese encantado esperar a Kiba… pero debía mantenerse alejado de él.
Por su parte el castaño dormía con una sonrisa de oreja a oreja, hasta que el sol le dio justo en el rostro, interrumpiendo su sueño. Se sentó en el futón, se estiró un poco y luego comenzó a mirar a su alrededor.
-Shino ya se levanto- bostezo ampliamente y comenzó a llamar- Akamaru…Akamaru, ven acá “cierto, la sensei no me permitió traerlo conmigo”- bostezo nuevamente, en realidad estaba mas dormido que despierto. Repentinamente, toda su atención se dirigió al futón de Shino. Lo tomo en sus manos y aspiro el aroma impregnado en él…
-Shino huele muy…bien- lo apretó contra su pecho- “que esta pasándome?-se preguntó- siento que moriría de la tristeza”.
Era ridículo. justamente él, un Inuzuka, se sentía herido y por qué: por que Shino no le dirigía ni media palabra…después de todo, era culpa suya…quien lo mandaba a acostumbrarse a un nuevo Shino, si sabia de antemano que no duraría…cerro los ojos y el nombre de su compañero escapo en forma de susurro de sus labios.
Tan perdido estaba en sus propios pensamientos, que no noto que era observado desde la entrada de la tienda por Aburame.
Shino se alejo hasta donde el jutsu se lo permitía y se recostó contra el troco de un árbol mientras repasaba lo anteriormente ocurrido: Kiba abrazando su futón y pronunciando su nombre, eso quería decir que sentían lo mismo… o tal vez solo vio lo que quería como si se tratase de un bello espejismo?; recostó la cabeza en el tronco del árbol y se dedico a observar el cielo a través del follaje.
-oye Shino- dijo Kiba al salir de la tienda- ya com…?- no completo la frase, se quedo en silencio observándolo. Se lo veía relajado, los finos rayos del sol se escabullían entre las hojas y caían como finos hilos dorados sobre el chico de lentes. La brisa comenzó a mecer la oscura cabellera.
No entendía lo que le estaba ocurriendo, nuevamente se quedo estátitico. Sentía que podía pasar horas hipnotizado mirando a Shino como si fuese lo más interesante del mundo, sus mejillas ardían y su corazón latía desesperadamente.
-Kiba- le hablo cuando noto la insistente mirada de su compañero sobre él. Al no hallar el menor signo de haber sido escuchado se acerco a él- comencemos a entrenar.
-s…si-fue todo lo que torpemente pronuncio.
Comenzaron con el control del chakra.Lo que significaba, basicamente, trepar arboles; corrían por el tronco del vegetal y luego saltaban hacia otro, lo hacían lo mas rápido posible.
Llevaban entrenando un par de horas. La velocidad de Kiba había disminuido notablemente y sus reflejos estaban algo tardíos, si se trataba de competir contra Sasuke no tenían la mínima posibilidad de vencer.
Shino no quería presionarlo, pero aumento la velocidad de los saltos… simultáneamente Kiba aumento la velocidad de los suyos. Al poco tiempo comenzó a sentirse mareado, pero aun así intento seguirle el ritmo. El silencio del lugar solo era interrumpido por el sonido de las hojas…Kiba comenzó a jadear, veía a Shino frente a él, llevándole la ventaja. En otra situación hubiese hecho un escándalo e intentaría sobrepasarlo, esta vez no tenia las fuerzas necesarias siquiera para elevar la voz…tal vez ese era su problema.
-”soy muy escandaloso?...soy molesto…o quizás… soy una carga?-pensaba sin darse cuenta que estaba bajando el ritmo- que es…lo que realmente le molesta de mí?”. De repente su vista se nubló y lo ultimo que sintió segundos después, fue algo presionando su muñeca.
Shino se volteo rápidamente y pudo sujetar a su compañero antes de que se hiciera daño, aunque por eso acabo con un raspón en la pierna izquierda y un pequeño corte en la mejilla derecha.
-Kiba- lo sacudió un poco- KIBA!...reacciona- lo abrazo de forma que podía hablarle al oído- no me hagas esto…por favor.
Sin darse cuenta una lágrima había escapo de sus ojos, cayo en la morena mejilla y se deslizo hacia los labios de Inuzuka. Shino vio la salada gota y la limpio con su pulgar. Luego tomo a Kiba en brazos de forma matrimonial y se dirigió lo mas rápido posible hacia la tienda.
-“espero que no sea nada grave”- pensó.
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Se despertó sintiéndose mareado y confundido. Le dolía la cabeza y el estomago, no podía enfocar bien y eso lo ponía bastante nervioso. Intento levantarse pero le resulto imposible.
Se froto los ojos intentando ver con claridad y pudo ver que se hallaba dentro de la tienda…solo. Jamás se había sentido así, siempre pensó que actuar solo significaba ventaja, por eso la sensei los había enviado a entrenar y para colmo tenia que soportar la actitud de Shino…Por que tenía que pensar en él siempre?
Intento sentarse nuevamente, casi lo había logrado, cuando perdió fuerza y un nuevo mareo se hizo presente… Shino lo sujeto y luego lo recostó un poco apoyándole la espalda en sus mochilas. Kiba se dejo hacer sin siquiera mirarlo de frente, lo escucho suspirar.
- comiste algo esta mañana?-le pregunto después de ubicarse frente a él. La única respuesta que recibió fue una leve negativa con la cabeza- no debiste entrenar con el estomago vacio, eres un inconsciente-dijo aparentando indiferencia.
Kiba apretó los puños y pensó: “ no tenia apuro en entrenar. Además, creí que al menos… me esperarías”, pero no dijo nada… solo se quedo en silencio, mirando hacia uno de los lados.
Shino no apartaba la vista de su compañero. Se sentía muy culpable del estado del castaño, sabia que no había medido sus palabras, pero ya no había forma de retirar lo dicho.
Kiba por su lado no quería pensar en nada, ese entrenamiento estaba resultando inútil. Temía que si perdían contra Sasuke y Naruto, disolvieran el equipo. Lo separarían de Hinata y de Shino…aunque tal vez, eso seria un alivio para el chico de lentes.
Inuzuka lanzo un enorme suspiro y se llevo una mano a la cabeza.
-te sientes bien? –pregunto Shino preocupado mientras se ponía de pie, pero no recibió respuesta de su compañero.
Lo recordaba en la academia: siempre alardeando de su clan y de sus habilidades, orgulloso de si mismo, altanero y extravagante. Jamás había aceptado ayuda de nadie, aunque realmente la necesitara. Se la pasaba creando problemas o buscando pelea… le había llamado la atención desde el primer día. Cuando los designaron como miembros de un mismo equipo, se había propuesto no seguirle el juego. Pero ese carácter fuerte y decidido, esa terquedad…lo habían conquistado en muy poco tiempo.
Kiba era de ese tipo de personas que no saben cuando callarse. Por esa razón, Shino sentía que se volvería loco si no le decía algo…cualquier cosa. Aunque fuese un insulto, sabía que lo merecía.
Pero el muchacho guardaba silencio. Entonces, Shino se dirigió hacia la salida pero se detuvo al oír la voz de su compañero.
-la verdad…no me siento bien- le dijo en voz baja- hace tiempo comenzaste a evitarme…creí que no me importaría, pero…estaba equivocado-volteo a verlo.
El chico de los insectos estaba de espaldas, no hacia el más mínimo movimiento. De hecho, no daba señal alguna de estar escuchándolo, aunque fuese todo lo contrario.
-si hay algo que te moleste, dilo- esperaba una respuesta- DI ALGO ,MALDITA SEA!!!- le grito poniéndose rápidamente de pie…pero perdió el equilibrio y termino en brazos de su compañero.
-cálmate- le dijo tranquilamente Aburame- debes comer algo, te estas poniendo paranoico.
Kiba lo empujo alejándolo bruscamente, temblaba de ira y su corazón latía con desesperación.
-no te burles de mi- apretó los puños- tal vez no se mucho de cooperación y trabajo en equipo. Pero si hay algo que me molesta ,al menos lo digo de frente.
Shino escuchaba a su amado atentamente y no sabia que decir para que no sonaran evidentes sus sentimientos: “ yo te quiero y por eso solo busco lo mejor para tí”
Kiba apretó puños y dientes con fuerza, si Aburame no le decía nada, estaba dispuesto a sacarle todo a golpes. Aunque después la sensei lo expulsara o lo obligara a volver a la academia, simplemente necesitaba saber la razón…ya no podía seguir con la duda…no podía seguir tratando de adivinar la causa de la actitud de su compañero.
Necesitaba saberlo inmediatamente.
-es mejor que te deje solo un momento- dijo Shino mientras se acomodaba los lentes- parece que mi presencia te irrita.
No alcanzo a darse la vuelta, cuando Kiba lo sujeto del cuello de la chaqueta.
-no huyas, Shino!- le grito- he estado solo todo el tiempo. Respóndeme una cosa: que rayos te pasa conmigo?!
Al oír la petición del castaño los ojos de Shino se abrieron ampliamente, por supuesto, no pudo notarlo gracias a los lentes oscuros.
“que rayos te pasa conmigo”… le pasaban muchas cosas, pero no podía decirlas. Si abría su corazón, todo su esfuerzo sería en vano. Decidió que la mejor opción para él, era simplemente guardar silencio y dejar que Kiba se desahogara.
-Estoy harto!!!- grito Kiba soltándolo. Inmediatamente Shino cerró los ojos a la espera de un golpe…uno que nunca llego.
Luego de un par de segundos, abrió los ojos. Kiba estaba parado frente a él con la cabeza gacha… Shino se dispuso a salir, cuando el jutsu de la sensei hizo efecto…la distancia entre ellos se acorto tanto que Shino vio como varias lagrimas se deslizaban por las sonrojadas mejillas de su adoración.
-no te entiendo…y no me entiendo- se llevo ambas manos a la cabeza- mírame…soy patético- se froto un poco los ojos- ni siquiera se por qué…estoy llorando- a causa del llanto le costaba un poco hablar con claridad- si me odias…al menos dímelo de una buena vez, IDIOTA!!!
No pudo seguir hablando, ya que, fue sorprendido por un repentino abrazo por parte de Aburame.
-tu no entiendes nada- le susurro suavemente al oído.