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EL BAÑADOR por DRAGIOLA

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Notas del fanfic:

PRIMERO QUE NADA, KYO KARA MAOU NO ES DE MI AUTORIA, SOLO UTILIZO LOS PERSONAJES DE ESTE GRAN MANGA Y ANIME PARA CREAR HISTORIAS PARA DIVERTIR A LOS FANS DE ESTA.

 

SE PODRIA DECIR QUE ES LA CONTINUACION DE "UN DIA DE PAYA", SI NO HAY LEIDO ESTE ONSHOT DE MI AUTORIA NO IMPORTA, SE PUEDE LEER SIN NECESIDAD DE HABER LEIDO EL OTRO.

Notas del capitulo:

YURI ESTA INDIGANADO AL NO ENCONTRAR EL APOYO DE SUS CONOCIDOS.

                                 EL BAÑADOR


Todos disfrutaban de un delicioso almuerzo, con excepción de cierto moreno que seguía molesto por los acontecimientos ocurridos esa mañana. Un joven de anteojos miraba con suma curiosidad la actitud de su amigo, era obvio que se había perdido algo, mala la hora en al que quiso familiarizarse con la historia de aquel pueblo en el cual habría nacido en otra vida. Gracias al cielo se encontraba la madre de cierto demonio para
averiguar por el.



-Heika, Wolfy, como estuvo el baño- ninguno contesto, una sorprendida Cherry miro a su otro hijo.


-Conrad ocurrió algo en su paseo en la playa- este le miro con su típica sonrisa.


-Nada Madre, tuvimos una buena mañana- a lo que un iracundo muchacho contesto enrabiado.


-¡Como que nada!, ¡acaso vas ocultarle a tu madre lo que paso!-


-¿Qué paso?- pregunto extrañada la ex reina por la actitud del actual regente de los demonios.


-Nada Hahue, no prestes atención al enclenque- dijo un calmado rubio, sin siquiera despegar la mirada de su plato.


-Como se atreven a dejarme como un mentiroso-


-Nadie a dicho que lo seas Heika- respondió el castaño sonriéndole.

Ahora entendía porque el hijo mayor de la ex-maou era tan aprensivo con su hermanito, es que Conrad era demasiado despreocupado con aquel bishounun.


-¿Y bien?, ¿Qué paso?- pregunto con cara de preocupación fingida, un Murata a su amigo, quien le agradecía desde el fondo de su corazón por tomarle en serio.

-Veras Murata, el pobre de Wolf fue acosado a vista y paciencia de este- dijo indicando al castaño.

-¡Wolf es cierto!- preguntaba una intrigada rubia, que también deseaba saber lo ocurrido, sabiendo que la única manera de enterarse era provocando a su pequeño demonio de fuego.


-¡Madre!, ya te dije, no le hagas caso a este debilucho- respondió el muchacho.


-¡Debilucho!, ¡debilucho!, pero no te quejaste cuando el inútil del debilucho te ayudo con esos tipos verdad-


-¡Cuando fue eso!- grito el demonio que se encontraba cara a cara con su prometido.


-¡Pues hace pocas horas!, ¡ o crees que esos tipos te dejaron en paz por harte de magia!-


-¡Pero de que diablos hablas!, ¡ellos ni se me acercaron!-


Conrad se percato que ese seria uno de esos dias en que solo el podría intervenir para que esos dos mocosos no se mataran.


-Entonces fue usted quien creo esa gigante ola Heika Yuri- pregunto como si nada el castaño.


-No me llames Heika, tu me nombraste, cuantas veces…- en eso se vio interrumpido por un efusivo rubio.


-¡Aja!, fuiste tu enclenque-


Tanto el gran sabio como la ex – sexy Queen se mordían las uñas por saber de que hablaban, mientras que esos tres seguían discutiendo.


-Hijo, ¿Qué paso?-


-Aquellos jóvenes fueron lanzados hasta una orilla contraria de la playa por una misteriosa ola, Hahue- contesto su hijo mediano.


-¡Nada de eso!, ya quedo claro quien fue el culpable- dijo autosuficiente el mazoku de fuego.
-¡Wolfram!- se escucho decir en tono suplicante al moreno, como si hubiesen contado algo privado de su persona.


-¡Kyaaaaaaaaaaa!, ¡HEIKA!- grito saltando en su puesto una emocionada una coqueta rubia.


-He, Shibuya pero aun no entiendo que le hicieron a Sir Bielfield- dijo algo extrañado el chico de gafas, tras escuchar al hasta ahora, pacifista rey.


-Heeeeee, veras, bueno, ellos, ellos, …¡AHAAA!,¡Murata como preguntas cosas tan obvias!- le dijo molesto a su interlocutor.


-Yo se lo diré Gran Sabio, ¡nada!- tanto su madre como el chico de cabello azabache seguían en ascuas, pero sentían que pronto se enterarían.


-¡Nada!, como que nada- decía un irritado maou, mientras un castaño intentaba tranquilizarlo.


-¡Pero si te devoraban con los ojos!- agrego alterado.


-Hay que ver cuan ingrato puede ser este hijo mío- decía con picardía la rubia. Al fin había alguien que lo entendía.


-Debo suponer entonces que quizás el atuendo de baño no fue muy apropiado entonces-dijo Murata arreglando sus lentes.


-¡Eso, eso es!, diste en el clavo Ken- dijo el rey.


-¡Uhuuuuuuuuuu!, majestad, quien lo diría, usted es demasiado celoso- dijo Lady Cecile llevándose un dedo a la boca, notoriamente en un tono juguetón.


-No, no mal interprete Cherry-sama, no es eso, jejeje- decía nervioso el moreno mientras rascaba su cabeza.


-¿En serio Heika?, porque mi niño no es algo que se pueda ignorar- continuaba diciendo juguetonamente, lo cual hacia mucha gracia al muchacho de gafas, mientras ponía mas nervioso al chico de orbes negras.

-¡Hahue!, no digas tonterías o ¡mi amigo aquí¡ es capas de mandarte a volar a ti también- dijo sarcásticamente un rubio, mientras le echaba una mirada al joven sentado a su lado.


Si había algo que molestaba tanto al castaño como a cierto Sabio, era la ignorancia total del rey para con sus sentimientos, por aquel ex – príncipe. En ocasiones llegaba al punto de desear abofetearlo para ver si con eso reaccionaba, pero luego recordaba a cierto demonio celoso, que no vería con buenos ojos aquello, por otro lado podía plantarle un gran golpe en la cara, cuan relajante seria eso, porque aunque fuese el rey, el era conocido como El Gran Sabio, de solo pensarlo un peso se desvanecía de su pecho.



-¡Enclenque pervertido!- grito el rubio.


-¡Yo no soy eso!- alegaba el rey.


-Tu eres quien tiene la mente sucia- seguía Wolfram.


-Eres un ingrato, así me pagas el haberte salvado- decía en tono sentido el moreno.


-¡Jajajajaja!, un debilucho como tu, no me hagas reír- decía molesto el demonio.


Tanto pleito lo saco de su placentera ensoñación, pero no importaba, ya tenia la solución.


-Shibuya, creo que traje un bañador extra, si gustas puedo prestárselo a Wolframkyo- dijo inocentemente.


-Gran Sabio, usted también- decía un asombrado Conrad, acaso esos dos se preocupaban tanto por su pequeño hermano, seria cierto lo que decía su ahijado, acaso no le prestaba la atención suficiente a su hermanito.


-Se lo agradezco su Eminencia, pero yo tengo que ponerme- dijo el ex –príncipe sin mirarles, a lo que una sexy Cherry grito sin tapujos.


-¡Pero Wolfy!, mamá quiere verte con un bañador diferente al que tienes-


-¡Hahue!, el que tengo esta bien-


-Bueno, solo quería ayudar- dijo cabis bajo el moreno de gafas, de inmediato la ex –maou se percato de que bajo esa postura triste, había picardía oculta.


-Quizás sea mejor así, escuche que sus bañadores son demasiado asfixiantes, no dejan mucho que ver- el chico noto la complicidad enseguida por lo cual agrego.


-Si, quizás no sea bueno para su hijo-


-mmm, creo que tiene razón, mi pequeño no lo resistiría-



En ese momento una palabra resonaba en la cabeza del rubio, “DEBILUCHO”, seria tan incomodo esos bañadores como para temerles, un momento, ¡WOLFRAM VON BIELFIELD NO ERA NINGUN COBARDE!. En tanto un moreno escuchaba atento la platica, no porque le interesara mucho la moda de ambos mundos, si no porque ahí estaba la respuesta a su preocupación.


-Yo quería ir al mar, pero no quiero ser el único vistiendo diferente- decía en tono apesadumbrado el muchacho de gafas.


-Pues no o harás- dijo su moreno amigo ante su mirada expectante.


-Wolfram también usara uno- termino por decir, a lo que un enfurecido rubio respondió.


-¿Y porque yo?-


-Acaso tienes miedo de una prenda de vestir- decía casi riéndose el moreno.


-¡Yo no tengo miedo de nada, soy un mazoku!- rebatía el demonio.


-Pues no me parece- el moreno insistía en molestarle.


-¡Ya veras que no!, ¡Eminencia!, necesitare su bañador-


-Por supuesto Wolfkyo- contesto con una ancha sonrisa que dejo intrigada a Cherry-sama y muy preocupado al Coni-chan del demonio.





Habían pasado tres horas, en las cuales Lady Cecile se había dedicado a empacar sus pertenencias en bellos cofres de madera con bordes de plata, no debía olvidar nada, por lo cual empaquetaba con sumo cuidado sus cosas, cuando desde afuera llegaron sonoros gritos, que iban en aumento, cada vez con mayor numero de insultos.

Un rubio entraba en la acogedora residencia vacacional de su madre dando un fuerte portazo tras de si.


-¡Ten cuidado, casi me rompes la nariz!- gritaba un moreno.


-¡Ojala lo hubiera hecho!- contestaba el demonio furioso.


-¡Wolfram!, el único molesto aquí debería ser yo-


-¡Y eso porque!, ¡si tu fuiste quien me puso en ridículo!-


-¡Yo no te hice eso, ingrato!-


-¡Claro que si enclenque!-


-Prefiero ser enclenque ¡a un total sin vergüenza!-


-A quien llamas sin vergüenza debilucho- preguntaba un molesto rubio con una bola de fuego formándose en su puño.


-Ya, ya chicos, no es para tanto- decía un muchacho de gafas con una tierna sonrisa.


-¡Y su Eminencia!- grito el rubio.


-¿Qué pasa con el?- pregunto extrañado el moreno mientras que el otro se apuntaba así mismo.

-También es tu amigo, pero a el no lo cubriste de pies a cabeza- Fue entonces que la ex

–maou noto como su hijo menor iba cubierto con una especie de saco, que tapaba graciosamente su cuerpo.


-Murata sabe defenderse- dijo el rey, mientras un enfurecido demonio gritaba con todas sus fuerzas.


-¡Soy un soldado maldito enclenque!, ¡manejo el mazoku de fuego a la perfección!, ¡aparte de ser quien protege al debilucho del rey!- decía lanzándole con ira bolas de fuego que el moreno apenas esquivaba, mientras un cansado castaño deseaba que ya fuera de noche para irse a dormir.


-¡Eres un mal agradecido!- grito Yuri.


-¡Ven aquí cobarde!-


-¡Así me das las gracias!-


-¡No cambies de tema!-


-¡Pudiste ser violado, yo te salve!-



La ex –reina se volteo hacia el Gran Sabio para enterarse del motivo que causo ese nuevo pleito, pero no tuvo ni que preguntar, con solo ver un pícaro muchacho, de extendida sonrisa, que solo llevaba puesto encima una pequeña tanga de color naranja, lo comprendió todo.


-¡No deberías tratarme así soy el Heika!- gritaba sentido el monarca, mientras su padrino intentaba intervenir en su favor.


-¡Wolfram vas a terminar hiriendo a tu prometido!-


-¡Que prometido!, ¡solo veo A MI AMIGO!, ¡el enclenque!- decía con bastante sarcasmo.

Con todo eso, solo una cosa se le pasaba por la cabeza a la sexy-Queen.

-¿De que color seria el bañador de Wolfy?


Como si el color fuese lo que molestara a un baka Heika, llamado Yuri Shibuya.







FIN

Notas finales:

ESPERO LES HAYA GUSTADO ESTA HISTORIA, OJALA ME HAYA SALIDO GRACIOSA.

DEDICADA A QUIENES PIDIERON UNA CONTINUACION.

GRACIAS POR LEERME.


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