Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Cuándo me dirás te quiero? por Zerase

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno aquí narro la historia de amor entre Rhino y Shinzo, esta historia se la dedico a mi prima Maribel, que espero que le salga todo muy bien en los estudios. 

Notas del capitulo:

Holaaaaa!!!!! Espero que os guste esta fanfic y me escribáis por favor... porque si no me desanimaré y pensaré que no os ha gustado y dejaré de escribirla

- Eres un pesado ¡déjame!, estoy trabajando- el pelirrojo no podía aguantar más las quejas del que era su mosca particular que le seguía a todas partes incluso si se descuidaba, hasta al cuarto de baño.


- ¡Oh! venga Rhino sólo un paseo por la playa, ¿es mucho pedir? – el hombre rubio que estaba detrás de él seguía insistiendo en tener una cita ellos dos solos, pero Rhino seguía negándose en rotundo, por varias razones (que solía indicar muy a menudo al mayor): Razón número uno, Shinzo era hermanastro de su señor; segunda razón, Rhino siempre recibía ordenes de su amo, por lo que tenía mucho trabajo, al contrario que el rubio; y razón número tres, porque no le daba la gana de ir con él.


- ¿Cuantas veces tengo que repetírselo? No, no y no- Rhino era un muchacho muy vital y se tomaba las cosas muy alegremente, eso fue el primer día, pero ahora era totalmente distinto. Shinzo llevaba ya un mes insistiendo en lo de la cita.
Rhino se dirigió hacia el despacho de su señor para llevarle unos informes importantes, y notó que el pelirrubio seguía detrás de él con un morro que le llegaba si se descuidaba, hacia la nuca del pelirrojo. Tocó a la puerta y al oír un ligero “adelante” entró con Shinzo detrás por supuesto. Kei no se encontraba sólo en la habitación también estaba un chico con cabello medio largo y ojos azules, sí era Aoi. Ya había pasado un año desde que el padre de Kei y Shinzo ganara la custodia del muchacho. Aoi había estudiado para ayudar en todo lo que pudiera a su amor, Kei, y se había integrado muy rápidamente en el trabajo, había que reconocer que el muchacho lo hacía de maravilla.


- Te traigo los informes Kei-chan- La actitud de Rhino cambiaba en la presencia de Aoi, pues no quería preocuparle innecesariamente por lo que le estaba pasando con su moscón personal.


- ¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de llamarme Kei-chan?- Kei siempre se enfadaba por ese apodo cariñoso. Desde hace un par de meses confesó a Aoi que éste cuando era pequeño solía llamarle Kei-chan allí a donde iba y lo seguía como un patito sigue a su madre. Aoi lo llamó así un par de días pero le costó un poco caro el nombrecito, el pobre muchacho no pudo sentarse en una semana.


- Lo siento, Kei-chan- Kei se puso una mano en la cabeza mientras cogía los informes, como diciendo “te dejo por imposible”.


- Por cierto…- Kei alzó su mirada hacia su hermanastro - ¿Cuánto piensas quedarte, cansino?, te recuerdo que esta es mi casa- Shinzo y Kei se llevaban dentro de lo que cabe bien, pero a veces o mejor dicho siempre que se veían se tiraban piedras el uno al otro.


- Vamos hermanito. ¿Vas a echar a tu propio hermano de tu casa? Además como tú mismo dijiste, “siempre estoy de vacaciones”…- al decir esto Kei se alteró.


- ¡Ah no! Eso ni lo sueñes, tú aquí no te quedas hasta que te de la gana, además, estás entorpeciendo el trabajo de mis empleados- y cuando se refiere a sus empleados, se refiere al trabajo de Rhino, por supuesto. – Búscate un apartamento o vete a donde te de la gana, pero tú aquí no te quedas.


- No seas así Keichiiiiii-hizo una pausa para acercarse a su hermanastro – O Aoi pensará que eres un roñoso y un mal hermano- miró al muchachito que estaba mirando los informes que acababa de traer su mejor amigo, Rhino. –Además, recuerda que me debes una-


- En primer lugar, no metas a Aoi en esto y en segundo lugar yo no te debo nada, al final el que acabó protegiendo a Aoi fue nuestro padre, y en tercer lugar, ¡te largas!- es verdad, el que rescató a Aoi de las garras de Kazuma fue el hermano de éste, Takuma, que ahora vivía en una casa no muy lejos del lugar.


- ¡OYYYYY! Venga keichiiiii, al menos lo inten…. Por cierto ¿dónde está mi Rhino?- Rhino había aprovechado la oportunidad que se le había presentado para escapar de Shinzo. - ¡Se ha esfumado! ¡Mierda! ¡Rhinoooooooo!!!- gritó mientras salía corriendo en busca de su pelirrojo.


- ¿Que voy a hacer con él?- Kei se pasó su mano por los cabellos.


- Vamos Kei, tu hubieras hecho lo mismo ¿no?- Aoi dejó de mirar los papeles para mirar a su amante. – Si yo hubiera sido Rhino y tu Shinzo ¿Qué habrías hecho? Se nota que Shinzo está muy enamorado de Rhino.- Aoi le sonrió muy alegremente.


- Yo… bueno, vale, puede que hubiera hecho lo mismo- Kei correspondió la mirada de Aoi – pero en mi caso posiblemente te hubiera secuestrado y hubiera hecho que te enamoraras de mi a la fuerza- sonrió mientras Aoi sudaba gotita y pensaba “fue exactamente como lo hiciste conmigo”. Kei se levantó de su asiento, se apoyó en la mesa y beso a Aoi – Te quiero- Aoi se sonrojó y le dijo un ligero “yo también te quiero” mientras se volvían a besar mutuamente.





-¡Rhinooooo! ¿Dónde se habrá metido?- Shinzo seguía buscando a Rhino. – ¡Ah! Ahí está ¡Rhin...! ¿Quién es ese?- La mirada de Shinzo cambió completamente al ver como su pelirrojo sonreía alegremente delante del tipo con el que estaba hablando en el jardín de la casa. Se acercó para escuchar la conversación.


- Mañana por la tarde yo estoy libre, podríamos vernos en el Crimson Rose a las seis, ¿te parece bien?- el muchacho que le hablaba era bastante mono y eso irritaba a Shinzo en toda su totalidad, este creía que Rhino le diría que no, pero…


- Claro, me viene de maravilla, mañana a las seis, perfecto. Nos vemos- Shinzo estaba completamente enfadado, no iba a permitir que un niño mono le quitara a su pelirrojo, eso jamás.
Rhino entró a la casa aunque no sabía que se encontraría con un Shinzo muy enfadado apoyado en el posa manos de la escalera principal con los brazo cruzados. Rhino pasó por delante de él con paso decidido pero…


- Kei me ha dicho que mañana a las seis estás libre asique ¿porqué no salimos a dar una vuelta?- Shinzo esperaba la respuesta.


- Lo siento, mañana estoy ocupado a las seis, ya he quedado- Rhino no le dirigió la mirada, pero por la voz se notaba que estaba muy serio.


- Y se puede saber ¿con quién has quedado?- Shinzo se separó del posa manos de la escalera para acercarse a Rhino.


- Con un amigo, además yo no tengo porqué darte explicaciones de mi vida privada- Rhino dio media vuelta para mirarle a la cara. Shinzo lo agarró por los brazos fuertemente.- ¡Ah!-


- Llevo un mes intentando salir contigo para que ahora venga un rubito, te lo pida y aceptes con una sonrisa- Rhino se enojó.


-¿Has escuchado nuestra conversación?- Intentó zafarse de los fuertes brazos que lo aprisionaban, pero fue inútil –Pero, ¿cómo te has atrevido?, ¡no tenías ningún derecho!-


- Si que lo tengo, después de todo también soy tu señor, ¿o no?- acercó a Rhino más cerca de él.


- Yo sólo obedezco órdenes de Kei o de Aoi y de nadie más, usted sólo es un huésped en esta casa, no tengo porque…- Shinzo le soltó una bofetada, se arrepintió enseguida de lo que acababa de hacer, pero fue demasiado tarde.


- Lo siento… no se que me ha pasado- Rhino se tocaba la mejilla golpeada y miraba con temor a su golpeador.


- Yo si lo se. Se te olvida que yo ya no obedezco tus ordenes, que ya no soy uno de tus hombres y que puedes hacer conmigo lo que te venga en gana, eso es lo que te pasa- Rhino una vez perteneció a Shinzo, era su mano derecha pero algo ocurrió entre ellos- Ya me perdiste, ¿es que no lo entiendes? Me rechazaste cuando te confesé lo que sentía y como rehíce mi vida te sentiste traicionado, pues lo siento, por mi te puedes ir al infierno- Tras decir esto se marchó corriendo.


- ¡Mierda!- golpeó la pared con rabia. Su mirada era de arrepentimiento, por lo que acababa de hacer. Había golpeado al amor de su vida, “¿cómo he podido?”





Rhino llegó al árbol del jardín se tiró al suelo de rodillas y entre gemidos comenzó a llorar, lo que le dio rabia, pues se prometió a sí mismo que nunca más volvería a llorar por el amor que jamás podría olvidar.
Notas finales:

Espero que os haya gustado, haber si escribo pronto la continuación


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).