Corría. Sasuke corría para salvar su vida, mientras dos hombres armados le perseguían disparando y gritando. El menor saltó rápidamente por una valla de madera que iba a dar a unos arbustos de la casa en el momento en que apareció su hermano Itachi con una pistola en las manos, apuntando a los dos sujetos.
-¡Alto! ¡Policía!
Los dos hombres dejaron lentamente sus pistolas en el suelo, y sorprendidos, levantaron sus manos hasta sus cabezas.
-Quedan arrestados. – exclamó Itachi con orgullo mientras permitía a sus hombres esposar a los sospechosos que quedaban (a los demás ya los habían detenido).
Saltando la valla y saliendo de los matorrales, apareció Sasuke, lleno de arriba a bajo de hojas, y rascándose a causa de las malditas ortigas que ocupaban el lugar y de las cuales nadie le había informado.
-¡Eh, Itachi! ¿Por qué siempre me toca correr a mí? – le preguntó a su compañero de trabajo y hermano con un deje de molestia en la voz.
-Por qué si alguien tiene que decir lo de “Alto, policía”, queda mejor que lo diga alguien tan caballero y guapo como Itachi. – interrumpió una de las policías con una sonrisa para el mayor.
Itachi simplemente asintió y le acarició la cabeza a Sasuke en un gesto cariñoso, desordenándole más el pelo de lo que ya estaba.
-Buen trabajo, muchachos. – exclamó el jefe con una enorme sonrisa en la cara.
Capitulo 1: Preparativos.
-Madara Uchiha ha vuelto a escapar.
-¡¡Maldito bicho!! – exclamó Sasuke golpeando la mesa con la palma abierta. - ¡Otra misión fallida que no nos sirve para nada!
-No te pongas así. – dijo el mayor de los hermanos mientras se sacaba un café de la máquina y se sentaba con Naruto mientras los dos miraban a Sasuke, que era el único en pie. - ¡Qué asqueroso está! – exclamó, refiriéndose al contenido de su vaso. – Por lo menos hemos atrapado a la mayoría de los de su banda.
-¡Coger a la mayoría no es suficiente! – gritó el menor una vez más.
-¿Te preparo una tila? – preguntó Naruto. Sasuke le fulminó con la mirada mientras empezaba a dar vueltas a la habitación como un león enjaulado.
-No, si la tila está tan “buena” como el café, fijo que hoy matamos a Sasuke. – le respondió Itachi a carcajadas.
-Ja. Ja. – gruñó irónico Sasuke. – No necesito una tila. Necesito atrapar a ese degenerado de Madara. Es como una maldita rata: siempre, sin saber como, consigue escaparse.
-¿La comparación la has ideado tú solito? – preguntó burlón el rubio.
-No, Naruto. La encontré mientras hojeaba tu diario, donde ponía cosas tan interesantes como que tú…
-¡¡Para!! – le interrumpió Naruto con cara desesperada. – Prometiste que nunca se lo dirías a nadie…
-Jopé. Al final nunca me entero de loo que Sasuke leyó en tu diario, Naruto.´- se quejó Itachi fingiendo tristeza mientras removía el café con una cucharita.
-¡Y no tienes por qué enterarte! – se quejó el rubio mientras se levantaba y dejaba a los dos hermanos solos.
-En serio. ¿Tan malo era? – preguntó el mayor con una sonrisa socarrona.
-Peor. – gruñó Sasuke mientras también se marchaba, dejando solo y con cara de asombrado a Itachi.
-Algún día me lo contarás… - suspiró mientras probaba su bebida. - ¡Pero qué asco de café, en serio! A mi me da que esa máquina en vez de café, da leche cortada con cola Cao caducado…
-Chicos, tenemos una pista. – explicó Ino mientras entraba en la sala de la reunión, sintiéndose observada por todos sus compañeros. – Una llamada anónima nos ha informado que habrá un intercambio e el puerto a las cuatro de la mañana.
-¡Otro día sin dormir! – se quejó Itachi mientras se levantaba, dispuesto a irse.
-Uno más… - rugió Sasuke mientras también se levantaba y abandonaba la sala. – Adiós, nos vemos luego, a las cuatro de la mañana.
Eran las siete de la tarde. Todavía tendrían un rato para descansar. Se dirigieron a su casa y entraron con pesadez.
-En el sofá duermes tú. – soltó Itachi mientras se dirigía al cuarto. (Ellos compartían una casa que sólo tenía una cama, así que se iban turnando para dormir).
-Vale, pero yo me ducho primero. – le respondió su hermano menor mientras se sacaba la camisa y se dirigía al baño. Itachi desvió la mirada sonrojado. Y es que desde hacía tiempo, sentía que tenía unos sentimientos diferentes por su hermano. Sentía una atracción por él que no era normal.
Se sentó en la cama y se dedicó a escuchar el sonido del agua de la ducha mientras caía, acariciando poco a poco el delicioso cuerpo que contenía en su interior.
Sintió unas irrefrenables ganas de entrar, besarle los dulces labios y adorar su desnudez. Su piel blanca, pura, sus ojazos negros, su… Vale, ahora tenía un grave problema entre las piernas.
Esperó a que su hermano saliera, y a escondidas para que no viera su estado, entró él. Usó su mano para que le pasara el calentón y se duchó. Al salir con una toalla en la cintura, comprobó que Sasuke estaba ya dormido en el sofá, con sólo una toalla tapándole.
Sonrió tiernamente y acarició su mejilla.
-Descansa. Sabes que siempre es a ti al que le toca correr. – Rió por su propia broma y cuando Sasuke soltó algo parecido a un gruñido, se fue a la cama y se durmió en las mismas condiciones que su hermano.
Continuará???