Esto era lo que buscabas ¿no? Todos los días haciéndome sentir miserable, nada más que una basura. No podía esperar mas de ti, el problema es ¿por que lo hacia? Aun no puedo entender por que tire todos estos años a la basura. Miro mis manos, rojas, mi propia sangre corriendo, manchando todo. Pero no me importa, lo único que me molesta es que no sea suficiente como para matarme. Pronto la sangre empieza a coagular.
“¡Eres un inútil!”
Es verdad, soy tan inútil que ni siquiera puedo suicidarme. Tal vez no estoy haciendo lo correcto, tal vez debo cortar más profundamente, desgarrar aun más mi piel. Si me deshago los brazos con un cuchillo la sangre no parara ¿cierto?
Me pongo de pie y camino hacia la sala de estar. Me detengo y miro lo una vez llame hogar, ahora todo suena tan falso, las fotos en donde sonreímos, nos vemos tan felices y enamorados. Tome una de ellas; estamos tu y yo abrazados, mirándonos a los ojos, una de mis manos acaricia tu mejilla y una de las tuyas mi cintura. En verdad parecía tan real… ¿Qué fue lo que sucedió?
“Eres tan crédulo…”
Eso es. Como un vil estúpido creí cada palabra salida de tus traicioneros labios. Todas fueron mentiras y ahora puedo verlo con claridad. No fui más que un juguete que una vez usado es desechado. Dejo caer el cuadro, que al instante se rompe en mil pedazos y no puedo evitar pensar en que, si pudiera ver mi corazón, se vería exactamente igual que el cristal que ahora se clava en la planta de mis pies.
Las huellas ensangrentadas que dejo en el piso son como pistas, espero que las sigas y me encuentres, si es que algún día te compadeces de mí…
“No eres suficiente para mi, Takanori…”
Cierto, nos soy suficiente, tal ves por esa misma razón ni te aparezcas por aquí. Empujo la puerta de la cocina. Los recuerdos llegan a mí como bombas, estallando fuerte, tan fuerte que siento el daño que provocan. Puedo vernos, ahí, sentados en la mesa comiendo y riendo, tan felices como un par de recién casados.
El recuerdo cambia. Ahora nos veo haciendo el amor, bueno, al menos así era para mi. Me entregaba a ti con tanto amor y cariño, como jamás lo había hecho con nadie. Antes de ti yo no conocía el amor, mis anteriores relaciones eran como pruebas, nadie las aprobó, pero tu… -sonrió- … tu las aprobaste con honores…
El recuerdo cambia de nuevo, tan rápido que me marea. Ahí estoy yo, llorando con desesperación, rogándote que no me dañes más. Y ahí estas tu, riendo y mirándome con asco mientras me golpeas, violas y humillas aun mas. Aun no entiendo como lo lograbas.
“Eres como una estúpida muñeca”
Y así es como me siento ahora, como una muñeca rota, podría decir que sin sentimientos, pero seria mentir. Sufrimiento, rencor, arrepentimiento, odio, asco hacia mi mismo y dolor tanto físico como emocional, es lo único que cabe en mi.
Abro uno de los cajones y saco un cuchillo, puedo ver mi reflejo en el: mi rostro pálido y demacrado, cortes en el, ojeras y unos cuantos moretones. Lagrimas. Es increíble como después de días enteros llorando, aun hay lágrimas en mí. Pero ya no importa, pronto dejaran de fluir, pronto dejare de sentir dolor, pronto dejare de ser un estorbo… pronto dejare de existir.
Tomo firmemente el cuchillo y camino de vuelta a mi habitación, pero esta vez no me detengo en mi cama, no, esta vez no dejare que la sangre se detenga. Lleno la bañera con agua fría y entro en ella sin quejarme por la temperatura… da igual, ya estoy muerto.
† “Nunca llores por un Amor muerto,
Ya que rara vez el Amor es verdadero.”
Para mi, el amor fue verdadero, a pesar de saber que tu jamás creerías en el. ¿Acaso es estúpido creer en el amor? Me aferre tanto a esa idea que termine muerto en vida, tu me asesinaste, poco a poco, y no fue precisamente por tus golpes, fue por tus palabras… ¿tu lo sabias no? Las palabras hieren mas que nada.
“Él cambia sus ropas del rojo al azul,
Y del más brillante azul al rojo,”
Cambiante. Así como tus sentimientos hacia mí. Un día me amabas mas que a tu propia vida y al siguiente no era más que una puta para ti. ¿Quién era el que estaba mal aquí? Tú por ser tan bipolar… o yo por soportarlo y aun así amarte…
“El Amor ha nacido a una muerte temprana,
Y su realidad es apenas un despojo.”
Amor y muerte. ¿En verdad son tan incompatibles? Levanto mi mano derecha… sorpresa, sorpresa. La sangre corre de nuevo y aun no he hecho nada con aquel filoso cuchillo. Lentamente el agua se tiñe de rojo, uno muy claro, pero mi intención es volverlo del carmesí mas intenso. Dejar cada gota de mí aquí, en esta bañera, en esta habitación, en esta casa. Quiero que jamás olvides que llegue a esto gracias a ti.
“Entonces no ancles tu sonrisa
En su pálido rostro descarnado,”
Nunca. Nunca más. Nunca jamás.
“Para exhalar el más profundo de los suspiros.
Las palabras justas en labios sinceros”
Rio ante la última frase. Tú jamás fuiste justo, jamás fuiste sincero. Cada “te amo” “te quiero” “te extraño” eran solo para mantenerme a tu lado, para amarrarme a ti. Que estúpido fui ¿Cómo no notarlo? Nunca vi en ti ese brillo especial que emanaba de los ojos de Kai cada que le dedicaba esas palabras a Nao. De nuevo las lágrimas hacen acto de presencia. ¿Qué era lo que ganabas? Aun intento encontrar la respuesta a esa incógnita.
“Pasarán, y sin dudas morirán;
Y tú estarás solo, mí querido,
Cuando se desaten los vientos invernales.”
Te quedaras solo. Así es, por que nadie, aparte del estúpido que tienes aquí, podría soportar la tortura que es vivir a tu lado, nadie nunca te amara como yo lo hago, nadie se entregara a ti de la forma en que yo lo hice. Empuño el cuchillo y hago un corte desde la parte interna de mi codo hasta llegar a mi muñeca ya lastimada. Un corte mucho más profundo que los anteriores. La sangre corre salpicándolo todo a su paso, el agua comienza a tomar el color que anhelo.
Jamás me había puesto a pensar en cuan hermosa es, ¿tu si mi amor? Supongo que si, o no habrías disfrutado tanto con cada corte que me hacías, no habrías sentido tanto placer al ver ese sagrado liquido rojo cubrir mi cuerpo. Me pregunto que sentirás al encontrarme de esta manera…
“Nunca lamentes aquello que no puede ser,
Pues este Dios no regala dones.”
Ojala fuera tan fácil no lamentar esto, seguir con mi vida a pesar de todo, a pesar de ti. Pero no lo es, jamás lo será y no pienso seguir atormentándome. Mejor será que todo termine, será mejor para mí y estoy seguro que para ti. Aunque dudo que te importe. Quienes me preocupan son los chicos: Shima, Yuu, Uke. Espero sepan perdonarme por irme sin despedirme. Pero seria más doloroso hacerlo. Jamás he sido bueno con las despedidas. Será mejor así.
“Si este pobre sueño de amor fuese nuestro,
Entonces, querido, estaríamos en el Cielo,”
Sonrió amargamente, este pobre sueño de amor fue solo mío. No pudiste compartirlo conmigo y eso me frustra, me llena de odio y amargura ¿Qué habría sido de mi, si hubiera logrado enamorarte? Me gustaría tener una respuesta. Pero el hubiera no existe, no vale la pena ponerme a pensar en eso. No ahora.
“Pero aquí sólo hay campos muertos,
Donde el verdadero amor jamás es cierto.” †
¿Campos muertos? Giro lentamente mi rostro a un costado y veo un arreglo de rosas marchitas. Esas mismas rosas que me diste al día de la última golpiza. Me pediste perdón, incluso lloraste. Me impresiona tu facilidad para mentir, se que por dentro no te arrepentías por nada. Mi vista comienza a nublarse. Gire nuevamente mi rostro a la bañera. Sonreí. El agua tenia un hermoso color rojo ¿Cuánta sangre abre perdido ya? Debe ser mucha, tengo frio, no puedo mover mis extremidades y los ojos me pesan demasiado. Como si no hubiera dormido en días.
Cierro mis ojos. Al fin podre dormir tranquilamente, sin temor a que llegues ebrio en medio de la noche y vuelvas a lastimarme. Por fin, no mas dolor…
Te amo, de tal forma que duele. Pero ya no quiero más dolor. Ya no más.
Adiós para siempre… Akira.