- ¿Cuál es tu nombre? – Sasuke tenía las mejillas pintadas de un hermoso color rojizo, lo que le hacían ver de una forma enternecedora.
- Kakashi Hatake.
- ¿Kakashi? ¿Por qué te llamaron así?
- Pues… cuando nací era un bebé bastante delgado y parecía un muñeco – El hombre se divertía al recordar los cuentos de su progenitora – Además que a mi madre siempre le han parecido interesantes los espantapájaros.
- ¿Qué es eso? ¿Qué aspecto tiene un espantapájaros?
El peliplata se detuvo, era cierto que el niño Uchiha nunca había visto el exterior, por lo qué, lo que él veía como algo común o parte de su mundo, para Sasuke era algo desconocido y extraño.
- Jum… eres un niño bastante curioso – Revoloteó sus cabellos. Sasuke se sonrojó aún más – Me gusta enseñarle a niños tan curiosos como tú…
Si el Uchiha hubiera podido ver, hubiera notado la hermosa y seductora sonrisa del hombre. Amaba a Kakashi y estaba seguro que él también lo amaba, por eso le entregaba su cuerpo sólo a cambio de eso, de las hermosas visiones que le era capaz de entregar su unión… él era sus ojos… su vida…única razón para seguir respirando…
Me siento tan triste que quisiera morir
***
Naruto estaba en shock. Besó a Sasuke en todo su rostro con desespero mientras decía una y otra vez: “Perdóname, perdóname”…
Cuando cayó en cuenta de que lo había matado no pudo soportarlo, liberó su brazo enfermo y sin importarle el dolor que sentía en él, se jaló de los cabellos tan fuerte que se arrancó mechones enteros, provocando heridas profundas en su cuero cabelludo, soltó un grito tan desgarrador con todo el sufrimiento que sentía que Itachi pudo escucharlo desde los jardines.
- ¡¡¡¡Yo no quería que pasase esto!!!! ¡¡Yo te amaba Sasuke!! ¡¿Pero por qué?! ¡Tú me obligaste a hacerlo!…
El ojiazul salió corriendo semi desnudo de la habitación del joven. Cuando Itachi trató de interceptarlo para preguntarle por los alaridos, lo empujó a un lado, ciertamente no coordinaba nada… ¡Había matado a su amado! ¡Había matado a Sasuke!
Con las manos en la cabeza corría, con los ojos cerrados gritaba “¿Por qué? ¿Por qué pasó esto? ¡No, no, no! ¡Tiene que tratarse de una pesadilla!” Cuando cayó estrepitosamente al suelo se dio cuenta que estaba frente a la cruel realidad. Instantes atrás había sido testigo de cómo los labios rosados de Sasuke adquirían mientras lo asfixiaba un tono azulado, como su vida se perdía de a poco en su mano.
Por su rostro se deslizaban gruesas lágrimas de angustia, de dolor… nunca más volvería a besar ni a poseer a su amado Sasuke, lo había asesinado, su amor estaba destinado a acabar con él…
***
Todos lloraban, la muerte es el fin de todo, ya no verás a esa persona, al menos no en esta vida.
Itachi vestido de negro sin embargo se mantenía recio, no quería demostrar lo acabado que se sentía, había visto a su pequeño hermanito desnudo tendido inerte en el suelo de su habitación, posando en una posición bastante indecorosa que le daba la impresión de que había sido vejado. A su diestra llegó un hombre que arrojó sobre el hoyo en donde estaba la tumba, una hermosa rosa blanca.
- Es terrible lo que pasó. Mis más sentidas condolencias.
- No mereces que te avisara de esto. Más sabía cuanto Sasuke te apreciaba, por eso vi que era conveniente que asistieras a su funeral – Itachi miraba al hombre de cabellos plateados con ira reprimida.
- Mju, tú supiste en todo momento en donde estaba ¿Por qué nunca se lo dijiste o lo llevaste a verme?
- A pesar de que era ciego, Sasuke se merecía a alguien mejor que tú. Necesitaba de alguien que le diera a respetar… no iba a permitir que él fuese a humillarse ante ti y tu mujer… - El pelilargo suspiró – Él te amaba.
- Y yo a él… pero nuestro amor no era más que eso… una forma egoísta de obtener lo que queríamos…
Luego de ser mencionado aquello, los hombres permanecieron en silencio.
Kakashi era un hombre que amaba el sexo “artístico”, lleno de situaciones que su esposa jamás hubiera complacido, Sasuke estaba dispuesto a dárselo con tal de que le entregase todas las visiones que tanto anhelaba… así, ambos se amaban, a su manera… narcisista pero compactamente. Al parecer y al final de todo, Sasuke se había creído sus historias, él si se había terminado enamorando profundamente de su amante.
- Es una lastima que le hallas traído hasta aquí… el lugar donde pensaste que lo protegerías y que terminó siendo el lugar de su muerte – Kakashi le miró - ¿Por qué no me dijiste donde estaba Sasuke hasta ahora?
- Ya te dije… no iba a permitir que humillarás más a mi hermano – Y su vista cayó triste en el ataúd blanco.
- Iba a casarme con él de todos modos. Necesitaba tiempo para divorciarme de mi esposa… así él nunca se enteraría de nada… tú lo sabías, aún así le contaste que estaba casado y te lo llevaste… ¿Pensaste que así yo te pertenecería algún día? – Se le quedó viendo fijo.
- ¿Cómo te atreves? – Se mostró ofendido, esquivando la mirada del Hataque – Esos fueron momentos de debilidad, nada más.
Kakashi dio una última mirada al féretro ya casi cubierto en tierra. Una mirada melancólica, como la de alguien que pierde una pertenencia muy valiosa, llena de ese toque dramático que acompañaba su modo de ser.
- “Adiós, ojos lindos”
Al poco tiempo de que Itachi encontrara a su hermano muerto, se halló en el río de la colina, el cuerpo del rubio que yacía boca abajo con las venas cortadas, al parecer había encontrado algo filoso con que desgarrarse y ante el sufrimiento y el tortuoso recuerdo de lo que había hecho se había arrojado al agua.
Su padre recibió la noticia cual daga en el pecho y Gaara, quedó tan afectado que no pudo hablar en una semana, ambos querían a ese muchacho, lo amaban tanto que su pérdida los comía de a trozos y sin misericordia.
Naruto Uzumaki, un muchacho rubio desesperado en encontrar a su amor y Sasuke Uchiha, un chico ciego de cabellos azules queriendo ser amado… Sus vidas se apagaron ese día, más el sentimiento que profesaron cuando estuvieron juntos fue tan puro y sincero, que se grabó como con fuego en sus almas, por el resto de la eternidad.
*Fin