- ¡Wow!.... ¡increíble!... ¡Es que no me lo puedo creer!
- ¿Ves? Te dije que era algo muy emocionante y que no habías visto jamás en tu vida.
Los ojitos del príncipe brillaban, por la emoción y por las parpadeantes luces que despedían el televisor frente a él. Era como si estuviera frente de algún aparato futurista, traído a su presencia desde otra dimensión ¿Cómo era posible que nunca hubiera tenido una de esas cajas, si él era el mismísimo príncipe de Bengala?
- ¿Y como hace la gente para meterse ahí? – Señalaba con su dedito a una pareja que danzaba en medio de un baile.
- ¿Qué? – Ciel hizo una mueca, acto seguido suspiró como pensando “tranquilo, no es más que un igno… poco conocedor de los avances de hoy en día” – Las personas no se meten ahí, su imagen es lo que se refleja en la pantalla.
- Ah… - Respondió muy poco convencido - ¿Y no les duele?
- ¿Doler? ¿Por qué les dolería? – Arqueando una ceja.
- ¡¡Shhh!!
- ¿Có…? – Al conde casi le da un paro, estaba claramente ofendido - ¿Me has chitado insolen…?
- ¡¡Shhh!!
- ¿Cómo te atre…?
- ¡¡¡¡¡Shhhh!!!! Cielito, no me dejas escuchar… ja, ja ¡mira! La gente de la caja es muy graciosa – Soma se divertía de lo lindo con la peli.
No respondió nada. Como si tuviera plomo en los zapatos se fue pisando con furia cada paso que daba, era notorio el grado de ira que cargaba, pues de su cabeza salía un poco de humo.
En el camino al estudio se encontró a Sebastian ¡Error! Al parecer sus poderes demoniacos le permitían ponerse al tanto de todo lo que hacía o pasaba.
- ¿Qué le ocurre? – Le preguntó el mayor mostrando por demás su sonrisa exageradamente retorcida - ¿Le ha ocurrido algo….cie-li-to? – Esto último lo dijo pausadamente y curveando sus labios en cada sílaba que mencionaba, aparte que lo hizo en un tono cantado y para finalizar…su sonrisita je, je.
- ¡Kyaaaaaaa! ¡Cuidado que te atacan!
Soma pegaba brincos en su asiento, al parecer había una persecución o algo así. La adrenalina ante lo que veía se disparaba a por mayores.
Al menor se le pusieron los pelos de punta y se detuvo en seco ¿Frente aquella situación era lo más conveniente abofetear a su mayordomo, por su insolencia? ¿Cómo era posible? Su rostro estaba lleno de tics producto de la indignación. Se quitó uno de los guantes de encaje que llevaba ese día - nada mejor que sentir el golpe directamente - agarró todo lo que tenía por dentro y se volteó para darle su merecido castigo a Sebastian, obviamente éste sabía lo que venía, pero igualmente se dejó abofetear.
- ¡Te dije que no hicieras eso! – El príncipe ahora peleaba con las acciones de los actores – Sabía que esto iba a pasar.
Se dejó caer patas arriba mientras se cubría el rostro, evitando así mirar las escenas que no quería ver.
- ¡Oye demonio! Que no se te olvide que estas hablando con tu señor. No tienes ningún derecho a tratarme de ese modo tan… - Ciel encajó su mirada sobre el mayordomo y su mejilla sonrojada – tan burlesco ¿Qué acaso te divierto? No… ¿Qué acaso te gusta que te abofetee? Porque eso es lo que parece.
Trató de continuar, pero el mayordomo negro lo había detenido acercándose demasiado, deteniéndose casi al chocar sus respectivos cuerpos.
- ¿Y a usted joven amo? ¿Le gusta?
- ¿?
Ciel observó impresionado y casi congelado como su mayordomo le tomaba la mano y la depositaba en el sitio en donde anteriormente había estado.
- ¿Lo siente? ¿Siente lo cálido que está…? Es por su trato… - Sus afilados ojos rojos se infiltraban en la gris mirada, susurrando las palabras una a una.
- ¡Estúpido!
El conde se retiró del agarre y buscó de arremeter de nuevo contra Sebastian, pero éste de un ágil movimiento no sólo lo esquivó, si no que atrajo el cuerpo completo del niño hasta el suyo.
- No me diga que lo he ofendido – Con una mano capturó la espalda de Ciel, mientras que con la otra sostenía su mentón, elevándolo hasta encararlo – Si es así, no haga cosas cuyas consecuencias lo van a ofender.
- Se…bastian… - Tragó grueso. Su respiración se estaba acelerando, ya que estaba demasiado cerca del mayor – Suel…táme…
- Yo haré todo lo que usted me pida joven amo. Pero no me ponga a dudar – Delineó el contorno del rostro – Los humanos son tan complicados. Me dice que lo suelte pero…no es lo que yo veo….jum – Suspiró - ¿A qué debo creerle, a su boca o a sus ojos?
Peligrosamente fue acercándose cada vez más hasta el conde que…
- ¡¡¡Cieeeeeeeeeeeeeelllllll!!! ¡¡Lo han matado!! ¡¡Yo se lo dije pero no hizo caso y ahora está muerto!! – El príncipe lloraba ante el desenlace desafortunado de la filmación.
….. …… ….. ….. ….Soma detalla la escena de arriba abajo… … … … … … … …
Un ciel medio inclinado y sonrojado, ante un Sebastian que lo sostenía con los brazos casi en la cintura… Soma los miró una vez más. Su cabeza cayó de un lado mientras emergía un símbolo de interrogación.
- Mmmm… ¿Qué están haciendo?
- ¡Esto no es…! ¡Sebastian! – Replicó para que el aludido le soltase.
- No se trata más que de un baile, joven príncipe – Emitió el mayordomo negro.
- Así que un baile, jem… - Se acarició la barbilla - ¡¡Como en la caja!! ¡¡Quiero bailar con Ciel como en la caja mágica!! – Se tiró encima del niño.
Y después de tanto que le había costado conseguirle una distracción, se hallaba de nuevo aprisionado ante sus abrazos y bajo la risita del otro.
- Aquí vamos otra vez – Suspiró derrotado.
Continuará…