Narcisa o mejor conocida como "Cissy" miraba melancólicamente una caja aparentemente vieja, e inservible. Cerró las cortinas de la habitación lentamente y reprimió un sollozo que se avecinaba en salir. No, no podía llorar ahora, no cuando podía hacer algo al respecto. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Cómo pudo enamorarse tanto de esos ojos celestes? Si tan sólo se hubiera alejado desde el principio… como siempre, tomaba decisiones masoquistas. No muy fuerte se rió amargamente. Este parecía su fin.
Volvió a dirigir sus ojos mieles hacia esa caja, caminó lentamente como si no supiera que le esperaba si la abría, en su cuello había un colgante, y una llave. Tomo la llave y abrió la caja, no supo en qué momento, pero tenía los ojos lleno de lagrimas, entonces, divisó muchas fotos, y unas cuantas cartas, un olor conocido inundó dulcemente sus fosas nasales, y ahora no pudo evitar sollozar, ni tampoco quiso. Una gran navaja estaba debajo de una rosa de cartulina.
No tenia opción, es como si fuera una fuerza que la obligara a hacerlo.
Cissy y Helena estaban riéndose enérgicamente después de que Esteban dijo otra de sus bromas, y como siempre, Cissy se ponía muy roja y después de reír mucho no le salía nada más que sonidos raros, y Helena siempre la molestaba diciendo que parecían gemidos excitados. Cuando Helena le decía eso Cissy se empezaba a reír mas fuerte hasta que decidía al fin dejar de reírse.
—¿Así que irán al bar con nosotros? Dicen que van algunas lesbianas ocasionalmente, les conviene ir, bueno, especialmente a ti Cissy.— Esteban tenia una maldita sonrisa irónica, que puso de pelos de punta a Cissy.
—¿¡Que intentas insinuar!? Yo no soy lesbiana, te lo he dicho mas de mil veces, ya no quiero estar con mujeres después de lo que paso con la Cami… de verdad que no.— Estaba enojada pero mas que nada dolida que le recuerden constantemente de ella, no la amaba, nunca había amado a nadie, pero… No podía soportar que ella se haya ido y con otra mujer. Claro, una mujer mayor, más linda, con más curvas, en resumen, mejor que ella. Había llegado a sus oídos que tenía bastante dinero. Supuso que era lo mejor para ella. Ella no era lo suficientemente buena. No lo era. Nunca lo fue. Nunca podría serlo.
—Cálmate mujer, si al fin y al cabo Camila no era tan linda para sufrir mucho por ella, es más, era demasiado tetona, y muy prostitu…— Esteban la interrumpió con una risa estruendosa.
—JAJAJA, los gustos de las mujeres son pésimos, para mi era muy hermosa, tenia unas piernas de infarto, lástima que solo se fijaba en mujeres.— Era cierto, Camila era linda, pero no era simpática, la mayoría de las veces trataba mal a Cissy, y a casi todo el mundo, sin embargo tenia ese lado “tierno” que solo sacaba con su novia. Fue inesperada su partida, todo estaba bien. O eso le parecía a Narcisa.
Con el tema Cissy solo quería esconderse y se removía incómoda en su asiento. Suspiró y cerró los ojos un momento, cuando los abrió había una extraña profundidad.
—Si iré, pero no por lo que tu crees, no iré por mujeres, sólo quiero olvidarme un poco de mis problemas ¿A qué hora nos juntamos?.— Esteban sonrió y Helena rodó los ojos, si ella iba ella también tenia que ir, aunque quería pasarla bien un rato.
—Nos juntamos a las 10, en mi casa, yo iré en auto y los llevaré a todos, no tomaré alcohol así que estarán relativamente seguros— Dijo un feliz Esteban, ya que no quería ir sin sus amigas.
La pelirroja se puso un abrigo púrpura, unos pantalones negros apretados y unas botas del mismo color. Nunca se alisaba el pelo, pero en ocasiones especiales a veces lo hacia, y bueno, nunca salía mucho, así que ahora se lo alisó, y notó que lo tenia mucho mas largo que la ultima vez que lo hizo. Sonrió secretamente, le gustaba notar que le crecía. Era una de sus manías.
Puso sus cigarros en la cartera, y vio como estaba su maquillaje de ojos. Seguía intacto, Cissy se había echado sombra verde, delineador negro y se había pintado labios rosas.
Salió a paso rápido, estaba algo atrasada. El metro nunca iba muy rápido de noche. Había poca gente en la calle y eso la puso nerviosa, odiaba ir de noche y sola, no era miedo, pero ella era demasiado paranoica, demasiado.
Vio sombras a lo lejos y sintió como si la siguieran, y dio un pequeño grito. Dando vuelta un instante la cabeza y solo vio a una mujer, era alta y rubia, con el pelo corto.
No vio mas detalles, suspiró y ni se dio cuenta que estaba ya en el metro. En el camino se sonrojó al recordar esa mujer, y como debió haberse reído de ella al verla en ese estado. Frunció el ceño, y Narcisa sin darse cuenta se veía más tierna que nunca.
Un hombre de su misma edad o unos años más se le acercó, y Cissy estaba cavilando en sus pensamientos por lo que no se dio ni cuenta.
—Que tierna pelirroja… ¿Acaso quieres enamorarme así de sonrojadita?— Susurró aquel extraño en un tono libidoso.
Ella se sobresaltó y lo miro con miedo, para después pegarle con la cartera.
—¡Cállate, maldito pervertido!.— Nunca ha sido buena en insultos ni defendiéndose, cuando lo hacia, recordaba que en el colegio Helena la defendía, —aunque Helena era mucho más joven que ella— y cuando ella misma se defendía Helena solo decía que parecía una chica chillona incapaz de hacer nada.
Así que se paró inmediatamente y salió del metro disparada, un poco traumatizada por los acontecimientos. No se fijó que unos ojos celestes la miraban atentamente desde el asiento del metro y seguía sus pasos apresurados con ojos brillantes.
—Oh por dios, ¿que te ha pasado? Pareces alterada, y llegaste MUY TARDE, veinte minutos atrasada, tu nunca llegas tarde.— Helena la esperaba de brazos cruzados y con el pelo revuelto. Tenía los ojos oscuros y pelo claro aunque de noche se le veía oscuro, tenia el pelo muy rizado, dándole un aspecto desordenado y sexy.
—Lo siento… Salí tarde— Dijo desanimada y mirando al suelo.
Helena entonces se dio cuenta que su mejor amiga estaba hermosa, con su pelo liso hasta la cintura y maquillada perfectamente, además, Cissy nunca se vestía bien, bueno, no se ponía harapos pero tampoco se preocupaba de combinar y esas cosas que hacen todas las mujeres.
—Te ves muy hermosa… aunque me gustan tus rulos, el pelo ondulado te hace ver muy sexy…— Dijo sinceramente con una sonrisa tranquilizante.
Cissy entonces la miró directamente a los ojos, y la abrazó como si no la hubiera visto hace mucho tiempo.
—Tú eres la mas hermosa de todas, te amo Helena— Le dijo en voz baja. Ella tenia que ponerse en puntillas para abrazarla y llegar a su oído, solo media alrededor de 1.60. Lena media 1.72.
—LENA, CISSY, APÚRENSE ESTAMOS MUY ATRASADOS PARA CURSELERIAS— Gritó Esteban desde el auto, estaba acompañado de algunos "amigos" que ella desconocía.
Ambas compartieron miradas cómplices y se largaron a reír. Cuando Cissy se subió al auto en la parte delantera sintió que volaba, y no pudo evitar sacar su cabeza del auto y sentir el viento acariciando su rostro. Amaba esas pequeñas cosas. Se sentía una niña pequeña.
Esteban solo la miró con una sonrisa. Desde que se conocían se enamoró de aquella chica de pelo rojo y ojos mieles, casi verdes. Sonrisa sincera, mirada triste… su mirada es como si le faltara algo. Comenzó a ser vacía desde... siempre.
Recordó ese día, el día mas lindo y doloroso que había tenido.
Flash back.
—¿Por qué nadie baila? ¡AH! Ya se, quieren esperar que yo baile.— Cissy estaba borracha, y hacia movimientos extraños como si estuviera bailando, y hablaba mas fuerte de lo normal, arrastrando las palabras.
Esteban la agarró del brazo fuertemente y se la llevó afuera, la miro fríamente por primera vez.
— Estás haciendo el ridículo, compórtate. Sabia que debía cuidarte, siempre tomas mas de la cuenta, ¿acaso te gusta hacer el ridículo?.—
Cissy lo miró con lagrimas en los ojos, estaba despeinada, desabrigada, mojada… se había largado a llover.
—Ven, vámonos a casa, te vas a enfermar— Dijo evitando su mirada, no quería ver esos ojos tristes por esa noche.
—Ella se ha ido…. Me odian por quererla, me odian por lesbiana. ¿Qué se supone que debo hacer aparte de tomar y fumar como condenada?. Algo que me haga escapar de esta maldita realidad…— Lo último lo dijo apenas, se le había quebrado la voz diciéndolo. La miró y tenía su rostro escondido en sus manos.
La escena enterneció cada poro de su ser y corrió a abrazarla, se había adelantado bastante, ella no se había movido de donde estaba.
No le importó mojarse, solo le importaba ella.
Algo inesperado sucedió, sus labios estaban contra los suyos.
Esteban se paralizó, su corazón palpito a mil. No pensó que quizá ella no recordaría eso, que quizá se arrepentiría, que quizá ella ni siquiera lo besaba pensando en el, sino que en ella, pensando en Nicole. Aquella chica que le hizo tanto daño.
La puso contra la pared, la toco, ella se estremecía, cuando toco su seno derecho, ella comenzó a tiritar, y no era por placer, si no que por frio. El reaccionó y se separó de ella como si tuviera lepra. Una lagrima cayo por el rostro de Esteban, pero nadie se dio cuenta, ni Cissy, ni el mismo.
La llevo rápidamente en su auto hacia su casa, cuando llegaron la seco y le cambió ropa, no se excito al verla, ni siquiera vio su cuerpo. La respetaba. Esteban saliendo de la habitación escucho su voz.
—Gracias… ¿Sabes?... No estoy tan borracha para no recordar lo que pasó, ni de no tener consciencia de mis actos…—Esteban se quedo petrificado y estático, una vez más. No volteó a verla. Dio sólo un paso hacia adelante y volvió rápidamente a donde ella estaba sentada. La besó de nuevo y sintió sus manos aferrándose en su espalda, sabía que solo era esa noche, que aquella chica no lo amaba, pero, no tenía motivos para irse, aunque estaba contra sus principios.
También sabía que esa chica era virgen, y que quizá era el primero y el único en tomarla…. Sus gemidos eran éxtasis para el, y sus manos expertas eran éxtasis para ella.
Al otro día, y los siguientes días, sólo eran sonrisas entre ellos, pero no eran más cercanos, ni más lejanos. No hablaron más del tema.
Nunca más.
Fin del flash back.
De eso habían pasado mas de tres años, y para Esteban era como si hubiese sido ayer.
Llegaron al bar, y todos se bajaron del auto. Lena sonrió y miró a Alex, y entraron juntos al bar tan rápido que nadie se dio cuenta. Esteban miro a Cissy melancólicamente, y tomó del brazo a Daniela, su novia. Cissy no se dio cuenta de eso. A veces nunca se daba cuenta de nada.
Entró sola al bar, y nunca se imagino que iba a suceder algo que iba a cambiar su vida…. Para siempre.
A lo que llamamos, "Giro Inesperado".