-¡Naruto! ¡Es la última oportunidad que tienes para volverte un hombre hecho y derecho!- gritaba desde hace media hora una mujer rubia de voluptuoso frente, en el interior de una oficina propiedad de Namikaze´s Corp. Enfrente suyo, más específicamente enfrente del escritorio donde ella momentos antes leía tranquilamente el periódico, se encontraba un rubio de ojos azules con la mirada seria y decidida.
El rubio al ver que la ojimiel se sentaba agotada después de desahogarse al recibir la noticia de su nieto y único heredero de la compañía familiar mundialmente famosa; tomo aire y con la mirada cansada empezó a hablar.
-Oba-chan, ya tomé mi decisión, te lo dije hace tiempo yo no estoy listo para la responsabilidad que me obligas a tomar, si recuerdas, mi grupo “Yoru” se tomará unas vacaciones, así que me iré de…-
-¡Un momento jovencito!- en el último momento, se le vino a la mente un plan que sería provechoso tanto para la compañía como para que su nieto cantante colocara los pies en la tierra. -¿Haz dicho que vacaciones? – Le miró divertido al tiempo que el rubio pasaba saliva dificultosamente – En ese caso no te molestará ir de “vacaciones” a donde yo diga, yo pagaré todos tus gastos.
Su nieto la conocía demasiado bien y al momento de ver esa sonrisa triunfal al verle dudar sobre su decisión, supo que nada bueno le traería seguirle la corriente, pero el pensar que no gastaría absolutamente nada, le obligaba a reconsiderar irse de viaje a Miami junto con algún par de mujeres. La decisión que tomó puede que le cambiara para siempre su vida.
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Ahora nos ubicamos en un pueblo oculto entre las montañas lejos del país del Fuego, pero más importante que cualquier otro lugar de la región debido a un gran secreto que se guarda celosamente en su interior, Konoha. No es un lugar grande ni tampoco pequeño, lo suficiente desconocido como para no atraer molestos turistas y lo necesario para que todos se conozcan allí. Edificios pequeños, grandes espacios abiertos perfectos para la crianza de dragones, así es, en este pueblo se crían los dragones destinados ya sea para los militares o como un medio de transporte comercial, además de que son criaturas humildes y al mismo tiempo peligrosas.
Este pueblo está regido un señor feudal, la honorable familia Uchiha es la encargada de procurar por cada habitante de este lugar, así como de rendir cuentas al emperador del País del Fuego. Hace 10 años un terrible suceso ocurrió en este lugar y a esta familia, el señor Feudal Fugaku-sama, así como su esposa Mikoto-san, junto a su clan, murieron protegiendo a su pueblo de un incendio que paró la producción agrícola, animal y por supuesto afecto la confianza que se tenía en los dragones al ser los primeros sospechosos del incidente. Aún durante todo este tiempo, nunca se encontró culpable, excepto la afirmación de que el incendio había sido provocado por humanos. De los bondadosos Feudales sólo quedaron sus hijos, los supervivientes del clan, el hijo mayor desde aquel momento se convirtió en el sostén de Konoha, sacó adelante a su familia como a su gente, siendo nuevamente un lugar estable y prospero.
Ahora si volviendo al hilo de la historia, nos ubicamos en la casa de la familia Uchiha.
-¡Sasuke-niichan! ¡Dile a Itachi que me devuelva mis pinturas!- decía un joven en extremo pálido con el cabello negro carbón algo corto, su nombre es Sai el quinto hermano Uchiha, tiene 16 años y es un excelente pintor. Gritaba enfrente de una puerta corrediza de madera, la habitación del señor Feudal de Konoha.
-¡Por décima vez Sai, yo no tomé tus acuarelas!- decía entre calmo y exasperado otro joven también de cabello negro pero largo sujetado a una coleta baja, el es Itachi el tercer hermano Uchiha, excelente estratega financiero y economista, ahora que cumplió la mayoría de edad (18) se encarga de los asuntos financieros y sociales de Konoha.
-¡No son acuarelas, son mis muy caros gises pastel que me regaló Sasuke-niichan en mi cumpleaños! Yo quería darle un cuadro de la ciudad hecho con esos gises- esto último lo dijo en un susurro. Y así siguieron discutiendo enfrente del cuarto, hasta que esta se empezó a abrir lentamente, ambos callaron y se miraron temerosos, para después inclinarse al ver salir a su hermano mayor con unas enormes ojeras producto del cansancio de la puerta. Sasuke Uchiha, el hijo mayor ahora con 24 años, cabello negro con reflejos azulados dos mechones al frente y en punta hacia atrás, traía puesto una ropa informal debido a que hoy era su día de descanso, unos jeans desgastados y una camisa azul sin mangas con el símbolo Uchiha en la espalda.
-Sai, ayer dejaste tu estuche de gises en el pórtico, las vi cuando llegué así que me las guardé para regresártelas hoy y pedirte que no fueras tan descuidado con tus cosas.- dijo mientras le extendía el estuche, Sai apenado las tomó.
-Y, ¿no le debes una disculpa a Itachi?- dijo de manera calma mientras hacía una expresión que para una persona tan seria podría decirse que era una sonrisa.
-¡Cierto!- volteó hacia Itachi que le miraba expectante, ya que aunque no lo dijera estaba algo dolido de que su hermano le acusara de esa forma -¡Lo siento mucho Itachi! A la próxima vez, investigaré mejor, nuevamente lo siento.
-No te preocupes Sai, suele pasar – voltea a ver a Sasuke- Nii-san, perdona si te despertamos, sabemos que es tu día libre y…-
-No te preocupes Itachi, es bueno despertarse teniéndolos a ustedes en los alrededores. A todo esto ¿Dónde están sus otros hermanos?-
-Konan, se fue todo el fin de semana a la ciudad, dijo que iba a visitar a Nagato.- dijo Sai mientras extendía el puño izquierdo y levantaba un dedo mientras miraba hacia arriba haciendo memoria de los mensajes que le dejaron sus hermanos.
-Hinata se fue con el primo Neji a revisar a los dragones.- levanta un segundo dedo.
-Shikamaru está en su cuarto y no creo que salga porque dijo “es muy complicado planear algo para el fin de semana”.- levanta otro dedo mientras a Itachi y a Sasuke les sale una gotaza en la cabeza.
-Ya veo, ¿Qué les parece si vamos a almorzar? Anoche no alcancé a cenar con todos, pero puedo arreglar algo hoy.- Sasuke les había hecho la promesa a sus hermanos de que siempre cenaría por lo menos en la casa, así que en la noche todos dejaban sus compromisos para poder cenar los seis juntos. Aunque de vez en cuando el trabajo era demasiado, y no se permitía llegar a tiempo sus hermanos nunca le reprochaban.
Justo cuando iban llegando al comedor, el teléfono empezó a hacer ruido.
-Quiero unos hot cakes con mucha miel, por favor.- dijo Sasuke a sus hermanos mientras iba a por el teléfono.
-Moshi moshi-
-¿Sasuke-san? Soy Tsunade.-
-Oh, Tsunade-sama, ¿a que debo su llamada?-
-Pues verás, ¿recuerdas que te debo un favor por apoyarme cuando mi compañía estaba en malos términos?-
-Si, ¿a que viene eso de repente?
-Verás, tengo un nieto que es como de tu edad, el está ahorita un poco descarrilado del camino, así que pensé en si podría ir a quedarse contigo una temporada. Claro, puedes disponer de él como gustes, es un chico sano y muy activo además de que es bueno en las negociaciones.
-Así que a cambio de hospedarlo en mi casa, ¿puedo considerar que las negociaciones con Namikaze´s Corp. se reanudarían?- si contaba con una respuesta favorable, Konoha se podría volver un lugar mejor con el apoyo del clan Namikaze, con influencias en todo tipo de campo, biotecnología, medicina, agropecuaria, relaciones exteriores, mercado externo, etc. Del otro lado de la línea se hizo el silencio, de seguro la actual presidenta tenía mucho que pensar antes de aceptar, pero él era un Uchiha y no aceptaría una negativa como respuesta.
-De acuerdo, mi nieto llegará mañana a mediodía, así que por favor cuida mucho de él, puede ser algo impulsivo y hasta brusco cuando se lo propone.
-No se preocupe, estaremos encantados de recibirlo.-
Continuará……