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Hasta que tú muerte nos separe por ChaniChan

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Notas del fanfic:

Soy nueva, y está es mi primera historia, así que espero les guste y me perdonen si cometo alguna falta ortografica y todo eso.

Notas del capitulo:

En advertencias pongo lo de tortura porque que te hagan la vida imposible matando a todos los que te rodean es una tortura en toda regla.

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Apareció nuevamente en la puerta de mi casa, llorando a moco tendido, pálido y mojado hasta los huesos, afuera llovía, un temporal de esos que dura unos pocos minutos pero hace más daño que una tormenta.

Como siempre, Yuki le había hecho daño, y yo era más consciente que nadie de que Shuichi ya no aguantaría mucho más aquello, se notaba día a día que mi mejor amigo estaba cambiando, su estilizada figura, ahora era simplemente el espejismo de una delgada rama de árbol, creo que hace tiempo que perdí la cuenta de cuantos kilos había adelgazado, o de lo poco que comía si es que lo hacía de vez en cuando.

Su piel, era la copia perfecta de una sábana blanca de lo pálido que se había quedado, y las moradas marcas bajo sus ojos, cada vez eran más oscuras y profundas, dándole un aspecto enfermizo y detestable para cualquiera que le apreciase un poco. Su cabello, siempre brillante y arreglado, ahora era una autentica maraña de nudos, mezclando su natural castaño, con el rosado del que ya apenas le quedaba nada, demasiado largo se lo estaba dejando, simplemente por descuido, y sus ojos, por dios, sus ojos siempre estaban rodeados del enrojecimiento que provoca el cansancio y las lágrimas, patético, hundido, muy desmejorado, eso era lo que quedaba de un Shuichi al que hasta incluso le había cambiado la voz, ahora ronca y desafinada, por culpa de aquel escritor que jamás le había querido, y que nunca iba a hacerlo.

Sin hacerle preguntas de ninguna clase, y sin oír las suaves quejas que me proporcionaba, cogí a mi mejor amigo entre mis brazos, levantándole sin pena ni gloria debido a su escaso peso y lo lleve directamente hacía el cuarto de baño, donde mientras preparaba una buena bañera de agua templada con un poco de aceite relajante, le ayudé y obligué a desnudarse, contemplando cómo cada hueso era visible en aquel cuerpecillo demasiado delgado y pálido, se le transparentaban hasta las azulinas venas si es que eso era posible, y aún tenía en su cuerpo, las marcas del sexo bastante duro al que “SU” Yuki le habría sometido, porque ese era el problema, al escritor le había dado últimamente por unas sesiones de sexo crueles, en donde apenas preparaba al chiquillo de pelo rosa, donde le marcaba con uñas y dientes cada centímetro de piel expuesto.

Volví a levantarlo y lo metí en la bañera, provocando que un escalofrío recorriese todo su cuerpo, debido al cambio de temperatura, mientras él cerraba sus ojos y se recostaba en la bañera, yo como pude le lavé y desenredé el pelo, poco después y sin preguntarle, cogí unas tijeras y empecé a recortárselo con cuidado, intentando no provocar un estropicio, dejando esparcidos en el suelo, los últimos cabellos de su tono rosado.

Le lavé de pies a cabeza, sin preocuparme demasiado de lo que tocaba o dejaba de tocar, sin pensar si se sentiría incomodo o no ante mi contacto, no por crueldad, sino porque mis prioridades ahora, eran otras distintas, le saqué nuevamente de la bañera secándole con una gruesa toalla de color blanco, vistiéndole poco después con uno de mis pantalones de chándal de los cómodos de color gris, y una camiseta de manga corta de color negro con el logotipo de un refresco en el hombro derecho.

Lo lleve a la cocina y lo senté con cuidado, sin cruzar ni una palabra ninguno de los dos, y aún así, él, como siempre, llorando, en silencio, guardándose de hacer algún tipo de ruido intentando no molestar, le hice un buen plato de sopa con todo tipo de verduras y arroz, muy nutritiva y soy buen cocinero, prácticamente le obligué a comerse dos platos, dándole con calma cucharada a cucharada con gesto serio y significativo, obligándole también a acompañar su cena con zumo de frutas, para evitar la deshidratación.

Le acosté en mi propia cama después de darle un tranquilizante de los que tumbarían a un caballo, y yo me acosté a su lado, acomodándolo a mi cuerpo y sin dejar de abrazarle y acariciarle el pelo, hasta que conseguí que se durmiese, no era muy tarde, quizás las once o doce de la noche, y yo, no tenía sueño, así que con un lento movimiento, evitando el despertarle, cogí mi teléfono móvil y marqué el número de la única persona que sabía nos podría ayudar a ambos, Sakuma.

-dime Hiroshi-sonó la voz de Ryuichi al otro lado de la línea, como siempre que era yo el que le llamaba, con su tono de voz maduro, sabiendo que seguramente, mi llamada tendría que ver mucho o todo con Shuichi.

-ese bastardo lo ha vuelto a hacer, tengo a Shu dormido a mi lado, he conseguido que coma y bañarle, aparte le he cortado el pelo, pero está mal y lo sabes, tú también lo has notado-le contesté de tirada y en un susurro aún a sabiendas de que gracias al tranquilizante mi amigo no despertaría.

-tenemos que llevárnoslo Hiro, alejarle de ese escritor estúpido-dijo con tono seguro el vocalista de Nittle Grasper.

-lo sé-contesté.

En menos de una hora tenía a Ryuichi en mi casa, contemplando entristecido el estado de mi mejor amigo dormido en mi cama, ayudándome a empacar mis cosas y hacer las maletas, con K esperándonos abajo, informado de todo por el cantante el conejo rosa.

-también lo sabe Suguru y Thoma-me informó Ryuichi- no habrá problema, incluso el presidente sabe que ese maldito Uesugi se está pasando de la raya en esta ocasión.

-¿y Tatshua?-le pregunté por su pareja, el hermano pequeño de Eiri.

-viene de camino con nuestras cosas, se vendrá con nosotros, no aguanta a su hermano desde que le hace esto a Shuichi-contestó el cantante.

Más o menos tres o cuatro horas después de aquello, de ir y venir, hacer maletas, esperar la llegada de los que faltaban, y de hacer rápidos planes sobre nuestros movimientos, nos encontrábamos en la limusina privada de Thoma Seguchi, con un Shuichi dormido entre mis brazos, nos íbamos todos en ese viaje, a nuestra manera, alejándonos del responsable de que lo que más queríamos, se encontrase en este estado, aunque nuestro nuevo destino, solo estaba a dos horas de camino del antiguo amante de Shuichi.

Ha pasado más o menos un año, en el que por supuesto, tuvimos que ingresar a Shuichi en una clínica privada para que se recuperase, tanto física como mentalmente, ahora, tiene muchísimo mejor aspecto, ha engordado bastante, incluso algunos kilitos de más que le sientan de maravilla, su piel, gracias a los paseos que nosotros mismos nos encargamos de programarle, vuelve a ser de un saludable tono moreno, sin esas marcas bajo los ojos, que han recuperado algo de su antiguo brillo, su pelo ahora completamente castaño, lo vuelve a llevar cortito, suave y brillante, aunque ahora le ha dado la manía de ponerse diademas para apartarse el flequillo de los ojos, porque dice que le molesta.

Otra cosa muy distinta es lo psicológico, se niega en redondo a cantar o escribir canciones, y son muy pocas las ocasiones en las que sonríe o tiene una de sus rabietas, parece que llevé el peso del mundo en sus hombros, ha madurado de golpe, hablar con él es una nueva sorpresa diaria, tiene opinión casi para cualquier tema, y expresa sus comentarios de manera serena y tranquila, en ocasiones aún llora a lágrima viva intentando ocultarlo, aunque le es imposible.

Nadie menciona a Yuki, es un tema prohibido, Thoma se ha asegurado de que el escritor no pueda ni localizarnos ni encontrarnos, de que Shuichi, por accidente, no vea noticias suyas en alguna revista, programa de televisión o periódico, nosotros sabemos, gracias al presidente que ni siquiera lo está buscando, que Eiri, no ha hecho nada por encontrarle, el muy imbécil ha escrito dos libros más en este año, y sabemos a ciencia cierta que son varios y variados los hombre y mujeres que han ocupado un lugar en su cama, bastardo.

-buenos días Hiro-me ha saludado Suguru al llegar a la cocina.

-hola Suguru-le he contestado.

Hemos desayunado tranquilos, en un silencio mutuo, como siempre, se que Fujisaky estará pensando en la melodía para una nueva canción, necio, sabe de sobra que Shuichi se niega a cantar, hemos hecho alguna canción, solo para no  perder el ritmo con Ryuichi, y fue muy gracioso el día en el que Tatshua dijo que quería ayudar a su amor y se puso a desafinar con nosotros de muy mala manera, provocando que el mismísimo Shuichi se doblase de la risa.

Pronto han aparecido los que aún dormían, K con su adorada magnum en la mano, Ryuichi más dormido que despierto y mordiéndole una oreja a Kumagoro, Tatshua bostezando cada cinco segundos y rascándose la cabeza cada cuatro, Seguchi, como siempre impecablemente vestido y con una sonrisa en el rostro poniéndose inmediatamente a trabajar con el ordenador, y por último Shuichi, al que como siempre, le he tenido que obligar a comer algo.

Y ha sido en ese momento cuando la televisión, que emitía un programa de cocina en esos momentos, ha emitido un avance noticiero parando de golpe la receta de un cocinero alto, de pelo castaño y ojos verdes que preparaba una ensalada de pasta.

“buenos días, soy Hirotome Nasao, y me encuentro en la puerta de la residencia del famoso escritor Eiri Yuki, donde está mañana temprano, el escritor de veintiocho años, ha hecho un macabro descubrimiento, poco después de las ocho de la mañana, al llegar a su apartamento, ha encontrado en el interior del mismo, el cuerpo sin vida de la actriz Kimi Takesi, de veinticinco años, con la que últimamente, se relacionaba al famoso escritor, a pesar de que Yuki, no ha querido hacer declaraciones a la prensa, gracias a fuentes no oficiales, se sabe que la joven actriz, tenía varias puñaladas en el cuerpo, se ha decretado el secreto de sumario hasta que se realice la autopsia, recordamos no obstante, la participación de Kimi Takesi en películas como “Mañanas de Invierno”, “La carretera del Amor” o “Mis vecinos”, y que tenía varios proyectos contratados en el mundo del cine, más información en el noticiero de las ocho”.

Todos miramos inmediatamente a Shuichi, intentando comprobar de que manera podría afectarle aquella noticia, pero nos quedamos sorprendidos al ver que permanecía tranquilo, desayunando como si la cosa no fuese con él, y en completo silencio, mirando la pantalla de televisión, que volvía a emitir aquel programa de cocina.

-Shu-me atrevía a hablar.

-dime Hiro-me contestó.

-¿te encuentras bien?-le pregunté.

-claro, ¿por qué no tendría que estarlo?-me contestó con gesto curioso.

No quise profundizar más en el tema, de hecho, nadie quiso hacerlo, finalizamos el desayuno y cada uno de nosotros comenzó su tarea, Shuichi se fue a dar su acostumbrado paseo, algunas veces aún le acompañábamos, pero cuando vimos su mejoría y quiso que le diésemos un poco de espacio, ninguno de nosotros dudó en hacerle aquella pequeña concesión al cantante de un Bad Luck hace tiempo olvidado, muy de vez en cuando pasaban en la televisión alguno de nuestros conciertos, y aún sonaban algunas de nuestras canciones en la radio, pero inevitablemente, habíamos sido relegados a un puesto muy bajo en la lista de ventas.

Así era nuestra vida, tranquila y alejada de los medios, con un Shuichi reponiéndose a pasos agigantados, que cada vez sonreía más a menudo, que volvía a gastar bromas y a hacer berrinches por todo, que se pasaba horas jugando con Ryuichi o Tatshua, hablando de cualquier tema con Seguchi y con Suguru, o dándome algún consejo en las melodías que ya escribíamos por inercia acompañados siempre por el vocalista de Nittle Grasper, incluso sacamos un disco recopilatorio de sus canciones y las nuestras con él como cantante, que se vendió bastante bien.

Fue así que pasaron otros doce meses, era de noche y algunos de nosotros veíamos un partido de futbol en la televisión, mientras Ryuichi y Shuichi jugaban con Kumagoro y Thoma trabajaba con su inseparable ordenador. Y como ocurriese una vez, un año atrás, la emisión del partido volvió a cortarse para emitir un avance noticiero.

“buenas noches, ante los últimos acontecimientos en torno a la vida del famoso escritor Eiri Yuki, macabros todos ellos y que están empañando la vida de este hombre, el sargento encargado de la investigación, ha decidido junto con el escritor dar una rueda de prensa que vamos a mostrarles en estos instantes”

Vimos como la imagen cambiaba a un video grabado, en un salón redondo con montones de sillas y una mesa amplia con varios micrófonos, al lado de un Eiri vestido con un elegante traje negro y camisa de color gris, se encontraba un hombre de color, de ojos marrones y con el uniforme propio de un policía.

“buenas noches, hace un año, la desafortunada muerte de la actriz de veinticuatro años Kimi Takesi, fue considerado un hecho seguramente provocado por un ladrón o incluso algún fanático enloquecido del señor Uesugi, consideramos la desgraciada muerte de la señorita Takesi como un hecho aislado y lo archivamos sin encontrar al culpable por falta de pistas.

Pero apenas un mes después, fue denunciada la desaparición del famoso modelo Theo Lasro, de veinticinco años, un norteamericano que se mudó a Japón hace dos años en busca de nuevos horizontes y cuyo paradero sigue siendo desconocido.

Poco tiempo después, un nuevo asesinato nos hizo darnos cuenta de algo, las heridas que presentaba el cadáver de un turista inglés llamado William Spencer, de veintidós años de edad, eran exactamente iguales que las que presentaba la difunta Kimi Takesi, tras una ardua investigación, descubrimos que tanto el turista, como el modelo Theo Lasro, también habían mantenido relaciones sexuales con el escritor Eiri Yuki, al que pusimos bajo protección oficial en un lugar seguro.

Desgraciadamente, el asesino no deja pistas para seguir, haciendo un trabajo meticuloso y limpio que nos impide seguirle el rastro o descubrir su identidad.

Hace dos días, el agente de policía que custodiaba al escritor Eiri Yuki, quien no hará declaraciones, fue asesinado de la misma manera, a cuchillazos, quince para ser exactos, lo que implica que el asesino se ensañó con la víctima.

La única pista que podemos ofrecer, es que el autor de estos crímenes es diestro, por la profundidad de los cortes, debe ser una persona delgada, ya que los cortes no eran demasiado profundos, o en su defecto, alguien que no acostumbra a hacer ejercicio o no posee mucha fuerza.

Creemos que puede tratarse de un fan enloquecido, que busca de alguna manera llamar la atención del señor Uesugi, que es peligroso y posiblemente esté enloquecido, así que rogamos que si alguien ha visto u oído algo sospechoso, si tienen una mínima pista de quien pueda ser el culpable, se comunique inmediatamente con una comisaría de policía, o en el número que aparecerá en la pantalla a continuación.

La última víctima, como ya he dicho, era el sargento Koichi Inagagua, de treinta y seis años, casado y con dos hijos de nueve y seis años respectivamente”.

Todos nos quedamos petrificados con la noticia, alguien le estaba haciendo la vida imposible a Eiri Yuki de la peor de las maneras, asesinando cruelmente a los inocentes que se relacionaban con él de alguna forma, incluso yo, que odio con todas mis fuerzas a ese escritor, sentí algo de lástima por él, cuatro asesinatos a sus espaldas seguramente lo tendrían alterado, temeroso, y asustado.

Intenté hablar con Shuichi, darle a entender que a partir de ahora, nada de salir solo a dar paseos, porque al fin y al cabo, su relación con Yuki había sido una de las más famosas y nombradas por los medios comunicativos, si se trataba de un fanático loco, podría ir a por mi mejor amigo aunque ya no estuviese relacionado con el escritor, pero como siempre, Shu no atendió a razones, exponiendo ante todos que estábamos demasiado alejados del escritor, y que nadie sabía dónde encontrarle, que ya muy poca gente le paraba en la calle al reconocerle, y que hacía muchos meses desde que alguien le pidiese un autógrafo.

Por decisión suya, Thoma Seguchi fue un par de días a visitar a Yuki después de llamarle por teléfono y explicarle que se había preocupado al oír las noticias, aunque Shuichi no quiso ponerse al teléfono en aquella ocasión, le pidió al presidente de NG Records, que le enviase de su parte un mensaje a Yuki, para que el escritor supiese que se encontraba bien y que no corría peligro, y que deseaba que su pesadilla acabase pronto.

 

 

 

Notas finales:

¿me dejan comentarios please? :)


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