NOCHE DE BODAS
Este fue el día más feliz de mi vida, hoy me case por fin con el amor de mi vida.
Estoy nervioso, no lo admitiré nunca, debo ser fuerte por los, después de todo, aunque sea el Maou sigue siendo un debilucho.
Ya estamos en nuestro cuarto, madre se esforzó en la decoración, le daré las gracias mañana, pensándolo mejor, quizás no, de seguro me arrincona para saber los por menores.
Te sonrío, te ves algo extraño, lo sabia, tendré que armarme de valor y dar el primer paso.
-Bueno, aquí estamos- dices desganado.
-Hai-, contesto algo apenado.
-Lo conseguiste-, le miro extrañado, se que algo le pasa.
-¿Por qué me miras así?, acaso no estas contento-, me dices en un tono burlesco, quiero preguntarte que ocurre pero no me dejas. Miras nuestro lecho nupcial con rabia.
-Ni sueñes que pasara algo- , me das la cara, veo asco en ella.
Duele, el pecho duele, no se que decir, entonces llamas a quien se mantiene oculto hasta ese momento en nuestro cuarto. Es una mujer, muy bonita por cierto.
-Te presento a Teresa, mi amante-
Ella me mira con desden, no tengo palabras.
-Deseabas ser mi consorte, ya lo eres, pero ni sueñes que yaceré contigo en la cama, de solo pensarlo…-
-¡No!- , grito angustiado tapándome los oídos con mis manos.
-Asco- , dice ella terminando la oración.
La tomas de la mano, la cargas majestuosamente, con cuidado la depositas en la cama y comienzas a desvestirla.
-No…no…no puedes…yo…yo soy- , digo entre sollozos, apenas sacando la voz.
-¡Así!, eres mi esposo, lo se pero también eres quien forzó esta boda, siempre estuviste al tanto de mis preferencias Wolf, ahora no te quejes-
La cama rechina, estas a su lado, ella ríe.
-Acaso no lo entiendes, el no te ama- , dice con desprecio, te miro suplicante, pero tu te ves aburrido por la situación.
-Ya escuchaste a mi amada, o acaso pretendes quedarte- , ella sigue riendo.
-Debe ser eso, después de todo es su noche de bodas-
Le sonríes de una forma que jamás lo hiciste conmigo, siento que algo en mi pecho se rompe.
-Bueno es cierto, si quieres puedes quedarte pero no nos interrumpas-
La besas con una pasión que termina por destrozar mi corazón.
Estoy en las penumbras, quiero irme, pero mis pies parecen clavados al suelo, lloro desesperadamente.
-¿Por qué Yuri, por que?-
Seco mis lágrimas, ya es de día, hoy se celebra nuestra boda.
Llegamos al templo de Shinoun, Conrad asoma su mano para ayudarme a bajar, no quiero tropezar con aquella tunica que nuestra madre adorno exageradamente al rehusarme a usar un vestido.
Me llama en mas de una ocasión, estoy concentrado viendo el vacío, no puedo moverme del asiento, estoy congelado.
Madre se aproxima, esta preocupada, me dice que no exagere, que me veo bien, no respondo.
Aniki llega e intenta tomarme del brazo, ahí lo noto, estoy temblando.
-No puedo- , digo en un susurro que apenas se escucha.
Cierra la puerta, escucho decirles a nuestra familia que la boda se suspende. Conrad le grita, no cree que yo desee eso, quiere hablarme pero nuestro hermano se lo impide.
Luego de un largo rato escucho a mi madre regañando a Gwendall, alguien le implora porque le permita verme. Al final debe ordenarle que se quite, lo hace a regañadientes.
Entras al carruaje, te sientas a mi lado, me llamas por mi nombre, clavo la vista en el piso, instintivamente apretó mis puños.
-Wolfram que sucede- , me dices en tono dulce.
-Ocurrió algo para que no quieras…ya sabes-, ahí esta, ni siquiera puedes decirlo.
-Ya no me amas- , tu tono es triste te miro sin pensarlo.
-No, yo si…si- , agacho nuevamente la cabeza.
-Entonces-, tomas mis manos, te das cuenta, tiemblo.
-¿Estas enfermo?, es eso amor- , amor, siento un dolor alojándose en mi pecho, tengo ganas de llorar, pero no, eso no.
-Te sientes mal- , sueltas mis manos, abres la puerta, ¿te marchas?, es lo primero que se me pasa por la mente pero no, le pides a alguien que vaya por Gisela, puedo escuchar los comentarios de quienes nos esperan, están preocupados. Vuelves a mi lado, intentas reconfortarme, no pudo mas, dejo caer unas lágrimas por mis mejillas. Te asustas, me preguntas si me duele, niego, aclaro mi garganta, con toda mi fuerza te enfrento.
- De verdad ¿quieres casarte?- , duele, duelo mucho, pero debo hacerle frente, es mi realidad, debo dejar de ser egoísta, tengo que demostrar que aun me importa mi orgullo.
Levantas mi rostro con cuidado, estamos frente a frete, te ves molesto, me besas, tiernamente, no puedo evitarlo, hipeo dejando caer mas lagrimas, ese es nuestro segundo beso, nadie te obligo, por primera vez tengo un recuerdo de tus labios.
-Se que no te lo he dicho, pensaba hacerlo al leer mis votos, ejem…, se que soy un idiota por hacerte esperar tanto- , un segundo beso no se hace esperar.
-Te amo- , niego con la cabeza, se que te están obligando.
-Ellos…exigieron es…esto…no tienes-
-¡Wolfram!, ¡nadie me obliga, deberías saber que me interesa muy poco la opinión de los nobles!-
Ahí esta mi enclenque, lo reconozco, pero tengo miedo, ese sueño, tan real, aparecía sin cesar en mi mente.
-Si no eres tu, no será nadie, te esperare, así tenga que llegar a viejo siendo virgen- , estas ruborizado, aun así sonríes, esa, esa si la reconozco.
Te bajas del coche, puedo escuchar como les dices que despidan a los invitados, que me siento mal, estoy enfermo, débil. Algo entonces se prende dentro de mi, salgo presuroso del carruaje, choco con Gisela, ni siquiera me disculpo.
-¡A quien llamas debilucho!-
Te volteas a verme, con malicia me indicas que soy yo, estoy furioso.
-Tal parece hoy tendrá que casarse alguien mas-
-¡Infiel, traidor!, ¡con el único que te desposaras es conmigo!- , te grito y tu me sonríes.
-Hai, hai- , dices alegre, ordenándoles a todos que vuelvan a sus lugares, un molesto
Gunter se da la tarea de comunicar que la boda sigue, que todo fue un terrible mal entendido. Te veo decirle algo en secreto a Conrad, este asiente, te vas corriendo al altar. Aniki me toma del brazo, madre me pone un velo y se marcha hacia el templo.
Puedo escuchar el canto de las sacerdotisas, es mi entrada, estoy nervioso, siento firme
el agarre de Gwendall, voy lento, demasiado talvez porque alguien me pisa los talones, miro tras de mi para saber de quien se trata, una gran sonrisa me pide perdón, Conrad me esta custodiando, ¡que diablos!, esto fue lo que le pidió Yuri. Amablemente asiente adivinando mis pensamientos conteniéndose las ganas de reír.
Es de noche y la escena se repite, tengo miedo, acaso sufriré un deja-vu, se hará realidad aquella pesadilla.
Me tomas de la cintura, me empujas en la cama, estas encima de mi, no puedo evitarlo, tirito, estoy nervioso.
-Tienes miedo- , me preguntas suavemente, niego rotundamente con la cabeza.
-Donde dejaste el orgullo mazoku del que me enamore- , dices divertido ante mi mirada molesta.
-¡Quien tiene miedo enclenque, para que…- me silencias con un beso, pero no como hiciste esa misma tarde, es un desesperado, fogoso. Te correspondo gustoso, con el paso del tiempo perdemos las prendas de vestir que ya nos estorban, nuestras manos recorren nuestros cuerpos con desesperación, amo tus caricias, entonces una idea viene a mi mente.
-¡Mentiroso!, ¡virgen, si como no!- , digo alejándote unos centímetros, ante tu cara sorprendida.
-¡Yo no mentí!, además si a mi no me importa que tu no lo seas por…- , le interrumpo enseguida, de la cólera me pongo rojo cual tomate.
-¿Qué insinúas?- , le digo molesto.
-Bueno, etoo, Wolf, tienes 80 y tantos, es obvio que ya no eres… tu…tu sabes-, ahora si llegue a mi limite, lo empujo con mayor fuerza.
-¡Yo nunca!...como te atreves, ¡soy casto!- , sueltas una risita burlona.
-¡Como te atreves, no me crees!- , me miras un tanto irónico.
-Es un poquito difícil, sabes- , te agarro de los hombros con rabia, tus ojos quedan clavados a los míos.
-Te recuerdo, quien me crío fue mi tío, ningún doncel lo haría antes del matrimonio, además, cuando te forcé hacer algo, ¡cuando, responde!-
Me miras asombrado, no me reclamas nada, tus ojos se ven algo raro, lo próximo que recuerdo es a ti nuevamente sobre mi, besándome sin tregua, cada centímetro del cuerpo. La excitación, la pasión, la lujuria nos vuelve locos, sin siquiera darnos tiempo para reaccionar, ya estas en mi, duele, no puedo evitarlo, grito, me pides perdón, te beso, continuamos, siento que me parto en dos, creo que moriré, escucho tus jadeos, los míos, me avergüenzo, no puedo evitarlo. Me cubro el rostro pero enseguida me quitas las manos para besarme, siento el vaivén constante de tus caderas chocando entre mis muslos, cada vez mas fuerte, siento tu miembro tocando un punto nunca antes explorado, grito de placer, he olvidado el dolor que me hizo llorar hace poco, me sonríes, me tomas con fuerza de los glúteos, te abrazo con desesperación, gritas que se acerca el final, no entiendo, no necesito hacerlo, me siento explotar en nuestro pechos, mientras un calido liquido me invade por dentro hasta llegar a mis entrañas, gritamos al unísono, caes encima mío, me besas con ternura pidiéndome perdón, te pregunto porque y te regreso el beso. Despacio te retiras de mi interior, con un poco de temor al escuchar mis quejidos. Te recuestas junto a mí, te ves satisfecho, estoy cansado, deseo dormir pero un grito me saca de mi trance.
-¡Lo sabia!- dices preocupado.
-Te hice daño, porque no me dijiste que dolía Wolf- , estas pálido por la culpa que sientes. No entiendo pero luego me percato de la viscosidad que se desliza entre mis piernas, es blanco mezclado con rojo.
-Sangre- , digo calmado.
Estas desesperado, has vuelto a hacer el enclenque del que me enamore.
-¡Iré por Gisela, espérame aquí!-
Antes que te levantes te agarro con fuerza del brazo, te preocupas, piensas que estoy peor, pero mis ojos irritados te advierte que debes cerrar el pico y escuchar.
-De veras, porque serás tan enclenque-
-Pe…pe…pero Wolf…- , me dices indicándome la sangre entre mis piernas como si yo no me hubiera percatado.
-Te dije que era virgen baka-
-Heeeee-
No das crédito a lo que escuchas, claro en tu mundo solo las mujeres tienen este percance, eres tan tierno que no dudo en reír. Me abrazas mas tranquilo, nos abrigamos, acurrucándonos uno al lado del otro y comenzamos a platicar de los acontecimientos del día. Del llanto desconsolado de Gunter, de lo bonita que se veía nuestra hija, como mi Aniki no se le quitaba la cara de amargado, aunque ambos sabíamos porque. Nos costo mucho que nos permitiera salir de la fiesta, por suerte madre estaba cerca. Reíamos al recordar como un par de señoritas se habían peliado por bailar con Conrad que con su habitual gentileza le ofreció la mano de Yozak a una de las jóvenes, quien no dudo en notarse sentida por este hecho, pero no mas que el peli naranja al sentirse rechazado, al menos no le duro mucho, ya que una atrevida Anisina lo saco a bailar, ante los atormentados ojos de su amigo de infancia. Si hasta Shori se divirtió mas que el.
En medio de todo eso sin quererlo le conté mi sueño, quiso reírse, lo sentí enseguida, pero antes de retirarme de su lado me apreso en su pecho con fuerza.
-Tontito jamás haría eso- , me dijo ante mi ineficaz esfuerzo por zafarme de el.
-Era muy bonita- agrego.
Definitivo, estoy molesto, no puedo evitarlo, hago un puchero que besas de una forma que me haces creer que deseas devorar mis labios.
-Por cierto que es,…¿Qué significa doncel?- preguntas curioso, a lo cual no puedo evitar mirarte con asombro. Acaso el inútil de Gunther no te había enseñado nada de la fisonomía mazoku, enseguida se me viene una escena recurrente a la mente, un chorro de sangre sale de las narices de cierto peli lila. Nunca entendería porque le habían puesto un tutor tan inútil a su prometido, bueno ya no, ahora era su esposo, esto le llenaba de alegría.
-Y bien- preguntas nuevamente, a lo cual contesto con total naturalidad.
-Significa que puedes engendrar-
-¿Qué cosa?- , dices perezoso.
-Puedes tener hijos enclenque- , te digo apenas entre bostezos quedándome dormido.
-Aaaa, ¿heee?, ¡que cosaaaaaaaaaaaaaaaaaa!-
FIN.