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Una leccion de amor por Pikacha

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Notas del fanfic:

Este fic, es renovado...

Fue el primero y estoy mejorando la escritura, por ser el primero sera el que más de mi atención tenga.

Notas del capitulo:

¡¡Hola gente!!

Me alegra que se pasen a leer por aquí, se que algunos ya lo abran leído, pero ahora mejore la escritura.

Advertencia: contiene un poco de oCc.

Los personas de Naruto no me pertenecen corresponden a su debido autor, Kishimoto-sama.

 

-Dialogo-
Pensamiento

 

Una lección de amor
By Pikacha

 

1° Tú partida y mi soledad.

 

Si lloras por haber perdido el sol,
 las lágrimas te impedirán ver las estrellas.

 

 

La lluvia golpeaba en su cara con delicadeza, las gruesas gotas de lluvia caían por su rostro camuflajeadas con las lágrimas que soltaba este. Sentía dolor, miseria, se sentía tan solo en este mundo ¿Por qué le pasaba esto a él? ¡¡¿Por qué?!! Ya nada tenía remedio, todo era simplemente sufrimiento, su corazón se apretaba asimismo sin ninguna solución, la esperanza estaba perdida y la lluvia solo era un reflejo de sus lágrimas.

 

-¡¡Naruto!!- le gritaba un hermosa joven de ojos verdes, acercándose a su amigo.

 

El rubio no contestaba, está hundido en su dolor, arrodillado sobre la calle, tratando de creer que su realidad era mentira, que el sufrimiento que albergaba se fuera, que su dolor desapareciera.

 

Aquí estas, por favor naruto no te hagas mas daño a ti mismo, levántate no puedo yo contigo– suplicaba su amiga, tratando de levantarlo pero el peso era demasiado para ella.

 

– ¿y de que me sirve ponerme de pie? nada de esto tiene sentido, aléjate de mí, ¡¡lárgate!! déjame vivir en mi eterna soledad – sollozaba el rubio – no quiero vivir solo – susurro.

 

– No estás solo, yo estoy aquí contigo para poder ayudarte, solo déjame intentarlo… por favor – le pedía la chica, cuando le tendía una mano.

 

-¡¡No quiero!! – le grito, mientras le soltaba un manotazo a la pelirrosa–  déjame tranquilo… ¿no entiendes que ya nada vale la pena si no está el conmigo? todo fue una mentira– hablaba para sí mismo –  todo termino él se fue… el me dejo…él ya no está conmigo– el chico está destrozado, se estaba ahogando en un vaso de agua.

 

¿Entonces lo único que quieres hacer es lamentarte de esto, sufrir y vivir solo en ello, dejar que la soledad te consuma? – le pregunto – Ese no es el Naruto que conozco – le dijo con una sonrisa.

 

– ¡¡Si hiciera lo que en verdad quiero en este momento no estaría con vida!! – grito Naruto con todo su coraje.

 

Sakura se limito a abrazarlo y a consolar esas lágrimas gruesas que caían de la cara de su amigo, esta vez el chico no se resistió, solo se apoyo en el hombro de la chica para soltar todo el dolor que sentía en eso momento.

 

– ven… vamos a casa – le susurro la pelirrosa y lo levanto, subiéndolo a su auto.

 

Naruto parecía inconciente sus ojos no se miraban porque su pelo los cubría, Sakura solo lo observaba con atención mientras conducía, no se parecía al rubio de hace unos años; él que reía sin parar, derrochando felicidad por todas partes, al que se le miraba tan enamorado y lleno de felicidad la cual los contagiaba a todos, eso era triste y deprimente pero Naruto hace unos años la había ayudado en el pasado a superar un dolor muy grande y quería ayudarlo y devolverle el favor, pero el kitsune se miraba en peor condición que ella en un pasado, así que eso iba a resultar un tanto difícil.

 

-Mira Naruto ya llegamos a tu casa, si gustas me puede quedar a dormir y ayudarte en tu casa mientras te recuperas– se ofreció la chica.

 

-La verdad no me importa… da igual- contesto sin siquiera levantar la cara, se sentía solo incluso cuando estaba acompañado.

 

Sakura se digno a solo suspirar, todo sería tan diferente ahora. Se bajo con rapidez del carro y con mucho esfuerzo logro que el rubio la igualara, entraron a la casa de este y observo que era un completo desastre, había bastante desorden; ropa tirada, platos y vasos rotos, junto con fotos.

 

Todo había quedado así después de que él se fue…

 

Creo que sería conveniente que yo me quede algunos días Naru, tú ve a dormir mientras yo limpio un poco el desastre – le dijo la chica, pero el rubio solo camino a su recamara sin siquiera voltearla a ver, el chico esta destrozado.

 

– Valla que desastre… tendré que limpiarlo todo – se quejo, mientras suspiraba de nuevo – pero vale, todo sea por los amigos – dijo sonriendo y agarrando una escoba.

 

 

°°°

 

 

La habitación estaba en penumbras, ningún ruido se escuchaba, ni siquiera sollozos, era total silencio, solo un alma en pena se miraba recostado sobre la cama, solo se sentía el aura del kitsune en completa soledad y agonía, quería quitarse ese dolor del pecho, quería librarse de esa infinita tristeza. Tenía el impulso de querer quitarse la vida, de acabar de la manera más cobarde con su existencia, pero efectivamente eso era…un cobarde, que no acababa con su vida por miedo.

 

De la cara del rubio solo escurrían lagrimas, que eran derramadas en silencio, sus preciosos ojos azules ahora ya solo se miraban opacos y sin vida, la partida de su persona especial lo había devastado, había acabado con él, nunca se pensó tan débil, pero ahora se daba cuenta de que lo era.

 

¿Qué hice mal? ¿Le di demasiado amor? ¿Le di muy poco amor? ¿Qué nos falto? ¿En qué le falle? ¿No le cumplí en algún sentido? ¿Le mentí acaso?... No, él me mintió a mí, él dijo que todo seria eterno, que estaríamos juntos una eternidad, que pasara lo que pasara siempre estaríamos juntos, que nunca me dejaría, y que nos amaríamos por siempre… y todo fue una cruel mentira.

 

Estaba dolido, y decepcionado de si mismo ¿Cómo pudo ser tan ingenuo? Es que simplemente no podía creer que todo hubiera sucedido tan rápido, es que todo iba tan bien, dolía tanto el sentimiento agudo que se quebrantaba en su interior.

 

Sin darse cuenta de lo que hacía saco su móvil y comenzó a revisar los mensajes, quería que esto solo fuera una broma, la realidad parecía tal falsa, teniendo tan vivos los últimos recuerdos que había pasado con él. Volvió a leer ese mensaje que lo destrozaba completamente, ese que solo decía unas cuantas palabras…

 

Ya no te amo.

 

¿Cómo podía existir aquella oración? ¡¡¿Cómo?!! Le dio todo, absolutamente todo de su ser, lucho por estar con él, ¿para qué? Para que todo terminara tan triste y sin explicación, devastado leyó ese nombre que tanto lo destruía.

 

Gaara.

 

El nombre resonó por su cabeza.

 

¡¡Te fuiste!! Me dejaste solo, me hundiste en la oscuridad con tu partida, solo tomaste tus cosas y te largaste… ¿Cómo pudiste después de todo lo que vivimos? ¿Es qué ya nada de mi te importaba? ¿Te olvidaste de todas aquellas cosas tontas que hicimos, de aquellas peleas sin sentido que teníamos? Dejaste pasar todo… me olvidaste. Te note distante pero jamás pensé que esto pasaría… creí en todo lo que me dijiste, pero las promesas se fueron al olvido… ¿Cómo luchar por ti? Si ya ni quiera te conozco.

 

Naruto estaba hundido en sus pensamientos, en sus preguntas que no tenían respuestas… porque la verdad era más dolorosa de la que él mismo se podía imaginar.

 

 

°°°

 

La noche había pasado larga y en silencio. Ahora el sol se asomaba entre la ciudad, colándose por la cortina de la ventana del chico rubio, despertándolo con luz que pegaba directo en sus ojos, este lo único que hizo fue moverse un poco evitando la luz, sin ganas de levantar o tener actividad en el día ¿Con que motivo lo haría?

 

 

°°°

 

 

Mientras tanto en la cocina estaba Sakura más que preocupada por su amigo, lo miraba muy mal, tenía que hacer algo para que se repusiera, pronto comenzarían la escuela y si Naruto seguía así, mandaría todo al caño. Un poco dudosa la chica tomo su celular y marco un numero rápidamente, la llamada tardo un poco en ser contestada.

 

Buenos días Sasuke-kun – hablo por el móvil al chica

¿a qué se debe tu llamada? Sakura…–  se escucho una voz fría y masculina por el auricular.

 

¡oh! – Exclamo con sorpresa – veo que reconoces mi voz–  sonrió con alegría, después de todo si conocía a su vieja amiga – oye… necesito que me hagas un favor ¿Crees que podrías? – pregunto en tono de suplica.

 

Tú dime y veré que puedo hacer… – contesto la voz con un toque de arrogancia.

 

Unos cuantos minutos pasaron para que la chica llegara azotando a la puerta del cuarto del rubio, asustándolo con el ruido escandaloso que hizo la puerta al golpear contra la pared, pero inconsciente de lo que hacía, volvía a ignorar todo a su alrededor.

 

La pelirrosa corrió hasta su amigo – ¡¡Naruto levántate!! – le ordeno gritando, mientras que lo zarandeaba.

 

¿Con que propósito? –  susurro el rubio.

 

Suspiro sintiéndose derrotada, pero no se iba a dar por vencida de una forma tan fácil, como las palabras desganadas de su amigo – vamos, te llevare a un lugar – le decía mientras lo jalaba de la cama – te ayudara mucho… – dijo entre jadeos del esfuerzo, ya que el zorrito se aferraba a su colchón, a pesar de estar deprimido seguía teniendo la misma fuerza e inmadurez para comportarse así, la chica sonreía por dentro – ¡¡Vamos Naruto!! – le dijo dando el ultimo jalón, tirándolo de la cama.

 

Después de eso la pelirrosa logro que el chico se levantara, y lo empujo al baño – regresare en diez minutos y si no estás listo, yo misma te bañare…– le dijo, mientras salía de este con una sonrisa. El rubio no se la pensó dos veces, pero simplemente todo lo hacía inconscientemente.

 

Salió del baño con desgane y solo sintió que su amiga lo jalaba para salir de su casa, aquella que hace poco había compartido con su fiel pareja, bueno ya no podía asegurar fiel… ya no podía asegurar nada, todo era tan abstracto.

 

Sakura venía tratando de explicarle a donde iban y con que propósito, pero simplemente su amigo no escuchaba –  como veo que no me pones atención – le decía de una forma amenazante, mientras despegaba sus manos del volante, llamando repentinamente la atención del rubio – no me queda más remedio que esperar a que lleguemos– dijo tranquilamente volvió a tomar el control.

 

Rápidamente llegaron al lugar tan esperado por la chica, ya que su amigo seguía sin prestar atención, en su cabeza solo estaban los recuerdos perdidos de su antiguo amor, destrozado, humillado y desesperado, quería acabar con lo que se llamaba vida.

 

Pasaron unos minutos enfrente de un edificio, esperando la llegada del amigo de Sakura, el rubio estaba sumido en sus pensamientos, así que no se dio cuenta de nada de lo que pasaba a su alrededor, hasta que sintió esa mirada penetrante, una mirada que lo desnudaba, que lo infringía, que lo hipnotizaba.

 

Un joven de ojos profundamente negros lo miraba con expresión seria, catalogándolo en el trascurso ¿Quién era él? Su cabello era azabache y puntiagudo de atrás, un corto bastante peculiar, pero algo más atrayente de él.

 

Desvió su mirada tratando de ya no sentirse tan intimídate por la presencia del otro, pero era simplemente inevitable. El bastardo ese lo seguía mirando igual ¿no se daba cuenta que lo incomodaba?

 

Sasuke-kun esta es la persona de la que te hable – dijo la chica, tratando de aligerar la tención que se sentía en el ambiente.

 

El azabache observo al rubio de pies a cabeza. El rubio se dedico a volver a ignorar a todos y a todo lo que lo rodeaba.

 

Veo que él necesita una lección–  dijo el Uchiha con prepotencia.

 

Naruto se sintió a un más intimidante con esa voz – No necesito de nada… mejor me voy – dijo tratando de calmar el palpitar de su corazón, se había acelerado en tan solo un segundo, la pregunta era ¿Por qué?

 

Inmediatamente la chica agarro su muñeca – por favor – dijo suplicante –  quédate– .

 

– No te preocupes, Sakura – hablo el azabache –  si él no quiere, no tiene sentido… la gente puede llegar a hacer tan ignorante – añadió con superioridad.

 

¡¡Yo no soy ignorante!! – le grito el rubio, contradiciéndolo, dirigiéndole una mirada de odio.

 

El otro solo mostro una pequeña sonrisa de medio lado.

 

Los dejare solos – dijo Sakura un tanto insegura de sus palabras – Sasuke,  confio en ti…–  le murmuro al pasar por a un lado del Uchiha. Poco a poco la chica se ausento del lugar con pasos lentos que resonaban por el lugar.

 

¿Por qué se va? – pregunto el rubio extrañado.

 

Cállate y sígueme, dobe – le ordeno el azabache, sin ninguna pizca de delicadeza.

 

Hey teme, a mí nadie me calla – le contesto cabreado el kitsune, sin embargo, lo siguió al momento que este comenzó a caminar.

 

Los caminaron a paso lento, el rubio detrás del azabache, el kitsune pronto se empezó a cuestionar varias preguntas, pero por alguna extraña razón suponía que se las preguntaba a su acompañante este no se dignaría a contestarlas.

 

En cuestión de minutos llegaron a otro edificio, un poco más desgatado que los otros, además de que se miraba más antiguo. Entraron en total silencio, Naruto seguía en total silencio, todo era demasiado misterioso, dentro del edificio había varios juguetes tirados, al momento de adentrarse más observo a varios niños jugando, a mujeres atendiéndolos y cuidándolos. El rubio pudo observar que en un rincón alejado de los demás se encontraba un pequeña, la cual no reía, no jugaba, se le miraba solo y triste.

 

Estamos en un orfanatorio – aseguro Sasuke – estos niños están solos, la mayoría de estos no serán adoptados, ya que los padres prefieren más a los bebés – tenía toda la atención del rubio – Muchos de los pequeños perdieron a su familia en accidentes trágicos, otros fueron abandonados, simplemente a su suerte, y algunos fueron maltratados por sus padres– el chico comenzó a sentirte estúpido e incomodo por la mirada del azabache  que penetraba su cuerpo – puede que ninguno de ellos tenga una vida normal, o un buen futuro, no como una sociedad con la que tenemos – dijo un poco abrumado – ¿vez a la pequeña de la esquina? – Pregunto, mientras que el kitsune asentía – ella miro como mataban a sus padres…abusaron de ella después de eso, le destrozaron la vida y aun así sigue de pie, una pequeña de nueve años… se levanta de una caída mucho más grande que la tuya…– termino de hablar el mayor.

 

El silencio se hizo entre los dos, Naruto simplemente no se atrevía a decir nada, demasiadas ideas pasaban por su cabeza, el dolor y la destrucción…

 

Tú solo estas triste porque tu noviecito te dejo – le dijo en tono de burla – di que tienes suerte de tener vida y tener gente que te quiera– le susurro.

 

Agacho la cabeza, ocultando sus ojos bajo su fleco – ¿Tú crees que es así de fácil? Dejar de amar a esa persona tan especial, olvidarla y seguir como si nada. Cuando se ama se entrega cuerpo y mente… lo amo más que a mi vida, hubiera dado todo por él, hubiera dado mi vida por él ¡¡Todo!! hubiera dado…todo – termino con amargura la última frase.

 

Sasuke tomo la mano del rubio y jalo de él, llevándose de ahí. Naruto no se resistía, de nuevo se había metido en sus recuerdos, en sus pensamientos en su dolor, sabía que los niños de ese lugar sufrían, pero él también lo hacía, no podía evitar sentirse como se sentía, sin embargo, eso lo hacía pensar sobre nuevos horizontes.

 

Se lo que es amar a alguien – decía el azabache –  que te deje y aleje de ti, sin ninguna razón… es doloroso y te sumerges en un mundo de oscuridad de donde no quieres salir – hablaba con amargura – pero te diré una cosa… no es el fin del mundo – su rostro cambio a uno más tranquilo y relajado – te lo pondré más fácil, él destruyo tu mundo al alejarse, tu construye uno nuevo donde no esté él … hay personas más desafortunadas que tú que siguen aferrándose a la vida, como el ejemplo de esos niños– .

 

Al rubio se le ilumino el rostro, tal vez aquel joven tenía razón, no todo estaba perdido, todavía había esperanza, la soledad no lo consumiría por completo, tal vez… solo tal vez podría haber calma después de la tormenta.

 

Él no supo ver lo mucho que valías – le dijo el Uchiha mientras le acariciaba una mejilla –  así que no le des el gusto y sonríe–.

 

Gracias…– le dijo sonriendo el zorrito, mientras se sonrojaba – ¿me llevas a mi casa? – le pregunto, Sakura lo había dejado tirado con ese chico y ahora el único que lo podía llevar de regreso era él.

 

Sasuke sonrió y acepto llevarlo, caminaron hasta donde había dejado su auto, en el camino el azabache se encargo de entretener al chico con platicas de cualquier cosa, con tal de hacerlo sentir mejor, a pesar de que él no era muy conversador. Al poco tiempo llegaron a casa del rubio con las indicaciones dadas por este.

 

Gracias por traerme –  decía el rubio mientras se bajaba del coche.

 

Oye – lo llamado el otro – tienes algo en la cara –  le informo al kitsune mientras se acercaba asu rostro e inocentemente le robaba una pequeño beso, Naruto se sonrojo en seguida

 

 – ¡¡¿Pero qué hacer teme?!! – le grito, el otro haciéndose el ofendido.

 

Nada que no te guste – le dijo sonriendo con arrogancia – cuidate…– le dijo por ultimo antes de partir, en un nada modesto lamborghini.

 

¿Cómo se atreve a besarme? Y… ¿Por qué diablos me toco los labios?

 

El rubio inmediatamente dejo de rozar sus labios con sus manos, se sentía como una colegiala enamorada.

 

Tiene un sabor a menta…

 

CONTINUARÁ…

 

 

Notas finales:

Muchas gracias a los que leyeron, me alegra poder continuar con este fic n.n

 

Recuerden que nadie a muerto por dejar un review...

Y como dice una escritora muy famosa por ahí, dejen un review o Jashin-sama les hará una visita xD

Nos leemos en el siguiente.

 

Los quiere Pikacha


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