El joven Mathias Staggs, un Alemán residente en Inglaterra, hijo menor de una poderosa e influyente familia se encontraba mirando por la ventana de su mansión, sentado en una silla, esperando. El era un muchacho de no mas de trece años, bajo, bastante bajo, tanto que llegaba a aparentar menos, el era lo que se le podría llamar ``un flaco descarnado``, su cabello era del color de oro: brillante, rubio, lacio, sencillamente hermoso, y sus ojos, de un color celeste claro, y brillante como el cielo.
Pero volviendo a el tema, este muchachito estaba esperando ¿esperando que?, pues, a su nuevo guardián. Veras, mi querido lector, su familia tenia la costumbre de elegir a un miembro de la servidumbre para dedicarse exclusivamente a cada uno de sus hijos. Mathias tenia anteriormente uno, pero era un hombre anciano, que falleció por causas naturales, por lo cual, su familia llamo a un nuevo empleado.
Mathias se paro sobre su silla de un salto, sus ojos celestes se fijaron en un muchacho joven que se acercaba a la puerta, Mathias corrió a la puerta, listo para ir a recibirlo, suplicando que fuera el.
El ama de llaves abrió la puerta, y efectivamente así era, era a quien el rubio había estado esperando por unas interminables horas. Aquel muchacho, no aparentaba mas de quince años, era de piel morena, alto, mucho mas alto que su amo, incluso más alto que los muchachos promedio de su edad, su cabello era crespo y de color castaño oscuro, así mismo sus ojos eran negros, y profundos, un tanto rasgados. Tenia precia serio, pero igualmente se veía amable, y hasta amigable, luego de oírlo hablar unos segundos con suabuelo, Mathias se entero de que el nombre de el muchacho que de ahora en mas seria su guardián, era Christopher, un muchacho de una familia humilde, que había trabajado toda su vida, y que acabo en la mansión Staggs pues había trabajado anteriormente para un amigo del padre de Mathias.
-Saludos…señor-
Dijo el nuevo empleado, haciéndole una reverencia a su nuevo joven amo, este solo le sonrió, sin saber muy bien que hacer, pues no lo conocía y no sabia que decirle.
-Mathias, ¿no tienes unas tareas que hacer?-
Le pregunto el ama de llaves a su amo
-Es cierto- dijo el joven desanimado, para luego atravesar el pasillo y subir una escalera que se encontraba el final de este.
-¿Qué esperas Christopher?, ve con el-
Le dijo el abuelo de Mathias a Christopher, el solo asintió y siguió al rubio, no sabia muy bien que mas hacer, nunca había tenido un trabajo como ese.
Ambos subieron, primero el jovencito de ojos azules, y después su guardián, un moreno alto que estaba obligado a complacerlo.
Cuando llegaron a la habitación de Mathias, lo primero que hizo este fue presentársele a Christopher, quien no lo entendió, pues Mathias se le había presentado en alemán, y cuando quiso decirle algo en ingles, Christopher se dio cuenta de que el ingles de su nuevo amo era muy``básico`` por decirlo de alguna forma, aun así, Christopher se dio idea para comunicarse con el.
En poco tiempo, ambos se hicieron buenos amigos, probablemente era porque estaban obligados a pasar tanto tiempo juntos.
Al principio, Christopher, se limitaba a ayudarlo con sus tareas, y acompañarlo a los lugares a donde quisiera ir, pero luego su relación se profundizo, hasta el punto en que si uno tenia un problema, el primero a quien debía acudir, era al otro. Mathias, le enseñaba a Christopher lo que su profesor particular le enseñaba, en frases muy simples de ingles (porque algo que Mathias no pudo mejorar, fue su terrible ingles), pues Christopher no estudiaba, no tenia dinero con que pagar sus estudios.
Así mismo, Christopher se encargaba de ayudar a su amigo con temas que iban
Desde sus estudios, hasta muchachas que le interesaban a Mathias.
Un día como cualquiera, unos días después del cumpleaños numero diecisiete de Mathias, cuando Christopher se encontraba ayudando a su amo con sus tareas, el padre de Mathias irrumpió en la habitación ruidosamente, con la cara pálida, y las manos temblando, y mirando fijamente a Mathias.
-¿Le pasa algo, señor?- pregunto Chris un poco alarmado por ver a el hombre en ese estado.
-E-e-estoy bien…tengo que hablar ahora mismo con Mathias- contesto el hombre en voz baja
Christopher asintió con la cabeza y salio de la habitación, dejando a solas a Mathias y su padre. Christopher se quedo apoyado contra la pared a la derecha de la puerta de la habitación, pensando que seria eso tan importante.
-Seguro que tiene que ver con ese matrimonio que arreglo el padre del amo con esa chica, Anelisse- un reflejo de tristeza atravesó la mirada de Christopher al recordar que dentro de un año su amo se casaba con una chica de otra familia prestigiosa, Anellisse Benett. El no tenia nada contra la chica, le pareció muy simpática todas las veces que había visitado la mansión, pero había algo de ese matrimonio que no lo convencía…pero que mas daba, el era un simple sirviente. De cualquier forma, ni el mismo comprendía porque le molestaba aquella unión, seguro que seria porque sabia que ya no tendría que encargarse de una sola persona y pasaría a tener mas trabajo al ser un sirviente normal… ¿seria eso lo que lo molestaba? Christopher estaba englobado en sus pensamientos, cuando el padre de Mathias, salio de la habitación de su hijo y sin decir palabra, se fue enseguida hacia el piso de abajo.
El moreno miro a aquel hombre que bajaba apresurado las escaleras, hasta que lo perdió de vista, para luego entrar nuevamente en la habitación de su amo.
La escena que presencio allí, hizo que literariamente: se le cayera el alma al piso.
Su joven amo, que por lo general solía ser rudo y no demostrara sentimientos frente a casi nadie, estaba allí, sentado frente a la mesa donde hacia normalmente sus tareas, con la cabeza metida entre sus brazos, llorando silenciosamente, ¿Qué le había dicho su padre? ¿Qué había pasado que le había dejado en tal estado?, Christopher no lo sabia, pero debía hacer algo para animarlo, ya que además de su guardián, el era su amigo.
El mayor apresuro el paso, para llegar rápido hasta donde estaba su joven amigo.
-¿Qué pasa?- pregunto este
El rubio levanto la cabeza se quedo mirando a su amigo mientras las lagrimas no dejaban de fluir de sus ojos –mi…mi…abuelo- dijo el alemán dudando si era la palabra correcta (pues como ya dije su ingles es malo)
-No lo veo desde hoy temprano…- contesto el otro pensativo -Pero, ¿Qué pasa con el?-
El menor, aun mirando a su amigo, y mordiendo su labio inferior para tratar de contenerse contesto en voz baja –el…fue asesinado- Christopher se quedo shockeado, paralizado, mientras que su joven rubio volvía a esconder su cara entre sus brazos y seguía llorando mas ruidosamente, ¿En serio alguien se había atrevido a matar a ese hombre anciano tan amable que siempre había tratado a la servidumbre como a otro miembro de la familia?
Christopher fue devuelto a la realidad gracias a lo sollozos de su acompañante. Christopher uso las clásicas frases que se le dicen a alguien cuando fallece algún familiar como: ``todo va a estar bien`` o ``el esta en un mejor lugar ahora`` e incluso ``aunque llores el no volverá``, pero nada, Mathias estaba inconsolable.
Christopher no sabia que hacer para animar a el chico, así que suspiro y se incorporo, para salir de la habitación y dejar a que su amo se tranquilizara solo…pero cuando estaba cerca de la puerta algo se lo impidió, sentía que tenia algo agarrado a la cintura…cuando miro por encima de su hombro de quien se trataba, era Mathias, que se había levantado de su silla y había abrazado por la espalda a Christopher.
-No me dejes solo-
Murmuro el alemán levantando un poco la mirada, Christopher se dio vuelta como pudo, para abrazar al rubio, se quedaron quietos, abrazándose uno al otro unos segundos, Mathias parecía estar parando su llanto, y Christopher lo miraba amistosamente, alegrándose de que se tranquilizara.
Christopher quiso decirle algo lindo, de ser posible en alemán, algo que le levantara el animo, ¿pero que? En ese momento el moreno recordó cuando su abuelo le contaba de cuando viajo a Alemania de joven, y la enseño algunas palabras y frases típicas.
*veamos si recuerdo…*pensó Christopher
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-Ich liebe dich- dijo el moreno sonriendo, sin tener la mas pálida idea de lo que había dicho.
En ese momento, la cara del rubio se torno de un color carmesí, se quedo estático unos segundos, y luego empujo a su sirviente hacia tras, dándole a entender que ya no quería que lo abrazara.
-¿P-p-p-odrias salir un momento…?- le pidió el alemán a un moreno que no entendía el porque de esa reacción (lo que pasa es que dijo algo sin saber que era u.u), pero aun así, asintió con la cabeza, y salio del cuarto.
Christopher se encontraba englobado pensando que era lo que había dicho que había avergonzado tanto a su amo, cuando esta chica, Anelisse, subió corriendo las escaleras, y señalo con el dedo a Christopher, quien estaba apunto de saludarla con una reverencia como siempre lo hacia, pero noto que ella venia con dos oficiales y el padre de su amo.
-El es oficiales- le dijo Anelisse a los oficiales que lo acompañaban
-¿Qué pasa aqui?- dijo Mathias saliendo de la habitación al escuchar tan escándalo fuera de su cuarto
-Que encontramos al asesino…- respondió Anelisse
Al principio el moreno no entendía que era lo que la chica decía, pero luego comprendió, que el supuesto asesino…era el, en ese momento, como acto reflejo, un confundido Chris se señalo a si mismo con su dedo y pregunto -¿yo…?-
-Si, este supuesto sirviente, dejo caer el arma homicida de su bolsillo, y yo la recogí- explico Anelisse con una sonrisa, para luego mostrar una mano que tenia tras su espalda, en la cual sostenía una botella con un liquido morado –Este remedo e hombre, asesino a el buen señor Benett, con este veneno- explico Anelisse.
Todos se quedaron petrificados mirando a Chris, pero entonces, el olvidando que la muchacha era su superior, y que además, era una dama, empezó a gritarle muy agresivamente
-¡No sea entupida! ¡Eso no es mió, y además yo me llevaba bien con el señor Benett!-
-¿Ven? Esta tan obvio que estaba me levanto la voz para intentar defenderse- contesto Anelisse
-Pero…esa no es ninguna prueba…además, yo no ganaría nada con matar al señor-
Los oficiales se miraron uno al otro, interrogándose mutuamente que era lo que iban a hacer, pues si bien la chica tenía buenas pruebas, lo que decía Chris también era cierto, así que tomaron una decisión:
-Bueno, escuchen- dijo uno de los oficiales-No te llevaremos con nosotros, pues no hay pruebas, pero de aquí en mas…tendrás prohibido volver a servir como empleado en una casa de familia- concluyo el oficial
Christopher no sabia que hacer, no sabia que decir…si no podía trabajar ¿Cómo iba a mantener a su familia?, si bien el tenia una hermana menor que también trabajaba, ella no podía mantenerlos a todos.
-Muy bien, si eso es todo, nos retiramos, y usted, Christopher Hunter, también debe retirarse, pues ya no trabaja más aqui-
Christopher miro a el rubio que estaba parado junto a el, lo miraba, serio, con furia, al parecer, aquel joven alemán, si había creído lo que había dicho la joven mujer.
Lárgate…-- fue todo lo que le dijo, después de unos segundos de silencio incomodo.
-Yo… ¿puedo hacer algo mas antes de retirarme?- pregunto Christopher
-¡¡Lárgate de mi vista, mentiroso, y mal amigo!!- le grito Mathias entrando a su habitación, para luego dar un portazo e ir a llorar a su habitación, lo cual era entendible, pues todo iba mal para el: Habia perdido a su abuelo y a su mejor amigo…¿Qué era lo que faltaba ahora?.
Christopher no se encontraba mejor que aquel triste rubio, pues luego de ser insultado y echado prácticamente a las patadas por Anelisse y por el padre del chico, tubo que irse a darle la mala noticia a su familia
Un año paso, y el incidente fue olvidado por casi todo, Christopher termino consiguiendo un trabajo como ayudante de un mercader, y aunque el pago no era el mismo, pero bueno, era lo único que podía hacer.
Por otro lado, Christopher, se estaba preparando para su boda dentro de dos días, el, como ya había mencionado, se iba a casar con su prometida, Anelisse.
:::En el mercado:
-¿Cuántas quiere señorita?- le pregunto Chris a una jovencita que había ido a comprar fruta a su tiendita.
-Dame cinco de estas…y tres de eso- respondió la joven dama apuntando hacia los lugares donde se ubicaban las cosas que ella deseaba, acto seguido, le dio su canasta de compras a Chris para que le pusiera las cosas allí.
Chris la tomo y puso las cosas allí –Aquí esta, que tenga un buen día señorita- le dijo el moreno dándole su canasta.
-Oye Chris, ya vamos a cerrar, ya esta anocheciendo- le aviso un hombre robusto de cabello largo y negro, que era nada más y nada menos que quien lo había contratado como su ayudante.
-Oiga ¿puedo preguntarle algo sin que se ofenda?- dijo Christopher a su jefe
-Seguro muchachito, pregunta nomás- l respondió aquel hombre
-Bueno, ¿de donde es? Pues, ya sabe…tiene un acento raro- le dijo Chris
-¿Cómo iba a ofenderme eso? Bueno, veras muchacho, yo soy un ingles nacido criado en Alemania, veras, nací aquí, y fui adoptado por una señora alemana, que me llevo hasta allí, pero cuando crecí quise ver como era mi país de origen y pue…-el hombre no pudo acabar su historia, pues Chris lo interrumpió.
-Si es alemán ¿podría decirme el significado de una frase?- pregunto Chris
-claro, claro, dime ¿Qué quieres saber?- dijo el hombre acercándose a el moreno
-Pues, hace algún tiempo, le dije a un muchacho ``Ich liebe dich``pero no sabia que era la que significaba y pues…-Christopher fue interrumpido por las carcajadas del alemán, Christopher enrojeció de rabia enseguida, y le grito a el hombre -¡¿P-pero que es tan gracioso?!- el hombre robusto estaba apunto de soltar lagrimas de la risa, pero se detuvo para contestarle a el chico.
-je…jejeje…si, si, jajja, disculpa- el hombre dio un largo suspiro para tranquilizarse un poco y luego le dijo a Christopher –pues veras, lo que le dijiste a ese chico…significa te amo…- Christopher se quedo pálido unos segundo, paralizado, mirando a la nada, mientras que se escuchaban de fondo las carcajadas de su jefe.
-Me tengo que ir- anuncio Christopher, para luego empezar a correr por la calle, dirigiéndose a algún lugar…mientras su jefe lo miraba un poco confundido.
:::En la habitación de Mathias:::
Mathias estaba mirando por su ventana, ya era de noche, el estaba estudiando con su prometida ese día, ambos estaban sentados frente a una mesita, que estaba ubicada frente a una ventana muy grande.
-Disculpa, tengo que hablar con Anelisse- dijo el padre de Mathias irrumpiendo en la habitación, Anelisse se levanto sonriente y fue a encontrarse con el padre de su prometido, ambos salieron de la habitación del chico.
Mathias quiso continuar con sus tareas, pero la pluma de Mathias se desbarato, y debía bajar a buscar alguna a la sala.
Pero antes de salir de su habitación, cuando estaba por abrir la puerta, logro oír de qué hablaban su prometida y su padre.
-Bueno, el asesinato que cometiste hace dos años, no se como te pude permitir que mataras a mi padre…- decía el padre de Mathias
-Sea un poco mas hombre…necesitábamos echar a ese sirvientucho que nadaba pegado a Mathias, estoy segura de que el quería algo mas con el…-
Mathias, escucho todo, estaba helado de la impresión…no sabia que hacer, ni que pensar…lo único que atino a hacer fue a tomar un abrigo, salir de su habitación y salir de esa casa…
Mathias se dirigió entre sollozos hasta una plaza donde solía ir cuando era pequeño a la cual no iba desde hacia tiempo…
::En la plaza (Mathias)::
Allí estaba, Mathias estaba destrozado, el creí que su prometida estaba para alegrarle la vida, pero no…ella, en cambio, se la destrozo.
Mathias estaba sentado en una banca, llorando, sin saber que hacer, su antiguo mejor amigo seguro lo habria ayudado, pero el ya no estaba, se había ido…
::.En su corrida (Christopher):::
Chris esquivaba y golpeaba agente como si nada, lo único que quería hacer, era ir hacia la casa de aquel rubio para el que antes había trabajado…quería aclarar todo con el…
Para llegar hasta allí, tenía que cruzar una plaza, pero de repente cuando iba pasando por allí, empujo a una señora mayor, que termino insultando al joven, estando tirada en el piso
-¡Lo siento!- grito Christopher mirando hacia atrás, pero estando distraído, no se dio cuenta de que acabo tropezándose con un banco, y tirando a la persona que estaba en el.
Mayúscula fue la sorpresa de Christopher, cuando vio que esa persona era justo a la persona que estaba buscando
-¡Mathias!- Grito el moreno levantando del piso el otro muchacho
-Christopher…hace tanto que no nos vemos, tengo muchas cosas que decirte, una de ellas es…es…lo siento, te trate muy mal, pero ya se que aquel ``incidente`` no fue tu culpa- dijo el rubio con la mirada baja.
-Yo tengo que decirte algo más importante… Ich liebe dich – respondió el moreno alto.
-¿Podrías dejar de decir eso? Ni sabes lo que significa- lo regaño el rubio
-si lo se, por eso te lo digo…- Acto seguido, aquel alto, y moreno ingles, se inclino un poco para abrazar el cuello del rubio y luego besarlo apasionadamente, mientras acariciaba sus dorados cabellos… ¿hacia cuanto había estado deseando posarse sobre esos rosados labios, pero su orgullo no lo había dejado admitirlo?, no lo sabia, solo sabia que había sido hacia mucho tiempo.
Finalmente separaron sus labios en busca de oxigeno, dejando solo un hilo de baba que los unía.
Acto seguido el moreno tomo de la mano de aquel entre sorprendido y avergonzado rubio y empezó a tirarlo hacia algún lugar.
-Es-espera, ¿A dónde vas?- pregunto el susodicho rubio
-Voy a demostrarte cuanto te quiero…- respondió el moreno alto con una sonrisa picara, el rubio no pudo evitar que sus blancas mejillas se pusieran totalmente rojas, rojas como un par de tomates. Pero eso si, Mathias no se negó a que aquel alto y atractivo moreno se lo llevara…
FIN [de este capitulo]