En una noche de injurio y dulces sonidos que erizaban mi piel, con la cabeza metida, en más de una historia, que escritas en infolios de crónicas olvidadas en mi vasta biblioteca, creía, algo soñoliento escuchar a alguien tocar a mi puerta, con desgano y algo cansado, logre con un leve impulso ponerme en pie, camine hasta el lugar donde, aun con melodioso acorde, sonaba la madera siendo golpeada.
Antes de abrir la puerta, no sin antes de colocar las manos en el frio picaporte de acero, susurre con voz ronca unas palabras para la importuna visita de media noche ´´discúlpeme, caballero o nocturna damisela por mi tardía respuesta, pero, ahora mismo me encontraba soñoliento releyendo algunas reseñas de antaño, os pido perdón por no prestar atención al susurro de su inconstante llamado`` dije para abrir de par en par la puerta.
Creer que ante mí un ángel ceñido en sangre y empapado con la lluvia, que con furor caía, no sé si ajena o propia, miraba absorto pidiendo con sus labios, los cuales suaves y lentos se movían susurrando una y otra vez, rogando a mi presencia ayuda, no sé si fue porque era una expresión que hacia latir con ahincó mi corazón, o sus palabras seseantes entre lagrimas que rogaban mi protección, pero, mi propio cuerpo se movió para atrapar al suyo, el cual cansado o simplemente por lo maltratado que se notaba, caía al vacio.
Oh, dios mío, que le ocurrió a tan bella criatura para quedar en tal estado, me encantaría preguntarte, el por qué, entre tantos lugares, caíste en el más alejado-dije para cargarle entre mis brazos. Note, no por la expresión que puso, al poner algo de presión a su ante brazo, sino por la chorreante cantidad de sangre que en sus ropas se marcaba.
Con algo de prisa, subí a mi habitación, con premeditación de volver a la cocina en búsqueda de agua tibia, y claro el botiquín de primeros auxilios, después de tener todo lo necesario, volví a mirar y ayudar con la herida que profunda a primera vista se notaba ´´que sería lo que, con tal atrevimiento, te hirió de esa forma, me lo pregunto, mi pequeño y dulce ángel`` decía con cada mirada que reparaba en dar vueltas por el cuerpo vendado de aquel joven y terminaba posándome en los labios que enrojecidos y tambaleantes por el frio, se movían susurrando algo inaudible.
Y…aunque no se entendía, si logre escuchar algo que me dejaba en la completa inmersión de mis pensamientos, mi nombre entre sueños, salía suavemente de los labios de aquel chico ´´naruto`` repetía con insistencia, como si me conociese. Y…por alguna extraña razón, un sentimiento de regocijo surgía, cuando al mirar su rostro note, que de algún lado de los que eh estado en mi vida, le conocía.
Con algo más que cavilaciones mentales, me levante de mi asiento al lado de la cama, el joven necesitaba reposar tranquilo, quizás después, podría resolver mis dudas sobre quién es y porque conoce mi nombre…´´tal vez`` susurre.